Introducción
1.- Mientras el ser humano forma parte del
mundo de los vivos está expuesto a pasar sinsabores, penas y todas clases de
malestares. Nadie escapa a los contratiempos que traen los golpes anímicos como
consecuencia de hechos desafortunados. La adversidad nos llega de improviso, y
hasta el más inconmovible, frío e insensible se convierte en sentimental cuando
le es tocado lo emotivo.
2.- He recibido duros golpes que me han
llegado a lo más profundo de mi alma; espiritualmente me he sentido devastado, abatido por
completo. Los choques espirituales me generan contrariedades, atribulaciones
que solamente con el transcurso del tiempo las puedo aliviar.
3.- Los amigos no salen a buscarse, el
encuentro casi siempre se da en forma accidental entre dos personas que a lo
mejor nunca se han visto físicamente. El hecho que motiva la primera
comunicación entre futuros amigos puede ser de diferente naturaleza y en los
escenarios más variados.
4.- No hay nada predeterminado para que los
amigos de hoy puedan decir mañana que se
pusieron de acuerdo para ambos estar a la hora y en el lugar que se comunicaron
por primera vez. La realidad es que los amigos dan inicio a los vínculos de
fraternidad en un determinado momento, pero no saben cuándo se van a separar,
si por diferencias, disgustos o por la muerte.
I.- Nicolás, ciudadano digno y virtuoso
5.- En mi vida, uno de los seres humanos con
los cuales más he compartido ha sido con el doctor Rafael Nicolás Gómez Ortíz,
a quien conocí en los primeros años de la década del cincuenta del siglo
pasado. Falleció el sábado 27 de octubre del año en curso y aunque desde hace
unos meses se encontraba quebrantado, nunca me preparé para la realidad de su
partida.
6.- Nicolás y yo mantuvimos vínculos de
estrecha amistad; nos formamos en el mismo barrio; juntos nos matriculamos en
la Facultad de Derecho de la Universidad de Santo Domingo; compartimos la misma
habitación durante los cinco años que vivimos en condición de pensionistas en
la ciudad capital; unidos hicimos la investidura y nos iniciamos en el
ejercicio de la profesión de abogados. Él y Reyna, su esposa, me escogieron
como padrino de Román, su hijo mayor. Por la identificación ideológica, en el
país participamos en distintas actividades de masas demandando el respeto a los
derechos humanos, las libertades públicas, la soberanía nacional y haciendo causa
común con la lucha de los pueblos oprimidos por su liberación nacional.
7.- Nicolás, fue un hombre sumamente sensible
y solidario; amante de la lectura y de una sólida formación cultural. Ejerció
la profesión de abogado apegado a la ética. Por su temperamento le era fácil
establecer sanas relaciones humanas, lo que le llevó a no tener choques de
ninguna clase con persona alguna. Fue dueño de una paz espiritual que le
permitió ser admirado por su trato dulce y afable.
8.- Nicolás, en su paso por este mundo dejó
una impronta que puede servir de ejemplo para los dominicanos y las dominicanas
que aspiran a que su pueblo cambie para bien. Seguir las huellas de su accionar
hace posible convertirse en un ente social productivo que obra en procura de la
fecundidad para lo que es la colectividad.
9.- Con su proceder ausente de aspaviento,
Nicolás siempre supo estar ahí, en el momento y lugar que mandaban las
circunstancias. No fue dado a la exageración al cumplir con su deber como
ciudadano de la época que le correspondió vivir. Con comedimiento y absoluta
templanza aportó a la lucha cívica y democrática de su país.
10.- El doctor Rafael Nicolás Gómez
Ortíz, vivió para serle útil a la
sociedad humana. Con sus actos probó que la labor social del individuo no debe
ser circunstancial, inconstante ni variable, sino continuada, mantenida y
persistente porque la habitualidad caracteriza al perseverante.
11- Nicolás, exhibió las cualidades que hacen
estimable a una persona por su valía, y la consideración que le da méritos como
resultado de sus actuaciones. En su persona se unificaron desprendimiento y
grandeza que hacen posible identificarlo como ciudadano digno y virtuoso.
II.- Nicolás, un amigo de verdad
12.- Las relaciones afectivas entre dos
personas, resultantes de la condición de amigas o amigos, no se establecen
mediante un acuerdo formalizado por escrito; el tiempo y la permanente
comunicación sincera van creando una especie de código consuetudinario.
13.-
El grado de amigo no se alcanza en un santiamén; la condición de ser amigo es
el resultado de un largo proceso que se inicia, a lo mejor, con un simple
saludo; y tal vez concluye con la desaparición física, la pérdida de confianza,
la traición, o una interpretación equivocada de las normas no escritas que
rigen los vínculos entre las amigas y los amigos.
14.- El tiempo fija las reglas entre las
personas ligadas por el concepto de amigas y amigos. Los distintos episodios
compartidos, los trances por los cuales han intervenido; las dificultades que
han enfrentado, en fin, los momentos alegres o tristes que han pasado, han de
contribuir al establecimiento de normas que han de guiar la limpieza entre
amigos y amigas.
15.- La sinceridad, la
franqueza, la lealtad y la solidaridad son partes esenciales de los vínculos entre
amigas y amigos; y tiene que ser así porque fingir no es de amigos, sino de
falsos; la deslealtad hace desaparecer la confianza, y el individualismo aísla
el sentido de buena comunidad y afinidad de sentimientos. 16.- El trato entre amigas y amigos ha de ser
una cuestión entre iguales, no se da de un solo lado; no puede haber reticencia
de una parte, y franqueza de la otra; bondad de uno, y maldad del otro. La
relación de camaradería no puede estar circunscripta a las circunstancias,
dependiendo de la conveniencia individual de uno de los actores que intervienen
en lo que se supone una comunidad de afectos.
III.- Así fuimos Nicolás y yo
17.- Hace algún tiempo escribí “tengo dos
amigos que para llegar a pie a sus respectivas casas no me tomo más de cuarenta
y cinco segundos. Sin embargo, muchas veces duro hasta dos años sin visitarles.
Pero eso no limita, en lo absoluto, el cariño, respeto, distinción y admiración
que les tengo a ambos. Ellos dos son parte de mis hermanos no biológicos, con
los cuales tengo lazos de hermandad indestructibles”. Uno de esos amigos a los
cuales me referí en el escrito es el doctor Rafael Nicolás Gómez Ortíz.
18.- Nicolás
supo ser amigo de los amigos; valoró la amistad sincera y libre de
desconfianza. La camaradería que iniciamos cuando éramos unos chicos la
conservamos con el paso de los años porque nació sólida y teniendo como base el
trato franco.
19.- Los verdaderos amigos no tenemos que
darnos muchas explicaciones, nos conocemos muy bien. No tenemos que hacer
juramentos para darle fuerza a nuestras exposiciones. Creemos en la palabra
dada y eso nos basta; tampoco tenemos que estar juntos todos los días, el calor
humano nos los transmitimos mentalmente a cada momento y mutuamente.
20.- Nicolás, al igual que todos mis verdaderos
amigos y amigas, comprendió que para los míos tengo un código que descansa en
mi cabeza, compuesto por normas que me dicen cómo debo comportarme con aquellas
personas que individualizo como amigas o amigos.
21.- Nicolás sabía que mi conciencia me manda
a honrar mis convicciones; obedecer bajo cualquier circunstancia con el amigo o
la amiga; respetar lo que el momento me dice, si el cometido me impone quedar
bien, acorde a lo que me he enclavado en el cerebro como combinación codificada
de la amistad.
22.- Nicolás percibió que la línea de
conducta con los míos, en las relaciones
de afectos con aquellos que están en la lista de amigas y amigos, no hay
ocasión para disculpas, justificaciones ni agarraderas. Mis normas de lo que
debo hacer con el amigo o la amiga no me permiten procurarme explicaciones
pueriles, ni el consabido penseque.
23.- Con Nicolás no tuve diferencias
insalvables porque él sabía que me muevo apalabrado; que me creo estar enredado
con la palabra dada a quien confía en que soy su amigo; que por esa confianza
debo contraer todos los compromisos, sin importar riesgos.
24.- Nicolás apreció que para mis amigas y
amigos siempre estoy ahí, donde me necesitan. Listo para lo que les pueda ser
útil, en las buenas y en las malas; presto para acercarme, estar juntos o, si
es de su interés, alejarme, separarme por conveniencia suya. Creo ser, por
momentos, un instrumento de lo que el amigo o la amiga necesita de mí.
25.- Hasta el último momento de su vida le
demostré a Nicolás que aquel que cuenta con mi amistad puede decir que nunca
está solo, porque siempre estaré a su lado, espiritual o físicamente. No creo
en dejar aislado, abandonado, desamparado a quien debo solidaridad, compañía,
calor humano.
26.- Entre los amigos se crea entre sí una unidad
de devotos, de partidarios, camaradería y vínculos de sentimientos
indestructibles. El amigo es un adicto a su otro amigo; hay entre amigos
adhesión, solidaridad y ciega lealtad. En la unión entre amigos no hay
posibilidad de crear fisuras. Los amigos se escogen ellos mismos entre sí, su
relación es el resultado de un conocerse y estudiarse mutuamente. Así fuimos
Nicolás y yo.
IV.- Nicolás, fiel a sus ideas
27.- Sin lugar a ninguna duda, el individuo
de sólidos principios se conserva inalterable sin importar circunstancias
adversas o favorables; el infortunio o la dicha no modificará su forma de
actuar; será el mismo para, conforme su creencia, responder en sentido positivo
o negativo. Los fundamentos que sirven de base a las convicciones guían las actuaciones;
el pensamiento está condicionado por las ideas que ha asimilado el que acciona
demostrando responder a lo que es su ideario, la ideología que llega a
convertirse en la conductora de sus ejecutorias.
28.- Recientemente escribí con relación a un
tema que, ahora, ante la desaparición física del doctor Rafael Nicolás Gómez Ortiz, lo he tenido muy presente. El
asunto que abordé, el de la coherencia, cuadra perfectamente en el proceder de
Nicolás durante su vida, y en particular
lo que fue la ideología que abrazó fruto de sus convicciones.
29.- Nicolás, durante el tiempo que vivió,
solamente fue miembro de una organización política, el Movimiento
Revolucionario 14 de Junio. Pero aunque se separó de ese instrumento de lucha
democrática, mantuvo siempre firme, sin
alteración alguna, arraigada su creencia en el socialismo real, llevando sus
principios a identificar a sus hijos con nombres de hombres de valía en la
brega por la liberación de la especie humana de toda clase de opresión.
30.- Nicolás y Reyna, bautizaron el primero
de sus hijos, Román Ernesto, como homenaje a Francisco Alberto Caamaño, quien
adoptó el apelativo de “Román”, una vez se convirtió en el comandante del
movimiento guerrillero que inició en Caracoles en 1973, y el de Ernesto, por el Guerrillero Heroico
Ernesto Che Guevara. Dimitrov, el segundo de los vástagos de Nicolás y Reyna,
debe su nombre a George Dimitrov, revolucionario búlgaro, que ante la victoria
del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania, propuso, en el seno de la Internacional
Comunista, la fórmula del Frente Popular, cuyo programa básico consistió en la
lucha contra el fascismo, el imperialismo y la guerra, por la restauración de
las fundamentales libertades democráticas, así como por reivindicaciones
obreras y populares.
31.- El más joven de los descendientes de
Nicolás y Reyna, Manuel Aurelio, tiene la designación como recordación al
doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo,
quien fuera un líder político dominicano, revolucionario y consecuente
antimperialista, fusilado en Las Manaclas, en 1963, cuando encabezaba un
movimiento guerrillero.
V.- Ante la noticia del fallecimiento de
Nicolás. La partida
32.- Hay anuncios de sucesos que nunca
queremos lleguen a nuestros oídos y cuando recibimos la información por
momentos nos comportamos incrédulos. Algo semejante me ocurrió la noche del
pasado sábado cuando mi comadre Reyna me comunicó la muerte de Nicolás. Quise
convertirme en un individuo abstraído, pero reaccioné de inmediato y comprendí
la realidad de la pérdida física de mi amigo. Acto seguido procedí a redactar
el aviso de su deceso, lugar del velatorio, el día y hora de su entierro y la
ubicación del cementerio, indicando en el mismo, además, las dos ideas que transcribo a
continuación:
a.-) “El sol puede morir y volver a nacer:
pero nosotros, una vez se apaga nuestra breve claridad, hemos de dormir una
sola y eterna noche”. Nicolás, duerme para siempre.
b.-) “La muerte es terrible para aquellos con
cuya vida se extinguen todas las cosas; no lo es ciertamente para aquellos cuya
gloria no puede fenecer”. Nicolás vivirá siempre en nuestros corazones.
33.-
Difícil, cuánto esfuerzo, qué dificultoso resultó para
mí decidirme para, con palabras
acompañadas de lágrimas, despedirme de Nicolás, teniéndolo a mi lado dentro de
su ataúd. Adiós, le dije a mi amigo.
Santiago de los Caballeros,
5 de noviembre de 2018.