Por: Ramón Antonio Veras.
1.- Todo aquel que decide
ser padre debe saber la responsabilidad que asume y estar preparado para
enfrentar cualquier dificultad que se pueda presentar en el seno familiar; las
contrariedades son imprevisibles, y si
llegan hay que actuar en consecuencia.
2.- La sociedad dominicana
está viviendo una etapa sumamente difícil porque la vida de las
personas está a merced del
capricho de cualquier desaprensivo que, disponiendo de amplios recursos
económicos, pueda pagar
el precio solicitado por los sicarios. Así ocurrió con el caso de mi
hijo Jordi, contra quien Adriano Román pagó la tarifa a
la asociación de criminales que organizó su fallido asesinato. En este caso específico en mi condición de padre he procedido
cumpliendo con la misión que debo asumir como su progenitor.
3.- El encargo que me ha
tocado ejecutar ante la acción criminal contra Jordi, ha sido sumamente
difícil, no solamente porque actúo anímicamente en estado de permanente
aflicción, sino porque en el curso de la investigación judicial y
policial, así como durante el juicio,
he soportado toda clase de
contrariedades por las barreras que me
he encontrado por lo entronizado del caso.
4.- He procedido en el caso de mi hijo Jordi, a costa de
mi salud y seguridad personal, pero no me lamento porque la responsabilidad
como padre me obliga a actuar sin importar lo engorroso que es el asunto; lo
penoso del operativo criminal contra mi hijo
no me libera de la obligación de
darle seguimiento al expediente hasta el final.
5.- Precisamente hoy se
cumplen cincuenta y ocho (58) meses del
acto ejecutado el 2 de junio de 2010 contra Jordi y, no obstante las angustias que he tenido que pasar, me mantengo en
tensión convencido que mi deber como padre es seguir adelante, sin importar lo
lastimoso del proceso; sin desmayar un instante, sin desánimo, hasta que
se dicte una sentencia con carácter definitivo e irrevocable. Mi
compromiso como padre no tiene límites.
Santiago de los Caballeros,
2 de abril de 2015.