martes, 31 de mayo de 2016

Ante el fallecimiento de mi amigo Antonio Imbert Barrera

Por: Ramón Antonio Veras.

Ante el fallecimiento, en el  curso de la madrugada de hoy, del héroe nacional   de la gesta del 30 de mayo,  Mayor  General Antonio Imbert Barrera, por  este medio expreso mis sinceras condolencias a sus familiares  y demás deudos.

Al General Imbert Barrera, le recuerdo con mucha distinción, afectos y especialmente con agradecimiento, por la solidaridad que me demostró en momentos sumamente difíciles para la vida mía y de mi familia. Nunca olvidaré las distintas ocasiones que el General Imbert me demostró su desinteresada amistad.

La más alta expresión de la especie humana, la solidaridad, la valoro mucho, y la traduzco en apoyo cuando tengo la oportunidad de testimoniarla. Correspondencia de  la eterna amistad  al Mayor General Antonio  Imbert  Barrera, es la que quiero transmitirle en este momento   como demostración de recuerdo imperecedero.

Santiago de los Caballeros,

31 de mayo de 2016.

lunes, 30 de mayo de 2016

Los favorecidos con el sistema, los incoherentes y el PLD

Por: Ramón Antonio Veras.

I.- Los aprovechados del orden social actual, se justifica que lo defiendan

1.-En el medio que estamos viviendo  cada quien reacciona de  manera diferente ante  los  fenómenos   sociales. En todo caso, la forma de pensar ha de determinar  la actitud para aceptar o rechazar el ordenamiento económico vigente y las consecuencias que del mismo emanan.

2.-Es normal que quien se beneficia de un sistema social   lo  defienda a rajatablas,  no así aquel  que le repugna y  está  interesado    que sea eliminado. Los adversarios del orden actual tienen  distintas   motivaciones para oponerse al mismo, y  métodos   diferentes  para enfrentarlo.

3.- Se justifica luchar contra el modelo económico y social vigente, porque favorece una minoría y lesiona a la gran mayoría  del pueblo;  es perjudicial para los que  son los más  y  beneficia  a los que son menos;  además  de ser injusto, el sistema genera toda una serie de taras que lo hace insoportable a la vista de  las personas decentes.

4.- No hay que hacer mucho esfuerzo  para reflexionar  con relación  a la necesidad de cambiar por completo el  presente estado de  cosas negativas que están  a la vista de todos y todas. Basta con tener un mínimo  deseo de buen vivir en lo material y espiritual, para no hacer causa común  o comportarse indiferente con lo nocivo  que  nos golpea como sociedad.

5.- La triste situación  que padece lo que se  llama pueblo dominicano se  comprueba  con suma facilidad, y sin  caer en  exageración;  no hay redundancia alguna de objetividad cuando decimos que el ambiente dominicano cada día se hace inviable, irresistible para las personas de buen vivir.

6.- El escenario en el cual nos movemos está  ahí, y no se presta a interpretación  antojadiza   ni caprichosa;  es  cuestión  de ser sincero, y no estar comprometido con las porquerías que nos golpean a cada instante y que,  con el paso de los días, algunos las aceptan  sin rubor, como si formaran parte de nuestra idiosincrasia.

7.- La vida nos dice que los  hechos son los hechos y no se derriten, los aceptamos o los rechazamos; no hay punto medio, justificación  o excusas valederas. Aquel que decide continuar abrazado al descalabro ético, moral y económico del que somos testigos, que le aproveche, lo disfrute y que le siga yendo bien.

8.-  Aquellos coaligados con los actos de perversión, depravación, corrupción e impunidad, y asociados en la generación de  hambre, miseria, desempleo y otras lacras  de esta sociedad, desde su opción de vida pervertida y como aprovechados del sistema, están  en lo correcto en defender  las escorias de  este  ambiente  adecuado  para  menospreciados sociales.


II.- Actitud incoherente de los llamados a enfrentar  el injusto ordenamiento actual

9.- Un  comportamiento  diferente al de los paniaguados  del actual ordenamiento  económico y social, están  llamados a  tener  aquellos que no se identifican  con la  situación actual  que  de de atractiva no tiene  nada. La vida que está   llevando  la mayoría  de los dominicanos y dominicanas, no es seductora para nadie, porque en lugar de encantar, amarga.

10.- De nada vale saber lo negativo o repugnante que es una  situación política y social,  y recurrir a lamentos, quejas y  necios lloriqueos. Lo que importa  es una vez  identificado el problema,  disponerse a enfrentarlo para encontrarle  solución adecuada  y en el tiempo que mandan las circunstancias. Nada se logra con jeremiadas y  sollozos propios de niñadas.

11.- Un  cuadro social que lesiona vivamente a las grandes mayorías nacionales,  le impone a los hombres y mujeres consecuentes accionar para revertirla; comportándose  como exige el momento, desarrollando diferentes actividades y aplicando los métodos de lucha que demandan  las circunstancias.

12.-  Aquí no han demostrado coherencia con su prédica aquellos  que están  conscientes de que  el pueblo dominicano no merece ni   debe continuar viviendo como hasta ahora,  ante el descalabro económico, social y  moral en que se encuentra; y,  además,  saben  que este ambiente hay que cambiarlo por otro diferente,  en el cual la existencia se haga llevadera, y no como la actual que es incómoda, inhospitalaria. 

13.-  Lo que estamos  viendo es que amplios sectores del mundo político nacional, aunque  reconocen la situación   de   calamidad que lesiona al país,  ponen por delante pequeñeces,  asuntos personales y sin trascendencia para sustraerse  a la realidad, y no asumir la posición  que  demandan las circunstancias, demostrando así  inconsecuencia  porque cuando el momento exige perseverancia  sacan  a relucir la inconstancia, su proceder veleidoso.

14.- Sin mucho esfuerzo podemos comprobar que el pueblo dominicano está  huérfano, abandonado a su suerte, a lo que decidan sus adversarios tradicionales, sólo porque los llamados a salir en su defensa se debaten en rebatiñas sin sentido   y mutuas reprobaciones  que sólo  conducen a disgustos, distanciamientos y enfados  propios de muchachadas. La ñoñería, las pavadas no forman parte de la política  con seriedad.

15.- Cuando  el momento le exige a los más decididos luchadores políticos y sociales que se unan  alrededor de un programa de contenido cívico, social y político, entonces sale entre ellos el afán  de liderazgo, el reclamo de  preeminencia, y cuantos prejuicios y sectarismos se hacen presentes  para impedir la unidad programática y de acción   que  demanda la ocasión.

16.- La vida política enseña  que muy poco significan  las sanas y renovadoras ideas, si el portador de ellas no es capaz de dar los pasos necesarios  para materializarlas. Por más revolucionaria que sea una persona su posición carece de   sentido y utilidad práctica si no  está en disposición de unificar criterios  con  aliados que sostienen  pensamientos  semejantes o diferentes,  pero  persiguen iguales objetivos políticos y sociales.

17.- Culpables de los males que afectan al país no  solamente son los que se aprovechan  del sistema injusto que hace posible la infelicidad de nuestro pueblo, sino también aquellos  que, conscientes de esa realidad y la necesidad y posibilidad de cambiarla,  se  sustraen,  eluden cumplir  con su responsabilidad, deciden rehuir la confrontación con sus reales adversarios.

18.- Se ha comprobado que amplios segmentos sociales de los que aquí predican acabar con la desigualdad de oportunidades, recobrar la decencia de la vida pública  y hacer eficaz las instituciones, no han cumplido con su discurso, que su peroración no se compadece con el comportamiento exhibido   en el momento de  acción.

19.- La brega por el control del poder del Estado, no es para comportarse como tontos, bobos o hacer de indios; es algo muy serio, lo que impide estar de alelado, bobalicón e imbécil. Se impone ser espabilado, perspicaz, sumamente despierto y no andar de simplón, como hasta ahora ha actuado la generalidad de los que están  llamados a desplazar,  a  derrotar   a los que manejan  el aparato estatal en provecho de la minoría nacional y extranjera.

20.-Lo que en el país se conoce como movimiento democrático, progresista y de izquierda, luce desconectado de la realidad nacional, sin conexión con el sentir de las masas,  incoherencia entre  la prédica y la práctica social, así como   contradicciones  internas grupales no ideológicas. El aislamiento coyuntural ha hecho difícil  cohesionar a sectores llamados a estar permanentemente unidos hasta alcanzar el poder del Estado.  

21.- Resulta  penoso  que sectores del país con  ideas progresistas consideran que actúan correctamente, y  pretendiendo  ignorar que su debilidad  es consecuencia de su limitación para comprender lo que conviene a todos y todas  por el bien colectivo;  y que un orgullo vano y  pretensiones personales  absurdas les  impide cohesionarse  para avanzar y vencer.

IV.- En el objetivo de sacar al PLD del poder
22.- Es una verdad  fuera de toda fantasía, que todos aquellos que  inciden en la política nacional desde la oposición, organizados o no,   tienen como objetivo principal sacar al PLD del poder. Decir lo contrario  no es más que hablar  pluma de burro, fanfarronerías  de encantados bulliciosos.

23.- No podemos desconocer que una cosa son los peledeistas actuando individualmente como entes sociales, y otra muy distinta  cuando están  en  conjunto  constituyendo  el órgano político, el instrumento que les permite  dirigir el Estado dominicano: el Partido de la Liberación Dominicana.

24.- El Partido de la Liberación Dominicana, en estos momentos es una maquinaria política  que resulta difícil  vencer, porque  su forma  de  hacer  política clientelar electoral cuadra perfectamente, como anillo al dedo,  con el comportamiento de  amplios sectores de   dominicanas y dominicanos dominados por la mercancía dinero; su metodología  aplicada antes, durante y después de los comicios   los  favorece y los  hace prácticamente invencibles.

25.- El PLD es una organización que posee  un material humano profesional de la política,  y dispone de recursos económicos ilimitados y de toda índole  para incidir  en forma   determinante en la voluntad de  electores y electoras.  El trabajo político de los peledeistas  no se limita  a las campañas electorales, sino que lo hace de manera   ininterrumpida,  dirigida a los sectores que interesa  retener y conquistar  para sus  fines  políticos.

26.- En el ambiente político nacional no hay,  ahora,  una cohesión de la oposición al PLD para enfrentarlo electoralmente  con posibilidades de éxitos, porque  además de ser una estructura partidaria a nivel nacional, cuenta con una masa de votantes cautivos que responden  en forma dócil a  sus  lineamientos.    

27.- El peledeismo arrastra infinidades de fallas, exhibe  cansancio y manifiesta conflictos internos que,  aunque no indisolubles,  le afectan.  Pero la oposición,  en sus distintas ubicaciones ideológicas,  expresa  fragilidad y cuando da pasos unitarios los mismos no resultan determinantes  para una victoria. En política no sólo cuentan las debilidades del adversario, sino también la fortaleza de sus oponentes; la dispersión de sus contrarios favorece al PLD.

28.- Para vencer al PLD no le basta a la oposición  descalificar    a los  más altos dirigentes de ese partido, sino demostrándole al pueblo que esa organización,  al igual que las otras que le han precedido en el poder, arrastra los mismos vicios, y   no está en condiciones de solucionar  los más acuciantes problemas del país. Desde una posición democrática la lucha contra el peledeismo  no puede ser solamente  política y moral, sino también social.

29.- Se precisa,  además, en el mosaico de la oposición de  un grupo de individuos con calidad de dirigentes  y condiciones  para trabajar en equipo,  y una voz  convincente  que genere confianza. Los hombres y mujeres del pueblo responden a sus líderes  cuando les dicen la verdad, les pintan la realidad de las cosas. Con simulación no se gana políticamente el corazón de aquellos a quienes se  aspira a dirigir;  con las masas hay que proceder con sinceridad, exponerles sus problemas y las soluciones posibles inmediatas. 

30.- Las masas populares dominicanas están ahí, y en su conjunto son más que los peledeistas, y es posible  que en el seno de ellas este su líder, el que les interpretará su voluntad y deseo de liberación. Movilizar y unificar  a los oprimidos  e insatisfechos  con la situación actual es posible, aunque  estamos conscientes que no todos los días  está presente un José Francisco Peña Gómez y un Juan Bosch. 

31.- Por último, debo decir que el peledeismo no abandonará  el poder   a no ser  que se unan  todos los disconformes  con la situación actual, y el mensaje  de la oposición sea enviado por una persona  que motive, genere confianza  en las masas, a los fines de que estas vean en la prédica de ese dirigente   sus deseos de liberación, de un cambio real y efectivo  del ordenamiento económico y social del país.


Santiago de los Caballeros,

30 de mayo de 2016.

lunes, 23 de mayo de 2016

Las votaciones del 15 y el destape de las trampas

Por: Ramón Antonio Veras.

I.- El político sin principios en busca de ganancias
1.- Las personas físicas,  una vez intervienen en  política motivadas por  conveniencias personales  son  impulsadas  a ejecutar todas clases de acciones para lograr las ventajas que persiguen, sin importar las consecuencias. El   interés particular es su norte,  y nada  las detiene en sus designios.

2.- En nuestro medio se comprueba con suma facilidad los esfuerzos de toda índole que desarrollan aquellos que están en  política en procura de ocupar un cargo electivo, con la única finalidad de sacar algún provecho del presupuesto nacional. Emplean los medios más absurdos y hasta los más temerarios y despreciables para sentirse satisfechos en sus pretensiones.

3.- La política como actividad comercial  es ejecutada con la idea de obtener ganancia, y quien la practica  con ese fin pecuniario, no tiene límite alguno para alcanzarla;  su mente la pone a funcionar políticamente en la línea de embolsarse la mercancía dinero teniendo como fuente el aparato estatal.

4.- Los principios del negociante de la política giran alrededor de las normas del rendimiento; los frutos que recibe por su intervención los valora partiendo de su esfuerzo para ganar, que es lo que le mueve su voluntad hacia  el anhelo de sentirse un ganador político, y el placer de  saciar su apetito económico.

5.- El político consciente de que debe su progreso económico a la politiquería, no es un improvisado en el  accionar político; llegó a ella a buscar mejor vida y a esta se entrega en cuerpo y alma;  la vive como un  sacerdocio, es su ministerio; busca  prevalecer  en lo que está y le deja beneficios, está en disposición de hacer o deshacer; actuar con alegría  o pena, aliento o desaliento, pero eso sí: nunca derrotado.

II.-  Al concluir el  proceso electoral
6.- Los procesos electorales son escenarios propicios para conocer el comportamiento de los políticos,  porque en ellos demuestran que saben en lo que están.  Los ambientes electoreros permiten conocer la esencia, el material de que está hecho el político habitual desde el punto de vista de su conducta,  y de lo que es capaz de hacer en nombre de vencer y no salir perdedor ni  fracasado  en sus objetivos.

7.- Lo que hemos visto luego de concluidas las votaciones del 15 de mayo, en lo que se refiere a los alegatos de fraudes, alteraciones, desviaciones, trastrueques, distorsiones,  y cuantas  calificaciones de trampas, artimañas, estratagemas, celadas, malas mañas y peores artes politiqueros, son expresiones propias de   grupos, entre los cuales hay  personas que seriamente defienden sus posiciones, y otras que entran en  la politiquería de ratonera, carnada, tahurería y trampillas.

8.- Lo mejor de nuestro pueblo cada vez comprende más y  mejor, el nivel de irrespeto a que ha llegado aquí la política clientelar. Se ve con claridad que en las rebatiñas están sectores de bien, así como también embaucadores y fulleros; jugadores de ventajas, marrulleros, embudistas y tramoyistas; nada de limpios y honrados.

9.- Lo que en verdad se llama pueblo dominicano no debe ser  indiferente a  los reclamos que hacen los sectores consecuentes con posiciones políticas de principios, pero  sí  caso omiso a las rebatiñas de los que activan en  la politiquería por conveniencia e intereses grupales. Las fuerzas motrices dominicanas que constituyen reservas de decencia están justificadas a moverse para que se respeten las expresiones políticas que constituyen  puntos de avance.

10.-  Las ciudadanas y ciudadanos dominicanos deben  dedicarle tiempo, a darle seguimiento a asuntos que  contribuyen al adecentamiento de la vida pública del país, y  a  la institucionalización, porque  lo que no aporta a la lucha social y política de nuestro pueblo, debe dejarse aparte, fuera de agenda, no tomarlo  en consideración, desprenderlo del cerebro. 

11.- Al intervenir en  asuntos  ocurridos en determinadas  coyunturas hay que manejarse con mucha habilidad política,  porque una cosa es lo que lesiona a las organizaciones democráticas, y otra muy distinta es la dificultad que pueda tener un partido de negocio, como consecuencia de un engaño de que ha sido víctima, hecho por un victimario de igual conducta a la suya.

12.- La política en sociedades integradas por diferentes clases sociales tiene muchas aristas, por lo que en conflictos políticos ausentes de principios éticos, y dominados por   alevosía, duplicidad y tigueraje entre felones,  nada tienen que buscar los nobles, leales, fieles y francos. El  ir  de un partido a otro, entrar y salir con una chaqueta y regresar con otra, vaguear de organización en organización, son movidas aceptadas entre  fulleros, chocarreros, chamarilleros y marrulleros.

Reflexiones finales
a.- La política ejercida para la materialización de ideales, y llevada a  la práctica por personas sensibles y de proceder correcto, es una actividad bonita que llena de satisfacción  a quienes en ella intervienen; pero su  esencia cambia  cuando es accionada por individuos que procuran lucrarse,  porque entonces  se pone  fea, repugnante y rodeada de todo lo pecaminoso que puede desarrollar  el ser humano  influenciado  por las lacras sociales.

b.- Una vez en nuestro medio la política se convierte   en gestión remunerativa,  sus actores  la trabajan con fines de ganancias económicas; la ven como un quehacer, un oficio  a seguir  según las normas comerciales; la consideran dependiendo de las necesidades  para recibir amplias ganancias, no importan los medios lícitos o ilícitos,  limpios o sucios, nobles o gansteriles, morales o inmorales, honestos o deshonestos. Lo que les importa es obtener beneficios, aunque para alcanzarlos los métodos  sean los más despreciables.

c.- En procesos electorales sin reglas claras de decencia,  con muchos actores  que son truhanes, la mercancía dinero como norte,  y el voto  como arma principal a lograr, no cabe duda de que  necesariamente tienen que desempeñar  papel de primer orden  el ardid, la trampa, la argucia, la manipulación,  la artimaña, el enredo  y la triquiñuela.

d.- Unas votaciones  efectuadas en un medio social agrietado ética y moralmente, y con normas que descansan  en quien tenga más dinero,  tienen que  resultar  pecaminosas, escandalosas, vergonzosas, obscenas, censurables,   y sin limpieza ni virtud alguna. La característica propia de un acto político insano, maligno y pernicioso, no puede ser  beneficiosa ni saludable para una sociedad supuestamente civilizada.

e.- Los dominicanos y dominicanas aspiran  a una democracia  que sea limpia, funcional e institucional, no como la que  estamos padeciendo  que es la obra de los que se mueven en la politiquería de engaño, falta de fidelidad,  jugadores de  barajas  marcadas,  y  a dos bandas. El accionar político de los hombres y mujeres de bien es extraño  a felonía, doblez, falsía y la puñalada trapera.

f.- Aquel que guía su trabajo político con reglas claras y movidas nítidas, rechaza la politiquería opaca, que es la que conduce a conflictos entre quienes tienen la política como medio para  resolver sus problemas personales. El político diáfano, transparente y claro en su línea de proceder, difiere de aquellos que  son  confusos, indefinidos, muy adecuados a las actuaciones imprecisas y perversidades toleradas en ambientes políticos  de hampones.

g.- Todos  aquellos  que aquí aspiran a  que la política nacional cambie en el  accionar gansteril, tienen  en estos momentos justos motivos para continuar activando; exigiendo que el ambiente político deje de ser dominado por gavillas,  por montones de individuos sin ningún concepto de lo que es honradez, honestidad, respeto a los demás y civismo.

h.- Los vagabundos políticos tienen al pueblo dominicano harto, exasperado  hasta el gollete.  El  hedor, el asqueo, el desencanto, la irritación por la tanta porquería politiquera tienen  a las personas decentes  cansadas hasta la coronilla, incómodas, fastidiadas  de tantos desafueros. La degeneración política no puede seguir como hasta ahora, que de tan podrida genera repugnancia, aborrecimiento permanente.

i.- Con motivo de las votaciones recién finalizadas,  lo que está saliendo a relucir en el ambiente político nacional es la parte cochina de la politiquería, poniéndose en evidencia que el interés de la comunidad en general no cuenta para algunos, sino lo que es de su exclusiva conveniencia.

j.- Por el estilo de hacer política huérfana de honestidad personal y el buen ejemplo a los demás, estamos ahogados; estrangulados de inconductas y prácticas corruptas reiteradas. Es una constante que cada vez que concluye una votación,  lo que sigue  es un  espectáculo deprimente, obra de muchos actores políticos que demuestran estar educados en desavenencias de bajo fondo.

k.- El medio político dominicano cada día se convierte en lugar ideal  para que actúe el que moralmente no sirve,  y tiene muy poco o nada que exhibir como virtud cívica.  Está presente  el desecho social, reflejándose  así el agrietamiento moral  de esta sociedad de permanentes  actuaciones politiqueras que angustian al ser humano decente.

Santiago de los  Caballeros,
23 de mayo de 2016.

Te felicito, mi diputado.

                                                           Santiago de los Caballeros,
                                                           20 de mayo de 2016.         



Mi estimado compañero y amigo Fidelio:

Por diferentes medios de comunicación del país, me  he informado de tu elección como Diputado  Nacional; espero que así sea.

Fidelio,  aceptando la información como una verdad, tú eres  el primero   de nuestra generación en llegar al Congreso Nacional,  de pie, con la frente en alto y, lo más importante, con nuestro propio discurso.

Desde ya te digo que contigo en la Cámara de Diputados,  me siento bien y dignamente representado.

Abrazos fraternos

Negro Veras.   

Después de las votaciones del 15 de mayo, ¿qué hacer?

Por: Ramón Antonio Veras.

I.- Comportamiento político  luego de las  pasadas votaciones

1.- La actitud ante la vida define a los seres humanos, y la forma de proceder en el medio social que desarrollan  sus  actividades, determinará si han sido o no  consecuentes con la prédica. La práctica social es la que decide si actuamos conforme sermoneamos.

2.-La política puede llevarse a cabo  con fines culturales y educativos, como pasatiempo para recrear  la mente, distracción de círculos sociales y entretenimiento de grupos afines. Pero para quienes la política con contenido social es un  compromiso que se asume con seriedad y responsabilidad, el accionar  político no tiene nada de  hobby,  es un  convenio, un acuerdo entre el ser humano y su pensamiento.

3.- En nuestro país, las campañas electorales son episodios,  farándulas politiqueras, ambientes adecuados de cómicos, farsantes y fantoches; una vez llegan a su final esas chácharas costosas y de mal gusto, la mayoría de sus principales actores, polichinelos  y monigotes, hacen una pausa para luego  de maquinaciones post electoreras,  volver con nuevos bríos a confabulaciones y asechanzas contra lo mejor de nuestro pueblo.

4. Un comportamiento diferente al de los negociantes de la politiquería, deben asumir los hombres y mujeres comprometidos con el  rumbo, la dirección que ha  de seguir el país para  con  una correcta orientación llegar al éxito. Mientras los enemigos  del pueblo, después de los comicios hacen pausa para maquinar,  sus amigos deben aspirar  a cambios verdaderos, hacer  un alto para reflexionar,  una tregua mental con el fin de repensar  qué  harán en lo adelante.


II.- Posición que deben asumir los comprometidos  con la lucha política y social

5.-  Concluidas ya las votaciones el pasado día 15 de mayo, los comprometidos con la causa de los humildes, burlados y despreciados de la sociedad dominicana, que  no cifraron esperanza en el resultado de las urnas, deben hacer una labor de  repaso con relación a lo que han hecho en el accionar político con resultados positivos o negativos, y enfrascarse, concentrarse en qué harán en lo adelante, para seguir cumpliendo las funciones políticas  y sociales que por convicción, fidelidad a sus irrenunciables principios,  están  obligados llevar a cabo.

6.-  La forma como está diseñada la sociedad dominicana, y  la flexibilidad de su moral,  permite que las personas que la integran se manejen en su  comportamiento público y privado, laboral y familiar, conforme su conveniencia y de acuerdo con las circunstancias. Aquí, cada quien ajusta su proceder político a lo que  le dicta su conciencia, dependiendo de su ideología.

7.- Aquel que asume el compromiso político y social de ser coherente con sus principios, no tiene excusa alguna para liberarse, sin importar apuro, dificultad o el trance que se le presente. En el  medio cada quien  sabe la forma que,  conforme sus posibilidades y habilidades, puede hacerle honor a su responsabilidad como político comprometido.

8.-  En nuestro país, miles y miles de hombres y mujeres han demostrado estar comprometidos con las mejores causas, las de los que viven en estado permanente de opresión social; y haciéndoles honor a su compromiso han actuado en coyunturas diferentes.

9.- Pero no basta con comprometerse con una causa, un objetivo liberador, también hay que  accionar correctamente para hacer realidad  la razón, el fundamento de la motivación que es la  materialización de las ideas. Para alcanzar los resultados    esperados hay que manejarse, desenvolverse; trabajar, no abstenerse; funcionar, no inhibirse.

10.- El  deber llama a los  luchadores políticos y sociales consecuentes del país a que asuman las tareas que mandan las circunstancias para cumplir su cometido, sin importar que  hayan  llegado a su final las votaciones de mayo 15, organizadas por los que defienden el sistema para legitimarlo y rodearlo de las formalidades de la democracia representativa. Aquí, no tienen alternativas los que por voluntad propia han decidido liberar a los que están hundidos en la miseria que los  ha metido la minoría nacional. 

11.-  Diferentes son las actividades que los hombres y mujeres con vocación  democrática están llamados a cumplir en el quehacer político nacional; pero dentro de las múltiples tareas hay una que constituye la piedra de toque: hacer posible agrupar, enlazar, amalgamar a los que coinciden en el objetivo de la liberación de los oprimidos.

12.- En los trabajos unitarios hay que  desarrollar todo el dinamismo  posible, demostrar agilidad mental, ser cuidadoso en el trato, estar atento a los más mínimos detalles y prestos a buscar soluciones. En busca de lograr  la unificación de los que quieren un mejor país, no hay nada que desdeñar; el momento  no  es de separar, sino de incorporar en un solo órgano político a los que creen en la unidad dentro de la diversidad.

III.- Aprovechar el momento actual
13.- El tiempo desempeña un papel importante a tomar en cuenta en los asuntos políticos, porque  no se actúa igual en cualquier momento. Los ciclos sociales cambian en un abrir y cerrar de ojos, y las fases de los procesos se presentan cambiantes, por lo que  hay que estar preparado para saber actuar y tener éxito.

14.- En la actualidad política nacional, es necesario comprender el momento  de actuar, y saber combinar coyuntura, situación del país y el estado de ánimo  de las masas populares.  La ocasión  a veces resulta determinante para alcanzar el objetivo perseguido.

15.-  Los seres humanos se manifiestan de formas diferentes en las actividades políticas, razón por la cual hay que tomar en consideración su entusiasmo o desaliento, los bríos que exhiben  o la pusilanimidad que demuestran ante un llamado a accionar. La resolución, la  decisión a moverse por una causa que le motiva, demuestra su intención en uno  u otro sentido.
16.- No hay que ser un sabihondo  de la política nacional para darse cuenta el estado de indignación, el  completo enojo que hay en amplios sectores de la sociedad dominicana;  el disgusto es patente, se  observa con claridad, sin mucho esfuerzo; y son distintas las causas  que generan ese explicito desencanto de la situación actual.

17.- Corresponde a los dirigentes políticos con sentido común y sensibilidad,  conocedores  de la realidad nacional, en la presente coyuntura  interpretar  el sentir del pueblo,  y haciendo un análisis objetivo de las  lacras de la sociedad dominicana y la insatisfacción popular, actuar en consecuencia.

18.- La oportunidad que se presenta  en el país, por el deterioro material y moral, la degradación de la sociedad en general, es adecuada para organizar al pueblo y guiarlo por un  camino distinto al que ha transitado hasta ahora. La desmoralización y pesares fijos en la conciencia popular es notoria, y el  mensaje que deben mandar los luchadores sociales  es de acción permanente, sin descanso, sin tregua.

Reflexiones finales
19.- La intervención de los hombres y mujeres comprometidos con las causas justas, la conducta que  expresen debe ser preparar al pueblo para emprender grandes batallas políticas, económicas y sociales. El tiempo actual es  de empuje de masas, y la pujanza que demuestren  los oprimidos es compromiso de los dirigentes democráticos más lúcidos, decididos y resueltos.

20.- Una sociedad como la dominicana de hoy, preñada de injusticias, inseguridad, corrupción, degeneración y cuantos vicios sociales están vigentes en  un  cuerpo social enfermo, sin duda impulsa al desasosiego, la intranquilidad e impaciencia.  Corresponde a los que  no están  de acuerdo con esa podredumbre, desnudarla, quitarle el velo que la cubre colocado por los que de la porquería se benefician.

21.-  Los mejores dominicanos y dominicanas, deben estar debidamente organizados y bien dirigidos para que expresen su desacuerdo con la  situación actual;  manifiesten su   ruptura  con el modelo vigente; y demuestren así la pugna que existe entre el desastre que hay y la vida digna a que aspiran. Al frente de esas acciones han de estar aquellos que  tienen calidad para dirigir, es decir,  los más decididos luchadores sociales, poniendo por delante acierto, sensatez y buen tino.

22.- Las dominicanos y dominicanas inconformes con la desastrosa situación actual,  deben ser captados para luchar;  atraídos a expresar unidos su disgusto; seducidos para que su voz unida a la de otros indignados se escuche  más potente; conquistarlos para que nunca más sean presa de los politiqueros desalmados que les mantienen secuestrados, como prisioneros de sus propias necesidades.

23.-  Hay que salir al frente para que el pueblo sepa que no todos estamos en política para engañarlo con mentiras y traiciones; y vea las mismas caras de los que durante años han estado a su lado en diferentes escenarios reclamando derechos y libertades; iguales  los rostros de los que  sin reservas  se han levantado exigiendo respeto a la soberanía nacional y el adecentamiento de la vida pública, en fin, reclamando democracia sustentada en la igualdad de oportunidades y funcionalidad de las instituciones y órganos del Estado.

24.-  Deben salir y hablarles al pueblo con franqueza, los que en este país no tienen fechorías que ocultar, dinero robado que encubrir ni cómplices truhanes para tapar;  conversar con   las masas populares y manifestarles que sus verdaderos amigos no se van  a refugiar  cubiertos en  instituciones del Estado, carcomidas por la corrupción; que no estarán agazapados, ni agachados, sino presentes en todas partes para mostrarse  como lo que son: hombres y mujeres de vanguardia, que pueden abrir sus manos y de ellas no cae al suelo dinero robado ni sangre generosa de los hijos de esta tierra.

25.- Nuestro pueblo necesita que sus mejores hombres y mujeres,  los honrados y decentes del accionar político,  estén predicando desde la misma tribuna, con idénticos mensaje de orientación, caminando parejos hacia el  objetivo común de acabar con el ignomioso estado de  deshonor que nos avergüenza como país, y el despreciable ambiente  que  padecemos y no merecemos como comunidad laboriosa y honesta.

26.- Aquellos que por años se han dedicado a esquilmar a la mayoría del pueblo dominicano, y al concluir el proceso electoral piensan continuar empobreciéndolo, hay que decirles que  en lo adelante no será igual al pasado  de ignominia, maldad, depravación, perversidad y vileza, porque los que aquí se han  opuesto y se oponen a la desigualdad, la infamia, ultraje y mezquindades  han decidido unirse para cambiar el país de la ruta trazada. El estado de desastre que en el orden de decencia e institucionalidad  que vive el país hay que impugnarlo ya,  en la cotidianidad de nuestra existencia, sin necesidad de esperar la llegada de un nuevo proceso electoral.



Santiago de los Caballeros,

16 de Mayo de 2016

sábado, 14 de mayo de 2016

Mañana, la mayoría vota, pero la minoría elige


Por: Ramón Antonio Veras.

1.- No me cabe la menor duda de que mañana, domingo día 15, miles y miles de ciudadanos y ciudadanas, comparecerán  a sus correspondientes colegios electorales, a echar en un  cajón  de cartón, identificado como urna, las boletas en  las cuales han identificado, con una  raya o cruz, al candidato o candidata que han  favorecido.

2.- El hecho de que el o la sufragante asista a votar, sin tener a su lado  persona alguna que lo coaccione,  no quiere decir, en modo alguno,  que ese ciudadano o ciudadana ha ejercido   libremente su derecho al sufragio. El acto de votar no necesariamente es concomitante con la acción libre.

3.- El ser humano es libre cuando decide  emancipado de toda condición, en forma abierta, sin cortapisas de ninguna clase; conserva su pensamiento autónomo, sin obstáculo mental alguno.  Disfruta de libertad quien  en su mente no tiene compromiso, ni está restringido en sus actuaciones.  No es lo mismo liberado que cautivo; independiente que obstaculizado.

4.- La libertad hace posible que el individuo se manifieste con albedrío, dirige su voluntad hacia un objetivo sin estar su cerebro con predestinación; su intención está liberada de atadura alguna. No hay cohibimiento en aquel que toma una decisión sin vacilación;  resueltamente, sin dudar lo que está haciendo.

5.- Más de la mitad  de los casi  siete  millones de ciudadanos y ciudadanas dominicanas que actualmente figuran en el  padrón,  aptos para elegir candidatos, no sufraga con libertad,  porque está condicionada por diferentes factores que influyen en su  voluntad mucho antes de entrar  al colegio electoral a echar  los papeles en  los tres cajones individualizados con las letras A, B y C.

6.- El o la votante que va a votar bajo la influencia de un  tormento, no  sufraga libremente; no siente placer alguno, simplemente cumple con algún compromiso previamente asumido, porque  quien vota condicionado considera el acto de votar,  no  una decisión alegre, sino un padecimiento.

7.-En países como el nuestro, con modelos económicos atrasados,  en los cuales la mayoría de los integrantes de la sociedad son víctimas de la desigualdad de  oportunidades, y viven bajo estado de opresión social, votar  es una simple formalidad a cumplir para satisfacer las aspiraciones de la minoría nacional que se beneficia del sistema imperante, y procura con el voto de los pobres legitimar el orden establecido.

8.- El voto es libre sólo  para aquel que lo ejecuta como una decisión, con el empeño de materializar su anhelo; el propósito que le  motiva a darle aquiescencia a su libertad de actuar en el sentido que se ha propuesto. Un acto deliberado es  la obra de una persona no atada en su voluntad  y  que  previamente ha pensado lo que  ha de realizar.

9.- El  hecho  de votar atrapado por la miseria, el desempleo y otras limitaciones, equivale acomodarse  a las circunstancias; amoldarse, resignarse a las reglas impuestas por el mismo adversario causante de los males que le lesionan. Aquel que quiere  salirse  de  la trampa  tiene que liberarse de cualquier forma,   porque de lo contrario continuará  siendo víctima del sistema que le  oprime y  es  legalizado con los votantes sin libertad.

10.-  La dinámica de la sociedad en que vivimos coloca en situaciones diferentes  a las electoras  y electores  que  desde el momento de su nacimiento han tenido y tienen  solucionados  sus problemas materiales y espirituales,  a diferencia de la gran mayoría de  los votantes  que, en lugar de resueltos, cada día  se le agravan , empeorándose  sin que tengan arreglo a la vista.

11.- Algunos consideran que mañana, por ser día de las votaciones, es una fiesta de la democracia; pero no dicen que se trata de la celebración  de  la democracia de la minoría nacional,  que bien   la  disfruta, festeja y le sirve de francachela. Es la democracia de sus jaranas, jolgorios y parrandas.

12.-   La democracia de los que mañana votan, pero no eligen, es otra muy diferente. Es a la  que aspiramos y debemos construir;  en la cual el pueblo elige  a sus mejores y  más  calificados   representantes. Democracia festiva es aquella  donde el pueblo es libre de elegir  para luego poder decidir su destino en los marcos de los importantes asuntos de Estado.


Santiago de los Caballeros,

14 de Mayo de 2016.

viernes, 13 de mayo de 2016

Un proceso electoral en un pantano


Por: Ramón Antonio Veras.

1.- El ser humano nocivo presente en los actuales  comicios, proviene  no sólo de las capas sociales marginadas,  sino también están presentes grupos de poder económico perniciosos, demostrando un comportamiento insaciable, avidez de dinero y ordinario oportunismo. La ansiedad por sacar su tajada del presupuesto nacional  motiva a sectores económicamente poderosos a comportarse como indigentes, politiqueritos de poca monta.

2.- El actual proceso electoral, además de servir como escenario propicio para disfrutar a los cómicos politiqueros y las bufonerías de activistas buscavidas, también permite a las personas decentes darse cuenta del profundo nivel de  degradación a que han  llegado  distintos segmentos de la sociedad dominicana.

3.- Cada periodo electoral hay que  verlo como un  cuadro patético, un  espejo donde se puede presenciar la miseria moral vigente en la  sociedad dominicana, la escasez de  orgullo personal, la devaluación de la dignidad, la pobreza de conducta, y  la vergüenza desgraciada en muchos de nuestros compatriotas.

4.- Una  comunidad tiene que estar altamente dominada por sinvergüencería, canallada, desfachatez y bribonada, para que hombres y mujeres se comporten al margen  de la decencia, integridad y honestidad, y hagan resaltar sus inconductas como deshonestos, indecorosos y faltos de honra.

5.- En los caravaneos  electorales sobresalen las más variadas escorias, verdaderos  despojos sociales,  residuos hechos personas. Lo escaso de dignidad y valía, ha hecho acto de presencia en la movilización para conquistar votos, sin  importar que muchos votantes estén infectados de los peores vicios sociales.

6.- Resulta sumamente vergonzoso ver a  personas con  buena imagen pública y méritos bien ganados,  manifestando su apoyo político a determinado candidato, sin argumentar base ideológica o causa justa nacional,   como si se justificara el culto a la personalidad a cambio de lamer, chupetear  el presupuesto nacional.

7.- Aquel que vive de la fantasía y se había formado la idea de que el  medio social del país está levemente enfermo  desde el punto de vista  de la decencia, el  honor y el decoro, se ha equivocado, porque en su gran mayoría la sociedad dominicana es un fango, una deshonra, un  deshonor, en el cual  la mercancía dinero se llevó entre los pies la dignidad. 

8.- El ambiente electoral dominicano indigna, apena y avergüenza a cualquier persona con sano  juicio  y bien nacida. En poco tiempo  se le ha quitado el velo  que cubría  la podredumbre social  en la que nos movemos  como hombres y mujeres civilizados y de bien. Basta decir, que Dios nos coja confesados.


Santiago de Caballeros,

13  de Mayo de 2016.

martes, 10 de mayo de 2016

La unidad que necesitamos debe comenzar ahora

Por: Ramón Antonio Veras.

Introducción

1.- Estoy plenamente convencido, persuadido en lo absoluto, de que en el mosaico político dominicanos hay todo un grupo de hombres y mujeres probadas en sus convicciones democráticas y progresistas, y con disposición de llegar hasta el  sacrificio para ver materializadas sus creencias.

2.-  De esos mismos sectores conozco su profundo pensamiento para analizar los distintos  fenómenos que se dan  en el seno de nuestra sociedad; les he visto accionando en diferentes escenarios aplicando los más variados métodos de lucha,  pacíficos y violentos, legales e ilegales, en procura de que el pueblo dominicano alcance el poder político del Estado.

3.- En síntesis, lo que quiero destacar de los grupos políticos y sociales que he descrito, es que  es palpable su abnegación, apego a sus principios y devoción por alcanzar los objetivos por los cuales han bregado sin reserva alguna. De ellos puedo decir que es autentica su práctica, y con su posición política no hay transacción con los adversarios y  ni mucho menos claudicación.

4.- Lo que me impulsa a escribir este artículo no es exaltar a esos luchadores sociales, modelo de perseverancia y coherencia en su comportamiento, sino expresar la inquietud que me genera el hecho de que esos mismos seres humanos virtuosos como accionantes  de la política nacional decente, no hayan tenido la suficiente comprensión para acercarse  mutuamente, y demostrando agudeza y desprendimiento  unificarse  alrededor  de un órgano y programa mínimo.


I.- Para alcanzar el poder del Estado, comencemos  de lo inferior para llegar a lo superior.

5.- Las fuerzas políticas nacionales que sinceramente aspiran a formar un gobierno de contenido democrático, saben  que tomar el poder,  quitárselo a la minoría nacional que lo detenta para  provecho propio y contra el pueblo, constituye una gran conquista, la meta superior a lograr frente a los contrarios.

6.- El objetivo principal, el preeminente es llegar al poder, a tener el dominio de las instituciones del Estado, y para lograr ese fin  poco importa comenzar por lo inferior, lo ínfimo, lo más pequeño. Nada quita iniciar minúsculos si tenemos la certeza de  convertirnos en poderosos con base de apoyo popular y por una causa justa.

7.- Se inicia por lo sencillo,  a lo de  fácil acceso,  no  a lo intrincado,  dejando para luego lo  complicado, dificultoso y muy complejo. Los asuntos ligeros,  factibles y manejables son abordados sin tropiezos;   se simplifican, llevan a soluciones inmediatas para las partes que intervienen en conversaciones unitarias.

8.- Lentamente, en forma pausada, sin prisa ni desesperación alguna, aquellos que dominan  la política y la aplican con sentido realista, avanzan firmemente poniéndose de acuerdo en los puntos que les unen; quienes están conscientes   de lo que les conviene para beneficio del pueblo, en provecho del avance unificador, no tienen que avanzar raudos, veloces.

9.- Aquellos que han pasado más de las dos terceras partes de sus  vidas en la lidia política, no tienen que hacer mucho esfuerzo para en interés de lo que se llama pueblo dominicano concordar asuntos que no requieren  dificultad alguna concertarlos sin la mayor brega. Se hace amena, entretenida, una  plática sobre la unidad de acción llevada a cabo  con espíritu de unirse, comenzando con puntos comunes  tendientes a la compenetración,  a la alianza fructífera.

10.- Partiendo de la lucidez demostrada, la esplendidez exhibida en sus  razonamientos; la gran sagacidad y correcta aplicación de los métodos más avanzados de las ciencias sociales,  se supone que  los principales actores del movimiento democrático del país  reúnen las condiciones necesarias para  alcanzar el poder del Estado  y desde él ejecutar los proyectos siempre soñados de liberación total y definitiva.

11.- Si los sectores políticos con posibilidad de realizar los cambios que requiere el país tienen talento, valor personal,  sentido de sacrificio y honestidad probada,  sólo falta   que se acerquen mutuamente, con  sentido de desprendimiento, alta generosidad, entrega plena a la causa de los humildes, y despojados de individualismo,   de  orgullo vano, prejuicios y sectarismo.

12.- Cuando en política se actúa no persiguiendo beneficios personales, en la práctica hay que demostrar que se está dispuesto a realizar los más ingentes   esfuerzos para  lograr las metas perseguidas y sin importar las consecuencias.


II.-  Lo que ha impedido la unidad para triunfar

13.- Con la misma franqueza que he reconocido, y la sinceridad con que he expuesto las virtudes que como ciudadanos y ciudadanas adornan a muchos hombres y mujeres del pueblo con vocación  democrática y progresista, también debo decir que a algunos  les ha faltado nobleza, desprendimiento y espíritu unitario.

14.-  Algunos han puesto por delante su historial de lucha e incidencia en la vida pública,   méritos   personales y abolengo para obstaculizar acuerdos con fines políticos fructíferos; han sobresalido las minucias y las bagatelas. Las ponzoñas y  el veneno del individualismo han sentado  reales para impedir  la unificación de organizaciones que se  suponen libres de limitaciones pueriles.

15.- Cuestiones  insustanciales, sin trascendencia alguna, han sido colocadas por delante de lo más importante  que es la unidad de acción  para acercarnos al poder y dejar de estar en el campo de las lamentaciones. Lo trivial ha ocupado un espacio en el curso de  conversaciones unitarias, aunque se sabe que lo vano no conduce a nada útil para lo que  conviene al pueblo dominicano.

16.- Es evidente que aquellos que ponen sobre la mesa de negociaciones cuestiones personales, no quieren la unificación con los que buscan unirse para avanzar y triunfar. Es pura quimera, fantasía politiquera, creerse por encima de la necesidad de la unidad, en nombre de un alegado prestigio que sólo sirve  como satisfacción individual.

17.- Es prisionero de su individualismo, encarcelado de ideas retardatarias, aquel   que para  que no prospere la unidad, saca a relucir y hacer alarde de la vida pública suya o de su familia. La petulancia, el comportamiento de presumido, el proceder engolado, daña el trabajo por la unidad  basada  en puntos sencillos, fácil de concertar.

18.- Pavonearse de ser un ciudadano prominente, alardear de muy preparado, fanfarronear de ser luchador contra la corrupción, y cuantas pavadas pueden salir de la  garganta de un progresista presumido, sólo sirve para separar, aislar y desunir,   pero jamás para unificar a los que quieren la unidad sin prejuicios  altaneros, muy propios de aquellos que no sirven para unir, sino para dividir.

19.- Hace labor de diversión, convierte los trabajos unitarios en pasatiempo político quien se  encierra en detalles y argumentos sin sentido, para torpedear cualquier encuentro propicio para la unificación  de los que aspiran a construir  un país nuevo, diferente al que tenemos ahora, averiado por todas partes.

  20.- La  soberbia, muy propia  del jactancioso que se cree portador de la verdad y razón única, nada aporta a la unión entre los que accionan en política sin pensar en la mercancía dinero, ni vanagloriándose por haber cumplido con deberes como ciudadano. El engreimiento espanta la labor unitaria y conduce a lo estéril  e ineficaz. El presuntuoso y fatuo, hace labor disolvente; disgrega, no solidifica; descompone, no concentra; separa, no congrega.

21.- Aquel que va a negociar exhibiendo méritos personales y poniendo condiciones,  desvirtúa, adultera el ambiente que debe imperar para la unidad;  aniquila de entrada el espíritu de concordia y quita impulso a la buena voluntad unificadora. El más mínimo detalle negativo paraliza una cita para la unidad, impide el trato fraterno, frena la camaradería, y retrasa futuros encuentros en buen ánimo para la concertación.

III.-  Posiciones  personales asumidas que dañan  la unidad. Necesidad de crear ahora, en este preciso momento, un instrumento unitario 

22.- En busca de unir a los que creen  que son  necesarios los cambios en el país, hay que dejar  de aplicar los métodos que hasta ahora no han  dado resultados positivos para juntar. La desunión motivada por cuestiones personales no debe continuar impidiendo la unidad entre personas valiosas, de excelentes condiciones políticas, meritorias,  notables por su trayectoria al lado de las mejores causas.

23.- La prepotencia de creerse  líder de masas, dirigente único indispensable, guía popular, conductor  del pueblo, caudillo de nuevo cuño, jefe de jefes, en fin, suponerse por encima de los demás, no aporta nada positivo a la unidad del movimiento democrático. Las pretensiones, las ambiciones de liderazgo no pueden prevalecer a la necesidad de unificar a los que pueden y deben cambiar el rumbo del país.  La unión es lo que debe imperar sin sujeción alguna.

24.- Los deseos de sobresalir como dirigente no contribuye a la unificación; el papel de predominar sobre los otros luchadores democráticos y populares, no aporta, resta. Nadie debe considerarse imprescindible para excluir a  otros; relegar  a un compañero debilita la unión. El objetivo debe ser sumar, incluir a todas y todos los que estén dispuestos a trillar el camino de la unidad para el triunfo.

25.- En procura de lograr los objetivos propuestos, que deben  estar basados en la unidad de propósitos, hay que superar las falsas creencias de cabeza organizativa, directivo necesario y orientador ideológico sobresaliente. El engreimiento y el providencialismo no conducen a otra cosa que no sea al aislamiento  de quienes deben estar unidos.

Reflexiones  finales
a.- En nuestro país, otro proceso electoral está llegando a su final, y del mismo miles y miles de ciudadanos y ciudadanas, no han  sido más que simples espectadores, sin motivación alguna, manteniéndose en posición de espera; viendo prolongarse la opresión al pueblo;  aumentando las lacras sociales; y la degradación de la sociedad se hace más y más notoria. El desaliento se impone al ánimo, el abatimiento al aliento y la desmoralización al optimismo.

b.- Corresponde a los mejores hombres y mujeres del país, a los que no se venden ni se doblan, animar al pueblo, imprimirle ánimo, espíritu de triunfo, voluntad de vencer para alcanzar logros. De ahí la necesidad de pensar en derrotar a los que  se han burlado de las grandes mayorías nacionales condenándolas a la desigualdad, el atraso, el abandono y   el desprecio.

c.- Llegó el momento de poner a un lado las fruslerías, las nimiedades que nos dividen; las menudencias que nos separan; las bagatelas que nos aíslan; las naderías que nos hacen ver como políticos frustrados; derrotados por ser miopes y fracasados revolucionarios. La ocasión es para lograr lo que siempre hemos perseguido: triunfar para la felicidad del pueblo y materializar nuestras ideas.

d.-   La coyuntura actual es propicia para pensar constituir,  en el futuro,  una gran alianza política en provecho del pueblo; confeccionar el instrumento  que exprese las aspiraciones de las masas populares;  crear  un conjunto de fuerzas políticas  unificadas alrededor de un programa común mínimo viable a ejecutar por todas y todos los que creemos que podemos luchar y triunfar.

e.- Llegó la oportunidad para componer el órgano que hará posible consumar nuestros anhelos  de tener un país mejor, diferente al que tenemos que sólo existe para que grupos de politiqueros desaprensivos satisfagan sus desmedidas aspiraciones contra el pueblo trabajador.

f.- Es la situación adecuada para que los grupos organizados, pero dispersos, que persiguen iguales objetivos, se acerquen para dejar establecida la plataforma alrededor de la cual se han de unificar los hombres y mujeres que,  libres de ambiciones personales, van  aportar  para que terminen las pesadas aflicciones y renazca el alivio, el sosiego de los que en este país han luchado para construir un ambiente de alegría para todas y todos.

g.- Es ahora  la circunstancia favorable para pensar en el futuro político del país, y olvidar el presente pesaroso; la situación es la ideal para trabajar unidos en una misma dirección; emplear  el tiempo en tocar la conciencia y el corazón de los que han demostrado que luchan por cambios verdaderos. Es conveniente que de nosotros se apodere  todo lo que resulta necesario para unirnos hasta la hora del triunfo y más allá.

h.- Debemos olvidar rencores  y pasadas desavenencias. En procura de la unidad pasar por alto los conflictos que sucedieron; borrar las palabras que fueron divisionistas; ignorar las petulancias, arrogancias y prepotencias que ayer dañaron la unidad;  omitir cualquier expresión que haga recordar recriminaciones insensatas. De lo ocurrido anteriormente y que  estropeó   proyectos unitarios, no recriminar a nadie; no hay tiempo para hablar de culpas, responder acusaciones, regaños, ni amonestaciones. Es el instante de aprobar y elogiar por la unidad.

i.- Las masas populares dominicanas no pertenecen a nadie y están ahí, a la espera de que sus más consecuentes intérpretes  se unifiquen alrededor de un instrumento que las guíe  para librar decisivas batallas políticas y sociales, con el fin de alcanzar el poder, y sacar así a nuestro país del lodazal que lo ha metido la minoría nacional, convirtiéndolo en inviable, en un medio social deplorable, en una especie de peste, carcomido de calamidades, dominado por vicios sociales, en sí, en una ruina moral y material.

j.- Hago la observación  de que este escrito lo he elaborado  para ser tomado en consideración una vez concluyan las votaciones  del próximo domingo 15 de mayo;   por todos los dominicanos y dominicanas,  sin importar ubicación clasista, criterio ideológico,  etnia o preferencia sexual, bastando  que  estén de acuerdo  con que  el país no puede seguir como hasta ahora, y que debemos unirnos para crear un Estado donde funcionen las instituciones y  adecentar la vida pública a todos los niveles.


Santiago de los Caballeros,
10 de mayo de 2016.