Por: Ramón Antonio Veras.
1.- Aunque nunca he estado
condicionado para la contrariedad, la realidad me obligó a lidiar con los
contratiempos; con los sinsabores propios de un proceso penal como el relacionado con
el caso de mi hijo, en el que están involucrados verdaderos profesionales del
crimen organizado, que disponen de recursos económicos, y protección especial
en el organismo que tiene que ver con la defensa técnica de los que,
supuestamente, carecen de dinero para
pagar los servicios profesionales privados de
abogados o abogadas.
2.- Es muy difícil que una
persona normal se prepare para aceptar tranquilamente las adversidades que se
le puedan presentar en el curso de su existencia, y yo no soy la excepción. La desgracia que me
llegó el 2 de junio de 2010, con la
tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, no estaba en los cálculos
calamitosos que lesionan el alma y trastornan la tranquilidad a que aspiramos y creemos merecer.
3.- Conocer algo de lo degradada que está hoy la sociedad dominicana, me ha hecho menos
pesada la complicación, los percances que he tenido que sortear, capear sin
caer en la desesperación ni en la
claudicación. Sé que no puedo rendirme hasta
llegar al final del asunto que ha
golpeado a Jordi y a toda mi familia. No me han
importado los imprevistos, obstáculos ni sinsabores; abandonar el
escenario nunca ha estado en mis planes.
4.- Al cumplirse hoy setenta y
siete (77) meses de la acción criminal de que fue víctima mi hijo,
falta menos tiempo para concluir el proceso ante los tribunales que
cuando comenzó seis años atrás. El camino que he tenido que recorrer ha sido
largo y tortuoso, pero la distancia ni
lo escabroso me ha mermado el
ímpetu de ejercer el legítimo derecho a reclamar que se haga justicia, porque
creo que se ha de imponer la ley y el derecho; que va a primar lo claro, franco
y sincero, sobre lo taimado, sinuoso y maquiavélico.
5.- Es oportuno destacar que en el asunto que importa a
Jordi, a mi familia y a la parte sana de la sociedad dominicana, en estos momentos se destacan dos temas que debo
abordar por ser partes integrantes
del caso: la salud del señor Adriano Román, y el estado del expediente
ante la Suprema Corte de Justicia.
6.- En lo que concierne al
estado actual de salud de Adriano Román, Jordi
ha sido el primero en decir que a pesar del inmenso daño que le ha
causado a él y a toda la familia, su deseo es
que se le prevalezca su vida e
integridad para que, en especial, pueda
cumplir con las dos sentencias de que se
ha hecho merecedor por los crímenes
cometidos en las personas de su ex esposa Miguelina Llaverías y el abogado de ésta, Jordi Veras.
7.- En vista de que el
expediente actualmente se encuentra ante
la Suprema Corte de Justicia, Jordi y
toda nuestra familia espera que, dentro del cúmulo de trabajo que pudiere tener ese alto tribunal, el mismo sea
conocido en un plazo razonable, teniendo en consideración que el asunto ha
permanecido ante los tribunales ordinarios inferiores, más de seis (6) años.
Santiago de los Caballeros,
2 de noviembre de 2016.