Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
Desde todo punto de vista resulta provechoso conocer el ambiente donde vivimos,
porque nos permite saber como actuar en
cada momento; el entorno hace posible ambientarnos con relación al escenario en
el cual actuamos.
2.-
Si desconocemos el marco donde llevamos a cabo nuestras actividades, estamos
expuestos a ser incoherentes, imprecisos, equívocos, realizar actuaciones
propias de personas enigmáticas. Aquel
que está debidamente ambientado difícilmente da pasos en falso, no se mueve
metiendo la pata, no anda de tropiezos en tropiezos.
3.-
Saber el país donde vivo y tener una
noción más o menos clara donde estoy encuadrado social y políticamente, me ha
permitido sobrellevar sin desesperación la tentativa de asesinato de que fue víctima mi hijo Jordi el 2 de junio de
2010, de cuyo hecho se cumplen hoy 70
MESES de haber ocurrido.
4.-
De no haber entendido que vivo en un país con instituciones infuncionales,
donde la mercancía dinero lo corrompe todo,
y la corrupción arropa a la sociedad entera, el sufrimiento me hubiera
hecho sucumbir, y la angustia me habría tragado.
5.-
Actuar conforme las circunstancias no es signo de claudicación, sino proceder contextualizado, enmarcado en
el mundo social real. El romanticismo, el idealismo ni la soberbia me han acompañado en mis actuaciones dándole
seguimiento al caso de mi hijo, desde cuando estaba en la fase de investigación
policial y judicial, ni en curso del
proceso ante los tribunales.
6.-
El ser humano, en la vida en sociedad no
puede dejarse llevar por las emociones, impresiones ni turbaciones. La maraña,
el embrollo, el ovillo que rodea la modalidad criminal del sicariato, requiere
ser racional, actuar con calma, no alterarse, ni hacerse un nudo en la
garganta.
7.-
La magistrada Yeni Berenice Reynoso, y
los generales Polanco Gómez y
Gracia Cuevas, así como sus equipos de investigación, en su momento
fueron testigos de como viví en el periodo de la investigación del caso de mi
hijo. Mi estado emocional se convirtió en un yoyo: en un momento tenso y
desbordado; en otro, flojo, relajado, tranquilo, totalmente sosegado.
8.-
Mi vida, desde el punto de vista emocional, ante la jurisdicción de instrucción
y de juicio, no ha estado libre de conmoción,
de momentos conmovedores. Al estar presente en todas las audiencias, he
tenido que sobreponerme; anteponer el caso de mi hijo, y el normal desarrollo del proceso, a mis
emociones; contenerme, armarme de paciencia, anteponiendo lo que conviene a
Jordi, a la familia y a la sociedad. He dominado, frenado, señoreado mis
impulsos.
9.-
La realidad me dice que no me queda de otra, debo seguir, continuar
comportándome con el convencimiento de que no puedo cambiar de actitud, saber
que el medio, el ambiente donde se inició mi calvario el 2 de junio de 2010, sigue
siendo el mismo y no se vislumbra cambio alguno. Por el contrario, a medida que
pasa el tiempo el ordenamiento bajo el cual vive el país se hace más difícil para las personas
decentes que reclaman justicia.
10.-
Mientras dure el proceso judicial del caso de mi hijo Jordi, estoy en la
obligación de yo mismo aconsejarme,
seguir asesorándome en el sentido de no caer en la desesperación, el
abatimiento ni la desmoralización. Debo
armarme de entusiasmo, esperanza, sosiego y moderación; olvidarme de que existe
el desaliento, la aflicción y el enfado, y fijarme la idea de que tengo que
continuar lleno de aliento, esperanzado y con la ilusión de que todos los
plazos tienen vencimiento, que faltan
menos días por pasar que los que han pasado, y el trecho por recorrer es
más corto que cuando comenzó el asunto el 2 de junio de 2010, hacen hoy 70
MESES.
11.-
Así de sencillo, 70 MESES tiene mi hijo Jordi que fue víctima de una tentativa
de asesinato, obra de sicarios pagados por Adriano Román; 70 MESES, que mi hijo recibió dos balazos en
la cara que le privaron para siempre de la visión de su ojo derecho, y lesiones permanentes en
el maxilar inferior y en la columna vertebral.
12.-
Para terminar, por hoy, me resta decir que después de haber transcurrido 70 MESES,
Jordi y toda nuestra familia, solamente
pide justicia; simplemente que se haga justicia; únicamente que impere la
justicia; tan sólo que la justicia tome su imperio, sólo con que se haga
justicia. Nada más que brille la
justicia, aunque Jordi solamente puede verla con el único ojo que le queda, con
el cual espera ver que triunfe la justicia.
Santiago de los Caballeros,
2
de abril de 2016.