Por: Ramón Antonio Veras.
1.- Todos aquellos que en Venezuela conspiran contra la Revolución Bolivariana, están interesados que el pueblo no avance por el
camino del progreso, la libertad
e independencia total, constituyen una traba,
son aliados del atraso. Debemos luchar para que en cada país se elimine la miseria, el hambre, las
enfermedades, la discriminación y el oscurantismo, con lo que alcanzaría la felicidad material y espiritual.
2.-
La realidad pone en evidencia que la lucha por una vida mejor, los esfuerzos
para hacer posible los cambios positivos que requieren las masas populares de América Latina y el
Caribe, necesita el concurso de todas
las fuerzas políticas y sociales convencidas de que un futuro mejor es posible y necesario para
el bien de las mayorías
3.-
La experiencia demuestra
que la construcción de un orden
económico y social destinado a satisfacer las necesidades más perentorias del
pueblo de Venezuela, de seguro que
ha de chocar con los intereses de
aquellos que viven bien a costa del sufrimiento de la mayoría venezolana; el atraso
de Venezuela es la obra de la
minoría nacional y los grupos monopolistas norteamericanos que gobernaron en el
pasado.
4.-
La extrema desigualdad de desarrollo económico, político y social, fue motorizada en Venezuela por los mismos
que ahora conspiran contra el gobierno
legítimo de Nicolás Maduro. En la medida
que la minoría venezolana degradaba al pueblo, también se beneficiaban económicamente sus cómplices extranjeros.
5.-
Los dirigentes venezolanos están conscientes
de las diferentes etapas por las
cuales ha de pasar el proceso
democrático liberador, que no son otras que
eliminar todas las formas de injusticia
consecuencia de la opresión, no permitir ninguna forma de neocolonialismo
y emprender una vía de desarrollo social
con un modelo que satisfaga las
necesidades materiales y espirituales del pueblo.
6.- En el contexto actual, y vista la correlación
de fuerzas en Latinoamérica y el Caribe, así como en Europa, el proceso
venezolano cuenta con aliados
consecuentes que la apoyan en su deseo de romper los lazos que la atan al
pasado de dominio de grupos nacionales
insaciables, y extranjeros expoliadores.
Santiago
de los Caballeros,
1
de abril de 2015.