Por: Ramón Antonio Veras.
Introducción
1.- Recientemente comparecí en condición de
invitado a un programa de televisión que se origina en la
ciudad capital; en el curso de la entrevista, una de las preguntas que me formuló
el entrevistador fue de por qué en distintos escritos he hecho críticas severas
a la sociedad dominicana.
2.- La respuesta que le di fue que no
cabe duda de que en nuestro país hay
hombres y mujeres que son ejemplos de bondad, honestidad, sensibilidad y cuantas virtudes pueden
adornar al ser humano; los buenos sentimientos les acompañan en cada una de sus
actuaciones. Pero también le precisé
que tengo la creencia de que como sociedad la dominicana no sirve, está averiada, deteriorada desde arriba
hasta abajo, y como personas civilizadas no debemos continuar viviendo
en la forma que lo estamos haciendo. Para formarme
el citado criterio parto de lo siguiente.
I.- La
sociedad dominicana en su conjunto
3.- Para valorar una sociedad en su conjunto, y no por unas de sus partes, debemos
orientarnos por su aspecto
progresivo que es lo que brinda y marca
el desarrollo y bienestar general de los que la habitan. No es la
felicidad de un puñado de personas, la
gran cantidad de hermosos edificios y
los muchos lujosos vehículos de motor, los
que hablan del progreso de una sociedad,
sino la sanidad de sus
habitantes, esperanza de vida, el alto porcentaje que sabe leer y escribir, buena instrucción
educativa, media y superior, y
tener a su alcance centros educativos
y maestros calificados para impartir enseñanza de calidad.
4.- A los fines de saber si la sociedad dominicana sirve o no, procede
examinar objetivamente lo que estamos
viviendo, chequear el modelo económico vigente, observar el desempeño de las
instituciones y órganos del Estado; con sentido crítico y libre de
prejuicios pasarle revista a los servicios públicos de
educación, salud, transporte y seguridad ciudadana; la forma de comportamiento de
ciudadanos y ciudadanas, en fin
mirar de arriba abajo el medio social
dominicano.
5.- En el mundo terrenal no podemos pensar que
vamos a estar en el ambiente social idílico,
paradisiaco, pero tampoco en uno
prosaico, pedestre. La vida, dentro de lo posible hay que hacerla
llevadera, no intranquila y
mortificante. Nadie está preparado para el aburrimiento, algo debe
servirle de entretenimiento.
6.- Una sociedad con una estructura económica,
social y política añeja, agotada, no
está en condiciones de motivar alegría a los
que en ella viven, porque en lugar de gozo causa desagrado, más que
gusto, trae disgusto, y el lugar del placer lo ocupa el fastidio.
7.- Para el
individuo vivir no todo es
trabajo, alimento, vestir y diversión; requiere además disfrutar, respirar en un ambiente sano, una atmósfera
saludable, que el entorno esté cuidado y
bien aseado. Un escenario contaminado enferma a los que lo
ocupan.
8.- La aspiración de todo ser humano es vivir en un
medio social en el cual satisfaga dignamente las necesidades más apremiantes en
el orden material y espiritual; tener
una existencia tranquila, moverse en un espacio con deleitación y bienestar
para él y los suyos.
9.- Allí donde las personas deciden vivir
quieren tener asegurada su subsistencia; seguridad en su
movilidad y confianza en las autoridades;
que el servicio judicial sea creíble,
sus bienes estén salvaguardados, y la vida suya y de su familia debidamente protegida.
10.- Una
sociedad donde no funcionan las
instituciones del Estado, impera el desorden; el desconcierto se apodera de la
comunidad; viene el desbarajuste y la armonía se hace imposible. El
desbarajuste dice presente ante la
infuncionalidad institucional. Sin orden institucional manda el
dinero, la politiquería dirige y cada
quien se cree con derecho a actuar manga
por hombros.
11.- Todo sistema social basado en lo justo debe
garantizarle a los miembros de la comunidad servicios públicos de calidad
para que pueda existir una igualdad de condiciones y de oportunidades.
Asegurarle al ser humano educación y salud de calidad es cumplir con disposiciones
constitucionales, y por ahí
comienzan a hacerse efectivas las
garantías económicas y sociales de los ciudadanos y ciudadanas.
12.- Adecentar la vida pública en un medio social
determinado entraña mandar señales desde
el poder político de que se impone que cada miembro de la sociedad ha de actuar acorde con las normas de honestidad, probidad, integridad y
absoluto decoro. De lo contrario se
estimula la indignidad, la deshonestidad y la completa indecencia.
3.- Sirve para bien una sociedad que envía mensajes de correcto
comportamiento, y enseña
a la niñez y a la juventud
que el ser humano vale por su
buena conducta privada y pública, y que
la ética, la moral, la rectitud y el
correcto proceder definen a las
personas.
14.- Da demostración de que acepta al impúdico, corrupto y vil, como
ejemplo a seguir, un medio social que no
sanciona al indecoroso, desvergonzado, obsceno, degradante y repugnante. La
indiferencia, la tolerancia a las porquerías sociales hace incurable, insanable
a una sociedad.
15.- Desde el momento que la educación pública de un país no orienta a
las niñas y a los niños de que está mal
hecho lo ilícito, injusto e ilegal, se
le está diciendo que la moral de la sociedad es tan amplia como elástica, y que
ella no impone normas de buena conducta, que se puede ser íntegro y
sobornable, virtuoso y corruptible, que da lo mismo hacer dinero honradamente,
que por medio de la corrupción.
16.- La violencia, criminalidad y otras lacras
sociales nacen, crecen y se desarrollan
en ambientes en los cuales el ordenamiento económico y social le es propicio, ayuda a que se originen y se mantengan porque el medio le es favorable.
17.- Resulta insostenible un sistema en el que una
gran parte de los miembros de la sociedad, por necesidad
tengan que pordiosear, andar
de calle en calle revisando
zafacones en busca de desperdicios de alimentos, y de puerta en puerta implorando caridad.
18.- Desde el momento que se comprueba que hombres y mujeres tienen
que limosnear para vivir, ese ordenamiento económico social puede ser un
paraíso para una minoría, pero el
infierno para el pueblo.
II.- La sociedad que tenemos
19.- En el
ser humano una cosa es su deseo, lo que quiere, y otra muy distinta, la
que le pinta la realidad. Así, por
ejemplo, yo quisiera decir que vivo en una sociedad agradable, acogedora,
sumamente humana. Pero mi anhelo choca con la materialidad, porque vivo en un
medio social inútil, cruel, desagradable, donde impera la desigualdad de
oportunidades.
20.- La forma como está organizada la sociedad
dominicana, la hace incapaz de garantizar
una existencia digna; resulta
inservible para generar felicidad;
inútil para crear solidaridad; imposible de motivar el decoro, la honradez y las virtudes cívicas
y ciudadanas. Ella es una calamidad porque es incompetente para satisfacer las necesidades materiales y
espirituales más apremiantes de nuestro
pueblo, Es inoperante porque no valida
al ser humano por sus méritos, sino por su patrimonio económico.
21.- Lo que tenemos como sociedad está contaminada
por los vicios nocivos que genera el orden establecido; su ineficacia
la hace un medio de enredos, enigma y misterios, en
la que no hay certidumbre de nada. La
intriga, el cabildeo y el maniobreo
es algo cultural.
22.- El ambiente dominicano daña el correcto proceder, deja sin efecto la buena conducta, estropea
el deseo de ser buen ejemplo, desactiva
el impulso al trabajo, premia la
haraganería y condena a quien aspira a una vida civilizada.
23.- La infuncionalidad de las instituciones guía a la sociedad
dominicana al descalabro, invalida el sentido de justicia, nulifica la
creencia en la legalidad y hace ineficaz
el estado de derecho. La quiebra
institucional impulsa la venganza privada a nivel popular.
24.- Una sociedad que, como la dominicana, no estimula lo humano y compasivo,
contribuye a que se afiance crueldad, insensibilidad y lo despiadado. La
ingratitud ha eliminado la gratitud como virtud humana.
25.- Aquí la maldad se acepta con indiferencia, hasta el punto de
que difamar y deshonrar se ve como algo
normal, como si se confundiera el elogio con la descalificación, y la canallada con la nobleza, la perversión con
dignidad.
26.- La sociedad dominicana, desde cualquier ángulo que se analice, se evidencia infecunda, es inoperante; de ella no hay nada que esperar si continua como hasta ahora; está
inservible, y de insistir en mantenerla igual,
el resultado será vano.
27.- El pueblo dominicano se está moviendo en un
medio social en el cual de un momento a
otro ocurre el ataque repentino, la ilegalidad imprevista, la burla súbita al
derecho a la vida y a los bienes. La sociedad dominicana de hoy luce
huérfana de escrúpulos; cada quien
impone su forma de vida y costumbres; no vale probidad,
comedimiento ni pudor.
28.- Nos encontramos en una sociedad desprovista
de personas modestas, que practiquen la sencillez. La mercancía
dinero ha hecho sobresalir la vanidad, el
engreimiento y la arrogancia descarada. La pedantería es exhibida como
un trofeo por el presumido más descarado.
29.- Lo que padecemos hoy es un ordenamiento
económico y social en el cual poco
importa que una gran parte de la población pase
hambre, mientras una minoría saciada
llena de alimentos los zafacones.
30.- En nuestro medio no hay distinción entre
el hampón y el honrado, el corrupto y el
honesto, el haragán y el laborioso, el farsante y el sincero. La moral de esta
sociedad tiene tanta y tanta elasticidad que no exige buena conducta; se puede
actuar como persona de rígido buen proceder, y ser un vagabundo de pomposo actuar.
31.- Allí donde el individualismo es
tolerado, impulsa a que cada quien se eduque formado para actuar según
su propia conveniencia, sin tomar en cuenta a los demás; y la sociedad termina aceptando al egoísta
como ente normal a quien no hay que reeducar en el amor, la
comprensión y la solidaridad.
32.- Una sociedad en la cual la generalidad de los
miembros que la componen acepta como
normal la trampa, termina desorientada;
y regida por las engañifas y otras
tantas formas de marrullerías que van
desde numerologos hasta los que viven de la superchería.
33.- Se le abre un amplio espacio a la inmoralidad, cuando
no se aconseja, orienta y guía a la sociedad en línea aleccionadora y
reconfortante para que sus miembros actúen apegados a las normas éticas y
morales
34.- El mediocre
sólo sobresale en una sociedad en la cual las personas de escasas
cualidades ocupan lugares de preeminencia reservados a los que se
destacan como extraordinarios, sobresalientes.
35.- Una sociedad se torna inviable cuando sus
integrantes consideran que no pueden realizarse como seres humanos
porque no es factible una
existencia digna; lo que se le presenta
es una disyuntiva: seguir bajo lo imposible, o luchar por lo deseado.
Reflexiones finales
a.- En forma
intencional no he hecho referencia a los partidos políticos del país identificados con el sistema,
porque la degradación de los mismos es
bien conocida. De igual manera, la democracia que padecemos no la someto a
crítica porque sabemos que proclama los
derechos del pueblo, en la misma medida
que le
cercena su ejercicio.
b.- Espero
que cada padre, madre, abuelo o abuela, que tenga la posibilidad de leer
el contenido de este trabajo
medite un poco en el sentido de si se siente a gusto que sus hijas, hijos, nietas y nietos se formen
y desarrollen en la sociedad dominicana de hoy, en la misma que a diario
mueren 13 bebés de menos de 28 días de
nacidos por causas prevenibles, además de que nuestro país figura entre los más
corruptos de América Latina y el
Caribe.
c.- La sociedad dominicana de hoy es la misma donde no hay seguridad personal ni de bienes;
la vida tiene un precio en las tarifas
de los sicarios; el narcotráfico
influye en la economía y la política; los asaltos y atracos forman parte de la
cotidianidad; es común el secuestro de adultos y ancianos; los instrumentos
legales favorecen a los delincuentes
de cuello blanco y sucio; el fenómeno de
la corrupción es más poderoso que todas
las instituciones; enfermedades previsibles afectan a miles y matan a
decenas; la degradación moral permea a
toda la sociedad, en fin, este es el medio social en el cual de 100 maestros que se someten a una prueba, el 71 % resulta reprobado.
d.- A los
amantes de la cultura y el buen gusto les recuerdo que cuando una sociedad está podrida, por cualquiera de sus
órganos que se toca bota pus, y
no sorprende a nadie que
recientemente el maestro Rafael
Solano, el autor de la canción “Por
amor”, dijo: “La música criolla va
camino a la prostitución”.
e.- El fino
artista Rafael Solano, al momento de
hacer su declaración demostró tener su reloj en hora con relación a la
sociedad donde vivimos, porque al poco rato
de emitir su opinión, la prensa nacional publicó la noticia de que “el
cantante urbano Jesús Jiménez “El Químico Ultramega”,
promueve en las redes sociales el
consumo de la marihuana y la
vulgaridad”.
f.- Finalmente,
como si le faltara algo a la radiografía de la sociedad
dominicana actual, a los lectores y a
las lectoras de este escrito, les dejo esta perla: “De enero a abril de
este año se han registrado en el país
2,315 casos de abuso sexual y
violencia infantil y sólo diez condenas”.
Santiago de
los Caballeros,
04 de Julio de 2016.