Por: Ramón Antonio Veras.
1.- El país está viviendo una etapa de su historia en la
cual amplios sectores de la vida nacional manifiestan interés en
someter a discusión temas que
preocupan a la nación. Seminarios, coloquios y conferencias se efectúan casi a
diario, algunas veces de carácter regional
o local.
2.- Creo que resulta sumamente interesante que alguna
universidad, organización empresarial o gremial de Santiago, decida tomar en
consideración la posibilidad de efectuar en esta ciudad una especie de
coloquio, conversatorio o debate, en el cual se discuta la situación que se
encuentra la comunidad en lo que se refiere a sus servicios públicos básicos, y principalmente examinar el comportamiento que han asumido sus fuerzas
vivas; los sectores, clases y capas sociales llamadas a incidir en forma
determinante en todo lo que tenga cardinal importancia para Santiago.
3.- Ese encuentro, que creo que no puede efectuarse de un
día para otro, ni en cuestión de dos o tres horas, se deben poner en agenda
para ser discutidos en forma franca y con sentido realista y crítico, todos los
puntos en los cuales aquellos que tienen poder con influencia no han aportado
nada o han sido tímidos en su accionar
por el bien de la ciudad de Santiago.
4.- Los hombres y mujeres sensatos de Santiago con
sentido de progreso, no pueden actuar como el avestruz, ocultando la cabeza,
cerrando los ojos, cubriéndose la cara o volviéndola para otro lugar para no
ver la realidad, lo que está a la vista de todos, lo que no se puede esconder: que Santiago se está hundiendo en
nuestras propias narices.
5.- No resiste el más mínimo análisis que una ciudad como
la de Santiago, que cuenta en su seno con tantos y tantos hombres y mujeres de
talento, con formación desarrollista y
visión empresarial de futuro, se comporten tranquilos, serenos, sosegados,
algo así como si a su alrededor nada estuviera pasando.
6.- Con un encuentro como el que he planteado realizar en
Santiago, sólo nuestra comunidad resulta favorecida porque permitiría a sus
munícipes más activo, lucidos y con inquietudes, analizar y procurar la solución de asuntos que nos están lesionando a todos.
7.- Los problemas que afectan a Santiago no son sectoriales,
sino comunitarios. Las dificultades se agravan, si no se enfrentan a su debido
tiempo; los inconvenientes analizados en
equipo se solucionan.
8.- El estado de abandono que exhibe Santiago desdice
mucho de sus habitantes como personas
civilizadas y decentes; como integrantes
de una comunidad con tradición de ser munícipes preocupados por el buen
funcionamiento de su ciudad en lo que se refiere a orden y aseo.
9.- Si la Alcaldía de Santiago, no tiene en su agenda
cambiar la cara de Santiago de sucio a limpio, de mugriento a aseado; de caótico a ordenado; de turbulento a tranquilo; de oprobioso a honroso; y de inviable a
viable; entonces los santiagueras y santiagueros que queremos a Santiago
estamos en el deber de reunirnos para en conjunto analizar qué no hemos hecho, por qué la pasividad ante la fea realidad que pinta
nuestra ciudad, y qué hacer por ella
con la vista puesta hacia el futuro.
Santiago de los Caballeros,
24 de febrero de 2014.