Por: Ramón Antonio Veras.
1.- La política es una ciencia
y debe
ser tratada como tal; quien se
dedica a ella debe saber dominarla, comprender que no se presenta químicamente
pura; que hay que saber cuándo es utilizada por el
adversario con sutileza para así alcanzar un objetivo en una determinada coyuntura política nacional o
internacional. La torpeza no puede acompañar al accionar político; hay que
combinar la sagacidad con el fino olfato
de la realidad, pues los desaciertos
fácilmente guían a la encerrona preparada
por el oponente.
2.- En su oportunidad, en un
momento sumamente difícil para los Estados Unidos, por la
derrota que habían sufrido en
Vietnam, el escándalo de Watergate,
y por su participación en el
derrocamiento del gobierno democrático del doctor Salvador Allende, y su apoyo a la ensangrentada dictadura de Augusto Pinochet; llega en el
año 1977 a la presidencia James
Carter, y éste pone en ejecución su
política de los derechos humanos, la cual tenía
dos fines: lavarle la cara a la desprestigiada política norteamericana, y a la
vez desarmar internamente a los países socialistas de la Europa del Este,
apoyando la política de los disidentes internos
bajo el argumento de la defensa
de los derechos humanos.
3.- En el mes de diciembre del pasado año 2014, el presidente de los
Estados Unidos Barack Obama, firmó la Ley de la Defensa de los Derechos Humanos
y la Sociedad Civil de Venezuela.
4.- El miércoles 4 de marzo de año en curso, 2015, el alto comisionado de las Naciones Unidas
para los derechos humanos, Zeid Ra`ad Al
Hussein, denunció ante el Consejo de
Derechos Humanos de la ONU:” el deterioro de la situación de los derechos humanos en Venezuela,
particularmente las duras respuestas del Gobierno a las criticas y a
expresiones pacíficas de discrepancia”.
5.- Los estrategas e ideólogos de la política norteamericana saben que
el tema de los derechos humanos mueve a nivel mundial a amplios sectores
sensibles, y en procura de ganarlos ha elaborado finos planes, y uno de ellos
es simular la defensa de los derechos humanos para debilitar o crear mala
imagen a gobiernos que no son de su agrado.
6.- Para tales fines EE.UU., equiparan las violaciones de los derechos
humanos en países dominados por dictaduras despiadadas de derecha, que reprimen
a los luchadores por la libertad, con
las medidas que aplican gobiernos democráticos contra los disidentes que
conspiran, en alianza con las oligarquías y los intereses del imperialismo,
para derrocarlos.
7.- La ley firmada en diciembre por Obama, y el
pronunciamiento hecho por Zeid Ra`ad Al Hussein, son una base ideológica de sustentación previa a la
decisión tomada ayer por el presidente
de los Estados Unidos, al declarar a Venezuela “una amenaza a la seguridad
nacional de los EE. UU.”
8.- Además, la declaración de
Obama en el sentido de que Venezuela es “una
amenaza a la seguridad nacional de EE.UU.”, cuadra perfectamente con el
viejo principio imperialista de que “la
seguridad de los Estados Unidos se prolonga fuera de sus propias fronteras y llega hasta Corea, el sudeste Asiático, el Golfo Arábigo,
Medio Oriente, el Cuerno de África, América Latina y el Caribe”.
9.- Obama y el señor Zeid Ra`ad Al Hussein, colocan en igual situación la violación
de los derechos humanos por los Estados Unidos, contra los secuestrados
por la CIA, que están en Guantánamo, con
las decisiones que aplica
el gobierno legítimo de Venezuela contra los de las Guarimbas y
golpistas que procuran derrocar el gobierno legítimo de Nicolás Maduro.
10.- El imperio norteamericano se arroga el derecho de intervenir militarmente
o por medio de sus servicios operativos de inteligencia en países soberanos que
procuran liberarse de la hegemonía norteamericana. Para tal fin hace uso de cualquier maniobra o esgrime cualquier
alegato, como hace ahora contra Venezuela y su gobierno legítimo.
11.- Por último, debo precisar que ayer, al escuchar la decisión de
Obama contra Venezuela, recordé el libro “Washington
y el fascismo en el tercer mundo”, de la autoría de los científicos
norteamericanos Noam Chomsky y Edward S.
Herman, en el cual se lee, en las páginas 3-4, lo siguiente: ”Sea cual sea la actitud que mantienen los
círculos dirigentes de los EE.UU., respecto a la libertad en su país-y se sabe
que esa actitud es muy ambigua-, sus permanentes acciones en los países del
Tercer Mundo…muestran con toda evidencia que la declarada fidelidad a la
democracia y a los derechos del hombre no es más que una retórica que se encuentra en
contradicción directa con la política
real. El respeto de los derechos del individuo, declarado también
como uno de los valores
cardinales de Occidente, ocupa en las acciones realizadas en el Tercer Mundo un
lugar insignificante… ”
Santiago
de los Caballeros,
10
de marzo de 2015.