Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
Tal vez por haber llegado a la tercera
edad; a lo mejor por querer de corazón a
Santiago de los Caballeros; es posible que sea porque me he quedado rezagado
como un santiaguero trasnochado; quizás
soy un pueblerino quisquilloso, o
muy susceptible con todo lo que lesiona a Santiago. Podría ser cualquier
situación emotiva, sentimental o en
extrema afectiva hacia el medio donde nací y me he desarrollado.
2.-
Lamento que no he podido cumplir los que fueron parte de mis deseos de juventud
relacionados con la ciudad cuna de mi
nacimiento, Santiago, y aunque no son
anhelos imposibles, en los últimos
tiempos mis aspiraciones se han visto frustradas por causas que escapan a mi
buena voluntad.
3.-
En mi adolescencia siempre pensé que si llegaba a ser abuelo, quería vivir
en Santiago, y tener la posibilidad de
pasear con mis nietas y nietos por la calle Del Sol, caminando lentamente desde
la calle 30 de Marzo hasta la calle San Luis, e ir explicándoles las diferentes
tiendas existentes, en ese espacio, en mi niñez, y la forma hermosa que sus
dueños mantenían decoradas las vitrinas.
4.-
Continuando con mis sueños de mocedad, hoy siendo abuelo, viviendo en mi
Santiago hubiera querido, luego de
callejear por la calle Del Sol, cruzar al parque Duarte, y allí circular con los más nuevos de mis descendientes, dándoles
vueltas alrededor de la histórica glorieta, explicándoles que en ese parque fue
donde llegué a compartir con amigas y
amigos, y dar muchos paseos; participe en reuniones conspirativas y que hice muchas pavonadas.
5.-
Por ahora todo no ha sido más que ideales juveniles, fruto de mi tierna edad; porque el Santiago de hoy,
en el cual aspiré a pasear hoy con mis nietas y nietos, no es ni la sombra
de aquel acogedor, limpio y ordenado.
6.-
Estoy ansioso por hacer realidad aquellas
pretensiones de mi primera edad,
de compartir con mis nietas y nietos,
paseando por mi Santiago querido,
mi entrañable urbe, la que en su oportunidad fue la metrópolis aseada, la villa jardín del
Cibao.
7.-
Mientras tanto, continuaré esperando con
melancolía que el Santiago de mi
alma recobre su esplendor, la
majestuosidad perdida, la vistosidad que la convirtió en la ciudad más bella y mejor cuidada de la
Región del Caribe.
Santiago
de los Caballeros,
10
de Agosto de 2016.