Por: Ramón Antonio Veras.
Introducción
Nuestro país está viviendo una etapa de su historia en la
cual la palabra dinero se ha
convertido en motorizadora de acciones de todo tipo. Con el fin de
alcanzar la mercancía dinero se
realizan las acciones más atrevidas y temerarias; se ejecutan los actos más
despreciables y desenfrenados; y salvajadas de todo tipo.
Ser poseedor de grandes sumas de dinero no constituye una afrenta cuando han sido adquiridas como resultado del
trabajo, el esfuerzo personal; bajo el
empuje de acciones musculares o intelectuales. Lo censurable es caer en la
desesperación, y en nombre de amasar
fortuna económica dañar la reputación suya, la de su familia y lesionar a terceros.
La vida me ha permitido tener amigos que han hecho dinero por su laboriosidad, capacidad y
perseverancia; también he conocido a personas que han hecho, por la vía rápida,
grandes capitales. A los primeros, les admiro y distingo; a los otros, a los
desesperados, les veo con pena, dan lástima,
porque con sus acciones en procura del enriquecimiento fácil se han convertido
en una afrenta ante la sociedad.
En este escrito
expongo algunas ideas para poner de manifiesto
que el dinero no lo es todo en la vida; que llegar a tenerlo no es cosa
del otro mundo, que puede ser adquirido en forma enaltecedora y también deshonrosa.
I.- Un dinero hecho con el sistema, y otro por la vía
rápida.
1.- En el curso de una conferencia que desarrollé ante un
grupo de abogadas y abogados de Santiago, les dije que en nuestro medio no es
difícil hacer dinero recurriendo a
medios ilícitos, que lo indebido ligado
con lo ilegitimo llega a ser fuente de enriquecimiento.
2.- Para ilustrar mi razonamiento les expuse a los
asistentes al acto que hasta con un
susto se llega a tener dinero,
pues basta con traficar con algunos kilos de cocaína desde nuestro país hasta
Estados Unidos; el traficante pasará momentos de sobresaltos, pero al final la
zozobra sufrida le dará resultados con la obtención de la mercancía dinero. El narco, aunque en forma espuria,
se hace rico de la noche a la mañana.
3.- Aquel que da
riendas sueltas a su audacia para adquirir dinero
puede sobresalir como atrevido y nada más; la temeridad tiene
significación en quienes no reúnen otras
condiciones que la de ser favorecidos de
la osadía y el descaro, acompañados de la frialdad para realizar acciones con
sutileza.
4.- Si es cierto que resulta fácil hacerse de dinero por medio de las malas artes,
no es menos cierto que el patrimonio económico formado en semejante forma no
genera respeto, distinción ni honra, aunque al descarado no le interesa el
respeto a su persona, sino las cosas materiales y nada más.
5.- Paralelo al que hace dinero por medios espurios, está el que lo alcanza con las reglas
normales del sistema, dentro de los marcos del ordenamiento social vigente el
cual tiene normas que le son propias; su
estructura está diseñada en forma tal que hay concordancia entre los
procedimientos y métodos que se han de aplicar en cada ocasión en forma
constante.
6.- Las pautas a seguir en todo sistema, el protocolo a
ejecutar está normalizado. Así, por
ejemplo, es de la esencia del sistema capitalista obtener ganancia; el lucro es
uno de sus pilares; el capitalismo no tiene vida sin beneficios; las utilidades
lo alimentan; la especulación lo dinamiza.
7.- No es nada ilegitimo en un sistema como el que
predomina en nuestro país hacer dinero
dentro de las reglas del ordenamiento social actual. Lo normal es regla, no
excepción. Lo extraño es el enriquecimiento que se logra sin sujetarse a las
normas del sistema.
8.- Comprar fuerza de trabajo con poca inversión, y
obtener amplias ganancias en el menor tiempo posible es un fin a perseguir por
aquel que invierte en procura de hacer
dinero en forma lícita. La plusvalía es su trofeo.
9.- No hay similitud entre quien alcanza el éxito
económico en base a su talento, poniendo en juego su inteligencia, y aquel que
hace dinero en base a
operaciones ilícitas, utilizando su audacia.
10.- El empresario que desde las primeras horas de la
mañana está en su empresa organizando,
dirigiendo y orientando a sus trabajadores,
y explorando mercados para colocar sus productos, es un ser humano meritorio, aporta a la sociedad; con su
accionar contribuye al desarrollo del país y a su progreso personal.
11.- El ser humano emprendedor, laborioso y dinámico,
difiere de aquel que sólo materializa su ambición de dinero en base a la viveza, la trampa y el engaño, para lo que no se requiere esfuerzo, sacrificio ni talento alguno.
12.- Pero el deterioro de la sociedad dominicana no
permite distinguir entre el que hace
dinero en forma legítima y el que lo ha obtenido por vías corruptas;
aquí se acepta por igual al hombre o
mujer meritoria que al reprensible.
13.- Lo ideal fuera que el ser humano notable por los logros alcanzados por su esfuerzo y el empuje demostrado con su capacidad,
ocupara en el medio social nuestro un espacio distinto al de aquel
que sólo tiene como mérito la mercancía dinero lograda sin ninguna probidad.
II.- Enriquecimientos
y conductas diferentes. La unificación
de capitales de distintos orígenes.
14.- El comportamiento de quien hace dinero mediante las reglas
del sistema difiere de aquel que lo obtiene por medios gansteriles. La conducta del primero responde
a preceptos clasistas, heredados de clases sociales que tienen historia de
laboriosidad, disciplina, organización, y correctos guías con certeros mandatos
y normas a cumplir; la actitud del segundo tiene por origen el bajo mundo, el
crimen organizado; su divisa es el pistoletazo.
15.- Todo sistema social trae consigo su moral, la cual
acompaña a las clases sociales que genera; en la medida que se deteriora el
modelo económico surgido en un determinado ordenamiento social, se va
agrietando la conducta, la actitud, la forma de proceder los integrantes de la
sociedad.
16.- El decaimiento, la flojedad del orden social establecido en nuestro país ha
traído fragilidad en el comportamiento,
el raquitismo en la actitud de los entes sociales más activos y relevantes.
Pura y simplemente, el vigor original, la resistencia inicial de la moral
social, ha cedido su espacio a la pusilanimería, cobardía,
flaqueza y el defectillo.
17.- El cuadro de enclenque de la moral conduce a colocar
en el mismo plano a los hombres y mujeres de bien, con los del bajo mundo;
permite establecer semejanza, en
condiciones de iguales, entre
quienes no debiera haber comparación
posible de conducta en el medio social en el cual desarrollan sus actividades.
18.- La mescolanza que resulta de las relaciones de
actividades comunes entre aquellos que hicieron dinero fruto del capital viejo, con las reglas del sistema; y los nuevos
ricos, que han formado su patrimonio al vapor, por vía rápida, ha hecho entre
ellos, en la práctica, una unidad maldita.
19.- El debilitamiento del actual orden social y moral
del país se expresa, además, en el hecho de que ahora se han unificado el añejo capital, y el de los políticos
que se han enriquecido con los dineros
del erario, y también el dinero de aquellos que se mueven en el bajo mundo con operaciones de toda
clase de pillería.
III. La
unificación en organizaciones de dinero
sucio y limpio.
20.- lo ideal hubiera sido que aquellos que formaron y
desarrollaron sus patrimonios económicos con laboriosidad y decencia, tomaran
distancia de los bellacos que no han escatimado medios sucios y agresivos para
llegar a tener el marbete de ricos, aunque su comportamiento y conducta
deja mucho que desear.
21.- Aquellos que han hecho dinero rápido, dudoso y tormentoso, en ningún momento debieron haber
sido aceptados formando parte de las
organizaciones que, en un pasado reciente, solamente agruparon a hombres y
mujeres que pueden exhibir su progreso sin temor a ser identificados como
tremebundos.
22.- Resulta espantoso ver a verdaderos truhanes al
frente de organizaciones que siempre fueron dirigidas por personas de bien, y
ahora han caído en manos de individuos que su sola presencia deshonra, porque
constituyen infamias por los malos hábitos que han cultivado.
23.- Aquel que se
hace rico en dinero moviéndose en el
bajo mundo, tiene una forma de actuar
propia del medio en el cual ha formado su fortuna; la mala práctica es su
familiaridad; está curtido para delinquir y delinque como algo muy usual; es un
adicto a operaciones que por su reiteración entrañan una forma
normal de vida viciosa en el timo, el fraude y el disimulo.
24.- Aquel que para hacer dinero ha hecho esfuerzos en los estudios o el mundo empresarial se
inserta en la sociedad para convivir ajustando los actos de su vida
privada, familiar y pública a la
decencia, la honradez y el buen ejemplo.
25.- Por el contrario, quien hace dinero por la vía sucia, procede
conforme a su formación; su forma de ser en travesuras comerciales
guarda relación directa con su cultura de transgredir las reglas normales del
buen vivir, quebrantar el accionar decente.
26.- Quien anda
saltando de picardía en picardía para hacer dinero a la carrera, precisa
estar mentalmente armado de la trastada
para con la jugarreta del dolo malo alcanzar dinero suavemente; su grandeza está en la truhanería. Le hace una
mala pasada a cualquiera, pues sus bribonadas no tienen límites, como tampoco
sus canalladas.
IV.- Diferentes
formas de solucionar conflictos tomando en consideración el origen del dinero.
27.- El hombre o la mujer que hace dinero siguiendo las reglas
normales del proceso sistémico capitalista tiene su mundo, su círculo de
relaciones, y las vías para dirimir sus conflictos. Su línea de conducta le
dice que ante cualquier diferendo ha de recurrir ante un juez o árbitro pues
para tales fines el sistema ha generado
sus instituciones, entre ellas el orden
judicial jurisdiccional, los tribunales para que, de acuerdo con las leyes que
también responden al sistema, se lleguen a dirimir las divergencias.
28.- Aquellos que recurren a la vía rápida para hacer dinero, por el mismo medio donde se
mueven y se han movido para alcanzar sus
recursos económicos, solucionan sus litigios, sus tumbes, no procurando
abogados ni a juristas; ellos no creen ni se han formado en la legalidad. Por
tanto, no tienen nada que buscar ante la justicia ni en los tribunales ordinarios.
29.- El mundo de los hombres y mujeres del dinero
acelerado es el crimen organizado; y ahí prima, como es natural, la
criminalidad; el dinero obtenido a
sangre y fuego, se defiende en igual forma y con idénticos métodos. No se
requiere de tribunales ni abogados, sino de sicarios.
V.- Dificultades
al ligar el dinero limpio y el sucio.
30.- Aquel que tiene un patrimonio económico sólido y bien
obtenido, debe ser cuidadoso para asociarse con extraños. Algunos empresarios,
procediendo con cierta desesperación, en
interés de ampliar sus empresas, y bajo
el argumento de obtener recursos económicos frescos, caen en el error de asociarse
con personas que tienen ese dinero
que necesita para renovar su empresa, pero ese dinero puede ser fruto de un tumbe; de una cualquiera de las operaciones que hacen
aquellos ligados con el crimen organizado, o robado al presupuesto de la Nación.
31.- El dinero
adquirido por medios sucios contagia al
que se obtiene en buena lid; y en lo adelante resultaría muy difícil separar
uno del otro, con el agravante de que los recursos
económicos transmitidos por contaminación infectan a todos los que se aprovechan de los mismos.
32.- El dinero
para entrar a cualquier lugar no necesita visa ni protocolo alguno; su
presencia siempre es bienvenida, recibido con agrado y sonrisas; genera
complacencia y atracción hasta en las
personas de temperamentos antipáticos y con altas dosis de ser repelentes.
33.- Por muy placentero que se presenta el dinero hay que tomarlo con cierta
cautela, partiendo de las manos donde está alojado, porque no siempre es sano,
puede estar enfermo.
34.- El deterioro de la sociedad dominicana, y el afán de
lucro de algunas personas, ha hecho posible que se mezcle el dinero enfermo y el sano, el malo y el
bueno, para finalmente lograr un aseo del sucio por medio del inmaculado.
35.- Lo anterior
es lo que se conoce como lavado, es un enjambre fino, un desempolve a la
medida, la purificación financiera, una depuración del dinero sucio a lo siglo
veintiuno, por medio de la asociación de un capital de origen licito con uno ilícito.
36.- Lo que comienza como una necesidad por nuevas
inversiones, sigue y se traduce en un enlace comercial; luego continua como
casamiento por conveniencia hasta llegar a una complicidad en operaciones de todo tipo, de la cual sale
beneficiado el que aporta el dinero sucio, y afectado el que aportó
el patrimonio inicial limpio.
37.- El sinuoso camino transitado por el dinero sucio llega a un final recto,
cuando su portador, por la unidad con un socio decente y de dinero limpio, logra alojarlo parejo en una sociedad, dando como resultado que el pasado del dinero sucio queda en el olvido por la
anestesia de eliminación de recuerdos desagradables que le aplica su nuevo
aliado.
38.- El matrimonio entre el dinero sucio y el limpio se ha desarrollado con suma notoriedad en
los últimos años en nuestro país, por la incidencia del fenómeno de la
corrupción, y la habilidad de los politiqueros corruptos
al asociar el fruto de sus actos ilícitos, con el dinero licito de los ricos que hicieron su dinero con las reglas normales del sistema.
39.- La ligazón entre fortunas sanas y enfermas trae como
consecuencia que la unidad no sólo se da en lo económico, sino que se
extiende a una ligadura, aunque sea en apariencia, de conducta; la atadura es vista
como la inyección de uno al otro hasta
en el modo de vida, y actitudes.
40.- El que aporta en una sociedad comercial su dinero no cuestionado, al amarrarlo con aquel que tiene recursos económicos logrados
en operaciones del bajo mundo, al final resulta perjudicado en su imagen
pública, privada y empresarial.
Santiago
de los Caballeros,
20 de
marzo de 2014.