jueves, 20 de marzo de 2014

HACER DINERO, UNIFICARLO Y SUS CONSECUENCIAS


Por: Ramón Antonio Veras.

Introducción
Nuestro país está viviendo una etapa de su historia en la cual la palabra dinero se ha convertido en  motorizadora  de acciones de todo tipo. Con el fin de alcanzar la mercancía dinero se realizan las acciones más atrevidas y temerarias; se ejecutan los actos más despreciables y desenfrenados; y salvajadas de todo tipo.
Ser poseedor de grandes sumas de dinero no constituye una afrenta cuando  han sido adquiridas como resultado del trabajo,  el esfuerzo personal; bajo el empuje de acciones musculares o  intelectuales. Lo censurable es caer en la desesperación,  y en nombre de amasar fortuna económica dañar la reputación suya, la de su familia  y lesionar a terceros.
La vida me ha permitido tener amigos que han hecho dinero por su laboriosidad, capacidad y perseverancia; también he conocido a personas que han hecho, por la vía rápida, grandes capitales. A los primeros, les admiro y distingo; a los otros, a los desesperados,  les veo con pena, dan lástima, porque  con sus acciones en procura  del enriquecimiento fácil se han convertido en una afrenta ante la sociedad.
 En este escrito expongo algunas ideas para poner de manifiesto  que el  dinero no lo es todo en la vida; que llegar a tenerlo no es cosa del otro mundo, que puede ser adquirido en forma enaltecedora y también  deshonrosa.

I.- Un dinero hecho con el sistema, y otro por la vía rápida.
1.- En el curso de una conferencia que desarrollé ante un grupo de abogadas y abogados de Santiago, les dije que en nuestro medio no es difícil hacer dinero recurriendo a medios ilícitos, que lo indebido  ligado con lo ilegitimo llega a ser fuente de enriquecimiento.
2.- Para ilustrar mi razonamiento les expuse a los asistentes al acto que hasta con un susto se llega a tener dinero, pues basta con traficar con algunos kilos de cocaína desde nuestro país hasta Estados Unidos; el traficante pasará momentos de sobresaltos, pero al final la zozobra sufrida le dará resultados con la obtención de la mercancía dinero. El narco, aunque en forma espuria, se hace rico de la noche a la mañana.
 3.- Aquel que da riendas sueltas a su audacia para adquirir dinero puede sobresalir como atrevido y nada más; la temeridad tiene significación  en quienes no reúnen otras condiciones que la de ser  favorecidos de la osadía  y el descaro, acompañados  de la frialdad para realizar acciones con sutileza.
4.- Si es cierto que resulta fácil hacerse de dinero por medio de las malas artes, no es menos cierto que el patrimonio económico formado en semejante forma no genera respeto, distinción ni honra, aunque al descarado no le interesa el respeto a su persona, sino las cosas materiales y nada más.
5.- Paralelo al que hace dinero por medios espurios, está el que lo alcanza con las reglas normales del sistema, dentro de los marcos del ordenamiento social vigente el cual  tiene normas que le son propias; su estructura está diseñada en forma tal que hay concordancia entre los procedimientos y métodos que se han de aplicar en cada ocasión en forma constante.
6.- Las pautas a seguir en todo sistema, el protocolo a ejecutar está  normalizado. Así, por ejemplo, es de la esencia del sistema capitalista obtener ganancia; el lucro es uno de sus pilares; el capitalismo no tiene vida sin beneficios; las utilidades lo alimentan; la especulación lo dinamiza.
7.- No es nada ilegitimo en un sistema como el que predomina en nuestro país hacer dinero dentro de las reglas del ordenamiento social actual. Lo normal es regla, no excepción. Lo extraño es el enriquecimiento que se logra sin sujetarse a las normas del sistema. 
8.- Comprar fuerza de trabajo con poca inversión, y obtener amplias ganancias en el menor tiempo posible es un fin a perseguir por aquel que invierte en procura de hacer dinero en forma lícita. La plusvalía es su trofeo.
9.- No hay similitud entre quien alcanza el éxito económico en base a su talento, poniendo en juego su inteligencia, y  aquel que  hace dinero en base a operaciones ilícitas, utilizando su audacia.
10.- El empresario que desde las primeras horas de la mañana está en su empresa  organizando, dirigiendo y orientando a sus trabajadores,  y explorando mercados para colocar sus productos,  es un ser humano  meritorio, aporta a la sociedad; con su accionar contribuye al desarrollo del país y a su progreso personal.
11.- El ser humano emprendedor, laborioso y dinámico, difiere de aquel que sólo materializa su ambición de dinero en base a la viveza, la trampa y el engaño, para  lo que no se requiere esfuerzo,  sacrificio ni talento alguno.
12.- Pero el deterioro de la sociedad dominicana no permite distinguir entre el que hace dinero en forma legítima y el que lo ha obtenido por vías corruptas; aquí   se acepta por igual al hombre o mujer meritoria que al reprensible.
13.- Lo ideal fuera que el ser humano notable por  los logros alcanzados por su esfuerzo  y el empuje demostrado con su capacidad, ocupara  en el medio social  nuestro un espacio distinto al de  aquel  que sólo tiene como  mérito  la mercancía dinero lograda sin ninguna probidad.

II.- Enriquecimientos y conductas  diferentes. La unificación de capitales  de distintos  orígenes.

14.- El comportamiento de quien hace dinero  mediante las reglas del sistema difiere de aquel que lo obtiene por medios  gansteriles. La conducta del primero responde a preceptos clasistas, heredados de clases sociales que tienen historia de laboriosidad, disciplina, organización, y correctos guías con certeros mandatos y normas a cumplir; la actitud del segundo tiene por origen el bajo mundo, el crimen organizado; su divisa es el pistoletazo.
15.- Todo sistema social trae consigo su moral, la cual acompaña a las clases sociales que genera; en la medida que se deteriora el modelo económico surgido en un determinado ordenamiento social, se va agrietando la conducta, la actitud, la forma de proceder los integrantes de la sociedad.
16.- El decaimiento, la flojedad del orden  social establecido en nuestro país ha traído  fragilidad en el comportamiento, el raquitismo en la actitud de los entes sociales más activos y relevantes. Pura y simplemente, el vigor original, la resistencia inicial de la moral social, ha cedido  su espacio a la pusilanimería,  cobardía,  flaqueza  y el defectillo.
17.- El cuadro de enclenque de la moral conduce a colocar en el mismo plano a los hombres y mujeres de bien, con los del bajo mundo; permite establecer semejanza, en  condiciones de  iguales, entre quienes no debiera  haber comparación posible de conducta en el medio social en el cual desarrollan sus actividades.
18.- La mescolanza que resulta de las relaciones de actividades  comunes entre aquellos  que hicieron dinero fruto del capital viejo,  con las reglas del sistema; y los nuevos ricos, que han formado su patrimonio al vapor, por vía rápida, ha hecho entre ellos, en  la práctica, una unidad  maldita.
19.- El debilitamiento del actual orden social y moral del país se expresa, además, en el hecho de que ahora se han unificado el añejo capital, y el de  los políticos que se han enriquecido con los dineros del erario, y también  el dinero de  aquellos que se mueven en el bajo mundo con operaciones de toda clase de  pillería.

III. La unificación  en organizaciones de dinero sucio y limpio.
20.- lo ideal hubiera sido que aquellos que formaron y desarrollaron sus patrimonios económicos con laboriosidad y decencia, tomaran distancia de los bellacos que no han escatimado medios sucios y agresivos para llegar a tener el marbete de ricos, aunque su comportamiento y conducta deja  mucho que desear.
21.- Aquellos que han hecho dinero rápido, dudoso y tormentoso, en ningún momento debieron haber sido aceptados  formando parte de las organizaciones que, en un pasado reciente, solamente agruparon a hombres y mujeres que pueden exhibir su progreso sin temor a ser identificados como tremebundos.
22.- Resulta espantoso ver a verdaderos truhanes al frente de organizaciones que siempre fueron dirigidas por personas de bien, y ahora han caído en manos de individuos que su sola presencia deshonra, porque constituyen infamias por los malos hábitos que han cultivado.
23.-  Aquel que se hace rico en dinero moviéndose en el bajo mundo, tiene  una forma de actuar propia del medio en el cual ha formado su fortuna; la mala práctica es su familiaridad; está curtido para delinquir y delinque como algo muy usual; es un adicto  a  operaciones que por su reiteración  entrañan  una forma  normal de vida viciosa en el timo, el fraude y el disimulo.
24.- Aquel que para hacer dinero ha hecho esfuerzos en los estudios o el mundo empresarial se inserta en la sociedad para convivir ajustando los actos de su vida privada,  familiar y pública a la decencia, la honradez y el buen ejemplo.
25.- Por el contrario, quien hace dinero por la vía sucia, procede  conforme a su formación; su forma de ser en travesuras comerciales guarda relación directa con su cultura de transgredir las reglas normales del buen vivir, quebrantar el accionar decente.
26.- Quien  anda saltando de picardía en picardía para hacer dinero a la carrera,  precisa estar mentalmente armado  de la trastada para con la jugarreta del dolo malo alcanzar dinero suavemente; su grandeza está en la truhanería. Le hace una mala pasada a cualquiera, pues sus bribonadas no tienen límites, como tampoco sus canalladas.

IV.- Diferentes formas de solucionar conflictos tomando en consideración  el origen del dinero.
27.- El hombre o la mujer que hace dinero  siguiendo las reglas normales del proceso sistémico capitalista tiene su mundo, su círculo de relaciones, y las vías para dirimir sus conflictos. Su línea de conducta le dice que ante cualquier diferendo ha de recurrir ante un juez o árbitro pues para   tales fines el sistema ha generado sus instituciones,  entre ellas el orden judicial jurisdiccional, los tribunales para que, de acuerdo con las leyes que también responden al sistema, se lleguen a dirimir las divergencias.
28.- Aquellos que recurren a la vía rápida para hacer dinero, por el mismo medio donde se mueven y se han movido para  alcanzar sus recursos económicos, solucionan sus litigios, sus tumbes, no procurando abogados ni a juristas; ellos no creen ni se han formado en la legalidad. Por tanto, no tienen nada que buscar ante la justicia  ni en  los tribunales ordinarios.
29.- El mundo de los hombres y mujeres del dinero acelerado es el crimen organizado; y ahí prima, como es natural, la criminalidad; el dinero obtenido a sangre y fuego, se defiende en igual forma y con idénticos métodos. No  se  requiere de tribunales ni abogados, sino de sicarios.

V.- Dificultades al  ligar el dinero limpio y el sucio.
30.- Aquel que tiene un patrimonio económico sólido y bien obtenido, debe ser cuidadoso para asociarse con extraños. Algunos empresarios, procediendo con cierta desesperación,  en interés de ampliar sus empresas,  y bajo el argumento de obtener recursos económicos frescos, caen en el error de asociarse con personas que tienen ese dinero que necesita para renovar su empresa, pero ese dinero puede ser fruto de un tumbe; de una   cualquiera de las operaciones que hacen aquellos ligados con el crimen organizado, o robado al presupuesto de la Nación.
31.- El dinero adquirido por medios sucios contagia  al que se obtiene en buena lid; y en lo adelante resultaría muy difícil separar uno del  otro,  con el agravante de que los recursos económicos transmitidos por contaminación infectan a todos los que   se aprovechan de los mismos.
32.- El dinero para entrar a cualquier lugar no necesita visa ni protocolo alguno; su presencia siempre es bienvenida, recibido con agrado y sonrisas; genera complacencia y atracción hasta en  las personas de temperamentos antipáticos y con altas dosis de ser repelentes.
33.- Por muy placentero que se presenta el dinero hay que tomarlo con cierta cautela, partiendo de las manos donde está alojado, porque no siempre es sano, puede estar enfermo.
34.- El deterioro de la sociedad dominicana, y el afán de lucro de algunas personas, ha hecho posible que se mezcle el dinero enfermo y el sano, el malo y el bueno, para finalmente lograr un aseo del sucio por medio del inmaculado.
35.-  Lo anterior es lo que se conoce como lavado, es un enjambre fino, un desempolve a la medida, la purificación financiera, una depuración del dinero sucio a lo  siglo veintiuno, por medio de la asociación de un capital de origen licito con uno  ilícito.
36.- Lo que comienza como una necesidad por nuevas inversiones, sigue y se traduce en un enlace comercial; luego continua como casamiento por conveniencia hasta llegar a una complicidad  en operaciones de todo tipo, de la cual  sale  beneficiado el que aporta  el dinero sucio, y afectado el que aportó el patrimonio inicial limpio.
37.- El sinuoso camino transitado por el dinero sucio llega a un final recto, cuando su portador, por la unidad con un socio decente y de dinero limpio,  logra alojarlo parejo  en una sociedad, dando como  resultado que el pasado del dinero sucio queda en el olvido por la anestesia de eliminación de recuerdos desagradables que le aplica su nuevo aliado.
38.- El matrimonio entre el dinero sucio y el limpio se ha desarrollado con suma notoriedad en los últimos años en nuestro país, por la incidencia del fenómeno de la corrupción, y la habilidad de los politiqueros corruptos al asociar el fruto de sus actos ilícitos, con el dinero licito de los ricos que hicieron su dinero con las reglas normales del sistema.
39.- La ligazón entre fortunas sanas y enfermas trae  como  consecuencia que la unidad no sólo se da en lo económico, sino que se extiende a una ligadura, aunque sea en apariencia, de conducta; la atadura es vista como la inyección de  uno al otro hasta en el modo de vida, y actitudes.
40.- El que aporta en una  sociedad comercial su dinero no cuestionado, al amarrarlo con  aquel que tiene recursos económicos logrados en operaciones del bajo mundo, al final resulta perjudicado en su imagen pública, privada y empresarial.




Santiago de los Caballeros,

                                                                                  20 de marzo de 2014.