Por: Ramón Antonio Veras.
I.- El PLD y la diversidad de sus oponentes
1.- Está fuera de toda discusión la permanencia del
PLD en el gobierno hasta el 2020, a no
ser que ocurra un movimiento que, como
consecuencia de una crisis de contenido político y social, haga
imposible su estadía en el control del Estado. Los fenómenos sociales son impredecibles; lo
que un pueblo no hace en 100 años, lo
ejecuta en un día.
2.- Pero así como es una realidad la presencia del
PLD en el poder, y su dominio absoluto
de las instituciones, también es una
verdad la diversidad de sus adversarios, lo que
entraña variedad de pensamiento político; mezcla complicada de combinar para el accionar porque en la mezcladura está su división por la
naturaleza misma de la composición.
3.- Como rivales al gobierno de turno hoy están
presentes en el ambiente nacional
distintas clases sociales,
criterios ideológicos y aspiraciones personales. También se encuentran
ligados los contrarios consecuentes, por
conveniencia u oportunistas, arribistas, chaqueteros arrepentidos y los
personalmente lesionados en el
orden económico.
4.- Partiendo
de la multiplicidad de organizaciones opositoras al gobierno del PLD, la
heterogeneidad ideológica y la diversidad de objetivos de las mismas, conviene
a cada una de ellas definir sus posiciones, puntos de vista, la postura propia
que han de asumir y las tareas que están
en condiciones de realizar por sí mismas
y con otros grupos de oposición.
5.- No escapa a nuestro conocimiento que en el
medio político dominicano, dentro de
los contrarios al gobierno del PLD, están, entre otros, aquellos que consideran que deben dirigir el Estado para resolver sus problemas
personales, que todo siga igual y nada
cambie, a no ser las personas que han de administrar los dineros del erario.
6.- En el lado opuesto a los ya
indicados contrincantes, están
los opositores convencidos de que el
PLD, al igual que los partidos y administraciones anteriores, nada hará en
provecho del pueblo y que, por tanto, hay que
quitarle el poder para instaurar
por primera vez en el país un
gobierno de contenido democrático, totalmente distinto a los anteriores,
con un modelo económico nuevo y una democracia en la cual el pueblo participe,
controle y decida.
7.- No hay duda de que el antagonismo existente
entre los competidores a la administración del PLD,
hace difícil su unidad para accionar con éxito. Los conflictos entre
quienes tienen igual objetivo
político generan desacuerdos que
debilitan y hacen imposible coordinar acciones comunes.
8.- La ausencia de afinidad ideológica conduce al
alejamiento; la separación crea debilidad
donde se necesita fortaleza; la discordia y la afinidad son
incompatibles, lo mismo que la convergencia con el contraste.
9.- Estar
unidos existiendo diversidad, requiere
mutua comprensión y lealtad, algo complicado para quienes se consideran
indispensables y se muestran recelosos, porque la sospecha la tienen por
delante, la suspicacia asoma en cada
encuentro que se supone es entre confiados y bien pensados.
10.- La ilusión de creer que individualmente pueden
derrotar al PLD, y la dispersión
ideológica de sus adversarios ha contribuido, entre otros factores, a que éste conserve el poder. En política hay que ser realista, no soñador;
entusiasmarse es fácil, lo complicado es materializar el encanto
logrando lo que motiva la ilusión.
II.- Una oposición progresista al actual gobierno
11.- La práctica
de la vida nos enseña y hace posible que vivamos la realidad y no en las nubes, y aprendamos
de nuestros aciertos y desaciertos, del buen tino y de los errores.
12.- A los hombres y mujeres del país con ideas
progresistas, los años en el accionar
político deben servirles para
recapacitar, repensar lo que han
hecho bien, y también reflexionar sobre lo que
les ha llevado a la desgracia
13.- La experiencia resultante de los avatares
políticos debe haber enseñado a los que
aquí siempre han impugnado el sistema social dominante, que no les han dado
buenos resultados andar mal acompañados, a la cola de los
partidos tradicionales, y empujándolos para
que avancen y lleguen al poder.
14.- El escenario político nacional actual es ideal
para que las fuerzas motrices dominicanas
identificadas en el movimiento democrático, comiencen a trillar su
propio camino, diferenciándose de otros grupos de oposición al actual gobierno.
La diferenciación debe expresarse con claridad para que no dé lugar a confusión
e interpretación caprichosa en el seno
del pueblo.
15.-
Sería fácil de establecer la desemejanza de los que se oponen al gobierno desde una posición progresista y de
principios, la que debe comenzar
por los mensajes dirigidos a las masas y los métodos de lucha,
lo que haría evidente la disparidad con otros actores oposicionistas.
16.- Las
fórmulas a aplicar por
aquellos que persiguen hacer oposición
con visión democrática y progresista,
deben ser de una forma tal que sirvan
para marcar clara distancia con
los que hacen de rivales al oficialismo desde una óptica conservadora,
persiguiendo que se mantenga el mismo
modelo económico, cambiando sólo de administrador.
17.- Una
oposición de avanzada, coherente y con un programa que recoja las más sentidas
aspiraciones de los que en el país son
los más, llamaría la atención por la
disparidad de metas a cumplir, los
objetivos a alcanzar y el contraste con los que sostienen posiciones llamadas a
preservar el statu quo.
18.- Una vez se haga un trabajo político
permanente ante el pueblo dominicano, y
con un discurso distinto al de otros adversarios al gobierno, se va a comprobar
que hay una oposición nueva que persigue construir una democracia renovada, que
no tiene semejanza con la actual ni con la que propugnan otros grupos políticos
que dicen ser opositores al régimen de turno, pero sólo les interesa el
quítate tú para ponerme yo, y que
todo siga igual.
19.- Una oposición
progresista, con un programa bien
definido con relación a lo que se
propone realizar en un futuro gobierno apoyado por las grandes
mayorías nacionales, concitaría el respaldo popular, a la vez que establece distancia
inequívoca con otros grupos que dicen
ser contrarios al oficialismo.
20.- En la medida que se delimitan los campos entre
los adversarios al régimen que procuran
transformaciones verdaderas y posibles,
y aquellos que hacen oposición sin cuestionar el modelo vigente, el comportamiento de los que accionan por cambios estructurales se hace inconfundible, frente a la actitud imprecisa, ambigua y difusa de los demás oposicionistas.
21.- Las personas del país con ideas avanzadas, desde los demócratas
sinceros y consecuentes, pasando por los religiosos comprometidos con las
causas justas, hasta los socialistas reales,
deben levantar un programa en el cual expongan en forma nítida los principios, orientaciones, planes de
trabajo a realizar y objetivos fundamentales a alcanzar, lo que permitiría establecer diferenciación, particularidad en
el quehacer político nacional.
22.- Los hombres y mujeres que aquí están
identificados con el progreso social, el desarrollo nacional y adelanto en
todos los órdenes, están en condiciones
de hacerles una oposición al gobierno
que sea convincente, y claramente diferente a la que han hecho y hacen los que
están comprometidos con el presente orden establecido que se fundamenta en la
desigualdad de oportunidades para la
mayoría de la población.
23.- Solamente aquellos que no están comprometidos
con el sistema actual están en
condiciones de plantearles a las masas populares una política clara contraria a
la actual administración; quienes están atados a las reglas del orden vigente no pueden cuestionar su
existencia porque se convertirían
en sepultureros de sus propios intereses.
24.- Al gobierno del PLD no se le puede hacer
oposición política pura y simple; hay que
combinarla con demandas de
contenido social, que solamente pueden
ser levantadas por las organizaciones
progresistas, no así por aquellas vinculadas
con el sistema y giran alrededor de las reglas del orden establecido.
25.- Solamente desde una oposición progresista
puede plantearse la brega contra la
administración actual, recurriendo a desenmascarar el sistema
demostrando que es incapaz de
solucionar los problemas más acuciantes
de nuestro pueblo. Los pronunciamientos politiqueros no se
afianzan en la conciencia de las masas,
ni el gobierno se siente preocupado porque todo cae en la cháchara politiquera.
26.- Las reivindicaciones de fondo, aquellas que están relacionadas con
transformaciones de la base económica de
la sociedad y alcanzan asuntos de orden económico, político y social, no
pueden ser demandadas por los
partidos tradicionales, sino por los
que cuestionan el sistema y están en
disposición de llevar a la práctica las
conquistas reclamadas y sentidas por el pueblo.
27.- Es un compromiso de los dominicanos y dominicanas con vocación democrática, ante el existente descalabro material y espiritual
que padecemos, crear las bases
para erigir un gobierno integrado por fuerzas sociales y políticas que nunca
hayan estado en el poder, y aspiran a
ejecutar con la voluntad del pueblo un programa mínimo para instaurar nuevas instituciones y adecentar la vida
pública.
III.- La unidad de sectores progresistas y grupos del sistema
28.- En política no puede andarse dando tumbos,
bandazos a lo loco; en un constante
vaivén, de tambaleo en tambaleo. Hay que
actuar con coherencia, acorde con el momento, con la consistencia que imponen
las circunstancias. La incongruencia, lo absurdo, no cuadra en la política
certera y racional.
29.- En el actual ambiente político dominicano
convergen varias generaciones de políticos con ideas progresistas los
cuales, saben lo que desean, el tipo de
administración que aspiran dirija las instituciones y órgano del Estado. De ahí que no hay lugar
a confusión alguna en lo que respecta a los que tienen iguales objetivos a
alcanzar.
30.- Los grupos políticos del país
con formación progresista tienen la suficiente capacidad para
comprender que la situación política que estamos viviendo no
es para llevarla solamente al campo político, sino también al social, y hay que
ser sumamente cauteloso para dar los pasos que más conveniente para alcanzar las metas propuestas.
31.- En los distintos hechos de contenido político y social
ocurridos en el país en los últimos años, en la generalidad de ellos han estado
presentes, como actores o testigos, los hombres y las mujeres con ideas progresistas, y han hecho contribuciones
significativas para el avance
democrático, lo que demuestra que no son improvisados políticos.
32.- Cuantas veces
se ha hecho necesaria para la
defensa de las reivindicaciones de los oprimidos de la sociedad dominicana, el sector progresista del país ha estado ahí, haciéndole honor a su
pensamiento, demostrando coherencia con
sus ideas y principios.
33.- El hecho del movimiento democrático del país
crear su propio espacio político para diferenciarse de otras fuerzas de
oposición al gobierno, no
constituye un obstáculo para formalizar acuerdos tácticos con otras agrupaciones, conservando siempre su independencia. La
identidad de un órgano político no se pierde por el hecho de hacer trabajos
unitarios que coinciden con sus
propósitos programáticos.
34.- Saber escoger
los aliados para trabajos
específicos permite obtener triunfos individualmente imposible de lograr. De ahí que el buen
sentido político manda a actuar con suficiente tacto a la hora de formalizar
una alianza para avanzar.
35.- No es
cosa del otro mundo tener pleno
conocimiento de la ubicación ideológica de los principales artífices de la política nacional, las organizaciones
políticas a las que pertenecen y los objetivos que persiguen. En el conjunto de
los grupos políticos el lugar determina lo que ambiciona el actor, a la vez que su localización sirve para saber
hasta dónde llega como aliado.
36.- Los sectores de avanzada, aquellos que
impugnan el actual ordenamiento económico y social del país, han tenido tiempo
más que suficiente para saber con quienes pueden y deben unirse políticamente; en ellos no puede
existir duda porque aunque el error es de los humanos, el
despiste en el accionar político en muy pocas ocasiones ocurre, a no ser que se tenga un embrollo, un
desorden en el análisis del desarrollo de las actividades políticas.
37.- Aunque en
el cuadro político nacional se
considera como formando parte de la
oposición al gobierno a todo el que está
en desacuerdo con el mismo, sin distinguir la naturaleza de esa posición adversa, quien
domina la política no
desconoce que dentro de los
contrincantes los hay con los más diversos
motivos.
38.- Nada quita a los sectores progresistas unirse
en forma coyuntural con adversarios
ideológicos. La unidad de los contrarios
es posible cuando los que se unen
previamente definen hasta qué punto estarán agrupados, y el momento que se procederá a la separación. La unión táctica no puede prolongarse más
allá de donde la incorporación daña la estrategia de una de las partes. En política, a veces es más conveniente estar alejado de un aliado coyuntural, que
una cercanía perjudicial.
39.- En todo caso, la franqueza debe prevalecer entre los interesados en
estar unidos por un periodo determinado. Si no se definen los objetivos a
perseguir, la vinculación, la armonía no
va a perdurar porque acecha la desunión, que conduce necesariamente a la
degradable separación agraviada.
Santiago de los Caballeros,
13 de Junio de 2016.