sábado, 2 de abril de 2016

A los 70 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi

Por: Ramón Antonio Veras.

1.- Desde todo punto de vista resulta provechoso conocer el ambiente donde vivimos, porque nos permite  saber como actuar en cada momento; el entorno hace posible ambientarnos con relación al escenario en el cual actuamos.

2.- Si desconocemos el marco donde llevamos a cabo nuestras actividades, estamos expuestos a ser incoherentes, imprecisos, equívocos, realizar actuaciones propias   de personas enigmáticas. Aquel que está debidamente ambientado difícilmente da pasos en falso, no se mueve metiendo la pata, no anda de tropiezos en tropiezos.

3.- Saber el país  donde vivo y tener una noción más o menos clara donde estoy encuadrado social y políticamente, me ha permitido sobrellevar sin desesperación la tentativa de asesinato de que  fue víctima mi hijo Jordi el 2 de junio de 2010, de  cuyo hecho se cumplen hoy 70 MESES de haber ocurrido.

4.- De no haber entendido que vivo en un país con instituciones infuncionales, donde la mercancía dinero lo corrompe todo,  y la corrupción arropa a la sociedad entera, el sufrimiento me hubiera hecho sucumbir,  y la angustia  me habría tragado.

5.- Actuar conforme las circunstancias no es signo de claudicación,  sino proceder contextualizado, enmarcado en el mundo social real. El romanticismo, el idealismo ni la soberbia me han  acompañado en mis actuaciones dándole seguimiento al caso de mi hijo, desde cuando estaba en la fase de investigación policial y judicial,  ni en curso del proceso ante los tribunales.

6.- El ser humano,  en la vida en sociedad no puede dejarse llevar por las emociones, impresiones ni turbaciones. La maraña, el embrollo,  el ovillo que rodea  la modalidad criminal del sicariato, requiere ser racional, actuar con calma, no alterarse, ni hacerse un nudo en la garganta.

7.- La magistrada Yeni Berenice Reynoso, y  los generales Polanco Gómez y  Gracia Cuevas, así como sus equipos de investigación, en su momento fueron testigos de como viví en el periodo de la investigación del caso de mi hijo. Mi estado emocional se convirtió en un yoyo: en un momento tenso y desbordado; en otro, flojo, relajado, tranquilo, totalmente sosegado.

8.- Mi vida, desde el punto de vista emocional, ante la jurisdicción de instrucción y de juicio, no ha estado libre de conmoción,  de momentos conmovedores. Al estar presente en todas las audiencias, he tenido que sobreponerme; anteponer el caso de mi hijo, y  el normal desarrollo del proceso, a mis emociones; contenerme, armarme de paciencia, anteponiendo lo que conviene a Jordi, a la familia y a la sociedad. He dominado, frenado, señoreado mis impulsos.

9.- La realidad me dice que no me queda de otra, debo seguir, continuar comportándome con el convencimiento de que no puedo cambiar de actitud, saber que el medio, el ambiente donde se inició mi calvario el 2 de junio de 2010, sigue siendo el mismo y no se vislumbra cambio alguno. Por el contrario, a medida que pasa el tiempo el ordenamiento bajo el cual vive el país  se hace más difícil para las personas decentes  que reclaman justicia.

10.- Mientras dure el proceso judicial del caso de mi hijo Jordi, estoy en la obligación de  yo mismo aconsejarme, seguir asesorándome en el sentido de no caer en la desesperación, el abatimiento ni la  desmoralización. Debo armarme de entusiasmo, esperanza, sosiego y moderación; olvidarme de que existe el desaliento, la aflicción y el enfado, y fijarme la idea de que tengo que continuar lleno de aliento, esperanzado y con la ilusión de que todos los plazos tienen vencimiento, que faltan  menos días por pasar que los que han pasado, y el trecho por recorrer es más corto que cuando comenzó el asunto el 2 de junio de 2010, hacen hoy 70 MESES.

11.- Así de sencillo, 70 MESES tiene mi hijo Jordi que fue víctima de una tentativa de asesinato, obra de sicarios pagados por Adriano Román;   70 MESES, que mi hijo recibió dos balazos en la cara que le privaron para siempre de la visión  de su ojo derecho, y lesiones permanentes en el maxilar inferior y en la columna vertebral.

12.- Para terminar, por hoy, me resta decir que después de haber transcurrido 70 MESES, Jordi  y toda nuestra familia, solamente pide justicia; simplemente que se haga justicia; únicamente que impere la justicia; tan sólo que la justicia tome su imperio, sólo con que se haga justicia.  Nada más que brille la justicia, aunque Jordi solamente puede verla con el único ojo que le queda, con el cual espera ver que triunfe la justicia.



Santiago  de los Caballeros,

2 de abril de 2016.