Por:
Ramón Antonio Veras
1.- En política, como en otras
actividades de los seres humanos, la popularidad puede resultar del comportamiento
personal del ente que se hace
acreedor de ella, como es el
caso del Presidente Danilo Medina Sánchez. Su forma de proceder, el
contacto directo con hombres y mujeres
del pueblo, ha hecho posible que Danilo
goce en la actualidad de un alto índice de aceptación en amplios
sectores del país.
2.- EL Presidente Medina, está
gobernando dentro de los mismos marcos del sistema que lo hicieron sus
predecesores, pero su actitud, su postura
al conectarse con las personas a
las cuales trata, le imprime a su
proceder político un sello que le
ha generado admiración personal y política.
3.- Pero la popularidad política, al
igual que la notoriedad, puede resultar lesionada en un santiamén, cuando quien la
alcanza forma parte de un
equipo humano. Un hecho negativo de uno de los miembros del conjunto
afecta a los demás, principalmente al de más renombre y fama. El negativo proceder de
uno cualquiera de los integrantes del
gobierno presidido por el Licenciado Danilo Medina, empaña la gestión de éste y la simpatía que disfruta actualmente.
4.- He hecho el razonamiento anterior
porque me ha sorprendido, al igual que amplios sectores sensatos del país, la inversión de 18 millones de pesos, hecha por el Ministerio de Educación, en la
construcción de un pabellón en la actual
Feria del Libro.
5.- En la difícil coyuntura económica que estamos viviendo los
dominicanos y las dominicanas, la inversión de 18 millones de pesos, para
exhibir algo por dos semanas, constituye
un gasto inmoderado. La moderación en momentos de crisis se impone sin excepción
a todos aquellos que administran fondos
públicos.
6.- En otro orden, pero continuando con
el tema de los gastos inútiles de los dineros del erario, al igual que la
inversión de los 18 millones de pesos hecha por el Ministerio de Educación en su pabellón de la Feria del Libro, la donación
de 14 millones de pesos, hecha por la Cámara de Diputados a algunos
legisladores integrantes de ese hemiciclo, también ha sido objeto de censura.
7.- La mesura ha de primar al momento de
gastar el dinero del pueblo; el sentido de
lo reflexivo debe ponerse por delante de lo imprudente.
8.- Los grupos dominantes del país deben manejarse con mucho tacto, porque los pueblos son sumamente sensibles
y receptivos y reaccionan mal cuando se
sienten burlados en sus intereses, derechos y libertades.
9.- En todo el curso de la historia
de las luchas sociales se han dado casos de pueblos que soportan arbitrariedades y abusos durante veinte y
treinta años, pero un día cualquiera se
levantan, y en cuestión de horas arreglan cuentas con aquellos
sectores a los cuales identifican como los
causantes de su desgracia,
infelicidad, tribulación, desamparo, indigencia y calamidades.
10.- La suma de hechos que lesionan
vivamente las fibras sensibles del pueblo se van acumulando y terminan en una
explosión social ; ellos han de servir de motivación
a quienes tengan la oportunidad
de dirigir a los de abajo contra los de arriba y a
los abusados contra sus abusadores.
11.-
Estamos convencidos de que en nuestro país, más temprano que tarde, ha
de surgir alguien que, interpretando el sentir de los oprimidos, va a sacar de su garganta, con ponzoña, furia,
indignación y veneno, un discurso con la vieja idea: “Para que una clase pueda asumir la representación
de la sociedad, es necesario que todos los vicios de la sociedad estén concentrados en otra clase, es decir, “que una clase determinada sea la clase del
escándalo público, la personificación del obstáculo general, la encarnación de un crimen notorio
para todos, de modo tal que al emanciparlos de esa clase se realice la
emancipación de todos”.
REFLEXIÓN FINAL
No soy
creador de noticias alarmistas, ni tengo
nada de ave agorera, pero sí experiencias extraídas de
realidades vividas en nuestro país en un pasado reciente; he visto a
nuestro pueblo dar demostración de que todo lo soporta con
estoicismo hasta un punto, pero de un
momento a otro se levanta y es capaz de darle vigencia a la idea de que, en la
lucha social, se condensan veinte
años en un día.
Santiago de los Caballeros,
1 de mayo de 2014.