Cuarta entrega
Hechos importantes en el curso del proceso revolucionario cubano (Primera
parte)
Se ha dicho que de la Revolución Cubana no se puede hablar sin ligarla con Fidel; para comprobar esta afirmación debo hacer un relato de hechos significativos ocurridos en el curso del proceso revolucionario cubano los cuales revelan la ligazón de Fidel y la Revolución Cubana.
Desde que el pueblo de Cuba, bajo la dirección de Fidel, desplazó del poder a Fulgencio Batista y a sus compinches nacionales y extranjeros, más y más le seguí admirando y con él las medidas que tomaba el gobierno revolucionario desde sus inicios. Con gran satisfacción le di seguimiento a las acciones tomadas en los primeros meses de la revolución. Cuando todavía desde los fusiles de los integrantes del Ejército Rebelde del 26 de julio salía el olor a pólvora, en el mismo mes de enero de 1959, el gobierno revolucionario dejó sin efecto ni valor en sus cargos al presidente de la República, a los que ejercían funciones legislativas, disolvió el Congreso; los gobernadores de provincias y los encargados municipales fueron dejados sin funciones; concomitantemente se designaron los sustitutos y se nombró un Consejo de Ministros para dirigir los destinos de Cuba.
Tengo viva en la memoria la crisis que se presentó cuando todavía la Revolución no había cumplido dos meses, por la renuncia de José Miró Cardona del cargo de Primer Ministro, y luego la toma de posesión de Primer Ministro por el Comandante Fidel Castro.
Superada la crisis, Fidel comenzó, con su equipo de ministros, a tomar medidas de contenido social y popular: se eliminó la lotería nacional, se confiscaron los bienes de los que habían robado desde el Estado los dineros del erario, se promulgó la Ley de Reforma Agraria y Urbana y se les aplicó la ley a los asesinos y torturadores.
El pueblo cubano iba comprendiendo que un nuevo amanecer para Cuba había llegado y yo, desde mi país, con tan solo 21 años de edad me identificaba con las decisiones del gobierno revolucionario que comenzaban a democratizar la vida política de Cuba. Las medidas contra el hambre, la miseria, el desempleo, el analfabetismo, la insalubridad y la discriminación me llegaban a lo más profundo de mi corazón.
Para mí, que había nacido y vivido bajo el régimen odioso y despótico de Rafael Leonidas Trujillo Molina, las decisiones populares, democráticas y progresistas que ejecutaba el gobierno revolucionario cubano me llenaban de alegría y satisfacción porque por primera vez me daba cuenta que un gobierno tomaba decisiones en provecho del verdadero pueblo.
No me perdí ninguno de los pasos dado por Fidel desde sus inicios. La primera visita de Fidel al exterior la hizo al final del mes de enero de 1959 a Venezuela donde fue recibido y aclamado por todo el pueblo venezolano. Recuerdo que en la Universidad de Caracas él pronunció un discurso que levantó de sus asientos a todos los estudiantes. No olvido que la presencia de Fidel en Venezuela sirvió de motivación al exilio dominicano para arreciar la campaña contra el régimen de Trujillo. La emisora Radio Cumaná, desde tierra venezolana, daba orientación a la oposición interna dominicana para que ejecutara acciones clandestinas contra Trujillo. Un grupo de jóvenes, ya para esa época, llevábamos a cabo propaganda contra la dictadura de Trujillo.
Luego de haber estado en Venezuela, Fidel viajó a Estados Unidos en el mes de abril de 1959, e hizo un recorrido por varios países de América del Sur, regresando a Cuba en el mes de mayo. Después de su segundo viaje al exterior, Fidel fue recibido por las masas populares habaneras en la Plaza de la Revolución; pronunció un discurso que todos aquellos que estábamos dándole seguimiento a los mensajes de los exiliados antitrujillistas desde el exterior sabíamos que algo grande se estaba fraguando en Cuba o en Venezuela contra Trujillo.
Precisamente, a las pocas semanas de Fidel haber pronunciado el discurso al regresar de su segundo viaje al extranjero, el 14 de Junio de 1959, llegaron a nuestro país los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo, los cuales habían partido desde Cuba.
Con la expedición de 1959, se afianzó más y más en mí la simpatía hacia Fidel. Me había formado la idea de que un hombre nuevo había surgido en América Latina y el Caribe.
A los pocos días de la llegada a nuestro país de los combatientes de junio de 1959, se presentó en el seno del gobierno revolucionario cubano una crisis que se manifestó con la renuncia presentada por Fidel como Primer Ministro. De inmediato dimitió el Dr. Manuel Urrutia, el Consejo de Ministros escogió como Presidente de la República de Cuba al Dr. Osvaldo Dorticós Torrado.
Aunque no tenía dominio de las interioridades que se daban en el seno del gobierno revolucionario cubano, me sentía tranquilo porque sabía que Fidel estaba al frente del Estado y que contaba con el apoyo de las grandes mayorías del pueblo de Cuba. Después del primer año, el gobierno y la revolución ganaban más y más apoyo a nivel mundial. Los hombres y mujeres progresistas del mundo nos identificábamos totalmente con la Revolución Cubana y su líder, Fidel Castro.
Mi simpatía, mi admiración por Fidel se extendió a su obra, la Revolución Cubana. Nunca he borrado de mi memoria los hechos más significativos que han ocurrido en Cuba después del triunfo de la revolución. Me he formado la idea que el proceso revolucionario cubano, con sus altas y sus bajas, con sus aciertos y desaciertos, es el acontecimiento de mayor significación para nuestros pueblos en todo el siglo veinte y lo que va del veintiuno.
Todavía tengo presente dos hechos ocurridos en los últimos meses del año 1959: el primero, la creación de las Milicias Populares Revolucionarias, que se convirtieron en el pueblo uniformado, organizado y armado para, conjuntamente con las Fuerzas Armadas regulares, defender las conquistas revolucionarias y las medidas tomadas por el gobierno. El segundo hecho fue la desaparición de Camilo Cienfuegos, quien desempeñaba el cargo de Jefe de Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Camilo, a quien no llegué a conocer personalmente, me generaba simpatía por sus méritos ganados como combatiente en la Sierra Maestra, desde donde comencé a conocer de sus acciones revolucionares al lado de Fidel, Raúl, El Che y otros hombres ejemplos de la lucha guerrillera.
Cuando todavía la revolución cubana no había cumplido su primer año, el Presidente de los Estados Unidos, Eisenhower, aprobó un programa sugerido por la CIA para emprender acciones encubiertas contra Cuba, incluidos ataques piratas aéreos y navales. De igual manera, Eisenhower apoyó un plan, también elaborado por la CIA, cuyo objetivo sería el derrocamiento de Fidel Castro, en el término de un año y su sustitución por una junta amiga de los Estados Unidos.
Dentro de las acciones a seguir se destacaban ataques por la radio clandestina, interferencias a las emisoras cubanas, apoyo a los grupos de oposición pronorteamericanos para que puedan establecer por la fuerza un área controlada dentro de Cuba, y la eliminación física de Fidel Castro.
El mismo Eisenhower, en los primeros meses de 1960, firmó una ley suspendiendo las compras del azúcar cubana por parte de Estados Unidos. Esta fue la primera acción importante de contenido económico tomada contra Cuba. Pero a esta medida el Comandante Fidel Castro, respondió anunciando la nacionalización de las refinerías de petróleo, centrales azucareros y compañías de electricidad y teléfonos norteamericanos.
De la década del sesenta y la Revolución Cubana recuerdo el acto terrorista contra el buque francés “La Coubre”, que causó la muerte de unos setenta habaneros. Se me viene a la memoria la Primera Declaración de La Habana, documento que me impactó y me hizo ver que la revolución cubana iba de verdad para el socialismo. Posteriormente el gobierno dictó la Ley de Reforma Urbana que puso las viviendas al alcance de todo el pueblo.
Las mujeres cubanas, identificadas con la revolución, en agosto de 1960 crearon la Federación de Mujeres Cubanas, que aglutinó a todos los movimientos femeninos cubanos. Siguiendo la línea de las mujeres cubanas, en nuestro país se organizó la Federación de Mujeres Dominicanas. De ésta formaron parte, entre otras, mi mamá, mi compañera Carmen, Altagracia del Orbe, Altagracia Minaya, Carmen Durán, Amada Franco y otras mujeres de la capital y de Santiago.
El Comandante Fidel Castro, luego de su gobierno llevar a cabo la nacionalización de varias empresas norteamericanas, asistió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de New York. La alocución de Fidel en esta ocasión está considerada como la más larga pronunciada por un dirigente político en la ONU: 4 horas y 29 minutos.
Ante las acciones de grupos terroristas, la revolución respondió creando el 28 de septiembre de 1960 los Comités de Defensa de la Revolución. Fidel llamó al pueblo a darle una respuesta revolucionaria a los que buscaban desestabilizar al gobierno y sembrar el terror contra las masas trabajadoras.
Continuará la semana próxima
Se ha dicho que de la Revolución Cubana no se puede hablar sin ligarla con Fidel; para comprobar esta afirmación debo hacer un relato de hechos significativos ocurridos en el curso del proceso revolucionario cubano los cuales revelan la ligazón de Fidel y la Revolución Cubana.
Desde que el pueblo de Cuba, bajo la dirección de Fidel, desplazó del poder a Fulgencio Batista y a sus compinches nacionales y extranjeros, más y más le seguí admirando y con él las medidas que tomaba el gobierno revolucionario desde sus inicios. Con gran satisfacción le di seguimiento a las acciones tomadas en los primeros meses de la revolución. Cuando todavía desde los fusiles de los integrantes del Ejército Rebelde del 26 de julio salía el olor a pólvora, en el mismo mes de enero de 1959, el gobierno revolucionario dejó sin efecto ni valor en sus cargos al presidente de la República, a los que ejercían funciones legislativas, disolvió el Congreso; los gobernadores de provincias y los encargados municipales fueron dejados sin funciones; concomitantemente se designaron los sustitutos y se nombró un Consejo de Ministros para dirigir los destinos de Cuba.
Tengo viva en la memoria la crisis que se presentó cuando todavía la Revolución no había cumplido dos meses, por la renuncia de José Miró Cardona del cargo de Primer Ministro, y luego la toma de posesión de Primer Ministro por el Comandante Fidel Castro.
Superada la crisis, Fidel comenzó, con su equipo de ministros, a tomar medidas de contenido social y popular: se eliminó la lotería nacional, se confiscaron los bienes de los que habían robado desde el Estado los dineros del erario, se promulgó la Ley de Reforma Agraria y Urbana y se les aplicó la ley a los asesinos y torturadores.
El pueblo cubano iba comprendiendo que un nuevo amanecer para Cuba había llegado y yo, desde mi país, con tan solo 21 años de edad me identificaba con las decisiones del gobierno revolucionario que comenzaban a democratizar la vida política de Cuba. Las medidas contra el hambre, la miseria, el desempleo, el analfabetismo, la insalubridad y la discriminación me llegaban a lo más profundo de mi corazón.
Para mí, que había nacido y vivido bajo el régimen odioso y despótico de Rafael Leonidas Trujillo Molina, las decisiones populares, democráticas y progresistas que ejecutaba el gobierno revolucionario cubano me llenaban de alegría y satisfacción porque por primera vez me daba cuenta que un gobierno tomaba decisiones en provecho del verdadero pueblo.
No me perdí ninguno de los pasos dado por Fidel desde sus inicios. La primera visita de Fidel al exterior la hizo al final del mes de enero de 1959 a Venezuela donde fue recibido y aclamado por todo el pueblo venezolano. Recuerdo que en la Universidad de Caracas él pronunció un discurso que levantó de sus asientos a todos los estudiantes. No olvido que la presencia de Fidel en Venezuela sirvió de motivación al exilio dominicano para arreciar la campaña contra el régimen de Trujillo. La emisora Radio Cumaná, desde tierra venezolana, daba orientación a la oposición interna dominicana para que ejecutara acciones clandestinas contra Trujillo. Un grupo de jóvenes, ya para esa época, llevábamos a cabo propaganda contra la dictadura de Trujillo.
Luego de haber estado en Venezuela, Fidel viajó a Estados Unidos en el mes de abril de 1959, e hizo un recorrido por varios países de América del Sur, regresando a Cuba en el mes de mayo. Después de su segundo viaje al exterior, Fidel fue recibido por las masas populares habaneras en la Plaza de la Revolución; pronunció un discurso que todos aquellos que estábamos dándole seguimiento a los mensajes de los exiliados antitrujillistas desde el exterior sabíamos que algo grande se estaba fraguando en Cuba o en Venezuela contra Trujillo.
Precisamente, a las pocas semanas de Fidel haber pronunciado el discurso al regresar de su segundo viaje al extranjero, el 14 de Junio de 1959, llegaron a nuestro país los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo, los cuales habían partido desde Cuba.
Con la expedición de 1959, se afianzó más y más en mí la simpatía hacia Fidel. Me había formado la idea de que un hombre nuevo había surgido en América Latina y el Caribe.
A los pocos días de la llegada a nuestro país de los combatientes de junio de 1959, se presentó en el seno del gobierno revolucionario cubano una crisis que se manifestó con la renuncia presentada por Fidel como Primer Ministro. De inmediato dimitió el Dr. Manuel Urrutia, el Consejo de Ministros escogió como Presidente de la República de Cuba al Dr. Osvaldo Dorticós Torrado.
Aunque no tenía dominio de las interioridades que se daban en el seno del gobierno revolucionario cubano, me sentía tranquilo porque sabía que Fidel estaba al frente del Estado y que contaba con el apoyo de las grandes mayorías del pueblo de Cuba. Después del primer año, el gobierno y la revolución ganaban más y más apoyo a nivel mundial. Los hombres y mujeres progresistas del mundo nos identificábamos totalmente con la Revolución Cubana y su líder, Fidel Castro.
Mi simpatía, mi admiración por Fidel se extendió a su obra, la Revolución Cubana. Nunca he borrado de mi memoria los hechos más significativos que han ocurrido en Cuba después del triunfo de la revolución. Me he formado la idea que el proceso revolucionario cubano, con sus altas y sus bajas, con sus aciertos y desaciertos, es el acontecimiento de mayor significación para nuestros pueblos en todo el siglo veinte y lo que va del veintiuno.
Todavía tengo presente dos hechos ocurridos en los últimos meses del año 1959: el primero, la creación de las Milicias Populares Revolucionarias, que se convirtieron en el pueblo uniformado, organizado y armado para, conjuntamente con las Fuerzas Armadas regulares, defender las conquistas revolucionarias y las medidas tomadas por el gobierno. El segundo hecho fue la desaparición de Camilo Cienfuegos, quien desempeñaba el cargo de Jefe de Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Camilo, a quien no llegué a conocer personalmente, me generaba simpatía por sus méritos ganados como combatiente en la Sierra Maestra, desde donde comencé a conocer de sus acciones revolucionares al lado de Fidel, Raúl, El Che y otros hombres ejemplos de la lucha guerrillera.
Cuando todavía la revolución cubana no había cumplido su primer año, el Presidente de los Estados Unidos, Eisenhower, aprobó un programa sugerido por la CIA para emprender acciones encubiertas contra Cuba, incluidos ataques piratas aéreos y navales. De igual manera, Eisenhower apoyó un plan, también elaborado por la CIA, cuyo objetivo sería el derrocamiento de Fidel Castro, en el término de un año y su sustitución por una junta amiga de los Estados Unidos.
Dentro de las acciones a seguir se destacaban ataques por la radio clandestina, interferencias a las emisoras cubanas, apoyo a los grupos de oposición pronorteamericanos para que puedan establecer por la fuerza un área controlada dentro de Cuba, y la eliminación física de Fidel Castro.
El mismo Eisenhower, en los primeros meses de 1960, firmó una ley suspendiendo las compras del azúcar cubana por parte de Estados Unidos. Esta fue la primera acción importante de contenido económico tomada contra Cuba. Pero a esta medida el Comandante Fidel Castro, respondió anunciando la nacionalización de las refinerías de petróleo, centrales azucareros y compañías de electricidad y teléfonos norteamericanos.
De la década del sesenta y la Revolución Cubana recuerdo el acto terrorista contra el buque francés “La Coubre”, que causó la muerte de unos setenta habaneros. Se me viene a la memoria la Primera Declaración de La Habana, documento que me impactó y me hizo ver que la revolución cubana iba de verdad para el socialismo. Posteriormente el gobierno dictó la Ley de Reforma Urbana que puso las viviendas al alcance de todo el pueblo.
Las mujeres cubanas, identificadas con la revolución, en agosto de 1960 crearon la Federación de Mujeres Cubanas, que aglutinó a todos los movimientos femeninos cubanos. Siguiendo la línea de las mujeres cubanas, en nuestro país se organizó la Federación de Mujeres Dominicanas. De ésta formaron parte, entre otras, mi mamá, mi compañera Carmen, Altagracia del Orbe, Altagracia Minaya, Carmen Durán, Amada Franco y otras mujeres de la capital y de Santiago.
El Comandante Fidel Castro, luego de su gobierno llevar a cabo la nacionalización de varias empresas norteamericanas, asistió ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de New York. La alocución de Fidel en esta ocasión está considerada como la más larga pronunciada por un dirigente político en la ONU: 4 horas y 29 minutos.
Ante las acciones de grupos terroristas, la revolución respondió creando el 28 de septiembre de 1960 los Comités de Defensa de la Revolución. Fidel llamó al pueblo a darle una respuesta revolucionaria a los que buscaban desestabilizar al gobierno y sembrar el terror contra las masas trabajadoras.
Continuará la semana próxima