jueves, 28 de noviembre de 2013

Ramón Antonio -Negro- Veras: un resiliente con carácter revolucionario

Por: Licenciado Santiago Rodríguez Tejada.

Entendemos como rasgos fundamentales del carácter del Doctor Negro Veras, el tener un espíritu crítico y libertad e independencia en el obrar. Por Santiago Rodríguez Tejada.

El pasado día 11 de noviembre asistimos, conjuntamente con mi esposa, a la puesta en circulación en Santo Domingo del libro: "Parte de mi vida: para mis hijos nietas y nietos", de la autoría del Doctor Ramón Antonio -Negro- Veras. Al Doctor Negro Veras, me une primero un sentimiento de profunda admiración, que data de aquellos años en los que él asumió con pasión y responsabilidad la defensa a ultranza de las libertades públicas para ese entonces totalmente conculcadas; y, segundo, una gran amistad forjada en mis diez años de ejercicio profesional en Santiago en la Oficina del licenciado Federico C. Álvarez, en donde el Doctor Veras en varias ocasiones fue mi contraparte.

Al leer "Parte de mi vida: para mis hijos nietas y nietos", y comprobar las circunstancias adversas y los graves contratiempos que, desde su niñez, tuvo que superar el Dr. Veras; así como su activa y arriesgada participación en las grandes jornadas de lucha por el respeto de la libertad y la dignidad de nuestro pueblo, tenemos que concluir que nos encontramos ante dos conductas tipificadas, una en el campo de la psicología como resiliencia, y otra, en de la ciencia política como carácter revolucionario.

Tal y como señalan Rosette Poletti y Barbara Dobbs en su libro titulado: "La Resiliencia.- El arte de resurgir a la vida", el término resiliencia se conoce desde hace mucho tiempo en el ámbito de la psicología. Stefan Vanistendael la define en los términos siguientes: "La resiliencia es la capacidad de una persona o grupo de superar grandes dificultades y crecer a través o en presencia de ellas de manera positiva". Para este autor, la resiliencia comprende dos dimensiones, a saber: 1) La resistencia a la destrucción, la capacidad de proteger la propia integridad ante fuertes presiones; y, 2) La capacidad de construir, de crear una vida digna de ser vivida, a pesar de las circunstancias adversas.

Según el Dr. Veras afirma en su libro, su madre jugó un papel estelar en su formación, sobre todo en la etapa de su niñez, lo cual es vital en el proceso de la resiliencia, pues tal y como advierte Michel Delage: "Según la teoría del apego, la necesidad de protección es una necesidad fundamental (…) La protección indispensable es la que nos calma, ese abrazo de la persona que más nos importa, que nos consuela y nos reconforta" ("La resiliencia familiar", p. 41)

Igualmente, cuando leemos "Parte de mi vida: para mis hijos nietas y nietos", no nos queda ninguna duda sobre el carácter revolucionario del Dr. Negro Veras; ahora bien, cuando hablamos de este carácter no estamos planteando que el mismo se forjara en su participación en un proceso de esta naturaleza, sino que entendemos como rasgos fundamentales de este carácter el tener un espíritu crítico y libertad e independencia en el obrar, virtudes muy propias de la personalidad del Dr. Veras.

Presumimos la existencia de este carácter en toda persona, que como sostiene el Profesor de la vieja Escuela de Francfort, Erich Fromm, en su obra "La condición humana": "que mantiene una relación particular con la fuerza, con el poder. No es un soñador que ignore que el poder nos puede matar, obligar, y hasta pervertirnos. Pero tiene una relación particular con el poder en otro sentido. Para él, el poder nunca llega a ser santificado, nunca asume el papel de la verdad, o de la moral y el bien. Este es, probablemente, uno de los problemas más agudos de la actualidad, tal vez el más importante: me refiero a la relación entre personas y poder." (pág. 82)

Otra de las características consideradas por el profesor Erich Fromm como propias del carácter revolucionario, y que ha observado el Dr. Veras en su conducta pública, es la identificación del sujeto con la humanidad, es decir, que trasciende los estrechos límites de su propia sociedad, por lo que es capaz de criticar tanto su sociedad como cualquier otra desde el punto de vista de la razón y la humanidad. Este carácter no se halla aprisionado en la adoración parroquial de aquella cultura a la que pertenece por nacimiento, que sólo es un accidente de tiempo y geografía. Este es un elemento a destacar en el caso del Doctor Negro Veras, porque aunque profesa su gran amor por su querido Santiago, lo hace con un profundo espíritu crítico. Además, el que leyó la breve hoja de vida aparecida en la solapa de la obra, pudo comprobar que éste fue Presidente del Comité Dominicano de Solidaridad con Haití, Vicepresidente del Comité Dominicano de la Paz y Presidente en Santiago del Comité Amigos de Cuba.

El Dr. Veras no es, como plantea Fromm, un simple rebelde o persona que esta hondamente resentida con la autoridad por no ser apreciada o aceptada, sino que su conducta, parafraseando al gran pensador alemán del siglo pasado, Walter Benjamin, en un comentario que hace de un pequeño fragmento de la obra Hamlet, de Shakespeare, se puede resumir de la siguiente forma: "Al Dr. Veras el mundo le asquea, pero no se aparta de él a la manera de un misántropo, sino que tiene un sentimiento de misión: Negro Veras siente y ha actuado como el que ha venido al mundo para ponerlo en orden, es decir como dice el protagonista de Hamlet: "El mundo está fuera de quicio… Suerte maldita! Que haya tenido que nacer yo para enderezarlo."

Cuando se lee el libro, no queda ninguna duda sobre el carácter revolucionario del Dr. Negro Veras.