Por: Ramón Antonio Veras.
1.- De los integrantes que acordaron asesinar a mi
hijo Jordi, siete (7) fueron detenidos, procesados y condenados. Uno falleció,
y otro está en libertad condicional porque luego de haber colaborado con el
órgano publico acusador para aclarar el crimen, cumplió la mitad de la pena que
le fue impuesta.
2.- Todavía cinco (5) quedan en prisión, y ahí
permanecerán hasta que cumplan el último día de la merecida sanción que le fue
impuesta por su participación en la tentativa de asesinato de que fue objeto
Jordi. No existe ninguna justificación valedera para que los restantes miembros
de la asociación de sicarios puedan obtener su libertad antes del tiempo
establecido por la sentencia condenatoria, la que esperamos sea confirmada por
la Suprema Corte de Justicia.
3.- Conviene que la opinión pública nacional sepa
que ese grupo que aún guarda prisión constituye, al igual que los dos que ya no están en la
cárcel, un verdadero peligro; una real
amenaza; desgracia latente; inminente nocividad
pública e inseguridad social.
4.- Nuestro pueblo debe saber que del quinteto que
está detenido, dos cumplen penas por crímenes cometidos antes de ejecutar el de
mi hijo; un tercero fue señalado de
descuartizar a tres personas en la ciudad capital, y los otros dos utilizaron el
uniforme de la Policía Nacional para hacer operativos de sicariato.
5.- Resulta provechoso para refrescar la memoria de
lo mejor de la sociedad dominicana, recordar
que los cinco (5) recluidos que quedan por el caso Jordi, han sido los
más incisivos, punzantes, virulentos, irónicos y desafiantes entorpeciendo el
curso normal del proceso judicial, utilizando términos ofensivos contra Jordi.
6.- En un momento
como el actual, cuando el medio social dominicano está viviendo en estado de espanto, pavor y
sobresaltos por la alta criminalidad, es una necesidad para la tranquilidad, la
paz espiritual y el sosiego colectivo,
que los cinco (5) confinados que quedan
por el crimen contra Jordi, permanezcan en las respectivas penitenciarias que hoy se encuentran.
7.- De delincuentes y criminales está saturada la
sociedad dominicana, por lo que aquellos antisociales que ha sido posible su
captura y sanción, deben permanecer en su lugar natural, la cárcel, y no venir
a rebosar el medio donde estamos viviendo, azotado por crímenes de diferentes facturas y calibres.
8.- De todas maneras, continuaremos en situación de
vigilancia, atentos a los movimientos que hagan los remanentes del operativo
criminal contra Jordi, así como de las gestiones de solidaridad que pueda
seguir prestándoles la Oficina Nacional de la Defensoría Pública, órgano que ha
hecho alianza ininterrumpida en los tribunales con los que procuraron matar a
mi hijo.
Santiago de los Caballeros,
2 de agosto de 2017.