Por: Ramón Antonio Veras.
Con el fallecimiento de Magaly
Pineda, el país, el movimiento
democrático, progresista y feminista pierde una mujer ejemplar; sumamente
solidaria, luchadora incansable, y principalmente muy
humana.
Con Magaly, compartí en diferentes escenarios
en el accionar político, llegando a valorarla por su trato cálido, afectivo y
altamente amigable.
Recuerdo la perseverancia de Magaly, cuando al comienzo de la década del
setenta del siglo pasado, con motivo de
la prisión de su esposo Fafa Taveras, juntos realizábamos gestiones en procura de su
libertad .
Magaly, siempre fue activa
defendiendo las mejores causas; presta a estar en la primera línea reclamando justicia; demostrando desprendimiento y mucho valor; poniendo en riesgo la seguridad suya y la de
su familia para que en el país funcionen
las instituciones.
Magaly, fue en todo momento decidida
para el trabajo unitario, resuelta para
la lucha por los derechos económicos, políticos y sociales de la mujer y
los trabajadores en general. Sumamente valiente, de gran determinación,
inclinada a coincidir en lo que fuera de
interés para avanzar en el accionar democrático.
El fallecimiento de Magaly, sirve
para recordarla y continuar su ejemplo de mujer hecha de un material especial;
digna de servir de modelo a hombres y mujeres que aspiran a un mejor país, a
una existencia digna para todos los seres humanos, sin distinción de criterio
ideológico, sexo, nacionalidad o etnia.
El pésame por la muerte de Magaly,
debemos expresárselo a Fafa y a todos sus seres queridos; extender las condolencias a los que
fueron sus amigas y amigos, sus
compañeros de lucha, y también compasión para lo mejor del pueblo dominicano
porque pierde a una de sus combatientes,
a una de sus aliadas en busca de un mejor
país para todas y todos.
Santiago de los Caballeros,
29
de abril de 2016.