viernes, 30 de mayo de 2014

Aquí hay un proceso trunco, 53 años después


Por: Ramón Antonio Veras.
I.- Introducción
1.- Ciertamente,  entre los seres humanos resulta difícil la armonía  porque de por medio está  la condición de clase social, el temperamento, la formación familiar, el medio circundante, y otros factores que tienen incidencia en el comportamiento de todo ente social.
2.- Pero si hay inconvenientes para  armonizar las relaciones entre los seres humanos, mucho más  complicado resulta establecer concordancia entre acontecimientos históricos que entrañan episodios de contenido político de un país, con los resultados obtenidos, con el provecho logrado como consecuencia de los sucesos ocurridos.
3.- La valoración de las acciones políticas de los pueblos no puede hacerse en forma artificial y mecánica, sino partiendo de la realidad y coyuntura dada en cada momento. Puede caerse en una errada interpretación si se  toma en consideración sólo  parte de un proceso, sin analizarlo en conjunto, mucho  más ahora cuando juega un papel importante la correlación de fuerzas en el plano nacional e internacional.
4.- Los hechos de contenido social no pueden ser sometidos al análisis sumando o restando, disminuyendo o adicionando; hay que coleccionarlos, hacer un estudio de conjunto para así tener una unidad que será  la que finalmente nos va a permitir  un enfoque general, de síntesis,  del hecho  o fenómeno social sometido a estudio.
5.- Creer que se puede lograr lo semejante a lo equivalente en algo que depende del comportamiento político de una comunidad humana, sería desconocer la forma cómo nacen y se desarrollan los procesos sociales.
II.- Luchas del pueblo dominicano por un futuro mejor
6.- Algunas veces,  hay que pasar balance a la suma de las luchas de los pueblos por alcanzar su libertad, independencia plena y desarrollo, para luego de un examen minucioso proceder a la correcta evaluación, y  así determinar si se han obtenido los fines perseguidos.
7.-  El pueblo dominicano, en los últimos cien años (100), ha combatido en distintos frentes aplicando métodos pacíficos o violentos, legales o ilegales,  en busca de disfrutar de una vida digna en lo material y espiritual.
8.- Me voy a permitir cavilar, apoyándome en mi memoria y edad, para aludir  una  serie de hechos en los cuales el pueblo dominicano ha intervenido  o sentido, y colocándolos en  un plano al lado de la realidad económica, política y social,  determinar si hay concordancia entre  su  lucha  y su situación hoy.
9.- He aquí un recuento de algunas  batallas libradas en el pasado siglo por nuestro pueblo  que pueden servir como referencia para comprobar sus  esfuerzos por un futuro mejor. Veamos:   Resistencia a la intervención norteamericana de 1916; la participación activa   de quienes adversaron la reelección de Horacio Vásquez; el aporte en firme de quienes enfrentaron  a Trujillo en la década de 1930, desde aquellos  que se  levantaron en armas a raíz de  su llegada  al poder,  como es el caso de los generales  Cipriano  Bencosme,  Desiderio  Arias, Alberto Larancuent,  Ramón Vásquez Riveras y los capitanes Aníbal Vallejo y Eugenio Marchena; el asesinato de Virgilio Martínez Reyna y su esposa, siguiendo con  los  de la  conspiración  de Santiago  de 1934, que fueron  a dar  con sus   espaldas a Nigua y a La  Torre del Homenaje,   hasta llegar a los luchadores  Vitalino Pimentel, Wenceslao Guerrero, Daniel Ariza y los hermanos Perozo;  continuando con los  que  organizaron  en Cuba en  1934  la fallida expedición  de  El Mariel, contra  Trujillo, y también  en la década del treinta  quienes lucharon contra la  organización  criminal de Trujillo La 42, y  la conspiración del coronel Leoncio Blanco; el estigma que nos sigue como país por la matanza de haitianos en 1937.  La década del 40  con la lucha del Partido Socialista Popular y  la Juventud Democrática;  las huelgas en los  ingenios azucareros encabezadas por Mauricio Báez;  la  frustrada expedición  de Cayo Confites en 1947 y la  acción militar de Luperón en 1949; el asesinato de Los Sargentos. La resistencia en la década del 50 con  la acción del doctor Rafael Estévez Cabrera; el asesinato de Porfirio Ramírez Alcántara y sus  compañeros, así como Freddy Valdez y Octavio de la Maza, la expedición de la Raza Inmortal de junio de 1959; las víctimas  de Trujillo en el exterior entre las cuales se pueden citar  la del licenciado  Sergio Bencosme, Andrés Requena,  Pipi Hernández,  Mauricio Báez, Jesús Almoina y el secuestro de Jesús de Galindez ; la resistencia  en el país del 60 destacándose la formación de la Acción Clero-Cultural dirigida por el padre Daniel Cruz Inoa;  el  grupo de Los Panfleteros de Santiago creado, orientado y dirigido por Wenceslao Guillen, y    el Movimiento 14 de Junio dirigido por Manolo Tavárez y Minerva Mirabal; el asesinato de las hermanas Mirabal y Rufino de la Cruz;  la gesta del  30 de mayo de 1961. El asesinato colectivo el 19 de noviembre de 1961 de los Héroes de Mayo ajusticiadores del tirano;  las acciones cívicas contra  los remanentes del trujillismo;  los muertos de la calle Espaillat.  La lucha contra los golpistas del 25 de septiembre de 1963; el Movimiento Guerrillero encabezado por Manolo Tavárez y el asesinato de éste y sus compañeros en Las Manaclas;  la   Guerra Civil y Patriótica de Abril  de 1965; las acciones en el curso de los 12 años contra Balaguer; el asesinato de Los Palmeros,  y  la acción de  Caamaño en Caracoles.

III.- No hay proporción entre las luchas y los logros obtenidos
10.-  No guarda proporción lo poco que ha logrado nuestro pueblo en el orden económico y social, con las luchas que ha librado en todo el curso de su historia.
11.- Si  hacemos una valoración  de la realidad política, económica y social que hoy exhibe nuestro país, comprobamos que hay un  absoluto desequilibrio entre el esfuerzo  hecho por el pueblo, y la fragilidad de sus derechos, libertades y conquistas de  contenido democrático.
12.- Ha sido sumamente alto el precio  que ha pagado el  pueblo dominicano buscando una democracia verdadera, pero la que ha conseguido  es falsa, aparente,  y engañosa.
13.-Lo mejor  del país ha hecho  ingentes esfuerzos por vivir bajo un estado basado en una institucionalidad fuerte, pero la que  tenemos es desvalida,  apagada e hija de  circunstancias politiqueras.
14.- El pueblo dominicano ha  luchado por vivir con seguridad,   pero  lo que  tiene hoy  es temor y violencia desenfrenada; ha accionado para tener garantía de vida y bienes, y lo que ha encontrado es indefensión.
15.- Las grandes mayorías nacionales han combatido en busca de la justicia, pero lo que han  alcanzado es parcialidad, favoritismo, privilegios y ajusticiamientos por encargo.
16.- Nuestro pueblo ha ido a la lucha política y social para vivir en un medio en el cual impere la igualdad de oportunidades para todos y todas, pero hoy vive en un ambiente de marginación, desigualdad e inicuo.
17.- Han sido miles y miles de nuestros paisanos los  que han accionado en la política   con el objetivo de construir una sociedad con poderes públicos administrados con decencia e higiene; pero lo que hemos padecido son instituciones que  constituyen una  afrenta para cualquier  persona que se respete; el medio social merece ser aseado, desinfectado para ver si se logra  higienizar en algo.
18.- Lo que nos dice cada día la  realidad dominicana es que el medio  social actual del país necesita ser transformado, porque el  que padecemos está degradado; pervertido hasta el tuétano; corrompido desde arriba hasta abajo.
19.- El orden social por el cual ha ido a la brega política lo mejor del país no se ha alcanzado; por el contrario, nos movemos en un ambiente descarriado, libertino, infame, ausente de toda nobleza, donde prima la humillación sobre la elevación,   la ruindad frente a la virtud.
IV.- Tímidas conquistas alcanzadas.
20.- Muy poco, o casi nada,  hemos obtenido a  nivel de libertades públicas, conquistas  sociales, institucionalización, protección del medio ambiente, adecentamiento de  la vida pública, seguridad personal y bienes,  afianzamiento de la soberanía nacional. Padecemos desatención a los niños, envejecientes y discapacitados.
21.- Al participar en grandes jornadas por un mundo mejor, hombres y mujeres de nuestro país  han hecho significativos aportes a los fines de construir un mundo dominado por el orden y la decencia, pero  lo que han encontrado es una sociedad dominada por el desorden, la confusión, el  desbarajuste y la anarquía.
22.- El bienestar con el cual han soñado los luchadores más consecuentes del pueblo ha resultado ser incomodidad, desventajas y dificultades de todo tipo.  Lo difícil ha predominado sobre lo comprensible.
23.- La sociedad dominicana de hoy es vista como  ideal  sólo por  aquellos que en todo el curso de su vida no han hecho el más mínimo esfuerzo para que en el país predomine un estado de derecho; una democracia en la cual el pueblo participe, controle y decida  sobre los asuntos de  interés colectivo, en la que no se imponga la desigualdad sobre la igualdad de oportunidades para todos y todas sin distinción.
24.- Pueden hacer una seria evaluación  aquellos que se integraron a la lucha política y social sin prejuicios ni resentimientos,  en busca de que triunfara la igualdad real y no  aparente; una sociedad democrática; plural y ausente de privilegios.
Conclusiones
25.- Después de tanto trajinar,  el verdadero pueblo dominicano tiene legítimas razones para hacer un alto en el camino en busca de un mejor país, y convencerse de que una real evaluación de las horas, días y años en el lidiar político y social no guarda proporción con los objetivos perseguidos y los alcanzados.
26.- Cada dominicano o dominicana que  con sentido de seriedad ha participado en la lucha   social y política del país, que haga un parangón  sereno y desapasionado, sin vehemencia  alguna, confrontando las luchas libradas con los resultados obtenidos, a la luz  de lo que es la sociedad nuestra hoy, en el orden económico, social, político,  moral e institucional; así como de las cualidades que adornan la persona de nuestros conciudadanos en su comportamiento cívico, sentido de la solidaridad y sensibilidad ante los problemas sociales.
27.-  Este escrito lo he elaborado como una reflexión para compartirlo con familiares,  amigas,  amigos y compañeros que, en una u otra forma, han participado, durante varios años, en la vida pública, política y social; y también para que los jóvenes dominicanos que tengan la posibilidad y deseo de leerlo hagan un análisis de la realidad dominicana de ahora, y se formen   su criterio de si  hay consonancia entre las luchas, esfuerzos, sacrificios y entrega del pueblo dominicano por una sociedad mejor, y la que padecemos ahora.
28.- Que cada quien sea juez del resultado de su razonamiento; y que la conciencia sea el árbitro que le diga a cada lector  o lectora,  si es cierto o no que en el país hay un proceso trunco desde la eliminación física de Trujillo hasta ahora.   

Santiago de los Caballeros,
30 de mayo de 2014.