Por: Ramón Antonio Veras.
1.- En América Latina y el
Caribe, cada pueblo hará su revolución democrática conforme sus condiciones
económicas, sociales y el desarrollo de las fuerzas productivas, pero esto no
quiere decir, en modo alguno que, dada la presencia del imperio como natural
adversario, pueda prescindir de la solidaridad internacionalista, que desempeña el papel de traba ante cualquier
presencia interventora. La lucha de liberación
nacional de los últimos años es rica en experiencias del concurso, el
apoyo aportado al país que busca liberarse del colonialismo, en su
enfrentamiento contra la potencia colonialista.
2.- La revolución es fruto
de las acciones transformadoras de las
masas populares de cada país, pero desde Vietnam a Cuba, desde Angola y Etiopia
hasta Zimbabue y Namibia, y de igual manera la contribución de Cuba, y la solidaridad de otros pueblos
latinoamericanos, contribuyó a la
victoria de la Revolución en Nicaragua. [i]
3.- El surgimiento en Venezuela, y otros gobiernos democráticos en América
Latina y el Caribe, así como el rompimiento del control de nuestros países al imperio norteamericano, es
inseparable de la resistencia, del triunfo de la indómita Revolución Cubana.
4.- La vida ha enseñado a los pueblos que en la lucha por romper las
cadenas de la opresión nacional e internacional, y frente a adversarios poderosos, deben contar
con todos aquellos sectores, clases y capas sociales que generosamente les
aportan solidaridad. Precisamente, en
estos momentos, la base del internacionalismo se ha ampliado y fortalecido,
porque si en un principio fue un instrumento de lucha de la clase obrera contra
la explotación y por la emancipación del trabajo, hoy es aceptado como formando
parte de la brega de los pueblos que buscan su liberación nacional.
5.- El pueblo de Venezuela,
debe contar en estos momentos con la más
absoluta solidaridad; sin regateo alguno todas las voces de los hombres y
mujeres amantes de la paz, la libertad, el progreso, la independencia y el
derecho de los pueblos a darse el sistema social, económico y político que más conviene
a sus intereses, deben levantarse reclamando el derecho a la autodeterminación. La revolución no se exporta, cada pueblo debe hacer la suya,
pero ante el ataque imperial, la solidaridad debe ser la piedra de toque.
Santiago
de los Caballeros,
8 de
mayo de 2015.