INTRODUCCIÓN
1.- El Director del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, P. Diego López Luján, me solicitó participar, en el curso de la mañana de hoy, en este panel con el tema Ética y Compromiso Social de los Profesionales en la Construcción de la Ciudadanía.
2.- Hablar de la ética entraña referirse a la formación de un ente social, y para mencionar a ese ser humano debemos tomar en consideración: a) la sociedad donde se formó; b) el círculo familiar de donde proviene; c) la incidencia de sus padres en la formación de su carácter y, d) su comportamiento en la sociedad en la cual acciona.
3.- Los dominicanos y dominicanas de hoy no nos hemos levantado en el espacio sideral, sino aquí, en nuestro medio; con altas y bajas, con atrasos y avances zigzagueantes
I.- NUESTRA SOCIEDAD EN CRISIS
4.- La realidad de la familia en crisis, es la expresión de una sociedad débil.
5.- No podemos ignorar el cuadro que nos presenta en la actualidad el ordenamiento económico y social bajo el cual vivimos, así como tampoco la influencia del organismo familiar en el desarrollo de los niños, y la formación de su carácter; la integración del padre a la formación del hijo; el papel de la escuela. Estos factores nos obligan a pensar que lejos de ser un elemento el que incide en el desarrollo de la ética, son varios y de naturaleza diferente.
6.- En el comportamiento de una persona también se destaca la influencia de los padres; la escuela y los profesores; las instituciones del Estado, en fin, todo un conglomerado social que, aunque se define en forma aislada, representa una parte de un todo de lo que será la forma de proceder de un hombre o una mujer en sociedad.
7.- La conducta de la dominicana y el dominicano de hoy, es la expresión de la sociedad dominicana enferma, la cual está pagando el costo social de una crisis de fondo, no coyuntural.
8.- Cuando decimos que la educación en el país está en crisis, lo que expresamos es una situación real, objetiva, viva. Pero no es solamente el sistema educativo que manifiesta crisis, sino también el de salud, el policial, el legislativo, en fin, la sociedad en su conjunto.
9.- La organización económica, política, educacional, policial, militar y familiar está hoy afectada por esa crisis de fondo que llega a todas las familias, sin importar origen social y económico.
10.- Si nos apartamos de las instituciones que integran el Estado dominicano, y lanzamos una mirada hacia la actividad comercial, al mundo de los negocios, al sector empresarial, también ahí observamos crisis. No se puede decir, en honor a la verdad, que el comerciante, el industrial y el banquero de hoy es el mismo de ayer; la crisis ha arropado a toda la sociedad. No hay nada por excluir: ni a las instituciones del Estado, ni al sector privado, ni a los vinculados con el comercio ni a las que están relacionados con las profesiones liberales.
11.- Pura y simplemente, la sociedad dominicana está enferma; y su cura no está en medidas artificiales; hay que ir a la esencia del problema; el cambio no puede ser de fachada. La transformación ha de ser profunda, porque solamente así puede surgir un ser humano nuevo, con una conducta nueva, con una ética diferente a la actual; con el comportamiento de ciudadanas y ciudadanos que crean en las virtudes que adornan a los seres humanos por su actitud en el seno de la sociedad.
12.- Con la idea anterior no quiero significar que todo está perdido. Dentro del orden social vigente se pueden crear mecanismos, instrumentos, espacios de lucha democrática, que hagan comprender a la generación actual que ella tiene el compromiso de hacer cambiar de rumbo el país; que esto no puede seguir como hasta ahora; que a ella le corresponde dar los pasos para, sobre la base de esta sociedad en decadencia, ya enferma, comenzar a dar pasos en firme que sirvan como punto de referencia hacia nuevos horizontes de honradez, decencia, honestidad, desprendimiento, solidaridad y sentido de compromiso cívico.
II.- LA FAMILIA DOMINICANA Y SU DETERIORO
13.- Para hablar de la ética en un ser humano cualquiera, hay que hacer mención de la unidad familiar en la cual se ha levantado, de esa sociedad pequeña que es la familia, y también de la general, que es la sociedad grande.
14.- La sociedad – se ha dicho- no es más que el desarrollo de la familia; si el hombre sale corrompido de la familia, corrompido entrará a la sociedad. En la medida que se descompone la familia, se agrieta la sociedad, y en ella hacen acto de presencia fenómenos sociales nocivos de toda índole, que van desde el individualismo, pasando por el egoísmo hasta llegar a la corrupción en toda su extensión, como está ocurriendo aquí ahora.
15.- En nuestro país no podemos querer tapar el sol con un dedo. Se advierten signos de deterioro familiar. Las causas pueden ser de naturaleza diferente, pero sí tenemos que buscarla en el seno de la sociedad; pretender ubicar el relajamiento familiar al margen de la sociedad es como querer ladrarle a la luna.
16.- Debemos buscar el fondo del fenómeno de la descomposición familiar en la crisis que afecta la sociedad dominicana en el orden económico, social y político; en el hecho del padre y la madre abandonar el hogar para ligarse a la producción; en la participación de los niños y adolescentes en la producción social; porque algunos padres, en su afán de tener un buen patrimonio económico, abandonan a los amigos la terminación de la formación de la conducta de sus hijos; la jurisdicción de la fábrica llena de dinero las carteras de los padres, pero a cambio de olvidar o limitar el cariño, amor, y comprensión hacia los hijos, en fin, la familia en su conjunto ha sido arropada por la crisis que padecemos.
17.- Pero por encima de la situación de mal profundo que existe en nuestra sociedad, la familia debemos mantenerla como algo limpio; no permitir que sea tocada por el tufo de la podredumbre que se presenta como signo de destrucción social. Cada padre debe sentirse bien con su hijo, orientarlo siempre, y comprender que su misión como padre de familia termina con la formación.
18.- Por el estado en que vive hoy nuestro país hay que hacer caer sobre cada quien su responsabilidad: primero, la familia; segundo, la escuela, y tercero, la sociedad en su conjunto.
19.- Los padres, hoy, deben hacer un alto en el camino; reflexionar y comprender que están en la obligación de aportarles a la posteridad hombres y mujeres ejemplares; hacer conciencia de que si no pueden ejercer influencia en la escuela, sí están en el deber de edificar la familia, para formar hijos que sean, en el futuro, dignos continuadores de padres ejemplares; porque mañana, sus hijos van a transmitir a sus nietos el comportamiento humano que han heredado del hogar que los formó; la buena o mala actitud humana se transmite de generación en generación. Cada acto del padre es un eslabón importante en la conducta del hijo.
20.- Hay que cuidar la familia. Si la familia sigue el relajamiento que se advierte hoy, vamos directos a una sociedad sin esperanza de cariño, sin amor, sin comprensión. Hay que hacer entender a cada padre de familia, que cada cabeza de familia debe ser pontífice y rey en su casa, pero para ganarse tal calidad, tiene que identificarse con sus hijos.
21.- Todo aquel que pretenda ignorar la realidad del deterioro de la familia dominicana, no vive aquí, es un estúpido, o se está aprovechando de la podredumbre que exhibe hoy esta sociedad enferma.
22.- Luchar contra un fenómeno social nocivo es propio de hombres y mujeres que confían en la potencialidad de la lucha del pueblo; en los cambios sociales, y en un futuro luminoso para su país y toda la humanidad. En el seno de nuestro pueblo hay todo un abanico de fuerzas políticas convencidas de que no podemos seguir viviendo como hasta ahora, ni en este medio social dominado por la moral y ética de cafres; un ambiente que asfixia a cualquier persona decente y civilizada.
23.- Los cambios que necesita el país, y merece nuestro pueblo, han de ser la obra de fuerzas motrices en ascenso, no en decadencia. Por tanto, la juventud dominicana identificada con las mejores causas, los profesionales del futuro con compromiso social, han de hacer un aporte significativo para instaurar en el país un nuevo orden económico, político y social.
24.- De ahí que conviene destacar la presencia de los jóvenes en el accionar político y social del país, siempre y cuando procedan con sentido de compromiso social.
III.- LOS JÓVENES PROFESIONALES EN LA VIDA POLÍTICA
25.- La juventud, como segmento de la sociedad humana, posee características muy propias que las distinguen de los demás grupos sociales presentes en todo ordenamiento social. Aunque no hay un criterio unánime con relación al período juvenil, partiendo del desarrollo actual del ser humano, se admite que está comprendido entre los 14 y los 25 años, lapso de tiempo que va desde la madurez biológica a la plena madurez social.
26.- En el comportamiento del joven se destaca su gran dinamismo, dentro de la coyuntura social y política en la cual desarrolla sus actividades. En los momentos en los cuales se llevan a cabo grandes batallas entre lo nuevo y lo viejo, la juventud se manifiesta con actitudes comunes, posiciones idénticas ante fenómenos de igual origen, que la ubican abrazando el progreso social y libertario.
27.- Se ha admitido que en razón de su incompleta ocupación en el seno de una estructura social, la juventud recoge fácilmente el influjo de ideas y concepciones nuevas, renovadoras, adversas al orden social y político dominante. La juventud, por lo general, rompe con las normas que las minorías imponen a la gran mayoría del pueblo y se convierte en intérprete de éste.
28.- Tiene importancia la incidencia de la juventud en la lucha política y social porque los rasgos que la caracterizan, como son su dinamismo, su percepción de lo nuevo y la importancia que asume en el desarrollo social, mueven hacia ella la atención de los grupos sociales fundamentales. La juventud, por su esencia misma, se manifiesta casi en forma unitaria, en sentido condenatorio contra las injusticias, contra el despotismo, a la vez que expresa con franqueza su apego a la lucha por la libertad, demostrando entusiasmo y disposición al sacrificio.
29.- La juventud comprende con facilidad el rol que está llamada a jugar en cada sociedad. Ella es la expresión del futuro, porque el futuro es su mundo y de la lucha que libre en el presente va a depender cómo han de vivir las futuras generaciones; con un mañana de paz, alegría, felicidad y progreso social o, por el contrario, de guerra, tristeza, angustia, atraso y corrupción.
30.- Corresponde a la juventud impulsar cambios para democratizar la vida institucional, para poner la cultura, la ciencia, las artes, la educación, la salud al alcance de los que en cada país son los más, en fin, la juventud tiene que estar a la vanguardia para situar al ser humano como objetivo del desarrollo de la sociedad a la vez que como supremo valor social.
31.- La lucha heroica de la juventud dominicana se ha puesto de manifiesto cuantas veces lo ha requerido el interés nacional poniendo sus ideas y sus esfuerzos creadores para la edificación de un país nuevo de una República Dominicana nueva.
32.- En estos momentos, precisamente ahora, la juventud dominicana tiene un gran compromiso; está en el deber de elevarse, de destacarse, de poner su reloj en hora para cambiar el estado de descomposición imperante; ella debe señalar el camino, hacerlo con sentido realista, inteligente, pluralista; sin sectarismo y con mucho tino y, principalmente, moverse con compromiso social.
33.- No cabe duda que a un profesional sensible, identificado con su pueblo, y que además es joven, no le queda otro camino que integrarse al mosaico de dominicanas y dominicanos dispuestos a construir el país que queremos y merecemos.
IV.- LA JUVENTUD Y EL COMPROMISO SOCIAL DE LOS PROFESIONALES
34.- En razón de que he abordado el tema de la juventud, y la esperanza que tiene nuestro país en ella, y en vista de que el término compromiso social es uno de los títulos del seminario que motiva esta exposición, conviene hacer referencia a la ética y al compromiso social de los profesionales en la sociedad humana en general, y la dominicana en particular.
35.- La condición de estudiante, al igual que la de joven, es circunstancial. Los jóvenes y los estudiantes tienen condiciones transitorias en el ordenamiento social. La condición no estable del joven, y también del estudiante, hace que la generalidad cambie una vez se convierten en adultos u obtienen un título universitario, y hasta reniegan de los principios que habían abrazado y defendido en su juventud y época de estudiante.
36.- El desarrollo fisiológico e intelectual de los profesionales de hoy es cada vez más rápido. Esta aceleración incide notablemente en los intereses, inquietudes, así como en la orientación de los mismos.
37.- El crecimiento progresivo de los bienes materiales hace que surjan particularidades nuevas en la formación espiritual de los profesionales en su psicología y su concepción del mundo. La maduración fisiológica y psicológica más rápida de los profesionales jóvenes, la temprana reacción a los problemas sociales, contribuyen a una rápida maduración política y su incorporación a ella.
38.- La internacionalización de los procesos sociales, el impetuoso desarrollo de los medios de comunicación social, y el fomento de toda clase de contactos internacionales intensifican indudablemente, y en gran medida el impacto de los procesos globales en la vida de los profesionales de los distintos países.
39.- No quiero teorizar. Aspiro a que queden fijadas en la conciencia de ustedes ideas centrales que deben ser retenidas para que comprendan las responsabilidades que tienen como profesionales jóvenes, porque los profesionales de hoy tienen más compromisos sociales que los de ayer; tienen que enfrentar problemas muy diversos, no solamente nacionales, sino mundiales.
40.- Las jovencitas y los jovencitos profesionales de hoy tienen que saber que están comprometidos con la lucha por la defensa del medio ambiente. Respiramos un aire común, tenemos un solo mundo, una sola tierra y solamente podemos ver un solo cielo. Si queremos seguir disfrutando el canto de los pájaros; el movimiento de los árboles; el movimiento de las olas de los mares, los profesionales dominicanos y del mundo tienen que hacer suya la causa en defensa del medio ambiente.
41.- También están comprometidos los profesionales nuevos con la lucha por la paz mundial. La tranquilidad espiritual debe ser un patrimonio de toda la humanidad; los escritores, los dramaturgos, los hombres y mujeres de ciencias, en fin, el ser humano no necesita las bombas para crear, para expresar ideas hermosas, para ver las cosas bellas que nos ha dado la naturaleza y ha creado la mano de millones y millones de hombres y mujeres. La paz debe ser defendida y garantizada; las diferencias que puedan surgir tienen que ser resueltas con sentido realista, de paz, de comprensión, poniendo siempre por delante la preservación de la especie humana. No necesitamos bombas nucleares ni de ningún tipo para convivir como seres humanos civilizados.
42.- Todos los seres humanos somos iguales y no puede haber diferencia por el color de la piel. Es un compromiso de la juventud y los profesionales del presente y del futuro luchar contra la discriminación racial. Esto tiene que ser una preocupación constante, permanente. Rechazar toda forma de discriminación debe ser signo de cada joven dominicano y del mundo.
43.- El compromiso de la juventud, de los profesionales con sentido social, no está limitado a su lar nativo; problemas mundiales entrañan ser enfrentados por todos los que en el mundo se identifican con las mejores causas, con las causas justas. Por tanto, la juventud y los profesionales de hoy tienen que saber que están comprometidos con la lucha contra la pobreza, la insalubridad y el analfabetismo.
44.-Hay un punto que quiero que ustedes no olviden porque al recordarlo se van a sentir como profesionales nuevos, renovados y verdaderamente libres. Lo que quiero es que todos ustedes se identifiquen, lleven fija en su conciencia, en lo más profundo de su corazón la solidaridad. La solidaridad es la más alta expresión de identificación y sensibilidad en los seres humanos. Durante todo el tiempo, mientras ustedes estén formando parte del mundo de los vivos, deben extenderles la mano solidaria a todo aquel que precise del calor humano y de la comprensión.
45.- Como jóvenes, como estudiantes y futuros profesionales, deben saber que están comprometidos desde el punto de vista social con su pueblo y con toda la humanidad, y para cumplir su misión en el seno de la sociedad humana tienen que hacer suya la idea de que todos los hombres y mujeres del mundo deben tener como norte, guía y principio la defensa de los derechos humano y las libertades públicas, sin importar que la defensa la manifiesten en su lar nativo o en el extranjero.
V.- PROFESIONALES NUEVOS PARA FORTALECER UNA NUEVA DEMOCRACIA
46.- El compromiso social de los profesionales en la construcción de la ciudadanía no está limitado a lo que hay que hacer, sino también en orientar al pueblo, a los miembros de la comunidad, para no dejarlos confundir por sus enemigos tradicionales
47.- El ejercicio de la democracia ha de ser la obra de hombres y mujeres libres; de profesionales comprometidos, que son aquellos que no aceptan la politiquería por conveniencia y cobardía, ni la indiferencia cómplice con intereses retardatarios.
48.- La democracia funcional dominicana, en la que debe incidir el profesional con compromiso social, se ha de construir con el accionar político de los que creen y practican el diálogo, no el monólogo; con la luchas de aquellos que pregonan, exigen y reclaman una sociedad abierta y plural; con el activismo de los que reclaman el cambio del modelo económico vigente y el modo atrasado de gobernar.
49.- La tendencia a la democratización de la sociedad debe ser hoy lo más relevante en el debate político, algo que sólo es posible si intervienen, entre otros profesionales comprometidos con su pueblo, impulsando acciones que expresen las aspiraciones reivindicativas de las fuerzas que representan los cambios sociales.
50.- Las formas arcaicas de hacer política han de ser eliminadas y denunciadas por los profesionales con compromiso social e interesados en el avance de la democracia, porque no se crea ambiente democrático con el accionar politiquero que aniquila el dinamismo de las masas populares.
51.- Una vez las estructuras de un modelo económico se hacen añejas, como las nuestras, corresponde a las fuerzas del progreso, entre las cuales han de estar los profesionales del país que se consideren comprometidos en construir un nuevo orden con capacidad de solucionar los acuciantes problemas nacionales.
52.- En la búsqueda de una democracia viva, sólida y funcional, en la que el pueblo dominicano sea el artífice determinante, se han de unificar los sectores, clases y capas sociales no comprometidos con el ladronismo, la cleptocracia y otras tantas formas que deslustran la democracia actual, y hace imperiosa su higienización.
53.- El ambiente político nacional dominicano ha estado controlado por grupos incapaces de dar brillo al accionar político; ellos se han constituido en retrancas de las fuerzas motrices que reúnen las condiciones para abrillantar y prestigiar el accionar político. Con instituciones empañadas se desnaturaliza el objetivo de lograr una democracia cautivadora para hombres y mujeres limpios mental y políticamente, como se supone han de ser los profesionales con compromiso social, en procura de crear ciudadanas y ciudadanos preocupados por los mejores intereses del país.
54.- Para adecentar la democracia en nuestro país, los profesionales del futuro, aquellos que están dispuestos a ligar su destino con el pueblo, deben enfrentar los viejos métodos de hacer política, enfrentar la politiquería que sólo conviene a quienes han prostituido las aspiraciones legítimas del pueblo dominicano en busca de una democracia que se ajuste a los nuevos tiempos.
VI.- EL PAÍS NECESITA PROFESIONALES CON COMPROMISO SOCIAL Y SENTIDO CÍVICO
55.- La sensibilidad de una mujer u hombre se mide por su comportamiento ante los problemas que afectan a la comunidad. La actitud de los seres humanos ante los problemas sociales, los define ante la vida y la historia.
56.- Mañana, después de obtener el título universitario y ya convertidos en profesionales, sí ustedes se comportan como profesionales preocupados en la elevación de la conciencia ciudadana, se pueden sentir satisfechos como personas y como dominicanos.
57.- El país necesita del concurso de sus mejores hombres y mujeres, de aquellos que están en disposición, por su compromiso social, a luchar por la solución de los problemas del país, porque están concientes de:
a).- Que la debilidad de la democracia dominicana reside, no sólo en el atraso del sistema social imperante, sino en la incuria, indiferencia, apatía, en la desidia de la gran mayoría de nuestro pueblo en el accionar político no electorero.
b).- Que para ampliar el espacio que la democracia actual ofrece, se impone un esfuerzo mancomunado de hombres y mujeres identificados con la lucha social y política limpia, decente; necesitamos crear nuevos huecos políticos en los marcos del orden actual, para reclamar con voces unificadas lo que hasta ahora no hemos logrado, y que aquellos que se burlan de las electoras y electores creen que estamos aniquilados, que ya nos rendimos a sus pies ante tantos desmanes.
c).- Que las grandes transformaciones sociales, la eliminación de las viejas estructuras, han sido la obra de hombres y mujeres a quienes repugna el orden establecido en decadencia. Las disputas siempre han sido planteadas por personas portadoras de ideas renovadoras, dispuestas a combatir a los que se resisten a los cambios que reclama la sociedad.
d).- Que las fuerzas políticas en ascenso no deben aceptar sumisas las cadenas que procuran mantener esclavizadas a las masas irredentas; en defensa de los subyugados se han de poner en tensión los indómitos que, en cada coyuntura, han impulsado la rueda de la historia que mueve a los portadores de la liberación.
VII.- LA ÉTICA Y LA MORAL EN EL PROFESIONAL CON COMPROMISO SOCIAL
58.- Debo hacer la observación de que esta exposición la estoy haciendo bajo la presunción de que estoy en presencia de jovencitos y jovencitas de bien, sensibles; que provienen de hogares dirigidos por padres que se han sacrificado para que mañana sean ciudadanas y ciudadanos dignos, y puedan servir de modelo a su generación y a las posteriores.
59.- Pues bien, conociendo el medio social nuestro, comprendo el tortuoso camino que tiene que recorrer un dominicano o dominicana para llegar a obtener un título que lo acredite como profesional de una rama determinada.
60.- Momentos de angustia, desesperación, nerviosismo, han pasado a lo largo de sus vidas de estudiantes, pero estoy seguro que la gran mayoría llegará a la meta que se trazó al escoger la profesión que cursa.
61.- Muchos han de obtener un título universitario que lo acreditará como profesional, mas será el tiempo que los calificará como buenos profesionales, y dignos hijos de esta tierra que les vio nacer. Pero no importa que serán, lo que sí importa es que mantengan, aún en los momentos más difíciles de sus vidas, los principios sobre los cuales debe descansar su actividad, y hagan suyo el adagio: “Quien comienza en juventud a bien obrar, señal es de no errar en senectud”.
62.- El ser humano rebaja su obra o la eleva, con su actitud en la vida pública y también en la vida privada. Y la actitud asumida ante un hecho va a ser juzgada no por un hombre actuando en función de juez o árbitro, sino por el pueblo, por la sociedad donde realice sus actividades, que es juez de las actividades humanas.
63.- En la universidad ustedes están aprendiendo los principios generales de las distintas disciplinas que figuran en los programas y les enseñan sus profesores; pero en el ejercicio de la profesión encontrarán todo un laboratorio en el cual deberán analizar fríamente cómo actuar y proceder.
64.- Una vez ustedes se conviertan en profesionales, comenzarán a definir el objetivo de su vocación en este ambiente, en este medio donde convergen tantos fenómenos sociales, políticos, económicos; pero como principiantes deben ser intérpretes justos de la realidad social.
65.- Una actividad profesional llevada con seriedad es un sacerdocio, y para cumplirlo cabalmente se requieren condiciones que muchas veces no dependen de las aptitudes personales del individuo. El medio influye de una manera determinante en la conducta.
66.- La situación concreta de nuestro país, la base económica y social alrededor de la cual se levanta la superestructura del país, muchas veces asfixia al novel profesional. Pero ustedes deben vencer todas las adversidades, enterrar las malas tentaciones, y por encima de sus necesidades más perentorias poner los principios de la moral, la honestidad, ética y responsabilidad, no solamente como profesionales, sino también como hombres de nueva generación, con compromiso social y una nueva ética.
67.- El pueblo dominicano tiene que exigir el máximo a sus nuevos profesionales; porque si es cierto que el sacrificio de sus padres es meritorio, no es menos cierto que, bajo grandes esfuerzos, la contribución del pueblo ha sido determinante en la formación, preparación y educación de ustedes, que deben ser sus mejores hijos, y representar un valor nuevo, sin vicios, sin trabas, sin prejuicios sectarios, en fin, un valor puro, un valor inmaculado, como se lo merece lo que en verdad se llama pueblo dominicano.
68.- Lo fundamental es que ustedes, como profesionales comprometidos desde el punto de vista social, sirvan a su país. Cómo servirle al país como profesionales? Ejerciendo su profesión con altura, dentro de los principios de la ética y la honestidad, todo acompañado con espíritu de sacrificio y con mucha sensibilidad y compromiso social.
69.- El hombre o la mujer que bien formado sale del hogar, buenas actuaciones ha de exhibir en el seno de la sociedad, tomando siempre en consideración que las normas morales abarcan la conducta de las personas, no sólo en el marco de la vida privada, sino en todo el comportamiento con respecto a las demás personas y a la sociedad.
70.- Las relaciones del individuo con la sociedad, la combinación del interés personal y el social ha sido siempre el problema principal de la moral. Estas relaciones, que tienen su origen en determinadas relaciones jurídicas, económicas y que en cierto sentido son un aspecto de ellas, dejan su impronta en toda la “vida privada” del hombre, en las formas de su trato con las demás personas. Cada época histórica tiene su moral imperante, y corresponde a cada uno de ustedes, jóvenes sin compromiso con el pasado, y no comprometidos con lo negativo del presente, levantar los principios sobre los cuales descansará la moral de los futuros profesionales; la moral de un profesional sin egoísmo, sin prejuicios, sin apetencias personales desmedidas, en fin, un profesional digno de una nueva sociedad.
71.- Como jóvenes, como profesionales preocupados por la sociedad, y en búsqueda de la verdad, deben de procurar la moral no en base a normas, ni en la naturaleza eterna del hombre, sino en la existencia social de los hombres; comprender en virtud de qué causas ceden el puesto a otros principios una norma de comportamiento; descubrir por qué es inevitable el triunfo de los principios y las normas de una moral nueva; de una moral nueva para una sociedad nueva.
72.- En lo que respecta a la ética, tenemos que verla como la forma máxima de la expresión de la moral, como forma específica de la conciencia social, como la piedra de toque del progreso moral del ser humano.
REFLEXIONES FINALES
1.- La crisis que padece la sociedad dominicana en el orden económico, social, institucional y moral, es sumamente preocupante; y lo peor es que todavía no ha tocado fondo.
2.- Lo que sirve de motivación material a la generalidad de los dominicanos y dominicanas de hoy es la mercancía dinero, y en nombre de adquirirla están en disposición de ejecutar los actos más despreciables.
3.- El relajamiento en el seno de la familia ha conducido al desenfreno; la degradación ha sido aceptada por muchos padres con indiferencia, lo que lleva a que la depravación se vea como algo normal.
4.- Los padres de familias que delegan en la escuela la formación de sus hijos e hijas, proceden en forma equivocada, porque desconocen que la educación en el hogar es la base fundamental para el comportamiento, en el futuro, de los adultos.
5.- El origen social, pobre o rico, no justifica la actitud de indiferencia ante los problemas que afectan al pueblo.
6.- La condición de profesional de una carrera universitaria cualquiera, crea en su titular más responsabilidad y compromiso cívico que a sus compatriotas no investidos.
7.- Ante los problemas de toda índole que lesionan vivamente al pueblo dominicano, los profesionales del país, sin distinción, están en el deber de incidir en la vida pública.
8.- El comportamiento de cualquier profesional dominicano va a ser valorado en el futuro, no por su capacidad, talento y patrimonio económico, sino por la posición que haya asumido en cada coyuntura de la vida política y social del país, al lado de las causas justas.
9.- Aquel que obtiene un título universitario, y con su esfuerzo alcanza el éxito y, además es buen esposo y padre de familia, no está liberado del compromiso que tiene con la lucha reivindicativa de su pueblo.
10.- Como profesional comprometido se acciona en la vida pública del país, por convicciones, no por conveniencia hija de la circunstancias.
EXHORTACIÓN
Para concluir, me permito exhortarlos a que retengan como comportamiento cívico y hombres y mujeres de bien estas dos ideas:
a) Desarrollar la moral y la ética ha de ser para cada uno de ustedes, tratar de que los postulados de la moral y la ética profesional se conviertan en parte integrante de sus convicciones personales, en rasgos de su carácter, que las normas que rigen la ética y la moral de ustedes se cumplan voluntariamente, por costumbre.
b) Los profesionales con compromiso social, ético y moral, tienen que revestirse de un espíritu de sacrificio; saber que como miembros de la sociedad donde ejercen su profesión tienen que, además de su actividad profesional como medio de subsistencia, servirle a la comunidad, incidir en la vida pública, sin importar las circunstancias.