De una sociedad cochambre a una aseada
- Para un médico identificar en un cuerpo humano una enfermedad, y dar un diagnóstico concienzudo, debe proceder a investigar cuidadosamente. Su exploración le dirá de qué está aquejado el paciente.
- Pero en un cuerpo social como el dominicano, no hay que recurrir a un profundo examen para saber que el mismo está sumamente enfermo, descompuesto por entero.
- Por lo mal oliente que está el ambiente dominicano en lo ético y moral, no hay necesidad de mucho olfatear, porque con facilidad se descubre el mal olor.
- La pestilencia presente aquí se hace notoria con el proceder de muchos de nuestros connacionales, que con su accionar enseñan el mar olor de su conducta.
- La doblez, la manera fácil de plegarse políticamente, deja ver por dónde anda el material débil del cual están hechos muchos de los que en el país hacen politiquería a manera de rameras de poco precio.
- Por lo asquerosa que es la politiquería dominicana, a la distancia se sabe que lo apestoso predomina, no lo aromático, ni la fragancia.
- En este lugar repulsivo, donde la mercancía dinero sirve para medir la moral ciudadana, es donde han puesto al pueblo dominicano a decidir su destino de felicidad o desgracia.
- Aquí, donde impera el hedor, es el sitio donde a los marginados de la sociedad dominicana les han puesto a votar cada cuatro años para que sigan prolongando sus pesares, su miseria.
- Por cualquier parte por donde es tocado el medio dominicano, deja ver que está estropeado moralmente, echado a perder. El pudrimiento está ahí, como testigo de piedra.
- La secreción de pus pone en claro lo que es una sociedad degradada que exhibe su purulencia en la muy hedionda actividad politiquera.
- Quiéralo o no, dominicanas y dominicanos, nos estamos moviendo en un fango social hecho una porquería, en el cual la podredumbre no se puede coger ni con pinzas porque las contamina, haciéndolas inservibles.
- Por muy beneficiada que sea del rámpano dominicano, la minoría nacional, no puede desconocer que está enfermo en lo económico, social, ético y moral, y que, además, es inaprovechable, ineficaz.
- Hasta los más aprovechados del actual régimen económico y social, deben reconocer que la sociedad, moralmente colapsó, que ya no da para nada bueno y limpio.
- El pueblo dominicano merece vivir bajo un orden social, higiénico, vigoroso, beneficioso para todas y todos. Esto es lo que se impone y debemos construir para un futuro higiénico.
- Las fuerzas políticas, económicas y sociales sanas y limpias que todavía quedan aquí, deben accionar para eliminar la causa que ha generado la mugre de sociedad donde estamos hoy siendo víctimas de la politiquería cochambre.
- Los dominicanos y las dominicanas que aspiran a un mejor país, deben luchar para cambiar el actual modo de vida. Merecemos disfrutar de otro sistema que haga la existencia digna a toda la población dominicana.