Introducción
a.- Por muy degradada que esté una sociedad humana, desde su estado inservible algo productivo puede sacarse aunque sea para establecer la diferencia entre lo que definitivamente no sirve y lo que es útil. Hasta de los desechos reciclados se saca algo necesario.
b.- El diario vivir
nos enseña que no obstante la descomposición en el medio social dominicano, es
posible contar con personas de valía que con su proceder prueban que a pesar
del descalabro ético y moral presente en el ambiente nacional dominicano,
todavía contamos con ciudadanos y ciudadanas que actúan apegadas a normas de
buen vivir.
c.- Aunque no resulta
fácil encontrar a esa persona que se ajusta a las correctas actuaciones, es
posible descubrirla comprobándose así que no todo está perdido; que contamos
con los estupendos, extraordinarios, con los maravillosos.
d.- Ante las
situaciones enojosas, desagradables y
lastimosa que continuamente observamos y
nos llenan de irritación, es un aliciente saber que por encima de los dañosos y
malvados, entre nosotros están presentes aquellos que motivan satisfacción y
esperanza para expresarnos destacando las virtudes que adornan a los que en el
curso de su existencia hacen significativos aportes a la comunidad.
I.- Un médico con
sentido social
1.- Me he sentido
vivamente motivado a escribir este artículo porque lo hago para exponer sobre
una persona que falleció recientemente, y en vida probó ser sensible y
ciudadano ejemplar: El doctor Rafael Cantisano Arias.
2.- El doctor Rafael
Cantisano Arias, puso sus conocimientos de las ciencias médicas al servicio de
todo aquel que necesitaba y requería de su capacidad como médico; formó parte
de los galenos de Santiago y del país que colocaban por delante la salud del
paciente, antes que la mercancía dinero. Para él, el enfermo no era un cliente;
no veía en la salud un objeto de comercio.
3.- La inclinación a
la medicina por parte del doctor Cantisano, fue fruto de su forma de ser; de su
humanismo, sensibilidad y solidaridad al servicio de los demás; asistir a los
enfermos, ayudar a quienes precisaban de su colaboración y auxiliar a los
marginados de la sociedad.
4.- Llegar al mundo de
los vivos para hacer las veces de otro; aprovechar el tiempo desempeñando una
labor social, empleándose con desprendimiento, solo es posible en aquellos
seres humanos aptos para estar donde sea necesaria su presencia. Ese fue el
proceder del doctor Cantisano.
5.- La sociedad
resulta favorecida cuando cuenta en su seno con mujeres y hombres convenientes.
Ellos son los que tienen el don de ser útil, como lo fue el doctor Cantisano
Arias, quien probó ser fructífero poniendo su talento y tiempo sin importar la
distancia.
6.- El doctor
Cantisano, puso en práctica el sentido de servir como ente social de bien, lo
que demostró estando presente en las actividades donde se precisaba de su
concurso, y lo hizo sin esperar recompensa alguna. Nunca procuró
reconocimientos por sus buenas acciones, porque actuaba con responsabilidad
ciudadana y como profesional de la medicina.
7.- Sentirse
comprometido con sus ideas y hacerle honor a su forma de pensar, vincula más a
la persona que la firma estampada en un contrato, y la liga más que la palabra
dada. El doctor Cantisano, supo honrar su proceder con la responsabilidad que
le caracterizó, cumpliendo con su deber social que es lo único que eleva a las
personas y hace posible calificarlas como distinguidas.
8.- Si la actitud ante
la vida define a las mujeres y a los hombres, las actuaciones del doctor
Cantisano, y la compostura que exhibió como persona pública, hacen posible
considerarlo como un ciudadano favorable y su modo de comportarse sirve para
describirlo como el modelo de lo que debe ser el ser humano a tomar como
referencia de positiva conducta.
9.- El dinamismo del
doctor Cantisano, le permitió desarrollar labores comunitarias y sociales, no
solamente en Santiago, sino también en otras apartadas comunidades. La Isabela
es testigo fiel de lo que fue la entrega del doctor Cantisano, a las causas
nobles, su interés en apoyar con acciones.
Afanarse, meterse en lugares lejanos de su domicilio restituyendo salud,
curando a todo aquel que estuviera afectado, pero también educando por medio de
la prédica cultural.
II.- El doctor
Cantisano, un ejemplo a seguir
10- Las cualidades
estimables de una persona y su valía; la consideración que le da méritos, es el
resultado de cómo ha actuado. La valoración y la importancia se unen para dar
la identificación de los dignos, estimados y respetados. El mayor homenaje que
se llevó para su tumba el doctor Cantisano, fue el recuerdo respetuoso que
conserva de su persona lo mejor del pueblo dominicano.
11.- El balance de las
actuaciones durante todo el curso de su vida hace posible a los pueblos
comprobar el lugar que merece ocupar cada quien, ya sea como eminente, notable,
reputado o simple chabacano vulgar. Cada persona se hace merecedora de lo que
durante su existencia ha sembrado, de donde resulta que el malvado y perverso
no pueden esperar gozar de igual trato exquisito que el decente y honorable.
12.- Establecer la diferencia
entre los componentes de la sociedad desde el punto de vista de sus obras y
conducta, nos lleva a reconocer a quienes deben ser destacados por determinadas
cualidades, y también a individualizar a los que han actuado en disconformidad
con el buen actuar.
13. El doctor
Cantisano, dejó de vivir, pero de lo que fue su paso por el mundo de los vivos
quedan las labores que ejecutó; lo que
fue su actuar frente a los demás y como se comportó inclinándose reverente ante
las normas que rigen los principios éticos y morales, revelando así su
acrisolada conducta.
14.- El doctor Rafael
Cantisano Arias, un hombre de agradable trato, sumamente cordial, muere siendo
afamado por el prestigio bien ganado como reputado médico y ciudadano
prestigioso. La práctica de su vida le dio renombre a ese ser que no aspiró a
otra cosa que no fuera cumplir en la tierra lo que le mandó hacer su sana
conciencia.
15.- La buena opinión
que se formó todo que conocía y trató al doctor Cantisano, le dio el prestigio
de que disfrutó y el grato recuerdo que dejó, lo que ahora hace resaltar su
persona para ponerla como referente de ciudadano con cualidades a ser imitadas
y continuadas por las venideras generaciones, para que así el país pueda contar
mañana con mujeres y hombres de bien.
16.- Por haber sido el
doctor Cantisano, activo, lleno de dinamismo y determinación, además de la
buena conducta demostrada, su hoja de vida puede ser tomada como pauta a seguir
por los jóvenes de hoy, para que aprendan lo que debe ser el proceder de un ser
humano para merecer gozar de la consideración pública por sus diáfanas
actuaciones.
17.- El momento actual
que vive nuestro país es oportuno para que en las escuelas de medicina, los
clubes culturales y de servicios, se exponga sobre lo que fue el accionar como
médico y ciudadano del doctor Cantisano. Ante el deterioro que exhibe la
sociedad dominicana, conviene distinguir lo bueno de lo malo, destacar lo que
sirve de lo que no sirve, señalar lo que hace grande al ser humano de aquello
que lo reduce. Hay que evitar darle continuación a la confusión de que en el
país todo se dañó, que somos unos sinvergüenzas, arrastrados y degenerados.
18.- De la misma forma
que procedemos a sermonear para censurar a los que con su mala vida denigran el
medio donde vivimos, también debemos alabar, con sinceridad llenar de elogios,
ensalzar a hombres que como el doctor Cantisano, vivió y actuó abrazado al buen
obrar, ceñido a las correctas actuaciones.
19.- El actual período
de la vida dominicana, cuando muchos desorejados actúan en forma desvergonzada,
destacar la idiosincrasia del doctor Rafael Cantisano Arias, es decirle a
nuestra juventud que debe comportarse con humildad, sin vanidad ni
engreimiento, porque ser modesto da demostración de decencia, de caballerosidad
y respetabilidad, que actualmente mucho escasea entre nosotros.
20.- Estimular a que
se formen en el país ciudadanos ilustres es invitarles a que retengan como
referencia de reciedumbre cívica, comportamiento de buen ciudadano y
sociabilidad a los que, como el doctor Cantisano Arias, dan su vida por lo
justificable y defendible, que es lo que debe hacer toda persona justa, es
decir, actuar conforme a la justicia y la razón.
21.- Reunir
condiciones de ecuanimidad, equidad, probidad y rectitud solo es posible en
quienes hacen de su accionar el normal cumplimiento del deber sin querer
conseguir algo a cambio, ni esperar que la sociedad le aporte nada material.
Las labores del doctor Cantisano, quedan
como prueba de que se puede pasar por el mundo terrenal sin más pretensiones
que hacer lo que va en provecho de la sociedad.
22.- Sin proponérselo,
el doctor Cantisano, sirve hoy de ejemplo de la medicina con sentido social, la
solidaridad y el civismo. En su preocupación por servir puso en peligro su
propia vida, como cuando en busca de hacer el bien sufrió un accidente
automovilístico que le mantuvo postrado por algún tiempo. Pero el estado de
debilidad física no le creó abatimiento, ni le llevó a sentirse hundido
anímicamente, porque su deseo de colaborar lo conservó, lo mismo que la energía
y el aliciente que le estimulaban a mantenerse enardecido para continuar la
misión que se había impuesto de prestar servicios bajo cualquier circunstancia.
23.- La realidad de lo
que fue la vida útil del doctor Cantisano, sirve para comprobar que para una
persona sobresalir y mantener el respeto público, no tiene que acumular
recursos económicos, porque descollar con sentido social solo es posible por el
aporte desinteresado a la comunidad. La generosidad y nobleza de ánimo están
presentes en aquellos que hacen suya la magnanimidad por convicción; con el
convencimiento de que al actuar están respondiendo a lo que le dicta su
conciencia para voluntariamente ejecutar lo que es fructífero para la mayoría
de la población.
24.- Comprometerse
actuando acertadamente lleva a las personas a vivir engrandeciendo a la
comunidad de la que forma parte, lo que luego para el actor se traduce en
honra. De ahí que la dignificación, lo que hace noble al doctor Cantisano, aun después de su partida física, es vivir
espiritualmente en el corazón de lo mejor de su país, de aquellos que saben
valorar a los honrosos.
25.- La vida ejemplar
del doctor Cantisano, la compartió con la mujer que le despertó la pasión del
amor, la distinguida profesora Teresa Rojas, con quien se vinculó por el lazo
del matrimonio durante más de 67 años y de cuya unión resultó una distinguida
familia integrada por descendientes, mujeres y hombres, que por su correcto
proceder son hoy consecuentes continuadores de su progenitor, y al igual que él
gozan del respeto y distinción de lo que todavía sirve en la sociedad
dominicana.
26.- Al escribir estas
líneas no lo hago por vínculos familiares ni estrecha amistad con el finado
doctor Rafael Cantisano Arias, sino porque creo que el país debe conocer su
trayectoria como ser humano distinguido, de buen comportamiento y de mucho
valor para el pueblo dominicano.
27.- Por último, debo
decir que al momento de fallecer el doctor Cantisano, me encontraba en el
extranjero, y al conocer la infausta noticia escribí: “Con el fallecimiento del
doctor Rafael Cantisano Arias, la humanidad pierde a un gran hombre; un
distinguido médico; persona de alta conciencia cívica y sumamente solidaria.
Buen padre, entrañable amigo, santiaguero querido y respetado, así será
recordado siempre el doctor Cantisano. Seres humanos como el doctor Cantisano
Arias, que llegan al mundo para servir, son de las que merecen vivir para siempre”.
Santiago de los
Caballeros,
16 de noviembre de
2017.