El día 11 del mes en curso se cumplieron 21 años del fallecimiento del comandante
Manuel Piñeiro, un cubano que le dedicó su vida
a la lucha revolucionaria, al internacionalismo y a la solidaridad sin
límites. Tuve la dicha de compartir en distintas ocasiones con Barbarroja, como fue conocido en el movimiento
progresista mundial.
El día que los pueblos de los distintos continentes
tengan la oportunidad de saber de los aportes hechos por hombres y mujeres del
mundo por la liberación de los pueblos oprimidos, de seguro que será valorado en toda su dimensión el
comandante Manuel Piñeiro.
Para que todos aquellos que tengan interés
en conocer la trayectoria personal, política y revolucionaria del
comandante Manuel Piñeiro, me permito difundir
el escrito publicado en el
periódico digital www.barrigaverde.net.
Historia no contada de Manuel Piñeiro Lozada (Barbarroja)
Por: TONY LÓPEZ R.
Hace 21 años de la desaparición física del comandante
Manuel Piñeiro Lozada, conocido por “Barbarroja” o El Gallego, admirado y
querido por sectores democráticos, progresistas y el movimiento revolucionario
latinoamericano y caribeño y respetado, pero odiado por los sectores más
reaccionarios de la derecha y extrema derecha estadounidense y sus servicios
especiales como la CIA y el FBI y las dictaduras militares y sus servicios
especiales que apoyada por Estados Unidos gobernaron durante varias décadas en
nuestra región.
En un lamentable accidente automovilístico, falleció el
11 de marzo del año 1998, cuando ya se acercaba a su residencia y que él
conducía, pues por su gran sentido humano había liberado a su conductor pues la
actividad donde asistiría, una recepción en la residencia del embajador
mexicano, era cercana a su casa.
Manuel Piñeiro Lozada nació en la provincia de Matanzas,
el 14 de marzo de 1933, vino a esta bendita tierra en medio de una fuerte
tormenta y vientos huracanados e intensa lluvia; su madre quien no pudo esperar
la llegada del comadrón, lo trajo al mundo sobre el mostrador del bar propiedad
de la familia y ayudada por su esposo y unas vecinas que habían tenido
experiencias pasadas. Fruto del matrimonio conformado por Serafín y Elisa,
ambos de origen español, que habían llegado a Cuba en la década de 1910.
Piñeiro procedía de una familia acomodada en su provincia
natal, culminó sus estudios de bachillerato en el año de 1952. El 10 de marzo
de ese fatídico año, el General Fulgencio Batista, asaltó el poder con un
cruento Golpe de Estado y Manolo, como le decían sus compañeros se vinculó a
las protestas estudiantiles por lo que se significó frente a los órganos
represivo de la dictadura, su mamá preocupada y a su insistencia lo envió en
1953 a estudiar a Estados Unidos, pero no soportó la lejanía de su patria y
regreso en 1955 y se une al movimiento revolucionario 26 de Julio, y por
decisión de la Dirección Revolucionaria lo designan jefe de acción de las
Brigadas Juveniles y Estudiantiles de la Provincia de Matanzas.
Organizó y estructuró dichas brigadas y participó
personalmente en diferentes acciones en ese período y hasta fines de 1956,
luego del desembarco del Granma y producto de lo intensamente buscado por el
SIM y la policía, la dirección del 26 de Julio, decide que se traslade a La
Habana, donde cumple diversas misiones entre ellas la recolección de armas para
la Sierra Maestra, hasta que el 10 de julio de 1957 se incorpora a la columna
No. 1 del Ejército Rebelde, dirigida por Fidel.
En la Sierra Maestra participa en innúmeros combates y el
11 de marzo de 1958, parte con la Columna No. 6, dirigida por el recién
ascendido comandante Raúl Castro, para fundar en la Sierra Cristal, al norte de
la provincia de Oriente, el II Frente Oriental Frank País. Forma parte de la
Comandancia y es designado Inspector General del Frente, a cargo del
departamento de cartografía, personal policía rebelde y la sección de
inteligencia. El 28 de diciembre junto a otros cuatro capitanes rebeldes,
Piñeiro es ascendido por Fidel, al grado de Comandante del Ejército Rebelde.
Al triunfo de la Revolución el hoy General de Ejército
queda al frente del mando militar de Oriente, pero es llamado a La Habana y a
su propuesta el ya Comandante Manuel Piñeiro, queda como Jefe del Ejército
Oriental, hasta el mes de junio de 1959, cuando es trasladado a La Habana, para
ocuparse de una importante misión, como lo fue la constitución de los nacientes
órganos de la Seguridad del Estado, el 26 de marzo de 1959.
El 6 de junio de 1961, se formaliza la creación del
Ministerio del Interior, Piñeiro queda designado Vice Ministro a cargo de la
Dirección M de Inteligencia y de la atención de los movimientos de Liberación
Nacional, en esa misión cumplió una importantísima tarea de garantizar los
planes del Comandante Ernesto Che Guevara, tanto para su ingreso en el Congo,
como en Bolivia y mantener la comunicación con el Che y su destacamento de
combatientes.
La responsabilidad de M luego trasformado en la Dirección
General de Inteligencia la desempeño hasta 1970, para ocuparse del Departamento
de Liberación Nacional hasta que a propuesta del Comandante en Jefe, a finales
de 1974 se crea el Departamento América del Comité Central de Partido
Comunista, cargo que desempeñó hasta 1992. Piñeiro fue elegido miembro del
Comité Central del PCC en octubre de 1965 hasta el V Congreso, en 1997.
Al parecer, así como nació bajo una tormenta huracanada
era Piñeiro en su quehacer diario, un verdadero huracán, no se le escapaba nada,
era meticuloso, riguroso y muy exigente en su delicado trabajo, y contaba con
un fiel equipo que siempre respondió sin vacilación a sus orientaciones,
sugerencia y criterios, que lo hacía con mucha precisión y respeto hacia sus
subordinados.
Sabía que las tareas que tenían que asumir sus oficiales
y funcionarios eran delicadas y cualquier error podría ser muy costoso, era
nada menos y nada más que conocer en las entrañas del monstruo imperial o en
otros territorios enemigos los planes y actividades que se preparaban contra la
Revolución Cubana y contra sus líderes, especialmente contra Fidel Castro, uno
de los principales objetivos de la criminal CIA, la mafia cubana-americana de
Miami y los servicios especiales de las dictaduras militares en la región. Así
como la atención al movimiento revolucionario en América Latina y el Caribe, su
importante participación en las Conferencia Tricontinetal y Olas, en la década
del 60, fue sumamente importante para el fortalecimiento de estos movimientos.
No tenía horario para el trabajo, desde las once de la
mañana de cada día, fuese lunes o domingo, comenzaba sus actividades hasta el
otro día a las seis o siete de la mañana, no puedo explicar el nivel de
fortaleza que tenía, pero sí sé que adecuaba sus funciones a los horarios del
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con quien estaba en permanente contacto.
El prestigio internacional del Comandante Piñeiro y al
interior de la dirección del gobierno revolucionario cubano, por su nivel de
humildad, honestidad, solidaridad, honradez, su sensible sentimiento humano, en
política era un hombre amplio, pero sin hacer concesiones de principio al
adversario, anti dogmático y nada sectario, lo hizo merecedor del cariño no
solo de sus subordinados, sino de la población que le conocía, de sus vecinos
donde residía y de una pléyades de hombres y mujeres democráticos, progresista
y revolucionarios, no sólo de América Latina, también de África, continente que
también atendió en la década del 60.
Piñeiro es el ejecutor de una política fidelista
relacionada con mantener relaciones y diálogos con todos los sectores
religiosos y militares democráticos en América Latina, como lo fueron con los
generales Velazco Alvarado, de Perú, y Omar Torrijos, de Panamá, y otros
generales latinoamericanos que mantenía una política nacionalista y respetuosas
con Cuba.
Él era de una ilimitada fidelidad al Comandante en Jefe
Fidel Castro Ruz, martiano y marxista y consecuente con la política
internacionalista de la Revolución Cubana.
Su desaparición física fue noticia de primera página en
todos los medios informativos de Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia,
y la repercusiones dentro del movimiento revolucionario latinoamericano fue muy
sentido, aún hoy muchos amigos latinoamericanos dicen: “que falta nos hace
Piñeiro”; con razón Fidel, en el cementerio de La Habana cuando sus restos
fueron sepultados, expresó:”Se fue una importantísima historia de Cuba, del
movimiento revolucionario latinoamericano y caribeño”.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
Santiago de los Caballeros,
14 de marzo de 2019