martes, 2 de julio de 2024

La sociedad dominicana para envilecer, ¿sí o no?

  1. En la República Dominicana, la persona que se formó para vivir de manera correcta, perdió su tiempo, porque aquí ser recto, escrupuloso y limpio, es un estorbo.
  2. El ambiente dominicano es el adecuado para el indecoroso sentirse bien, no así para la persona honrada e íntegra. Esto está para vagabundos y pillos.
  3. Qué decencia ni decencia. Que se vayan al carajo el comedimiento y la probidad. Lo que cuenta es dinero, politiquería, bajeza y vileza. Nada de nobleza.
  4. Lo que procede es adecuarse para estar en un medio social degradado en lo ético y moral. Hay que bien educarse para degenerarse, ir de capa caída y depravarse hasta llegar a ser un oprobio.
  5. Desde que la sociedad dominicana llegó a echarse a perder, está predominando agusanarse, dañarse, pudrirse, pero nada de conservarse recto, moral, ni muy probo.
  6. Porque, al parecer, no hay nadie que quiera poner la casa en orden, cada quien se maneja a su antojo, como le indica su voluntad, o decida encapricharse.
  7. Este se ha convertido en el país donde el sinvergüenza ha impuesto sus designios, y se maneja a su gusto, a sus anchas, a cuerpo de rey.
  8. Estamos, más o menos, en el lugar ideal para el vagabundo que disfruta comportarse como le dé la real gana, como quiere estar y sin someterse a ley alguna.
  9. Nuestro país tenía que llegar donde se encuentra hoy, moralmente averiado, para que las personas de bien estén al garete, desilusionadas, en estado de desesperanza.
  10. Cómo entusiasmarse a estar aquí una mujer o un hombre decente, si de un momento a otro sufre tremendo chasco, como si le echaran un cubo de pupú en la cara y todo queda impune.
  11. El territorio nacional dominicano se ha convertido en una deshonra para un ser humano sentirse a gusto, porque no hay garantía. Mata físicamente el delincuente común, y moralmente el Estado.
  12. Lo que manda el momento es defenderse. De la manera más rígida, resguardarse para poder conservarse con vida. Escudarse con una especie de coraza, que también haga de refugio.
  13. Aquel que crea que este fue el lugar que soñó para tener una existencia digna y acogedora, que despierte, que se olvide de su anhelo, porque le resultó fallido.
  14. En el país nuestro, para conservarse, mantenerse formando parte de los vivos, y con paz espiritual, hay que hacer uso de todos los medios para vencer la adversidad que acecha, y así evitar ser vencido por la malignidad.
  15. La realidad, la materialidad dominicana, está ahí, a la vista de todas y de todos. Cada quien puede hacer de juez y enjuiciar con criterio propio. Ser objetivo es abrir el alma para decir lo que es nuestro sincero parecer.
  16. Porque no creemos ser portadores de la verdad absoluta, le preguntamos a usted, que lee este escrito, ¿en lo económico, social, ético y moral, el país que tenemos es el que queremos, merecemos y por el cual miles y miles de dominicanos y dominicanas han dado sus vidas, o los mejores años de su existencia?