Educar a la niñez en el cumplimiento
I.- Preparar a los niños para cumplir
- El ser humano nace y se desarrolla, y las actividades cotidianas que realiza en el medio donde vive, determinan su conciencia social.
- La práctica de la vida hace posible que la persona física llegue a tener conciencia de sí misma y de todo aquello que tiene existencia material o espiritual.
- Sin importar quién sea, aquel que vive en una sociedad heterogénea como la dominicana de hoy, en la cual están presentes el ser social y la conciencia social, la mujer y el hombre están obligados a llevar a efecto aquello que deben o a lo que están obligados.
- En el medio social dominicano de ahora, cada quien acciona partiendo de su buen juicio o absurdo pensamiento; muy alocado o con algo de cuerdo. Poco importa la delicadeza, o la falta de escrúpulos.
- Pero lo que manda la sana orientación cívica y ciudadana es procurar que, en el pensamiento de nuestras niñas y niños, se fije la idea de que lo correcto es realizar, no incumplir.
- Ante tanto oscurantismo político y falta de civismo, lo que procede es difundir a cada momento; propagar de manera reiterada y hasta el cansancio hacer conocer por la gente el concepto correcto y el buen crédito de cumplir.
II.- Difundir la práctica de cumplir
- Debemos hacer saber a los niños y a las niñas, que deben formarse como mujeres y hombres, con el convencimiento de que es una persona de bien, muy admirada por sus conciudadanos, aquella de la cual se tiene buena opinión por honrar la palabra dada.
- En el hogar, al igual que en las escuelas, conviene educar a la niñez dominicana de que, en el futuro, se comporte con el orgullo de ser entes sociales que satisfacen sus compromisos con la familia y la sociedad.
- A cada uno de los chiquillos de nuestro país, hay que explicarles que obedecer a lo que están obligados a realizar, lo deben tomar como un mandato de su conciencia, y que al ser cumplidores demuestran obrar con seriedad y compostura.
- Si en el país hay una gran mayoría de nuestros connacionales que faltan a sus compromisos, debemos de orientar a las niñas y a los niños, en el sentido de que no, que incumplir es de gente de baja estofa, que lo correcto es observar las reglas que mandan a ser honestos, decorosos por el correcto proceder.
- La adecuada enseñanza, el adoctrinamiento en la casa y en la escuela se comprueba por los resultados alcanzados, al formar descendientes y alumnos para que actúen apegados a lo que deben reverenciar.
- Comprometerse a hacer o no hacer, se convierte en una orden que se obliga a acatar aquel que ha sido formado en la línea de que obra como una mujer u hombre de honor, el que hace de cumplir un principio al cual no puede faltar.
III.- Salvar como responsables al material humano sano
- En el ambiente dominicano, hay que comenzar a educar al material humano que todavía se puede moralmente salvar, de que hay que olvidarse de esa práctica de obligarse voluntariamente, y luego incumplir con la actitud propia del sinvergüenza.
- Asumir un compromiso debe ser, para la mujer y el hombre dominicano del futuro, un pacto de honor, sin importar la naturaleza de la obligación ni los vínculos entre los que han intervenido en lo acordado.
- Comprometerse a cumplir; asumir una deuda; obligarse a ir a una actividad; enredarse con quien te tomó la palabra; implica, es involucrarse para hacer realidad una verdad y la voluntad empeñada.
- Ensuciarse la buena fama que se había ganado, es demostración de que no era portador de sólidos principios éticos y morales. Es propio de simuladores mantener por cierto tiempo la fama simulada, engañosa.
- Debe ser un compromiso de la madre y el padre, formar a sus descendientes, en la cultura de cumplir, sin importar las consecuencias; enseñarles que sinceridad y honradez van de la mano.
- El mayor logro que puede alcanzar el sistema educativo de nuestro país, es formar mujeres y hombres para un futuro luminoso, distinguido por contar con dominicanas y dominicanos honrosos por premiar el cumplimiento.
Ideas finales
- El agrietamiento de la sociedad dominicana, ha traído como consecuencia, entre otros descarríos, que da lo mismo ser esclavo de su palabra, que irresponsable.
- Es de desear que el porvenir del pueblo dominicano, esté simbolizado en mujeres y hombres íntegros y honestos, caracterizados porque de ellos se puede esperar con firmeza la seguridad, lo que han prometido cumplir.
- Sin hacer mucho esfuerzo, es posible darnos cuenta de que, cumplimiento e inobservancia, da lo mismo para esa gran población dominicana, apegada a la costumbre de que es igual incumplir la norma que acatarla.
- Ser escrupuloso, firmemente responsable y legal por entero, deben ser principios que guíen las actuaciones de las futuras generaciones.