Por: Ramón Antonio Veras.
Introducción
El ser humano se
siente espiritualmente bien cuando vive en un ambiente sano, agradable, sin incertidumbre, estable, no así
en aquel donde se encuentra desamparado, abandonado a su suerte y desprotegido
en lo absoluto.
La persona, mientras está complacida se deleita, pero se
disgusta y se desanima por algo
desagradable ocurrido en el medio donde desarrolla sus actividades habituales.
Esta es una verdad que no admite discusión porque es aceptada como expresión de
sentir colectivo cierto, fuera de toda duda.
A lo repugnante nadie
se adapta, lo mismo que lo horrible crea
tensión, repulsión. Un círculo social odioso se hace irresistible porque motiva
desaliento, aversión y jamás atracción.
Lo que asquea no tiene espacio en aquellos que aspiran a moverse
libre de miedo, horror y espanto.
Lo horrible causa
desaliento, y lleva al individuo a
sentirse impotente, alicaído; no impulsado a envalentonarse para luchar
contra las adversidades que se le pueden presentar; sus
bríos decaen, ceden a la flaqueza; la indiferencia se le impone a la
firmeza, y la cobardía a la decisión.
Resultan
legitimas, normales, las aspiraciones de
amplios sectores de la sociedad dominicana de querer que su país sea un oasis, un remanso
caribeño. Pero semejante deseo choca con la realidad que vivimos, que en lugar
de alivio de penalidades, es un medio
endemoniado en el cual no es fácil tener una existencia placentera, deleitosa.
I.- Las tachas en nuestra sociedad
1.- En estos momentos
nuestro país se revela defectuoso,
partiendo del comportamiento de la generalidad de los que aquí viven, por los actos que ejecutan, y la mala conducta generalizada. Se advierten signos de proceder imperfecto,
propios de grupos sociales en estado lamentable, perturbados, con sus cabezas
no muy bien amuebladas. La anormalidad
se hace notoria desde el punto de vista de la convivencia civilizada.
2.- Los defectos de que adolece la sociedad dominicana, las
tachas que la hacen fea a la vista de
las personas que aspiran a una vida decente, ocurren a diario, en forma permanente,
demostrando así que su deficiencia, la estigma que la
marca es sistémica, no de forma, sino de fondo.
3.- Los fallos que
revela el medio social dominicano se presentan de forma tal que su habitualidad
evidencia las cicatrices de un sistema en decadencia, degenerado, que
hace tiempo dejó de ser viable;
se ha hecho insoportable para una vida digna. Las acciones pecaminosas no se dan
ocasionalmente, de vez en cuando, sino que son asiduas, surgen lo más normal
porque están fijas en el cuerpo social vigente que aloja en su interior lacras
de todo tipo.
4.- Lo que a diario vemos no es para actuar con
malabarismo en el lenguaje, haciendo equilibrismo con juego de palabras, ni sacando de abajo para perfumar con
filigranas un ambiente hediondo.
Una cosa es vivir en las nubes, y
otra en la materialidad. La maldad, al parecer, llegó al medio social
dominicano para quedarse, y cada día se hace más notoria por la forma de
proceder de amplios segmentos. Aquí la bondad no se observa con facilidad, y
cuando la vemos se comporta tímida, demostrando que no está en su ambiente
normal, que la malignidad la acosa para que se retire.
5.- La conciencia
social, fruto del medio circundante y otros factores, está contaminada por la depravación que se señorea dominante,
voluntades de individuos inclinados a ejecutar las peores vilezas, ante
la alianza impúdica de quienes consideran como conveniente que continuemos
viviendo bajo el imperio de improbidad.
6.- Tiene que estar
abandonada a su suerte la forma de proceder en una sociedad, para que la
infamia eche raíces tan profundas que llegue a ser forma normal de vida, y tolerada como si fuera fiel expresión de
benevolencia. No hace nada bien consentir aquellos actos que desdicen mucho de personas educadas para proceder como entes bien enseñados, y no como repulsivos
asqueante sociales.
II.- Taras sociales
7.- Nunca me ha
pasado por la mente creerme portador de la verdad absoluta, y cuando escribo
sobre un asunto determinado lo hago partiendo de lo que creo es mi verdad, que
necesariamente no tiene que ser aceptada
por el que me lee o escucha mis exposiciones. De lo que sí estoy seguro
es que no hago anotaciones para herir, dañar o de cualquier forma confundir.
8.- Con el objetivo
de acercarme lo más posible a la certeza
de mis escritos, y rodearlos de cierta autenticidad, procuro que los
mismos estén apoyados en fuentes confiables de información a las cuales puedo recurrir en apoyo de mis
razonamientos, porque no es bueno dejar sin argumentos valederos y confiables
lo que se procura demostrar y que sea creíble.
9.- No es cuestión de murmuración, habladuría ni
chismorreo. Los hechos son los hechos y
no se derriten, y los casos que indicamos a continuación revelan que no hay que
ser suelto de lengua para identificar la sociedad en que vivimos preñada de
lacras, en la que abundan conductas impuras; máculas,
vicios que ubican un sistema manchado por todas partes, lo que se evidencia por las acciones que
indicamos a continuación:
10.- Un hermano mata a otro de puñalada.
11.- Secuestran 3 choferes, los despojan de sus
vehículos, y amarrados los lanzan
vivos a
una fosa.
12.- De enero a abril
de este año se han registrado en el país
2,315 casos de abuso sexual y
violencia infantil y sólo diez condenas”.
13.- Tres
adolescentes violan y matan niña de 4
años de edad.
14.- Regidores del Distrito Nacional, Bonao,
Santiago y Moca se aumentan sus salarios legislando en provecho propio.
15.- El Consejo del
Poder Judicial, destituye tres jueces por pertenecer a una red que negociaba
sentencias a favor del crimen
organizado.
16.- Secretarios
de juzgados de instrucción de Santo Domingo negociaban el envío de
expedientes a determinados tribunales a conveniencias de imputados.
17.- En el Distrito Nacional, centro médico hacia abortos desde hace 40
años.
18.- El país se convierte
en paraíso negocios de capitales ilícitos.
19.- La ONU denuncia graves retrocesos de la salud
en República Dominicana.
20.- Acusan hombre de
violar a su hija.
21.- Apresan fiscal
por extorsionar comerciante.
22.- Apresan juez que
intento violar a su expareja.
23.- El 96% de los
menores del Este del país en riesgo explotación sexual.
24.- Horror donde
sepultan a una niña asesinada, que fue secuestrada en junio de 2015.
25.- El contrato de
los aviones Súper Tucano se arregló para disfrazar el pago de soborno.
26. Asesinato de
cuatro mujeres conmueve al país; matador era un hombre tranquilo.
27.- Varios regidores en actos delictivos.
28.- Violan anciana
de 101 años en San Juan de la Maguana.
29.- El delito llega
a las escuelas públicas del país.
30.- Informe ubica en
el penúltimo lugar a la integridad electoral dominicana.
31.- Enfermedades
emocionales fruto del estrés, y la
ansiedad, se relacionan con deudas,
situaciones familiares y problemas económicos.
32.- Obispo pide
poner fin a la impunidad, violencia, corrupción, inseguridad y destrucción del
medio ambiente.
III.- Un cuerpo social
enfermo
33.- La enfermedad
del tejido social dominicano asombra porque sus vicios no se dan en forma
aislada, sino de conjunto y
frecuentes. La continuidad
revela gravedad y consistencia en las
acciones pecaminosas. La degradación, además, está presente en las distintas
clases y capas sociales, las que ejecutan acciones despreciables con una
naturalidad que expresa habitualidad en su proceder antisocial. Sonrojarse por
hacer algo repugnante no está en la
conciencia de los que aquí han hecho de las malas artes una forma normal de
vida; el avergonzarse por actuar al margen de la decencia hace tiempo que está
en desuso.
34.- El medio
dominicano es ideal, adecuado para
grupos humanos inclinados a la delincuencia en sus diferentes
variedades; luce, algo así, como un
campo diseñado para que todo aquel que se ha formado y desarrollado en lo degenerado se mueva a sus anchas y
sin limitación de ninguna clase. La
multiplicidad de inconductas expresadas por los antisociales están respaldadas
por la tolerancia y la indiferencia de la sociedad.
35.- El hombre dañado
lo vemos no sólo en los asaltos diurnos
y nocturnos, sino también en los que hacen de sicarios, secuestradores o
violadores de niñas, niños y ancianas.
Es tan común el jovencito que mata por un celular, como el adulto celoso
que mata a la pareja, hija, suegra y vecina. El envenenamiento conductual cada
vez se diversifica lo que se comprueba por los métodos salvajes aplicados por
los delincuentes en sus fechorías, que son de una magnitud tal que revelan el
alto grado de intoxicación criminal de que adolece la sociedad dominicana de hoy.
36.- La perversión en el medio dominicano, la
degradación en el comportamiento no sólo se ve en los hechos de sangre, sino
también en acciones fruto de la capacidad, la destreza de los
delincuentes para operar en los diferentes escenarios donde ejecutan sus
actos despreciables, execrables. El que asesina a un vigilante en el curso de un asalto a un centro
financiero, su mentalidad viciada no difiere de aquel que
paga para matar al regidor titular para
así ocupar su lugar. El método es distinto, pero la mentalidad torcida es la
misma.
37.- Las operaciones delincuenciales llevadas a
cabo por jovencitos estudiantes en las
escuelas públicas del país motivan espanto, horrorizan, crean total desazón. La
situación da grima, a la vez que crea absoluta inquietud en quienes se asombran por el estado de resquebradura
que la delincuencia ha creado en centros
escolares de niños y niñas. Es duro saber que en los lugares donde se supone
nuestros adolescentes se van a formar
como mujeres y hombres de bien, están
ocurriendo robos y homicidios; tráfico de drogas, violaciones
sexuales y otros actos criminales llevados a cabo por pandillas
organizadas.
38.- La conducta de
una comunidad humana tiene que estar lo suficientemente torcida, vuelta un
hervidero, para alojar en su seno a personas con la mente condicionada para violar una anciana de
101 años, de edad; o lanzar a una fosa de cien metros de profundidad a
individuos con vida, luego de ser despojados de los vehículos de su propiedad, para que mueran por inanición.
39.- La malicia, la
vileza y la infamia se ponen en práctica como demostración de gran genialidad y
alto talento, porque no otra cosa se puede decir de los que como burla al
pueblo, y demostración de mediocridad, legislan para beneficio propio,
aumentándose los sueldos en el congreso y las alcaldías. Es algo así como la
esplendidez del politiquero manirrota con los dineros del erario.
Reflexiones
a.- Es duro decirlo,
pero la verdad es que el ambiente dominicano no pinta nada bonito; por el contrario, se presenta feo a la vista de
cualquier persona sensible.
Bestialidad, crueldad y salvajismo
no hacen sentir
agradable al humano. La brutalidad no puede ir de la mano con la
mansedumbre y la dulzura.
b.- Están totalmente
equivocados aquellos que creen que los fenómenos
nocivos presentes en el país fueron enviados a nuestro pueblo como castigo. La felicidad,
lo mismo que la desgracia, es obra de la especie humana, de donde resulta que
las lacras sociales que nos afectan son resultantes de un orden económico social enfermo,
degradado, que sirve como caldo de cultivo de cuantas desventuras e
infortunios padecemos.
c.- Los hechos
espeluznantes que continuamente ocurren
en nuestro país, de presentarse en una sociedad tímidamente
organizada hace tiempo que habrían
impulsado un movimiento cívico exigiendo
de las autoridades hacer un estudio del
cuerpo social dominicano para determinar la etiología de los fenómenos dañinos que actualmente nos aterran.
d.-Las motivaciones
que han desencadenado las acciones pavorosas
de los últimos años pueden ser
diversas, como distintas las razones en base a las cuales pueden explicarse. La
verdad es que horripila la situación de
delincuencia y la degradación ética y
moral dominante en el medio social dominicano, lo que ha llevado a las comunidades urbanas a estar preparadas para espeluznarse.
e.- El terreno social
dominicano es campo propicio para aquel que bien ha asimilado la podredumbre a
que hemos llegado como sociedad, y procura hacer vida holgada y normal mediante actividades
ilícitas de todo tipo, y sin importar salvajismo, incivismo, ferocidad y
crueldad. Lo variopinto en lo antisocial solo sirve para afianzar lo averiada que está la sociedad que nos ha
tocado vivir. Estamos moviéndonos en un
pantano social, y nadie se inquieta por preguntar si la enfermedad está
generada en la familia, lo educativo, o si es el sistema social que ha llegado
a un alto grado de putrefacción.
Santiago de los Caballeros,
26 de septiembre de
2016.