1.- El ambiente democrático que se desarrolla en Venezuela no es hijo de
las circunstancias, sino fruto de la firmeza de hombres y mujeres de convicciones bien
definidas que procuran hacer avanzar su
país por la vía del progreso, del desarrollo social y económico.
2.- La comprensión de los
procesos objetivos contribuye al desarrollo del movimiento de liberación
nacional. Desde hace varios años, los revolucionarios
venezolanos habían hecho un análisis
objetivo de la realidad de su país, partiendo de “que la producción diaria de tres millones de barriles de petróleo, sostenida por un
cuarto de siglo, había hecho mella
definitiva en las viejas estructuras de la Venezuela semifeudal; la penetración imperialista generó un
crecimiento deformado y dependiente,
pero rápido y vigoroso de la economía capitalista. Esta transformación se expresó en la modificación radical
de la sociedad venezolana desde el punto de vista de su composición de clases. Se había desarrollado y fortalecido
la clase obrera, pero en mayor grado lo había hecho el sector de la burguesía asociada al
imperio, dedicado a actividades financieras e industriales que prosperaron a la sombra de los monopolios extranjeros. La economía
nacional evolucionó: antes de base agraria, luego minera y posteriormente cada
día más industrial.[i]
3.- El conocimiento de las
leyes del desarrollo social permite vaticinar la agudización progresiva de la
lucha entre oprimidos y opresores y la incorporación a ella de otras capas sociales. La actualidad venezolana demuestra que desde
hace años un mundo positivo era posible y que sólo hacía falta un dirigente, un líder; alguien que, como Hugo Chávez, interpretara el sentir de las
masas desposeídas y pusiera en marcha el
proceso, motorizara al pueblo a hacer suyo su alegre destino.
4.- La realización de las
posibilidades positivas depende en
considerable grado de la capacidad de las fuerzas revolucionarias para utilizar
la situación creada en provecho de
acciones que puedan conducir a las clases, capas y sectores más
consecuentes y decididos hacia la toma
del poder del Estado.
5.- El movimiento
emprendido por Hugo Chávez, demostró, en
la práctica, que las fuerzas motrices
del movimiento de liberación nacional en
Venezuela estaban presentes y que él, Chávez, le impuso dinamismo, las revivió, las puso en tensión; hizo a las fuerzas
motrices venezolanas artífices de la revolución
que desde hace años existían y
que sólo faltaba el actor, el líder para revivirlas, activarlas, para alcanzar
sus objetivos liberadores.
6.- Los continuadores de
Hugo Chávez, los hombres y mujeres que dirigen la Revolución Bolivariana forman
parte del gran movimiento mundial que combate en todos los frentes contra el imperio; permanecen al
lado de los que se identifican con los cambios que se están operando en América Latina y el Caribe. Las
nuevas tareas de los dirigentes venezolanos requieren
el fortalecimiento de la unidad de
todos los patriotas a fin de inclinar aún más la
balanza en favor del progreso.
Santiago
de los Caballeros,
15
de abril de 2015.