Por: José Jordi Veras Rodríguez
Hace trece años precisamente para este mes, en el
año 2006, escribimos el artículo que más abajo transcribo, el Oscar de los
años, viendo su coherencia; perseverancia; ahínco por lo que cree y ama; su
consideración de la amistad y la lealtad; por el amor a la verdad; reafirmo lo
que hace años escribí sobre su persona.
“La sociedad dominicana luego de la guerra del 1965
fue diseñada para conformar todo lo contrario a los ideales patrios y valores
que surgieron de aquella gesta patriótica que tuvo su germen por el deseo de
algunos de desconocer el derecho de la mayoría del pueblo dominicano en haber
elegido al Presidente de la República, el Profesor Juan Bosch y el desconocer
la Constitución de 1963. Asimismo de evitar
que los valores, ejemplos e ideales de los hombres y mujeres que se destacaron
de forma concreta o anónima no calara en las masas del pueblo dominicano y que
sus memorias y participaciones no fueran un Norte a seguir, sino lo que hoy
vemos, que el principio sea que todo el mundo acepte vivir bajo el desorden, la
falta de autoridad, que no se inculquen los valores patrios, que se envíe el
mensaje de que todo el mundo tiene un precio y un puesto, tenga coherencia en
lo que a la honestidad, seriedad, responsabilidad y concepción ideológica se
refiere. En fin que cada hombre y mujer
dirija su vida de forma tal que no sea capaz de ser ejemplo para sus propios
hijos y seres queridos”.
“Se ha ido creando el mensaje equivocado en nuestro
entorno social de que los hombres y mujeres serios, responsables y honestos,
son tontos y estúpidos, porque no aprovechan la oportunidad que les brinda la
vida desde un puesto público o privado para hacerse de “dinero mal habido”, ya
fuere robándolo o lavándolo, utilizando testaferros, entre otras modalidades; o
aquel hombre o mujer que siendo o estando en la actividad política, no sea
capaz de aprovechar un cargo o dirección del partido o del poder, para
enriquecerse, o beneficiar a otros, o que no se dedique al clientelismo y
utilice los recursos del cargo, ya fuere en los Ayuntamientos, el Congreso, la
Junta , la Liga Municipal , o desde el Palacio”.
“Con este panorama hemos querido plantear que es lo
que se desea vender a la gran mayoría y es lo que muchos ven y expresan o
piensan que “en este país no vale la pena ir contra la corriente”. Sin embargo, gracias al Todopoderoso porque
al menos hoy nosotros podamos decir que vivimos cada día que pasa lleno de
orgullo por tener el padre que nos brindó.
Ha sido un hombre que se ha distinguido por condiciones de un gran ser
humano, con amplia sensibilidad, ha demostrado en hechos que ha llevado el
concepto de la solidaridad a su más amplia expresión, esto quiere decir que no
ha visto al momento en defender los derechos de un hombreo una mujer, ni el color,
ni su clase social, ni su posición política y mucho menos su credo religioso,
sólo el elemento de que eran personas que, por ejemplo, durante los doce años y
en otras oportunidades, estuvieran sufriendo del régimen del Dr. Balaguer y que
eran perseguidos políticos. O el caso de
los haitianos, cuando tuvo que denunciar e incluso escriturar libros sobre como
eran traídos hace veinte o treinta años para el tiro y corte de la caña y como
eran tratados en los ingenios del CEA que no se correspondía con un trato justo
ni digno. Así también como nuestro
hogar fue utilizado como refugio de muchos perseguidos políticos dominicanos y
extranjeros y en nuestra casa eran acogidos atendiendo al aspecto solidario de
la causa de estas personas. En fin, en
unos y otros lo que se mostraba era el apoyo desinteresado de quien siempre ha
mantenido su forma de pensar y su manera de vida, sin doblegarse por intereses
económicos, políticos y sociales”.
“Debemos tanto quien escribe como mis hermanos, dar
gracias a Dios todos los días por habernos permitido ser sangre de a quien
muchos conocen como Ramón Antonio Veras (Negro), y que nosotros simplemente le
llamamos, papi. El reconocimiento a
nuestro padre, como defensor de los derechos humanos, es sólo uno de los
aspectos y virtudes que adornan su persona, ya que ese mismo camino y sendero
lo ha sido como hombre, profesional del Derecho, como padre, abuelo y como
esposo y compañero de quien en vida fue nuestra madre, Carmen Teresa
Rodríguez”.
“Es cierto que como humano tiene sus defectos, sin
embargo sus virtudes, no marcadas en palabras, sino en hechos y en realidades,
muchas de las cuales han sido públicas.
Que bueno es poder decir a boca llena en una sociedad como la nuestra,
donde se pretende meter a todo el mundo en un mismo saco, mansos y cimarrones,
o sea, que da lo mismo un hombre honesto que el sinvergüenza, el rastrero que
el responsable, el coherente que al veleta, que no dignifica su posición como
profesional, como empresario, como político, como funcionario ni como padre de
familia, por la misma razón de ser de la
descomposición a la que está sometida la sociedad”.
“Gracias a nuestro padre por haberse comportado con
cualidades extraordinarias como ser humano de bien, un gran profesional y un
mejor dominicano. El que no haya
claudicado en sus principios que lo vieron nacer, por encima de todo lo que en
la vida se le presentó y que todo ello
haya podido transmitirlo a cada uno de nosotros y a los que hoy son sus nietos
y nietas”.
Viendo como se continúa manifestando el medio
social en que nos movemos, en el que los valores se continúan desvirtuando.
Donde lo que impera es el desorden. Donde el irrespetuoso prima. Donde no
priman los principios. Donde la honestidad no es una virtud sino una debilidad
y para alguien desadaptado acorde este sistema. Donde está peinando el
tigueraje político más que las ideas.
Sigo dando gracias papi, porque nos has y sigues dándonos referencia y
el camino que debemos seguir transitando.
Publicado en La Información, 9 de abril de 2019.