Depravación en las escuelas públicas
I.- Hechos para despejar dudas
- La persona realista ve las cosas y los hechos tal como son, lo que le permite actuar con sentido práctico; sin sustraerse a la realidad para no caer en abstracciones.
- El medio social dominicano actual, permite ser analizado de manera objetiva por todo aquel que procura ser veraz y exponer con conocimiento de causa, partiendo de la materialidad.
- Sin ninguna clase de remilgo, con suma sencillez estamos en condiciones de emitir opiniones con relación a la sociedad dominicana de ahora, y el resquebrajamiento en el conjunto de principios que deben seguirse para el correcto proceder.
- Si algún dominicano o dominicana, tenía duda por donde andan las buenas costumbres y el decente proceder de los adolescentes en el presente, su inocencia desapareció con los actos vergonzosos exhibidos recientemente por varios púberes.
II.- En las escuelas, bailando en blumen, fumando y tomando alcohol
- Esas muchachas que en horas de la mañana o de la tarde, salen de sus hogares, con sus uniformes muy ajustados a sus cuerpos, y variados colores en sus labios y rostros, ya demostraron la razón de su coquetería y maquillaje.
- Sin ninguna clase de disfraz para cubrir sus rostros, ni disimulo alguno, en pleno centro escolar, un grupo de adolescentes se dejaron grabar, en ropa interior, muy risueñas y ejecutando movimientos cadenciosos.
- Además de bailar en pantis, las jóvenes se dejaron ver por televisión, haciendo uso de bebidas alcohólicas, como si su lugar para estudiar fuera un espacio público.
- Los adolescentes, para completar las acciones desenfrenadas en su propia escuela, hicieron una demostración de ser expertos fumadores, lanzando por sus bocas una gran cantidad de humo.
- Todo aquel que quiso ver lo vio; el penoso espectáculo de jovencitas en su centro de estudios, bailando en ropa interior, tomando alcohol y fumando en unión de compañeritos.
- Lo que fríamente hemos expuesto con respecto a la mocedad, y sus diversiones para el público, no fue una actividad para conmemorar un hecho de importancia.
- Cada quien atendiendo a su forma de pensar, que califique lo llevado a efecto por jovencitas en una escuela pública. De entrada, hay que decir que fue una acción desenfrenada que llega a la obscenidad.
III.- Los hechos hablan
- Por lo agitada que está la vida de nuestro pueblo, moviéndose entre crisis económica, social y sanitaria, a lo mejor no se ha detenido a pensar lo que entraña el bochornoso caso en las escuelas.
- Las estudiantes bailando en blumen en su escuela, no es para dejarlo así por así, como si nada hubiera pasado. Esa acción impone reflexión de parte de padres, autoridades, educadores y la sociedad entera.
- Los adolescentes que llevaron a cabo el desenfreno en las escuelas, enviaron un feo mensaje de lo que es la sociedad humana donde estamos viviendo. Esto es motivo de vergüenza; nos debe ruborizar, a no ser que aquí triunfó por completo lo indecoroso sobre lo moral.
- No hay que ser un pesimista para suponer que lo sucedido en escuelas públicas, con una juventud entregada a inmoralidades, no es más que la señal que manda un orden social despedazado ética y moralmente.
- Lo que hicieron esos infantes, no es para celebrar. Por el contrario, debemos verlo como un acto que nos reduce como país y mujeres y hombres de bien. Las vulgaridades no elevan, reducen.
- Lo recién ocurrido en los centros escolares, y lo que hicieron las alumnas y los alumnos, lo que prueba es que estamos en una sociedad infructuosa, inoperante, que no sirve para bien formar en lo ético y moral.
- Lo que presenciamos por televisión, obra de nuestros futuros ciudadanos y ciudadanas, no es bueno para narrar, porque motiva mala impresión. No es bonito para contar a los demás, porque causa repugnancia e indignación.
Ideas finales
- No nos engañemos. Los actos efectuados por estudiantes en el mismo lugar donde son instruidos, son ofensivos; nos llevan al descrédito como país, y en lugar de ganarnos elogios, nos hacemos merecedores de opiniones afrentosas.
- Sin darle mucha vuelta a la cabeza, debemos llegar a la conclusión de que las acciones de las jóvenes en ropa interior, fumando y tomando bebidas alcohólicas, constituye una afrenta; un oprobio y una perversión propias de una sociedad entregada a la indignidad y a las inmoralidades.
- Quiérase o no, lo que en su escuela hizo nuestra juventud, hay que tomarlo como síntomas de un cuerpo social enfermo que, por medio de sus miembros más tiernos, envía señales de gravedad.
- En nuestro país, los grupos de poder económico, político y social, deben sentirse preocupados por lo ocurrido en las escuelas públicas, y las acciones de las adolescentes bailando en ropa interior, tomando alcohol y fumando.