viernes, 19 de agosto de 2016

Después de cincuenta y cinco (55) años de lo mismo, conviene un cambio verdadero

Por: Ramón Antonio Veras.

I.- El tiempo en la lucha de los pueblos
1.- El tiempo importa mucho en la vida de los pueblos, porque les permite pasar balance de lo que ha sido  su existencia, confrontar  distintas etapas en el orden económico, político y social; hacer  valoración y sacar conclusiones  que podrían resultar provechosas para saber qué debe mantener,  eliminar o modificar;  lo mismo que mediante la comparación conocer  si conviene realizar cambios para satisfacer las aspiraciones más sentidas de la mayoría de la población.
2.- En algunas ocasiones el intervalo de tiempo  ha sido objeto de análisis para determinar el comportamiento de un régimen, una administración o la funcionalidad de un modelo económico. El  correr del tiempo hace posible el examen de lo que  se quiere indagar.
3.- En el año 1973, mi amigo, el ingeniero José Israel Cuello Hernández, dentro de sus tantas obras publicó una  con el título: “Siete años de reformismo, reclama una oposición de izquierda. Para fundamentar su obra tomó como base el periodo desde 1966, hasta 1973,  distancia de siete años, en el transcurso de la cual Balaguer no cumplió con lo que él y su partido habían prometido ejecutar en el espacio de dos gobiernos de cuatro años.
4.- He comenzado este escrito haciendo mención  del tiempo  y el texto de José Israel, para  combinando el tiempo y el  nombre  de su  libro desarrollar la idea que tengo con relación al país y período  comprendido desde el 1961 hasta  el presente.

II.- Nuestro pueblo con un modelo económico durante 55 años
5.- El espacio de tiempo transcurrido desde la desaparición física de Trujillo, hasta ahora, es de más de 55 años, plazo más que suficiente para tener una noción de lo que  hemos hecho, y  si en ese periodo hemos logrado avanzar como país en el  orden económico, social e institucional.
6.- En ese  tiempo,  de 1961 hasta esta parte han pasado 55 años, en el curso de los cuales han gobernado los mismos grupos y tres partidos  en temporadas  de 12, 22 y 16 años, trechos  en los cuales  han aplicado  recetas diferentes, pero dentro de los marcos  del mismo modelo económico.
7.- En las distintas épocas del periodo de 55 años, el país ha tenido coyunturas de abundancia, prosperidad de la cual  muy bien se han aprovechado  los grupos minoritarios, mientras que el pueblo ha sufrido escasez, pobreza  y todas clases de limitaciones.
8.- En las varias etapas de los 55 años, lo que representa la mayoría del pueblo dominicano,  porque ha estado aplastado, no ha tenido posibilidad de decidirse  entre continuar  bajo el mismo modelo,  o escoger otro que no lo mantenga  sojuzgado, metido en el puño  de los grupos minoritarios nacionales y extranjeros.
9.-  Los hombres y mujeres que en conjunto constituyen el pueblo dominicano, por muy alelados que les mantenga el sistema, tienen suficientes motivos para darse cuenta que han malvivido  bajo un ordenamiento económico y social de oprobio; que es afrenta, deshonor e ignominia.  En semejante forma  la existencia se hace indigna, humillante e insoportable.
10.- Años y años de opresión y marginación,   generadas por un modelo  de privilegios, es lo que las masas populares han sentido y sufrido, llenándolas  de aburrimiento, pena y tristeza;  habiendo   perdido su derecho y deseo a la alegría, optimismo y contentamiento, porque sólo depresión sienten los oprimidos cuando están en un ambiente   de adversidades.
11.- El tiempo cuenta y debe servir a los fines de que aquellos que han sido condenados al desprecio, salgan de la oscuridad y vengan a la luz;  abandonen las tinieblas para estar en la claridad, y  puedan cambiar la situación de olvidados, marginados  de la felicidad.
12.- Las masas populares dominicanas, víctimas de las maquinaciones  de los politiqueros del sistema, han sido dirigidas para que se mantengan aferradas al  orden actual que está caduco, añejo,  vencido por la historia;  llegó a su vencimiento, está moribundo.
13.- Lo mejor de nuestro pueblo, colocado en una encerrona  tendida por los que se benefician del presente ordenamiento económico, ha permanecido por más de 55 años  sin ver  ninguna clase de progreso en su provecho,  lo que debe impulsarlo  a soltarse, acabar con el encerramiento, el reclutamiento con el cual ha sido engañado para que permanezca  bajo el control de partidos políticos que sólo sirven para proteger   a grupos minoritarios
14.- Nuestro pueblo, habiendo permanecido  en estado de marginación durante más de medio siglo,  bajo el mismo modelo  y controlado políticamente por los mismos grupos políticos, la vida le ha enseñado que tiene que cambiar de rumbo; que la trayectoria que lo han mandado a seguir  no le conviene; que  debe comenzar a trillar otro camino, porque ha sido guiado a un destino que es  el mismo en el cual actualmente vive, que lo tiene arrodillado, viviendo de dádivas, humillado y degradado.

III.- Cincuenta y cinco (55) años bajo un modelo infuncional,  conviene cambiarlo
15.- Luego de 55 años sufriendo las nefastas consecuencias de un modelo económico infuncional, cambiarlo se hace una necesidad, reemplazarlo es impostergable; debe   ser una decisión a ejecutar por todos los sectores que  no se identifican  con la forma de vida que ha llevado el pueblo dominicano en lo material, institucional, ético y moral. Dar  un giro de 180 grados a la materialidad dominicana es algo que no se debe relegar, diferirlo sería un contrasentido.
16.- Cincuenta y cinco (55) años, son más que suficientes  para no tolerar más un ordenamiento bajo el cual la forma normal de vida se hace angustiosa; la manera como ha sido manejado el Estado en el orden institucional indigna;  perturba la ausencia de garantía de vida y bienes.  La degradación en lo ético y moral,  hace el  ambiente cada vez es más purulento.
17.- Luego de 55 años de estar viviendo bajo un ordenamiento económico excluyente, que impide a amplios sectores satisfacer las necesidades más   elementales para una vida decente,  no hay justificación alguna para   mantenerlo. Es inadmisible desde todo punto de vista continuar   aceptando un ambiente irresistible. Seria querer conservar lo indebido, inexcusable e inaceptable.
18.- Una  comunidad de mujeres y hombres no puede estar motivada  a  continuar aceptando tranquilamente la existencia de un orden  arcaico, anticuado, que no resuelve nada,  y  por rancio está condenado a desaparecer.
19.- Habiendo transcurrido  más de 55 años de infuncionalidad, la vigencia del sistema  actual  está ausente de fundamentación social y humana, porque no tiene ningún aliciente, estimulo ni atractivo para ser conservado. Sólo ilusión falsa siembra  el presente ambiente.
20.- Cincuenta y cinco (55) años de perjuicios invitan a la  eliminación de lo dañoso. Se mantiene lo bueno, se protege lo agradable; es ideal  preservar lo útil y hacer durar lo que  motiva alegría.  Pero es deseable perder, quitarse de encima lo dañino, lo que estropea el buen  vivir.
21.- Luego de 55 años de atraso, se hace necesaria la innovación de la sociedad dominicana;  unas estructuras que estimulan la miseria  se impone erradicarlas a los fines de  modernizar el país, y hacerle  grata la vida a la mayoría de nuestro pueblo.
22.- Después de 55 años de fastidio, incomodidades,  tormentos, perturbaciones y patadas, el pueblo dominicano merece vivir a gusto, contento; libre de hambre, miseria e insalubridad, analfabetismo y zaherido en sus nobles sentimientos.
23.- El modelo que padecemos, el  mismo que con algunas variantes ha golpeado al pueblo por más de 55 años,  no  es aceptable en lo ético y moral, porque lejos de estimular como norma de comportamiento integridad, rectitud y decencia, crea un  ambiente propicio para convertir al  ser humano en inmoral, deshonesto  y  huérfano  de principios de buen vivir.
24.- El ambiente bajo el cual ha  estado viviendo nuestro pueblo por más de 55 años, no ha creado las condiciones para que exista entre nosotros armonía, fraternidad, comprensión y amor, sino discordia, choque,  desavenencia, desencuentro y desarmonía. Por tener como base la desigualdad de oportunidad, ha sembrado la diferencia que impulsa a la disensión e incompatibilidad.
25.-  El modelo que  ha tenido  como base económica el país  por  espacio de  55 años,  por descansar en las injusticias, ha llevado a los dominicanos y dominicanas a estar bajo desorden, desconcierto y enredo; lejos de orden y organización   lo que  padecemos es desbarajuste, estropicio y caos. La situación se torna desbordada en criminalidad, delincuencia de cuello blanco y sucio y es cada vez más creciente el número de vicios que arropan  la sociedad. Las taras llevan al pueblo al desasosiego, intranquilidad y agobio.
26.- Cincuenta y cinco (55) años de progreso de fachada,  felicidad aparente,  y pinta de bonanza, es lo  que han  hecho creer al pueblo dominicano aquellos que han vivido en la opulencia, desfachatez y elegancia construida sobre hambre, opresión, miseria e infelicidad.

Reflexiones finales
a.- Habiendo transcurrido 55 años desde  la desaparición  de la tiranía de  Trujillo, resulta prudente que aquellos que aspiran a un mejor país hagan un repaso, una investigación detenida y desapasionada de lo que ha sido la vida de nuestro pueblo en lo económico, social, ético, moral e institucional, y después de la indagación determinen  si resulta provechoso que continuemos viviendo bajo el actual modelo.
b.- Pensando como dominicanas y dominicanos sensibles, libres de egoísmos y no atados al individualismo; reflexionando, concentrados en  lo que tenemos hoy como sociedad, es   saludable hacerse la pregunta de  si la forma que estamos viviendo se ajusta a lo que aspiramos y merecemos como personas civilizadas, interesadas en disfrutar un ambiente no degradado por miseria, criminalidad y corrupción.
c.- Cincuenta y cinco (55) años bajo la  misma formación  económica, sirven de motivación para pensando en forma concienzuda, aplicada y altamente meticulosa, formarse una idea clara de si lo que se llama pueblo dominicano le conviene estar bajo esta organización socioeconómica.
d.- Cincuenta y cinco (55) años no son paja de coco, y permiten determinar si se puede justificar, si es comprensible, defendible, de cualquier forma explicable  o razonable que se le imponga a la mayoría de la población dominicana, un modelo económico que genera una forma de vida azarosa, indecente, deshonrosa, corrupta, degradada, infame, ignominiosa y perversa.
e.- No hay disculpas ni razones valederas  para mantener más allá de  medio siglo  un sistema social   que sacrifica  a la generalidad de los dominicanos y dominicanas, y les impone  una  situación calamitosa 
f.-  La existencia de un ordenamiento económico y social conviene ser mantenido cuando hace la vida llevadera a la mayoría de la población, de lo contrario procede su sustitución por otro que sea de satisfacción  para el pueblo.
g.- Cincuenta y cinco (55) años pasando calamidades han de motivar a nuestro pueblo animarse  con la fortaleza que le da la justeza  de  luchar por una vida mejor.  Es de esperar que   despertará y se reconfortará  impulsado, decidido a cambiar por completo lo que han sido 55 años de dificultades y complicaciones, para luego alcanzar un futuro de soluciones.
h.- El momento actual es oportuno para plantear cambios verdaderos,  porque aglutinarían  a amplios grupos sociales insatisfechos, que se sumarían  si ven que se les  hace una propuesta seria y debidamente fundamentada. La transformación  del orden actual es algo que está en la mente de personas que coinciden en que el país no ha andado  por buen camino.
i.- La importancia de salir de la presente situación es de gran significación porque entrañaría  una existencia nueva que ha de repercutir por su trascendencia en todos los aspectos  sociales y políticos, y también en la forma de pensar y actuar de nuestro pueblo. La envergadura  de la transformación  tiene que ser de consideración y mucha preponderancia.


Santiago de los Caballeros,

8 de agosto de 2016.