lunes, 6 de mayo de 2024

¿Sufragar nuevamente para la infelicidad?

  1. Por medio de la influencia ideológica al servicio del poder social, económico y político, se induce a la mayoría de la población dominicana para que acepte ser gobernada por una minoría.
  2. Para fortalecer semejante criterio, se ha organizado todo un bloque de ideas que justifican la entrega de nuestro pueblo a la voluntad de los dueños del poder del Estado.
  3. Corresponde a las mujeres y a los hombres libres, buenos y de honor, que todavía quedan en nuestro país, trabajar para anular el nocivo efecto que ha causado hacer creer a nuestro pueblo que debe obedecer los malsanos propósitos de quienes son sus contrarios.
  4. Cualquier persona decente, sensible y con sano juicio, está en condiciones de hacerse la pregunta ¿es ajustado al sentido de justicia, que de manera inalterable, cada cuatro años, ciudadanas y ciudadanos dominicanos sean inducidos a votar para tener encima el mismo régimen económico y social?
  5. No hay que estar dotado de gran inteligencia para saber que la generalidad del pueblo dominicano, no satisface sus necesidades más apremiantes, que no tiene una existencia digna.
  6. Que cada quien ponga de por medio sus buenos sentimientos, limpio corazón, sana voluntad, y comprenda que es como no tener sangre en las venas, continuar aceptando la situación de vía crucis que angustia a los pobres dominicanos.
  7. La vacilación, el titubeo y la irresolución están haciéndose presentes y muy notorias en personas que aquí no deben aceptar que los males sigan, como hasta ahora, golpeando a lo mejor de nuestro pueblo.
  8. Hay que motivar a los marginados dominicanos, para que se independicen; se suelten de las amarraduras con las cuales están sometidos y controlado su pensamiento por los que aquí son los menos, pero controlan el poder.
  9. Porque está nuestro pueblo llevando una vida no merecida ni querida, corresponde a la gente buena moverse para hacer posible a los pobres liberarse, echarse a andar en busca de una estadía con felicidad en la tierra.
  10. El hambre es señal; la insalubridad apunta; la criminalidad indica, y las demás lacras de la sociedad donde estamos viviendo ponen de manifiesto que el ambiente dominicano es inviable, imposible para darle continuación.
  11. Querer que siga lo que padecemos, es hacer preservar la desigualdad con arreglo a lo malo que genera vicios sociales y cuantos males acaban con el ser humano.
  12. Prolongar el actual orden social, es más que una barbaridad, una salvajada, con el único objetivo de beneficiar a una minoría indolente dada a no conmoverse.
  13. La situación del país se ve bien clara para quien quiera tomarla en cuenta con sentido humano, al margen de su provecho personal y de ser individualista.
  14. La nuestra es una comunidad de mujeres y hombres en su mayoría lista para caerse a pedazos, hacerse migajas, cargada de pobreza, víctima de la desigualdad de oportunidades y condicionada para un sufragio que legitima injusticias.
  15. Como puros indolentes se portan muchos de los más ilustrados de la República Dominicana, que hacen causa común con el régimen económico y social que, en lo material y espiritual, motiva la opresión, el avasallamiento y el aplastamiento de las masas populares.