miércoles, 4 de junio de 2014

Mis reflexiones a los 4 años de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi


Por: Ramón Antonio Veras
1.-  El padre o la madre que por cualquier eventualidad de la vida un hijo o hija resulte víctima  de una acción criminal, debe prepararse para sufrir todos los pesares, sin importar que, como causa del operativo delincuencial,  su descendiente muera o sobreviva;  si muere, el dolor será imperecedero; si conserva la vida, el sufrimiento será punzante. Desde el mismo instante que ocurrió   la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, he tenido que llevar ese hecho sobre mis hombros y conciencia.
2.- El primer martirio para mi  fue la noticia del acto  criminal; luego la incertidumbre de si moría o quedaba  con vida durante el tiempo que permaneció en el quirófano; después    la duda de si perdía la visión en uno o en sus dos ojos;  posteriormente la incertidumbre de si quedaba o no con lesiones permanentes en su cuerpo que imposibilitarían su movilidad, en fin,  si llegaría a poder ingerir alimentos sólidos o sólo  líquidos.
3.- Todo lo anterior fue acompañado del  desasosiego que viví durante  el tiempo que duró la investigación judicial y policial; y la campaña difamatoria de los sicarios morales para herir  moralmente  a Jordi, a mi y a la  familia entera; pero mi suplicio no terminó  con el descubrimiento de los autores de  la  acción criminal. Ha continuado ante los tribunales.
4.- Si lacerante fue la noticia con relación al atentado a Jordi, el tormento por saber cuál sería el resultado de su futuro estado físico y de salud, y soportar  la sucia campaña difamatoria;  peor ha sido lo que  he tenido que padecer con los  gestos y palabras en las salas de audiencias de los tribunales, donde he estado presente,  cumpliendo con mi responsabilidad como padre de Jordi,  escuchando palabras salidas de las gargantas de abogadas y abogados  que en lugar de tratar  de convencer  a los jueces de la inocencia de sus defendidos, lo que buscan es justificar  la acción  criminal contra mi hijo, procurando  herirme, fastidiarme y, de cualquier forma,  hacerme sentir mal como persona y padre de Jordi.
5.- En mi condición de padre de Jordi, he tenido que revestirme de paciencia y calma; abrazar la tolerancia y el aguante, para poder sobrellevar lo que me ha llegado como  consecuencia de la acción criminal contra  mi hijo.
6.- Mi deseo  es que si de algo puede servir el caso de mi hijo Jordi, sea para que los padres y las madres del país luchen por todas las vías para que la criminalidad no llegue a sus hogares; porque si por cualquier  eventualidad uno de sus hijos o hijas es víctima de un acto criminal, de seguro que   sus vidas se van  a transformar; desaparecerá la paz en el seno familiar;  en lo adelante todo será tormento, aflicción, inquietud e incertidumbre.
7.- No escapa a mi conocimiento que ante los tribunales, el caso de mi hijo ha servido para que aquellos que me adversan por cuestiones de naturaleza política e ideológica, celo profesional,  malquerencia o aversión gratuita, hayan encontrado  en los estrados el lugar ideal para darle riendas sueltas a sus cerebros preñados de mezquindades, prejuicios y resentimientos.
8.- Pero  poco importa, no tengo alternativa. Soy el escudo de mis hijos y debo cumplir con mi función de resguardarlos; una agresión física o moral a uno cualquiera de ellos la tomo  para mi. El cometido con mi familia no tiene límites.
9.- El proceso judicial del caso de mi hijo, de cuyo  hecho  se cumplen hoy 4 años,  está ante la jurisdicción de juicio.  Con profundo dolor he escuchado  la trama y ejecución  criminal de la que fue víctima  Jordi,  y el calvario que para él ha significado el atentado en su contra  y sus consecuencias.  Porque Jordi  y  mi familia entera está hecha de un material humano que no guarda rencor ni anida  amarguras; estamos esperando la decisión del tribunal  con la creencia de que, a la luz de las pruebas que se han aportado,  la sociedad va a recibir  con satisfacción y sentido de justicia,  la sentencia  condenatoria  contra el que pagó,  y los que organizaron y ejecutaron la tentativa de asesinato. 
10.- Debo reconocer que la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi, me ha  resultado  menos pesada porque  desde el mismo instante que ocurrió el hecho he recibido el calor solidario de lo  mejor del país, de lo más sano y sensible de la sociedad dominicana, lo que me ha llegado a lo más profundo de mi corazón, y ha sido altamente valorado por Jordi y toda la familia.



Lunes  2 de junio de 2014.