Por una sociedad de gente auténtica
- En los adultos dominicanos están presentes vicios asimilados desde nuestra sociedad enferma que conviene no sean aceptados por nuestros niños.
- Los hábitos de mal obrar en nada contribuyen a la formación de buenos seres humanos. Solamente los lleva al desenfreno, a la depravación.
- Proceder fingiendo lo que no es, aparentar tener sentimientos nobles y practicar la perversidad es de la esencia de los hipócritas, de los que bien se mueven simulando.
- En el medio social dominicano hay amplios sectores políticos, económicos y sociales que desde lo más profundo de su corazón discriminan a los haitianos inmigrantes por ser negros y pobres.
- En la misma línea de la discriminación están aquellos que aquí rechazan a los que dejan ver, en uno u otro sentido, su preferencia sexual.
- Pero lo peor es que aquellos que desprecian a los inmigrantes haitianos y a los que no esconden su preferencia sexual, se molestan si son identificados como que tienen trato desigual, que son partidarios de la exclusión.
- A la niñez dominicana hay que educarla para que sea pura, liberada de toda falsedad, fingimiento y afectación para engañar.
- Las muchachas y los muchachos nuestros se están desarrollando en un sitio propicio para el cultivo de la doblez y el fingimiento.
- Aquí, hasta gente de pensamiento lúcido, cuando aborda el tema de la inmigración haitiana, con mucho fariseísmo se convierte en muy torpe.
- Para comprender perfectamente lo averiada que está la sociedad dominicana, basta con tomar en consideración lo insustancial, lo anodino del proceder de sus intelectuales.
- Si aspiramos a contar para el futuro con mujeres y hombres de una sola pieza, que no practiquen la doblez, hay que motivar a nuestros niños contra la hipocresía.
- El modo de vida que lleva hoy nuestro país no es el adecuado para servirle de modelo a las futuras generaciones. Lo dañino no debe ser exhibido como ejemplo a seguir.
- Allí donde predomina el odio, la mentira, la hipocresía y otras manchas sociales, sobresalen los ciudadanos ausentes de valía y listos para la falsía en todas sus manifestaciones.
- El lugar donde ahora nos encontramos debe servir como sitio ideal para comenzar a construir el nuevo país que deseamos y bien merecemos.
- Está haciendo falta compartir con ciudadanas y ciudadanos valiosos por ser virtuosos y loables por los aportes que hacen a la comunidad de la cual forman parte.
- Conviene formar a mujeres y hombres auténticos, libres de toda clase de prejuicios, y que quieran al ser humano tal cual es.