Por: Ramón Antonio Veras.
I.- El tiempo en la lucha de los pueblos
1.- El tiempo importa mucho en la vida de los
pueblos, porque les permite pasar balance de lo que ha sido su existencia, confrontar distintas etapas en el orden económico, político
y social; hacer valoración y sacar
conclusiones que podrían resultar provechosas
para saber qué debe mantener, eliminar o
modificar; lo mismo que mediante la
comparación conocer si conviene realizar
cambios para satisfacer las aspiraciones más sentidas de la mayoría de la
población.
2.- En algunas ocasiones el intervalo de
tiempo ha sido objeto de análisis para
determinar el comportamiento de un régimen, una administración o la
funcionalidad de un modelo económico. El
correr del tiempo hace posible el examen de lo que se quiere indagar.
3.- En el año 1973, mi amigo, el ingeniero
José Israel Cuello Hernández, dentro de sus tantas obras publicó una con el título: “Siete años de reformismo,
reclama una oposición de izquierda. Para fundamentar su obra tomó como base el
periodo desde 1966, hasta 1973,
distancia de siete años, en el transcurso de la cual Balaguer no cumplió
con lo que él y su partido habían prometido ejecutar en el espacio de dos
gobiernos de cuatro años.
4.- He comenzado este escrito haciendo
mención del tiempo y el texto de José Israel, para combinando el tiempo y el nombre
de su libro desarrollar la idea
que tengo con relación al país y período
comprendido desde el 1961 hasta
el presente.
II.- Nuestro pueblo con un modelo económico
durante 55 años
5.- El espacio de tiempo transcurrido desde
la desaparición física de Trujillo, hasta ahora, es de más de 55 años, plazo
más que suficiente para tener una noción de lo que hemos hecho, y si en ese periodo hemos logrado avanzar como
país en el orden económico, social e
institucional.
6.- En ese
tiempo, de 1961 hasta esta parte
han pasado 55 años, en el curso de los cuales han gobernado los mismos grupos y
tres partidos en temporadas de 12, 22 y 16 años, trechos en los cuales
han aplicado recetas diferentes,
pero dentro de los marcos del mismo
modelo económico.
7.- En las distintas épocas del periodo de 55
años, el país ha tenido coyunturas de abundancia, prosperidad de la cual muy bien se han aprovechado los grupos minoritarios, mientras que el
pueblo ha sufrido escasez, pobreza y
todas clases de limitaciones.
8.- En las varias etapas de los 55 años, lo
que representa la mayoría del pueblo dominicano, porque ha estado aplastado, no ha tenido
posibilidad de decidirse entre continuar bajo el mismo modelo, o escoger otro que no lo mantenga sojuzgado, metido en el puño de los grupos minoritarios nacionales y
extranjeros.
9.-
Los hombres y mujeres que en conjunto constituyen el pueblo dominicano,
por muy alelados que les mantenga el sistema, tienen suficientes motivos para
darse cuenta que han malvivido bajo un
ordenamiento económico y social de oprobio; que es afrenta, deshonor e
ignominia. En semejante forma la existencia se hace indigna, humillante e
insoportable.
10.- Años y años de opresión y
marginación, generadas por un
modelo de privilegios, es lo que las
masas populares han sentido y sufrido, llenándolas de aburrimiento, pena y tristeza; habiendo
perdido su derecho y deseo a la alegría, optimismo y contentamiento,
porque sólo depresión sienten los oprimidos cuando están en un ambiente de adversidades.
11.- El tiempo cuenta y debe servir a los
fines de que aquellos que han sido condenados al desprecio, salgan de la
oscuridad y vengan a la luz; abandonen
las tinieblas para estar en la claridad, y
puedan cambiar la situación de olvidados, marginados de la felicidad.
12.- Las masas populares dominicanas,
víctimas de las maquinaciones de los
politiqueros del sistema, han sido dirigidas para que se mantengan aferradas
al orden actual que está caduco,
añejo, vencido por la historia; llegó a su vencimiento, está moribundo.
13.- Lo mejor de nuestro pueblo, colocado en
una encerrona tendida por los que se
benefician del presente ordenamiento económico, ha permanecido por más de 55
años sin ver ninguna clase de progreso en su provecho, lo que debe impulsarlo a soltarse, acabar con el encerramiento, el
reclutamiento con el cual ha sido engañado para que permanezca bajo el control de partidos políticos que
sólo sirven para proteger a grupos
minoritarios
14.- Nuestro pueblo, habiendo
permanecido en estado de marginación
durante más de medio siglo, bajo el
mismo modelo y controlado políticamente
por los mismos grupos políticos, la vida le ha enseñado que tiene que cambiar
de rumbo; que la trayectoria que lo han mandado a seguir no le conviene; que debe comenzar a trillar otro camino, porque
ha sido guiado a un destino que es el
mismo en el cual actualmente vive, que lo tiene arrodillado, viviendo de dádivas,
humillado y degradado.
III.- Cincuenta y cinco (55) años bajo un
modelo infuncional, conviene cambiarlo
15.- Luego de 55 años sufriendo las nefastas
consecuencias de un modelo económico infuncional, cambiarlo se hace una
necesidad, reemplazarlo es impostergable; debe
ser una decisión a ejecutar por todos los sectores que no se identifican con la forma de vida que ha llevado el pueblo
dominicano en lo material, institucional, ético y moral. Dar un giro de 180 grados a la materialidad
dominicana es algo que no se debe relegar, diferirlo sería un contrasentido.
16.- Cincuenta y cinco (55) años, son más que
suficientes para no tolerar más un
ordenamiento bajo el cual la forma normal de vida se hace angustiosa; la manera
como ha sido manejado el Estado en el orden institucional indigna; perturba la ausencia de garantía de vida y
bienes. La degradación en lo ético y
moral, hace el ambiente cada vez es más purulento.
17.- Luego de 55 años de estar viviendo bajo
un ordenamiento económico excluyente, que impide a amplios sectores satisfacer
las necesidades más elementales para
una vida decente, no hay justificación
alguna para mantenerlo. Es inadmisible
desde todo punto de vista continuar
aceptando un ambiente irresistible. Seria querer conservar lo indebido,
inexcusable e inaceptable.
18.- Una
comunidad de mujeres y hombres no puede estar motivada a
continuar aceptando tranquilamente la existencia de un orden arcaico, anticuado, que no resuelve nada, y por
rancio está condenado a desaparecer.
19.- Habiendo transcurrido más de 55 años de infuncionalidad, la vigencia
del sistema actual está ausente de fundamentación social y
humana, porque no tiene ningún aliciente, estimulo ni atractivo para ser
conservado. Sólo ilusión falsa siembra
el presente ambiente.
20.- Cincuenta y cinco (55) años de
perjuicios invitan a la eliminación de
lo dañoso. Se mantiene lo bueno, se protege lo agradable; es ideal preservar lo útil y hacer durar lo que motiva alegría. Pero es deseable perder, quitarse de encima
lo dañino, lo que estropea el buen
vivir.
21.- Luego de 55 años de atraso, se hace
necesaria la innovación de la sociedad dominicana; unas estructuras que estimulan la
miseria se impone erradicarlas a los
fines de modernizar el país, y
hacerle grata la vida a la mayoría de
nuestro pueblo.
22.- Después de 55 años de fastidio,
incomodidades, tormentos, perturbaciones
y patadas, el pueblo dominicano merece vivir a gusto, contento; libre de
hambre, miseria e insalubridad, analfabetismo y zaherido en sus nobles
sentimientos.
23.- El modelo que padecemos, el mismo que con algunas variantes ha golpeado
al pueblo por más de 55 años, no es aceptable en lo ético y moral, porque
lejos de estimular como norma de comportamiento integridad, rectitud y
decencia, crea un ambiente propicio para
convertir al ser humano en inmoral,
deshonesto y huérfano
de principios de buen vivir.
24.- El ambiente bajo el cual ha estado viviendo nuestro pueblo por más de 55
años, no ha creado las condiciones para que exista entre nosotros armonía, fraternidad,
comprensión y amor, sino discordia, choque,
desavenencia, desencuentro y desarmonía. Por tener como base la
desigualdad de oportunidad, ha sembrado la diferencia que impulsa a la
disensión e incompatibilidad.
25.-
El modelo que ha tenido como base económica el país por
espacio de 55 años, por descansar en las injusticias, ha llevado
a los dominicanos y dominicanas a estar bajo desorden, desconcierto y enredo;
lejos de orden y organización lo
que padecemos es desbarajuste,
estropicio y caos. La situación se torna desbordada en criminalidad,
delincuencia de cuello blanco y sucio y es cada vez más creciente el número de
vicios que arropan la sociedad. Las
taras llevan al pueblo al desasosiego, intranquilidad y agobio.
26.- Cincuenta y cinco (55) años de progreso
de fachada, felicidad aparente, y pinta de bonanza, es lo que han
hecho creer al pueblo dominicano aquellos que han vivido en la
opulencia, desfachatez y elegancia construida sobre hambre, opresión, miseria e
infelicidad.
Reflexiones finales
a.- Habiendo transcurrido 55 años desde la desaparición de la tiranía de Trujillo, resulta prudente que aquellos que
aspiran a un mejor país hagan un repaso, una investigación detenida y
desapasionada de lo que ha sido la vida de nuestro pueblo en lo económico,
social, ético, moral e institucional, y después de la indagación
determinen si resulta provechoso que
continuemos viviendo bajo el actual modelo.
b.- Pensando como dominicanas y dominicanos
sensibles, libres de egoísmos y no atados al individualismo; reflexionando,
concentrados en lo que tenemos hoy como
sociedad, es saludable hacerse la
pregunta de si la forma que estamos
viviendo se ajusta a lo que aspiramos y merecemos como personas civilizadas,
interesadas en disfrutar un ambiente no degradado por miseria, criminalidad y
corrupción.
c.- Cincuenta y cinco (55) años bajo la misma formación económica, sirven de motivación para pensando
en forma concienzuda, aplicada y altamente meticulosa, formarse una idea clara
de si lo que se llama pueblo dominicano le conviene estar bajo esta
organización socioeconómica.
d.- Cincuenta y cinco (55) años no son paja
de coco, y permiten determinar si se puede justificar, si es comprensible,
defendible, de cualquier forma explicable
o razonable que se le imponga a la mayoría de la población dominicana,
un modelo económico que genera una forma de vida azarosa, indecente,
deshonrosa, corrupta, degradada, infame, ignominiosa y perversa.
e.- No hay disculpas ni razones
valederas para mantener más allá de medio siglo
un sistema social que
sacrifica a la generalidad de los
dominicanos y dominicanas, y les impone
una situación calamitosa
f.- La
existencia de un ordenamiento económico y social conviene ser mantenido cuando
hace la vida llevadera a la mayoría de la población, de lo contrario procede su
sustitución por otro que sea de satisfacción
para el pueblo.
g.- Cincuenta y cinco (55) años pasando
calamidades han de motivar a nuestro pueblo animarse con la fortaleza que le da la justeza de
luchar por una vida mejor. Es de
esperar que despertará y se
reconfortará impulsado, decidido a
cambiar por completo lo que han sido 55 años de dificultades y complicaciones,
para luego alcanzar un futuro de soluciones.
h.- El momento actual es oportuno para
plantear cambios verdaderos, porque
aglutinarían a amplios grupos sociales
insatisfechos, que se sumarían si ven
que se les hace una propuesta seria y
debidamente fundamentada. La transformación
del orden actual es algo que está en la mente de personas que coinciden
en que el país no ha andado por buen
camino.
i.- La importancia de salir de la presente
situación es de gran significación porque entrañaría una existencia nueva que ha de repercutir por
su trascendencia en todos los aspectos
sociales y políticos, y también en la forma de pensar y actuar de
nuestro pueblo. La envergadura de la
transformación tiene que ser de consideración
y mucha preponderancia.
Santiago de los Caballeros,
8 de agosto de 2016.