Gobernando a nuestro pueblo a sus anchas
- He decidido escribir este artículo con el fin de hacer un examen sobre la posibilidad que, en lo inmediato, tiene el pueblo dominicano de quitarse de encima a quienes le impiden el progreso social.
- Solamente una minoría de dominicanas y dominicanos cree que el país marcha bien, que avanza de maravillas, a pedir de boca.
- Pero lo que enseña la realidad es que para la mayoría de nuestra población, no vamos por buen camino, por lo que conviene cambiar de rumbo para vivir mejor.
- Si aspiramos a modificar la situación actual por otra que se pueda soportar, que sea llevadera, lo primero es saber las fuerzas políticas y sociales llamadas a ejecutar las transformaciones que necesitamos.
- En la actualidad, ninguno de los partidos del sistema está en condiciones de cambiar ni modificar el actual ordenamiento económico y social.
- Las organizaciones políticas que aglutinan a la mayoría de ciudadanas y ciudadanos dominicanos, tienen como objetivo llegar al gobierno central para aprovecharse del presupuesto.
- Distribuir el erario, repartirlo conforme los votos aportados, es misión de quien resulta elegido como representante del Poder Ejecutivo. Esto no tiene nada que ver con el desarrollo nacional.
- Es pura ilusión pensar que la República Dominicana va a salir del atraso confiando en partidos estructurados para resolver problemas personales y de grupos poderosos.
- Lo que hay aquí son partidos políticos formados con el fin de capturar electores, para luego de encadenados ponerlos a sufragar mediante prebendas.
- No es más que perder el tiempo y sembrar en nuestra conciencia falsas expectativas, esperar con confianza y seguridad lo nuevo que puedan hacer los partidos tradicionales.
- No contamos, por ahora, con instrumentos políticos que pongan en ejecución cambios estructurales. Lo que están en el ambiente propugnan para que prosiga el statu quo.
- Las organizaciones políticas llamadas a cambiar, en esencia o forma, el sistema social que padecemos, no tienen el suficiente empuje, el vigor necesario para transformar a nuestra sociedad.
- No tenemos organizaciones de masas, sindicatos, gremios y asociaciones con capacidad movilizadora que reúnan las condiciones necesarias para incidir y traer consecuencias.
- En los últimos años, órganos que antes hacían labores de orientar y activar, ahora se han convertido en entidades que solo sirven para hacer reuniones y platicar sobre asuntos intrascendentes.
- De vez en cuando observamos que hacen acto de presencia organizaciones llevando a cabo actividades de reclamos específicos que no generan hostilidades de índole social. Al final todo queda como si no hubiera ocurrido nada.
- Con todo pesar, debemos de admitir que, actualmente, los sectores, clases y capas sociales que representan el atraso, controlan el escenario político dominicano. Está predominando el retroceso, y la negación a la independencia y a la soberanía nacional. Pero esto no siempre será así.