Por: Ramón Antonio Veras.
Introducción
Ningún
sistema opresor se identifica
odioso por muy injusto que sea; por el contrario, se presenta como muy preocupado por los pobres, de filosofía democrática e interesado en los
cambios que favorecen a la mayoría del
pueblo. Con fraseologías agradables procura hacerse simpático.
Aunque tenga por base las más cruel explotación, lo que se va a escuchar con relación al
régimen de dominación son expresiones atractivas, encantadoras, sumamente
seductoras a los oídos de los oprimidos; su discurso fascinante cautivaría al más ardiente de sus oponentes.
Por la seducción,
el hechizo fijado en la conciencia de quienes padecen los daños causados
por el sistema opresor, estos no
alcanzan a comprender que son perjudicados con los mensajes bonitos transmitidos por sus opresores para que
alegremente los acepten.
Las expresiones con las cuales se busca conquistar,
o de cualquier forma agradar a los de abajo, son difundidas por propagandistas de sistemas que
descansan en injusticias. El objetivo es que los afectados
se sientan identificados, embrujados con
lo que es la causa de su
desgracia. Las palabras utilizadas como cebo por los defensores del sistema se
fijan bellas en el cerebro, aunque sean en esencia desagradables, repelentes.
Para
impulsar a una persona a que
acepte tranquilamente una situación que la lesione, hay que hacer con ella una labor de
convencimiento, estimularla para que llegue a
la alucinación y termine
entregada, no importa que sea mediante
deslumbramiento engañoso.
Los políticos del sistema que predomina en el país,
para cautivar a los hombres y mujeres
del pueblo, han recurrido a ponerles
bellos anzuelos rodeados de palabras tales como justicia social, libertad, igualdad,
comprensión, amor y fraternidad,
completarlas enloqueciéndoles con expresiones de democracia, bienestar colectivo, pan,
educación y salud.
Con los párrafos anteriores procuro demostrar que las grandes mayorías nacionales han sido víctimas de las maquinaciones de los
aprovechados e identificados con el sistema predominante en el país, las han mantenido cautivadas; y en semejante forma han procedido, sin
excepción, todos los partidos tradicionales.
El pueblo
ilusionado, y preparado para el engaño
1.- Una aliada permanente de los que viven a costa de
la miseria del pueblo es la ignorancia,
que condiciona a las personas y
las mantiene sin capacidad para pensar; privadas del conocimiento de las realidades
en que viven, y las lesionan espiritual
y materialmente.
2.- Los favorecidos por el sistema, apoyándose en
la ignorancia, han hecho creer al pueblo
que su felicidad llegará en un
determinado momento; que el estado de pobreza en que vive es transitorio, el avasallamiento desaparecerá próximamente, y en
lo adelante todo será comodidad.
3.- El carente de conocimientos, el lego, es ajeno a las causas que le llevan a
permanecer en una especie de limbo, a no saber lo que ocurre a su alrededor;
aunque permanentemente es golpeado por el ordenamiento económico que lo lleva a
mantener con su mente empañada, permaneciendo como si viviera en la luna.
4.- Amplios
sectores de la sociedad dominicana, al
no tener la menor noción del porqué su
estado de degradación, lo que motiva ser un
tarugo, lleva una existencia de
total oscurantismo. El que ignora las
causas generadoras de los fenómenos sociales permanece sin prestar
atención a los hechos que se dan en el medio donde vive.
5.- Aquel que ha sido inducido a la estupidez, es una pieza fácil de utilizar por
los que deben su prosperidad a la misma
masa que trata como zoquetes y
necios de la sociedad. Los dominados por
la viveza y las habilidades de los
dueños del poder, para estos no tienen
ningún valor, son algo así como cazurros de ocasión.
6.- En nuestro país la inerudita forma parte de
la reserva de que dispone el sistema
para siempre tener disponibilidad, y en
ningún momento interrumpir la producción por falta de mano de obra dócil a su servicio.
Mientras menos ilustrado y más ignorante es el que vive de la venta de su
fuerza de trabajo, mucho mejor para el aprovechador de las penumbras.
7.- La inocencia, que entraña la ignorancia, hace
posible que los maquinadores permanezcan
en constante intriga para adormecer a sus víctimas que, una vez aletargadas, se
muestran anestesiadas y en disposición de cumplir con los designios de sus
confabuladores.
8.- Por el vacio que tiene en su mente el individuo
carente de conocimientos, lo hace fácil
para la siembra de ilusiones, obra de astutos, taimados y maliciosos. La
captura de la voluntad de un ignorante no es difícil, y mucho menos
para un operador del maquiavelismo.
9.- Hacer fijar
ilusiones en el cerebro de un asalariado
está al alcance de cualquier entendido interesado en dominarlo, lo que
logra sin la mayor complicación, porque
la inexperiencia acompaña al fracaso de
aquel que no tiene capacidad para
discernir, saber cuándo lo quieren embaucar.
10.- Es común ver que a la persona víctima de la ignorancia le hacen creer que la
igualdad ante la ley, es lo mismo
que la igualdad de oportunidades, y
procuran convencerla de que por el hecho de los seres humanos llegar al
mundo de los vivos con iguales órganos vitales, los hace idénticos como clases sociales.
11.- Al ilusionar a alguien se le lleva a la
mente la idea de ánimo, se busca
motivarlo, entusiasmarlo; llenarlo de esperanza; que le aguarda
algo bueno, hacerle creer que se
acerca su felicidad en la tierra. Aquel a quien ilusionan, hinchan su cabeza de promesas
halagadoras; lo llenan de gracia,
llegando a encandilarlo de tal forma que se cree haber tomado el cielo con sus
manos. Lo convierten en dueño de castillos construidos en el aire.
12.- Por los ofrecimientos que le han hecho,
históricamente el pueblo dominicano se
ha mantenido ilusionado, hasta llevarlo
a permanecer oprimido, pero
embriagado de ilusiones que, con
el tiempo, se han convertido en fantasías, invenciones creadas por artífices del espejismo.
13.- En el accionar político es donde lo mejor de
nuestro pueblo puede comprender que lo han mantenido con los pies separados
de la tierra, poniéndolo a forjarse,
alucinarse, deslumbrarse con ofrecimientos, palabras adornadas para
embaucarlos.
14.- Los adversarios de las masas populares, al
ilusionarlas llevan a su cerebro la posibilidad de alcanzar sus
objetivos liberadores, pero el tiempo les demuestra que ellas no son más que cosas políticas, arrastradas por fabulas, absurdos, puros
disparates para ponerlas a delirar con desatinos elaborados en forma de regalos
envenenados.
15.- En la conciencia de los hombres y mujeres del
pueblo, los políticos del sistema que padecemos hoy han establecido la ilusión
de que pueden esperar una
democracia muy sana, y que pronto llegará, pero la materialidad
prueba que todo no ha sido más que una esperanza atractiva, pero falsa.
16.- El tiempo pasa y el pueblo es más y más golpeado por la miseria, aunque los
ideólogos al servicio del statu quo
procuran convencerlo, poniéndolo a delirar, mentalmente moviéndolo entre alucinaciones y manía, hasta llevarlo a
devaneos que lo hacen ver como entes
descabellados sin objetivos posibles a lograr.
17.- Mientras más atrasado es un determinado grupo
social marginado, es más propenso a ser víctima, a creer en los anhelos que
sellan en su cabeza los políticos vendedores de expectativas que, al final, concluyen
en decepciones que guían a la
desesperación.
18.- Las grandes mayorías nacionales, las
masas empobrecidas han sido educadas por el sistema y
orientadas por sus supuestos líderes, a que permanezcan en espera, que aguarden
otra oportunidad, la cual nunca ha llegado ni llegará bajo el orden económico
actual. Pura y simplemente, las han mantenido en estado de desesperación, aunque
esperanzadas en las promesas fundadas en simples perspectivas.
19.- Los sueños, las quimeras que ofrecen al pueblo
los partidos del sistema son representaciones fantásticas; alucinaciones para
que sirvan de encantos, y maravillar así
la cabeza de los que creen en fascinaciones celestiales.
20.- No está en discusión que una masa considerable
de nuestros compatriotas se mueve
cambiando de necesitados a indigentes, de
apurados a pobre diablos, de pelagatos a
marginados, y de desheredados a
pedigüeños. Para ellos el medio es de calamidad, desdicha, pesadumbre y de profundo abatimiento. Pero el letargo en
que el sistema que padecemos ha sumido a amplios sectores de nuestro
pueblo, no durará para siempre;
el despertar ha de llegar
más temprano que tarde, y ahí
mismo terminarán las penurias
generadas por el ordenamiento
económico vigente.
Reflexiones finales
a.- El atraso
secular que ha mantenido al
pueblo dominicano con un bajo nivel
educativo y de conciencia política, ha contribuido a que sea afectado espiritual y
materialmente, arrastrando una existencia de penurias y grandes precariedades,
con el agravante de que todavía no ha llegado a comprender la causa generadora de sus desgracias, el
caldo de cultivo de donde proviene su indigencia.
b.- La opresión social que castiga a la verdadera comunidad dominicana, la priva de pensar con
libertad, razonar con relación a la miseria que la agobia, y reflexionar
en torno a cómo liberarse,
consultar consigo misma respecto
al método de lucha que ha de aplicar para vencer a sus adversarios; calentarse
la cabeza a fin de recapacitar y determinar cuáles son sus aliados en la brega
por llegar a ser dueña de su destino.
c.- La falta de conciencia quita a las masas
depauperadas la posibilidad de tomar las
decisiones que las lleven a quitarse de encima el yugo que las ha mantenido en
permanente marasmo, amodorramiento
nefasto, funesta inactividad y
traumática docilidad.
d.- Una gran mayoría de la población dominicana
sufre, padece necesidades; tiene limitaciones que la convierten en mujeres y hombres pordioseros; en menesterosos sin posibilidad de salir del
estado de mendicidad y desamparo que han vivido durante años; y sin darse cuenta se han comportado como borregos, esclavos
que besan sus cadenas, ignorando que están santificando el sistema causante de sus
pesares.
e.- Todos aquellos que consideran que aquí el modelo económico vigente nos ha
reducido como pueblo amante de la
libertad, laborioso, heredero de hermosas tradiciones de lucha democrática,
deben olvidar la candidez e
ingenuidad de la que se
han aprovechado maliciosos, picaros,
tramposos y marrulleros de la politiquería,
para mantenernos a raya, captando
la voluntad de lo mejor de nuestro pueblo, para impedirnos demostrar
la bravura, y así someternos a
sus designios y caprichos.
Santiago de los Caballeros,
19 de Agosto de 2016.