Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
El Presidente de la Suprema Corte de Justicia, en el discurso pronunciado
ayer, con motivo del día del Poder
Judicial, dijo que “la justicia penal
vive en sobresaltos permanentes y las causas son las copias de legislaciones
inadaptadas a nuestra historia penal y procesal penal…”
2.-
Ciertamente, con sobresaltos, permanente conmoción, reiterada inquietud, en estado de pavor y sorpresa ha vivido mi
hijo Jordi y toda nuestra familia, porque
los que quisieron asesinarle se
han aprovechado de las disposiciones del Código Procesal Penal, para eternizar
el proceso.
3.-
En desasosiego, y absoluta
intranquilidad ha permanecido Jordi, soportando más de 50 reenvíos, durante 67
meses, porque la vigente legislación
procesal penal hace posible que
los que se asociaron para
eliminarlo físicamente, burlen
disposiciones del Código Procesal Penal.
4.-
El Presidente de la Suprema Corte de Justicia, también dijo: “que la nación es
víctima de la improvisación porque improvisamos una legislación procesal penal
resultante de una mezcla de legislaciones de diferentes países…”
5.- Real y efectivamente, la improvisación, la
repentinizacion e impremeditación en el
Código Procesal Penal, han favorecido al
que pagó y a los sicarios que procuraron asesinar a mi hijo Jordi. Por estar
aquí inventando, copiando instrumentos jurídicos extranjeros, el expediente del caso Jordi, ha permanecido más de cinco (5) años moviéndose
en los tribunales penales ordinarios del país.
6.- El Presidente de la Suprema Corte de Justicia, expuso en su discurso: “En la lucha contra la
criminalidad y en la búsqueda de lograr los objetivos de una justicia más
cercana a la sociedad, a la cual ésta tiene derecho..., las modificaciones que
estamos proponiendo son necesarias”.
7.-
En torno a lo anterior debo decir que el 2 de octubre próximo pasado,
2015, al cumplirse los 64 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo
Jordi, escribí, entre otras cosas:
“Las
incidencias del juicio que se le sigue a los imputados por la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, se comprueba que el
Código Procesal Penal, puede ser burlado por los imputados a los fines de eternizar el proceso judicial”.
“El expediente
de mi hijo Jordi, ha puesto en evidencia que cuando los imputados saben
que la sentencia de primer grado está ajustada a las pruebas, al derecho y al debido proceso, utilizan el recurso de apelación como medio
de confusión, y continuar así burlando
el sistema judicial, a la sociedad, a la víctima y a su familia. Los condenados
en primera instancia, conscientes de la justeza de la decisión apelada,
recurren a los incidentes para que el fondo del fallo impugnado no sea conocido, como ha ocurrido
con el caso Jordi”.
“A
la luz de lo ocurrido en el proceso judicial que se le sigue a los que quisieron asesinar a mi hijo Jordi, se
impone estudiar a fondo la necesidad de una modificación del Código Procesal
Penal, a los fines de impedir que se
extienda la voluntad criminal de los
imputados hasta obstaculizar la marcha
de la justicia”.
“La
garantía y cumplimiento del debido proceso de
que son merecedores los
imputados, también debe alcanzar
a la víctima. El caso de mi hijo Jordi ha sido
desesperante para él, su familia
entera y la sociedad dominicana, y más agraviante porque al cumplirse hoy 64 meses del hecho criminal, los condenados todavía
continúan, en grado de apelación,
burlándose de la sangre derramada por mi hijo, las lesiones
permanente que lleva sobre su cuerpo,
y la aspiración de la comunidad dominicana decente de que triunfe la
justicia”.
8.-
Saludamos las palabras del Presidente de la Suprema Corte de Justicia, a la vez que creemos que para acabar con los
sobresaltos, erradicar la improvisación
y tener una justicia penal lo más
cercana posible a la sociedad, se impone
que el país se dé un nuevo orden procesal penal.
Reflexiones Finales
a.-
Conviene destacar que no puede limitarse
el enfoque de los problemas que aquejan a la justicia dominicana,
principalmente en el área penal, al aspecto
normativo.
b.-
Es necesario profundizar sobre las causas de esos males y fijar nuestra
atención en la independencia plena, vertical y horizontal de los jueces y los
demás actores del sistema;
c.-
En particular, el proceso de
conformación e integración de los órganos rectores, el Consejo Nacional de la Magistratura y el
Consejo del Poder Judicial.
d.-
Tomar en consideración los métodos de formación, capacitación, evaluación y
supervisión de los jueces y el Ministerio Público, y en sentido específico los valores éticos de
los integrantes de los sectores que inciden en la administración de justicia en
el país.
e.-
Debemos retener que muchas de las fallas en los elementos mencionados son
también causantes de la falta de credibilidad
de que adolece la justicia dominicana y,
de igual manera, deben ser enfrentadas con energía.
Santiago
de los Caballeros,
8
de enero de 2016.