miércoles, 20 de noviembre de 2013

El Deterioro Hoy en el trato entre Amigas y Amigos

A manera de explicación:


Con el transcurrir de los años, por la acumulación de vivencias, el ser humano asimila toda una serie de hechos que llegan a motivar su forma de ser. Por ejemplo, me he dado cuenta que últimamente, para escribir con respecto a un determinado tema subyace en el fondo de mi alma alguna causa que lo genera. 

Partiendo de la idea anterior, debo precisar que el presente trabajo no lo he hecho como una forma de gimnasia intelectual, sino partiendo de cómo observo se han ido deteriorando las relaciones entre personas que dicen ser amigas, incluyendo, naturalmente, experiencias vividas por mi en los últimos tiempos. 

Introducción


1.- El aislamiento no cuadra en los seres humanos; la vida en comunidad ha sido la forma normal de convivencia desde el momento que el planeta tierra se puso en condiciones de ser habitable. El hecho de compartir un determinado medio social hace posible que se establezcan vínculos muy diversos entre los miembros de la comunidad.

2.- Toda una serie de características están unidas a la persona, dependiendo la organización social que ha determinado su conducta. La individualidad y el carácter de cada quien lo lleva a manifestarse en una u otra forma, lo que, al final, permite ubicar su idiosincrasia.

3.- Una sociedad dominada por el individualismo, genera personas de comportamiento egoísta, de falsía, mezquindad y codicia y, por tanto, sin formación ni base ideológica para compartir sinceramente con otras formadas en la solidaridad, la generosidad y el altruismo.

4.- Allí donde la niñez no es educada en el amor a los demás, se levantan hombres y mujeres desalmadas, sin piedad e insensibles; el desamor y la antipatía conducen a una sociedad fría e inmisericorde. 

I.- Las relaciones entre amigas y amigos.


5.- El objetivo de hacer la introducción anterior es para advertir al lector de este escrito los vínculos resultantes de la atracción entre personas, y que terminan en relaciones de amigas y amigos, así como sus efectos y consecuencias. 

6.- Las relaciones afectivas tienen diferentes componentes; se cultivan dependiendo de la condición de clase social de las personas, y el ordenamiento social bajo el cual se desarrollan.

7.- Acciones comunes ejecutadas por personas en un mismo espacio físico, permiten crear entre ellas vínculos de fraternidad que, con el transcurrir de los días, se afianzan; la armonía hace posible la intimidad, la fraternidad.

8.- La admiración de una persona hacia otra puede resultar a primera vista, pero con el transcurrir de los días esas impresiones pueden transformarse en afectos que luego, adecuadamente cultivados, se convierten en sentimientos de atracción mutua.

9.- La camaradería, el contacto permanente, no basta para que se establezca entre dos personas unidad de sentimientos afectivos; se requiere también una comunidad de objetivos, ejecutorías asimiladas en común como satisfactorias, y a la vista y percepción de aquellos que han establecido relaciones y que, en el futuro, pueden llegar a ser entrañables.

10.- Las relaciones afectivas entre dos personas, resultantes de la condición de amigas o amigos, no se establecen mediante un acuerdo formalizado por escrito; el tiempo, la permanente comunicación sincera, van creando una especie de código consuetudinario entre las amigas y los amigos.

11.- El grado de amigo no se alcanza en un santiamén; la condición de ser amigo es el resultado de un largo proceso que se inicia, a lo mejor, con un simple saludo; y talvez concluye con la desaparición física, la pérdida de confianza, la traición, o una interpretación equivocada de las normas no escritas que rigen los vínculos entre las amigas y los amigos.

12.- El tiempo, la duración de años y años, fija las reglas entre las personas ligadas por el concepto de amigas y amigos. Los distintos episodios compartidos, los trances por los cuales han pasado; las dificultades que han enfrentado, en fin, los momentos alegres o tristes que han pasado, han de contribuir al establecimiento de reglas, de normas que han de guiar la limpieza entre amigos y amigas.

13.- La sinceridad, la franqueza, la lealtad y la solidaridad son partes esenciales de los vínculos entre amigas y amigos; y tiene que ser así porque fingir no es de amigos, sino de falsos; la deslealtad hace desaparecer la confianza, y el individualismo aísla el sentido de buena comunidad y afinidad de sentimientos.

14.- El trato entre amigas y amigos ha de ser una cuestión entre iguales, no se da de un solo lado; no puede haber reticencia de una parte, y franqueza de la otra; bondad de uno, y maldad del otro. La relación de camaradería no puede estar circunscripta a las circunstancias, dependiendo de la conveniencia individual de uno de los actores que intervienen en lo que se supone una comunidad de afectos. 

15.-Los aliados no se guardan verdades ni mentiras; no se acumulan rencores; el resentimiento no tiene espacio mental entre ellos; las palabras disolventes están excluidas de la conversación entre amigos. Todo aquello que sirve para fortalecer la unidad entre amigos y amigas, debe expresarse, no guardarse; porque entre amigos ha de primar lo que contribuye a la permanencia, la estabilidad y la inmutabilidad. Lo inútil, lo baladí, hace frágil los vínculos de fraternidad que han de solidificarse con el transcurrir del tiempo. 

II.- La dificultad para mantener la condición de amigas y amigos en la sociedad dominicana de hoy.


16.- La conducta, el comportamiento de las personas no se transmite de manera fiel de los progenitores a sus descendientes; hay que tomar en cuenta la naturaleza biosocial de la conducta humana influenciada por el medio circundante.
17.- Los vínculos sanos que existen entre dos personas, unidas por las condiciones que hacen agradable la permanencia de la hermandad, se convierten en duraderos y se purifican con la avenencia de que serán respetadas las reglas que sirven de sostén a la franca unión entre amigos y amigas.

18.- Se advierte con suma facilidad, en el quehacer diario, la influencia del medio ambiente y social, en la manifestación del comportamiento de los dominicanos y dominicanas, expresado en los cambios de sus caracteres conductuales, con relación a criterios tales como el amor, la fidelidad, la bondad, la sinceridad, la franqueza, etc., en la medida que el modelo económico se ha ido haciendo más y más inútil. 

19.- En una sociedad en la cual no se difunde la solidaridad y el respeto mutuo; la identificación de los miembros de la comunidad con los valores que hacen posible la elevación de virtudes como la honradez, la integridad y la dignidad, de seguro que van a predominar las prácticas corruptas, la vileza, la bajeza, y todo lo disoluto y crapuloso.

20.- Siguiendo la actitud que asume hoy la generalidad de los integrantes de la sociedad dominicana, resulta algo engorroso mantener, sin entorpecimiento, amigas y amigos sinceros; ya no se cuida el trato que fortalece la amistad para que luego se traduzca en la condición de amigos y amigas; la tirria y el encono se sobreponen al sentido de afecto y simpatía; y la malquerencia se coloca delante del afecto y la real simpatía.

21.- El término amiga y amigo se está manejando como si fuera algo que está tarifado en el mercado; sometido a la ley de la oferta y la demanda; como si cualquier conocido califica para ser identificado como amigo. El amigo es un ser especial para su camarada, es algo así como la continuación de la persona aliada.

22.- Sería pura ilusión pensar que se tiene hoy el sentido de lo que ayer se aceptaba como leal amigo. No sólo ha influido el estatus social y económico de las diferentes clases que convergen en nuestro medio social, sino también otros factores que influyen y guían la conducta humana en el trato con los demás.

23.- Lo que está pintando la realidad dominicana de hoy es que en la medida que se ha ido agrietando la sociedad, el concepto de amigo, en lugar de fortalecerse, se ha ido desgastando, por los vicios que acompañan a las distintas clases y capas sociales que giran alrededor del vigente ordenamiento económico, político y social.

III.- El irrespeto ahora entre amigas y amigos. 


24.- La dinámica de la vida de los dominicanos y dominicana de hoy, les lleva a comportarse de una forma que desdice mucho de lo que es una comunidad formada para cultivar amor, comprensión, fraternidad, solidaridad y lealtad.  

25.- En razón de que en nuestro medio social convergen sectores y clases sociales diferentes, así como distintas generaciones en edad, no resulta fácil conservar amigos y amigas que ajusten su conducta de respeto mutuo a las reglas de delicadeza que se requieren para el mantenimiento de vínculos sólidos de amigos.
26.- La transfiguración en la forma de proceder lleva a muchos dominicanos y dominicanas a no valorar a los amigos y amigas, lo que da como resultado a que con suma facilidad se ofenda a una persona con la cual se han mantenido relaciones como de hermanos carnales.
27.- En nuestro medio las personas sinceras pasan muchos sinsabores con amigas y amigos a los cuales consideraban el otro yo; las palabras o acciones desconsideradas de un falso amigo generan tristeza; conllevan pasar un largo tiempo atormentado; el estado de aflicción por el comportamiento de un supuesto amigo o amiga produce profunda amargura.

28.- Muchas personas anidan la idea de que al llegar a determinada edad, resulta difícil tener nuevos amigos; prefieren conservar a los puros que tienen; dedicarles todo el tiempo que sea necesario para disfrutarlos a plenitud, en lugar de aventurarse a nuevas relaciones con sentido entrañable  de la condición de amigos.

29.- Procurar no hacer nuevos amigos, no quiere decir, en modo alguno, impedimento para establecer relaciones de amistad con nuevas personas. El ser humano se siente bien cuando comparte con otro de iguales sentimientos que le haga pasar un momento grato, placentero, aunque sea hablando banalidades; comunicarse sanamente con los demás alimenta el espíritu. Es fácil establecer relaciones de amistad, pero difícil de amigos. 

30.- Cuando un amigo o amiga falla, hay que formarse la  idea de que se perdió el  tiempo cultivando unas relaciones falsas; que la sinceridad hacia el  aliado nunca existió en el falso amigo que siempre había fingido, simulando afectos que no guardaba. 

IV.- La consideración mutua entre amigos y amigas.


31.- El apego que se fija en la conciencia para estimular a otro a ser tu amigo, no puede estar limitado a cuestiones circunstanciales; la inclinación, la devoción hacia otro u otra, ha de estar libre de pequeñeces, malquerencias o trato rudo; el buen amigo ha de tener para sus aliados lo afectuoso, mimoso y tierno.

32.- Para que la relación entre amigas y amigos perdure, se impone la comprensión; si no se establece una comunicación y trato en base a la tolerancia y la participación mutua, en procura de la condescendencia, difícilmente se mantiene la unidad entre amigos.

33.- Si lo afectivo desempeña un papel significativo en el concepto amigo, hay que tratar de que siempre esté de por medio la demostración de simpatía; la prueba de estima sincera; el apego a ese ser humano que, como persona especial, es tu otro yo en otra persona.

34.-En una sociedad como la nuestra, en la que impera como cultura la mentira y la falsía; lo aparente como norma de comportamiento; lo espurio como virtud y la simulación  como algo virtuoso, hay que cuidarse de aceptar como amigas y amigos a los impostores, desleales y falaces.  

35.- En la actualidad, muchos hombres y mujeres del país, con sesenta o más años de edad, que creen en la palabra dada y la gratitud, sufren decepción porque, en forma equivocada, establecen relaciones de amigos, ignorando que ahora lo que predomina es la cultura de la infidelidad, la ingratitud, la alevosía y la vileza.

36.- Cuando en una sociedad se censura la honestidad, la gratitud y la honradez; se santifica el descaro, la desfachatez y la insolencia, no hay duda que ese medio social necesariamente tiene que ser revisado para someterlo a una profunda renovación de sus órganos e instituciones porque ya resultan infuncionales. 

37.- De la misma forma que no debemos aspirar a tener en la lista de amigas y amigos a los incondicionales y lambiscones, tampoco podemos aceptar a los farsantes, engañosos y patrañosos, los cuales amargan la existencia a cualquier hombre o mujer que cree en la lealtad.

V.- Cuestiones que unen y separan a las amigas y a los amigos.


38.- Las relaciones entre amigos ha de tener como norma básica la franqueza, con lo cual se logra la confianza y la armonía; procurando siempre la concordia, la comprensión y el apoyo mutuo. Solamente así pueden establecerse lazos que hacen perdurar la fortaleza entre los amigos. 

39.- Entre amigos y amigas no hay nada que ocultar; los seres humanos que han decidido ligarse como amigos deben proceder como un libro abierto, para que todo se vea claro, sin malicia; la picardía daña la comunicación entre personas que, se supone, son los uno para los otros; no puede haber trato fraterno hacia el desconfiado, receloso, suspicaz y taimado. 

40.- Los amigos y amigas han de procurar siempre la sana comunicación, a los fines de evitar cualquier confusión o mal entendido que pueda tiznar la mutua comprensión. No es de amigos procurar golpear al otro en su honra y dignidad.   El ultraje no puede ser aplicado a quien se acepta como amigo o amiga.

41.- Los agravios resultan disolventes entre amigos y amigas; las expresiones hirientes, cuando provienen de una persona querida, lastiman, caen punzantes en el corazón; generan daño anímico; hieren a quien van dirigidas. 

42. – En buen dominicanismo, el que tira puya es un farsante. La conversación maliciosa no forma parte del código entre amigos. Las puyas no salen de las gargantas de los amigos puros; por lo general las tiran aquellos que nunca merecieron tener de la otra persona la condición de amigas y amigos. Las puyas siempre van cargadas de veneno para hacer sentir reducido al amigo víctima a quien se le tira.

43.- Cuantas veces una persona recibe de otra, a la que tiene como amiga, un calificativo cargado de perversidad, con acritud y sentido de mordacidad, ahí mismo terminan las buenas relaciones de amigos. Entre amigos y amigas ha de primar la dulzura, la bondad y la benevolencia; la aspereza no procede entre los aliados.

44.- En los falsos amigos y amigas predomina la falacia; ellos cultivan la mentira; son aliados incondicionales del embuste; tienen la hipocresía, la doblez y la disimulación como norma de comportamiento ante aquellos que, ingenuamente, les depositan confianza.

45.- La comunicación exquisita entre amigos y amigas manda a que cualquier queja se exponga y discuta con altura, sin palabras hirientes. El silencio malicioso   que se le guarda a un amigo, estropea los afectos que existían hasta ese momento. El disimulo no cuadra en los vínculos creados en orden a la fraternidad.

46.- El trato tierno, que debe ser la piedra de toque entre amigos, se hace tirante por los agravios provenientes de uno hacia el otro; ya en lo adelante resulta imposible recomponer las relaciones que de armoniosas se han convertido en embarazosas.

 47.- Los amigos y amigas sinceras resuelven sus diferencias mediante el diálogo franco; los temas se exponen sin reservas, en busca de que todo quede aclarado, para que ninguno llegue a enfadarse. Entre amigos, los debates no son luchas de fieras, sino medios para debatir, analizar y, finalmente, llegar a conclusiones, sin irse a las manos, sin enfadarse.

VI.-   Mi actitud para con amigas y amigos.


48.- Fruto de mi formación familiar y condición clasista, estoy preñado de defectos, pero dentro de ellos no está la deslealtad, la falsía ni la ingratitud; las personas que tengo en calidad de amigas pueden contar que tienen en mi al amigo leal, franco y sin doblez.

49.- A mis amigos y amigas no les escondo nada; les confío las más mínimas cosas `para que nada sobre mi persona lo reciban como noticia, estupor ni extrañeza. A ellos les hago partícipe desde las cosas más insignificantes, hasta las más trascendentes

50.- La confianza que deposito en mis amigas y amigos les da derecho a requerirme explicación sobre cualquier actuación, sin importar que sea relacionada con mi vida privada, profesional o pública, con la seguridad de que les diré la verdad sin cortapisas.

51.- Por la franqueza que me comporto con mis camaradas, me siento molesto, reacciono indignado cuando aquel a quien tengo como amigo o amiga, me hace preguntas capciosas, artificiosas y cargadas de malicias. El insidioso queda fuera del círculo de mis amigos una vez recurre a no hacer uso de la confianza y la franqueza, para caer en la astucia, el ardid y la picardía acompañada de sutileza patrañosa.

 52.- Los vínculos con mis amigos y amigas no los condiciono a nada; ellos conservan su libertad de establecer relaciones de aliados con quienes sean de su agrado; esa situación no entraña disgusto de mi parte.

53.- Trato de ser respetuoso del derecho y libertad de mis amigos y amigas, a guardarle gratitud a quienes ellos creen que de su parte la merecen, y lo mismo exijo yo. No acepto que nadie, familiar o amigo, cuestione mi decisión a inclinarme reverente ante quien en un momento difícil de mi vida me extendió la mano solidaria.

54.-El amigo o amiga que censura  mi actitud con relación a la gratitud, demuestra que no me conoce;  me ha tratado en forma artificial; o persigue  fastidiarme para herirme, golpeándome anímicamente, por mi gesto de agradecimiento, procurando así romper las relaciones que manteníamos, hasta ese momento, como aliados sinceros e incondicionales.

55.- Tengo la firme creencia de que la relación entre amigos, si es frágil, se rompe con suma facilidad; basta un disgusto provocado por una de las partes para que se produzca el resquebrajamiento. La robustez de la ligazón entre amigos se vigoriza con la franqueza, no con la simulación, la cual se nutre de lo endeble; los vínculos flojos entre amigos conducen necesariamente a la disolución de la unión que aparentaba ser sólida

56.- He sido víctima de la felonía de amigas y amigos en los cuales durante años había depositado pleno cariño y confianza. Para mi han dejado de existir como seres humanos porque han fingido ser mis otro yo; y resultaron ser falsos, no merecedores de mi absoluta lealtad y cariño. Lamentablemente mi sinceridad y entrega choca con la sinuosidad que mucho abunda en el comportamiento de la generación actual de dominicanos y dominicanas. 

57.- En los últimos años he recibido la decepción que me han causado algunos amigos y amigas, a quienes suponía bien me conocían, y luego con sus hechos demostraron que durante años y años no se preocuparon por saber de mi forma de actuar con sentido de gratitud, lealtad y honra a la palabra dada.

58.- No acepto en silencio que un amigo critique a otro amigo mío en mi presencia; con el mutismo me sentiría coautor por omisión de la censura hecha a una persona que debo lealtad aun en su ausencia. El alejamiento, la no estancia física, no me libera del deber de defensa ante un ataque a quien merece mi absoluta solidaridad. La felonía es imperdonable entre amigas y amigos sinceros. 

59.- La práctica de la vida me ha enseñado que con los seres queridos hay que ser tolerante, porque ningún ser humano es bueno entero ni malo entero; todos tenemos defectos y virtudes; en los amigos y amigas hay que valorar y retener de ellos aquellos comportamientos que nos permiten quererlos, sin lesionarlos por las actitudes suyas que creemos no ajustadas a la excelencia del trato entre amigos. Perdono la falta por imprudencia de un amigo, pero no su perversidad calculada. 

60.- El amigo o amiga con el cual he mantenido relaciones de hermandad desde hace treinta, cincuenta o sesenta años, le exijo más que aquel con el cual establecí vínculos recientes. 

61.- Con el tiempo he dejado de ser amigo de algunas personas a las cuales ya no trato en condición de amigas y amigos, sino de hermanos y hermanas. El transcurrir de los años me permite fortalecer la unión con mis amigos sinceros.

62.- No juzgo ni valoro a mis amigas y amigos por su condición económica, social, religiosa, política e ideológica; sus vicios sociales no impiden que tenga hacia ellos total y absoluto respeto y afectos. Lo que no acepto es que practiquen la ingratitud, la mentira y la deslealtad.

63.- Sigo firme en mantener relaciones con conocidos, amistades y amigos, y a cada uno colocándolo en un lugar específico de mi corazón y sentimientos afectivos. Mi deseo es que mis actuales amistades y conocidos se conviertan, en el futuro, en amigas y amigos. 

64.- El ordenamiento social bajo el cual estamos viviendo las dominicanas y dominicanos en la actualidad, hace muy difícil la creación de nuevos, puros y leales amigos y amigas; pero nada quita compartir con el convencimiento de que, por lo general, no nos vamos a encontrar con seres humanos a los cuales podamos entregarnos por entero, en cuerpo y alma. 

65.- Sin que se vea como pura quimera, creo que se impone la instauración en el país de un orden social nuevo que ha de generar una dominicana y un dominicano con una concepción diferente a la que predomina hoy; han de ser seres humanos que   aniden en su cerebro ideas renovadas con respecto al mundo, la vida, la ética, la moral y la condición de amigas y amigos.

Epilogo


a.-) Aunque talvez no lo he logrado, he tratado de ser coherente en mi vida familiar, profesional y en el accionar político y social; no he aspirado a acumular la mercancía dinero, sólo he procurado merecer el respeto y la consideración de los hombres y mujeres de valía de mi país; y quien de forma malvada busca, sin fundamento alguno, lesionar mi conducta ante la sociedad, es mi adversario, y si quien lo hace dice ser mi amigo, debo calificarlo como perverso.

b.-) El amigo o amiga que conmigo se ha equivocado, ha errado, o de cualquier forma ha llegado a pifiar, de inmediato no le impongo sanción afectiva; le doy un compás de reflexión, procurando una rectificación, explicación sincera, reconociendo su equivocación. Pero si guarda silencio, celebra la lesión que me ha causado, y contamina con su actitud a mis otros aliados, entonces en lo adelante puede decir que para él he dejado de existir.

c.-) Solamente tengo espacio en mi corazón para querer, respetar y tener cariño, no para rechazar, a no ser con motivo de la traición. No sé odiar a nadie; aborrecer al ser humano no forma parte de mi formación como persona. Mi madre me educó en la estimación, no en la tirria; en la simpatía, no en el encono; en la atracción, no en la repugnancia.

d.-) Soy un hombre libre, dominado por todo lo que para los demás pueda resultar placentero y enteramente encantador.