miércoles, 29 de junio de 2022

Rescatar nuestra dignidad como país

I.- El ser humano, su nacimiento y el sistema

  1. Ningún ser humano escoge el lugar de su nacimiento, como tampoco puede saber la organización económica que funciona allí donde va a llegar al mundo terrenal. Ambas situaciones escapan a su decisión o mandato.
  2. Lo ideal fuera que cada quien pudiera adivinar el ambiente donde ha de aprender la forma de comportarse.
  3. De igual manera, lo mejor sería desde siempre vivir en un sitio delicioso, algo así como en un paraíso, donde todo sea felicidad, jamás en un infierno, en una área de castigo.
  4. Las dominicanas y los dominicanos, nos formamos y desarrollamos en un espacio en el cual predomina una formación económica que funciona independiente de la voluntad de la generalidad de los que aquí habitamos.

II.- La gente, ganancia y moral

  1. La totalidad de la población dominicana, no tiene las mismas posibilidades, ni igual forma de pensar sobre lo que es fruto del proceder limpio y el actuar apegado a la suciedad.
  2. La moral, integrada por un conjunto de principios que deben seguirse sobre el bien y el mal, históricamente ha cambiado conforme el ordenamiento económico y social vigente en un país y en una época determinada.
  3. La conformación como está organizada la sociedad donde estamos conviviendo dominicanas y dominicanos, se acomoda perfectamente a todo aquel que está en disposición de hacer lo que le genera rendimiento.
  4. El dinero, la mercancía más apreciada en todo el sistema capitalista, sirve para resolver problemas y adquirir todo aquello que tiene un valor monetario y se encuentra en el mercado.
  5. Las personas que gustan exageradamente de los cuartos, llegan a embriagarse de tal manera que ven en las monedas y en los billetes de bancos, la razón de su vida. El individuo que enloquece por el dinero, para poseerlo es capaz de llevar a cabo los actos más deleznables.
  6. En una comunidad humana que descansa en la plusvalía, moralmente se justifica todo aquello que hace posible la ganancia, sin importar que para lograrla el método aplicado sea sucio o limpio, porque lo que cuenta es el resultado, lo beneficioso.
  7. En nuestro medio es lícito instalar un centro escolar para parvulitos, una casa de prostitución o una asociación con fines piadosos, que se sostenga con el diezmo y las inversiones que resulten del mismo.
  8. Dependiendo la visión que cada quien tiene de la vida y el mundo terrenal, emite su opinión con relación a lo bueno y a lo malo, y de lo que es moral e inmortal. Su ideología hace de guía de las acciones a ejecutar.

III.- No debemos aceptar un modelo que nos avergüenza 

  1. Muchos de los habitantes del país nuestro, por el hecho de permanecer abrumados por diferentes problemas, no se han detenido a pensar en el estado de descalabro material, espiritual, social, económico y moral que nos encontramos. 
  2. Está a la vista de todas y todos, que nos estamos moviendo en un ambiente que moralmente deshonra, porque el deshonor y la indignidad ya no asombran, y da lo mismo ser sinvergüenza que tener dignidad.
  3. El país tenía que convertirse en lo que es hoy, el medio ideal para desvergonzados e impúdicos, para que adolescentes en sus escuelas gocen exhibiendo sus nalgas en blumen.
  4. Las mujeres y los hombres, que en este país creemos que nuestro pueblo ha luchado para vivir dignamente, estamos en el deber de accionar para impulsar la creación de un ambiente nuevo, de progreso y decencia.
  5. La realidad dominicana de hoy, impone sea cambiada, por la brega política y social de fuerzas democráticas comprometidas con el adecentamiento de la vida pública y el bienestar de todas y de todos.
  6. La descomposición ética y moral, que nos lesiona vivamente, no debe continuar como hasta ahora, por lo que es un compromiso político, social, cívico y ciudadano eliminar el modelo económico que nos avergüenza ante la comunidad internacional.

Ideas finales

  1. Poco a poco, lentamente, el orden social actual va demostrando su incapacidad para darle respuesta a las demandas más sentidas de nuestro pueblo. 
  2. La organización económica predominante aquí, genera pobres en abundancia, lacras sociales de todo tipo, las inmoralidades están a la orden del día, es notoria la infuncionalidad del sistema de salud, educativo y judicial, al igual que la inseguridad de vida y de bienes. 
  3. Que nadie se engañe. Aquí sintonizan muy bien, se compenetran a gusto, se entienden a las mil maravillas y hacen buena liga, el moralmente torcido y el que dice ser honesto. Porque no sirve para el desarrollo humano, el modelo económico dominicano no hay nada que recomendar para salvarlo desde el punto de vista ético y moral. La sociedad donde vivimos, no debe ser apoyada, ni propugnar por su salvación. 
  4. La colectividad dominicana, o por lo menos la mayoría de ella, para llegar a disfrutar de una existencia digna debe hacer suya la idea de que es una cuestión de honor, no continuar viviendo en el actual fango social que causa hastío.

domingo, 26 de junio de 2022

Depravación en las escuelas públicas

I.- Hechos para despejar dudas

  1. La persona realista ve las cosas y los hechos tal como son, lo que le permite actuar con sentido práctico; sin sustraerse a la realidad para no caer en abstracciones.
  2. El medio social dominicano actual, permite ser analizado de manera objetiva por todo aquel que procura ser veraz y exponer con conocimiento de causa, partiendo de la materialidad.
  3. Sin ninguna clase de remilgo, con suma sencillez estamos en condiciones de emitir opiniones con relación a la sociedad dominicana de ahora, y el resquebrajamiento en el conjunto de principios que deben seguirse para el correcto proceder.
  4. Si algún dominicano o dominicana, tenía duda por donde andan las buenas costumbres y el decente proceder de los adolescentes en el presente, su inocencia desapareció con los actos vergonzosos exhibidos recientemente por varios púberes.

II.- En las escuelas, bailando en blumen, fumando y tomando alcohol

  1. Esas muchachas que en horas de la mañana o de la tarde, salen de sus hogares, con sus uniformes muy ajustados a sus cuerpos, y variados colores en sus labios y rostros, ya demostraron la razón de su coquetería y maquillaje.
  2. Sin ninguna clase de disfraz para cubrir sus rostros, ni disimulo alguno, en pleno centro escolar, un grupo de adolescentes se dejaron grabar, en ropa interior, muy risueñas y ejecutando movimientos cadenciosos.
  3. Además de bailar en pantis, las jóvenes se dejaron ver por televisión, haciendo uso de bebidas alcohólicas, como si su lugar para estudiar fuera un espacio público.
  4. Los adolescentes, para completar las acciones desenfrenadas en su propia escuela, hicieron una demostración de ser expertos fumadores, lanzando por sus bocas una gran cantidad de humo.
  5. Todo aquel que quiso ver lo vio; el penoso espectáculo de jovencitas en su centro de estudios, bailando en ropa interior, tomando alcohol y fumando en unión de compañeritos.
  6. Lo que fríamente hemos expuesto con respecto a la mocedad, y sus diversiones para el público, no fue una actividad para conmemorar un hecho de importancia.
  7. Cada quien atendiendo a su forma de pensar, que califique lo llevado a efecto por jovencitas en una escuela pública. De entrada, hay que decir que fue una acción desenfrenada que llega a la obscenidad.

III.- Los hechos hablan

  1. Por lo agitada que está la vida de nuestro pueblo, moviéndose entre crisis económica, social y sanitaria, a lo mejor no se ha detenido a pensar lo que entraña el bochornoso caso en las escuelas.
  2. Las estudiantes bailando en blumen en su escuela, no es para dejarlo así por así, como si nada hubiera pasado. Esa acción impone reflexión de parte de padres, autoridades, educadores y la sociedad entera.
  3. Los adolescentes que llevaron a cabo el desenfreno en las escuelas, enviaron un feo mensaje de lo que es la sociedad humana donde estamos viviendo. Esto es motivo de vergüenza; nos debe ruborizar, a no ser que aquí triunfó por completo lo indecoroso sobre lo moral.
  4. No hay que ser un pesimista para suponer que lo sucedido en escuelas públicas, con una juventud entregada a inmoralidades, no es más que la señal que manda un orden social despedazado ética y moralmente.
  5. Lo que hicieron esos infantes, no es para celebrar. Por el contrario, debemos verlo como un acto que nos reduce como país y mujeres y hombres de bien. Las vulgaridades no elevan, reducen.
  6. Lo recién ocurrido en los centros escolares, y lo que hicieron las alumnas y los alumnos, lo que prueba es que estamos en una sociedad infructuosa, inoperante, que no sirve para bien formar en lo ético y moral.
  7. Lo que presenciamos por televisión, obra de nuestros futuros ciudadanos y ciudadanas, no es bueno para narrar, porque motiva mala impresión. No es bonito para contar a los demás, porque causa repugnancia e indignación.

Ideas finales 

  1. No nos engañemos. Los actos efectuados por estudiantes en el mismo lugar donde son instruidos, son ofensivos; nos llevan al descrédito como país, y en lugar de ganarnos elogios, nos hacemos merecedores de opiniones afrentosas.
  2. Sin darle mucha vuelta a la cabeza, debemos llegar a la conclusión de que las acciones de las jóvenes en ropa interior, fumando y tomando bebidas alcohólicas, constituye una afrenta; un oprobio y una perversión propias de una sociedad entregada a la indignidad y a las inmoralidades.
  3. Quiérase o no, lo que en su escuela hizo nuestra juventud, hay que tomarlo como síntomas de un cuerpo social enfermo que, por medio de sus miembros más tiernos, envía señales de gravedad.
  4. En nuestro país, los grupos de poder económico, político y social, deben sentirse preocupados por lo ocurrido en las escuelas públicas, y las acciones de las adolescentes bailando en ropa interior, tomando alcohol y fumando.

viernes, 24 de junio de 2022

El Papa Francisco, otra vez dio en el clavo

I.- El Papa Francisco, en el momento oportuno

  1. Lo hemos dicho, y reiteramos. El Papa Francisco, llegó en el momento más adecuado para la Iglesia Católica, porque ha demostrado que tiene su reloj histórico en hora, partiendo de su ubicación ideológica.
  2. Cuantas veces el Sumo Pontífice, se refiere a un asunto de interés para la comunidad internacional, desde su óptica filosófica hace una reflexión de peso, digna de ser tomada en consideración.
  3. Hace unos días, la cabeza de la Iglesia Católica, se refirió a los medios de comunicación, precisando: “La desinformación está a la orden del día. Si hoy tomamos los medios de comunicación, falta limpieza, falta honestidad, falta integridad. Se dice una cosa, pero se esconden muchas otras”. 
  4. No hay que hacer el mayor esfuerzo para comprobar la correcta y oportuna opinión del Papa Francisco, respecto a los medios de comunicación y sus maldades.
  5. América Latina y el Caribe, son las regiones del globo terráqueo, más agredidas por aquellos medios de comunicación encargados de difundir mentiras enteras o a medias.

II.- El Papa, medios de comunicación y desinformación 

  1. Esa prensa que el Santo Padre, identifica como con “falta de honestidad y se presta a las calumnias’’, es la que se ha encargado de mantener confundidas y desorientadas a las masas populares, en particular las de América Latina y el Caribe.
  2. Decencia y moderación han faltado a periódicos al servicio de los intereses monopolistas norteamericanos y contrarios al movimiento democrático caribeño y latinoamericano.
  3. La ausencia de conducta y moral social, han sido notorias en órganos informativos que tienen como objetivo accionar contra la honradez en la información. A ellos les ha faltado lealtad ante la verdad de los hechos, los cuales han distorsionado para inducir al engaño. 
  4. El Papá Francisco, al referirse a la calumnia en la prensa, ha mencionado lo que a diario estamos viendo, cuando se publican acusaciones falsas con la finalidad de lesionar a otros, y causarles los daños más diversos.
  5. En la medida que las sociedades humanas se deterioran ética y moralmente, el calumniador, el insidioso, tiene en órganos informativos a sus mejores aliados para imputar de manera cobarde e irrespetuosa.
  6. Sin reparo alguno, las expresiones, los calificativos más deshonrosos, se ponen a circular por vía de esa prensa que hace causa común con el ofensivo, oprobioso e infamante. El maldiciente, ese canalla, disfruta la insidia y la murmuración cuando las ve fijada en los medios de comunicación que se prestan al chismorreo.
  7. La prensa que el Papa Francisco, ubica como que se la pone fácil al levantador de falsos testimonios, es la que muy bien le sirve a quien hace de profesional de difamar, desacreditar, partiendo de falsedades, mentiras, falacias, rumores y otros ladridos. 

III.- La valía de las palabras del Papa

  1. Tiene mucho peso, resulta de gran valía, que el Papa diga que la “desinformación está a la orden del día”, porque nuestros pueblos, cada segundo son objeto de comunicación condicionada, acomodada a los intereses de sus adversarios.
  2. Mantener despistados, totalmente desorientados a los oprimidos sistémicos, permite a sus opresores conservar sus irritantes privilegios, lo que logran fácilmente mediante la trampa informativa. 
  3. Un pueblo confundido, permanece distraído, lo que le imposibilita saber real y efectivamente de qué lado están los defensores suyos, y de cuál los que les adversan. La falsa información no trae sano conocimiento de la realidad. No estar bien al corriente de lo que ocurre, convierte a los marginados de la sociedad a permanecer perdidos en su propio medio.
  4. Dar una información a medias es inducir a quien lee la noticia a quedar en el aire, confundido, con ideas mezcladas, con un concepto impreciso de la noticia servida. Lo que se lee por la mitad, no hay forma de entenderlo. 
  5. Es una verdad de a puño, leer en algunos medios de comunicación, como dice el Santo Padre, “se dicen unas cosas, pero se esconden muchas otras”.
  6. En los últimos tiempos, es común leer en algunos medios de comunicación: “En Nicaragua declaran ilegal varias ONG”. Pero la información no explica la razón, el motivo legal de la eliminación de la organización que estaba actuando ilegalmente.
  7. A diario leemos en la prensa nacional, que en Cuba hay escasez de tal o cual producto alimenticio. Pero en ninguna parte se dice que Cuba está bloqueada hace más de 60 años, lo que le impide la adquisición de determinadas mercancías de importación, o los insumos para su elaboración en el país. 
  8. Las mujeres y los hombres de bien, están en el deber de preocuparse para que los medios de comunicación estén bajo la dirección de personas con sentido de responsabilidad y honestidad, a los fines de que no sea burlado el derecho a la correcta información.

Ideas finales

  1. La desinformación y la contaminación informativa, tal como las analiza el Papa Francisco, son instrumentos de lucha de la minoría nacional y del imperio, contra los marginados de la sociedad y los pueblos en brega por la liberación nacional.
  2. Que se lea bien: a) falta de honestidad en los medios de comunicación; b) la desinformación a la orden del día; c) falta limpieza, falta honestidad, falta integridad; d) se dice una cosa, pero se esconden muchas otras. Cada una de estas palabras, salidas de la garganta del Papa, tiene el valor de una onza de oro. Amén.

miércoles, 22 de junio de 2022

Por un ser humano auténtico

I.- Los que con facilidad se doblan

  1. Para comprender la forma de ser liviana, de la generalidad de los integrantes de la presente generación de dominicanas y dominicanos, hay que partir del deterioro de la sociedad actual.
  2. La ausencia de firmeza en el carácter, le viene a las personas de la poca seriedad en la asimilación de los principios que crean en el individuo fuerza moral para no dejarse abatir. La duplicidad es sistémica en los nuestros. La hipocresía, la falsía y otros vicios, no se transmiten por la sangre. Se absorben del medio social.
  3. Compartir a diario con quienes están hechos para someterse, pasar por alto, morder el polvo y entregarse en cuerpo y alma, es prueba de que en el ambiente está muy arraigada la cultura de doblegarse.
  4. Supeditarse a la voluntad ajena, humillarse de manera vergonzosa y ceder a lo que quiera el otro, es de la idiosincrasia de nuestros paisanos de hoy, que se sienten a gusto cuando se portan entregándose a discreción.
  5. Porque es algo cultural, se acepta como común y corriente, ver a individuos desdoblarse para identificarse con aquel a quien procura complacer, aunque sea a costa de reduplicarse. 
  6. Resulta penoso tener que compartir con gente que han adoptado la flojedad, el aplanamiento como formando parte de su proceder, en lugar de abrazar la firmeza.

II.- Lo que ha parido esta sociedad

  1. El individuo de poca vergüenza no apareció en nuestro país de un momento a otro. La desfachatez se fue desarrollando lentamente, paso a paso comenzamos a ver a ese que ha hecho de la frescura una mañosa habitualidad.
  2. Proceder sinuoso, es característico de ese que irrespeta y cada día se hace más notorio. El culebreante, el de costumbre recortada, sobresale porque aquí al mangante se le da trato de honorable, aunque no sea más que un ladino.
  3. El desaprensivo ha encontrado su lugar ideal en el ambiente nacional dominicano, porque cuenta con su mejor aliado que es el desvergonzado, que bien está donde florece el impudor.
  4. No debemos sorprendernos por la abundancia en los círculos sociales más variados, de ese conocido granuja, porque el orden actual es adecuado para que se desarrolle el torcido de decencia, lo mismo que el caradura y canalla.
  5. Lo que ha parido ahora la sociedad dominicana, son a personas adecuadas para ser falsas, no para practicar la lealtad, la sinceridad y completa honradez. De ahí que el reservado y el sinuoso, son figuras muy apreciadas en estos momentos.
  6. Lo común aquí es estar compartiendo con el que disfruta, encubre, mente y guarda silencio cómplice. Franquearse, poner las cartas boca arriba y quitarse la máscara, son posiciones del pasado.
  7. Estamos viviendo la época de la nueva mujer y el hombre nuevo, que se manejan con la conducta del malabarista, con el juego de palabras, diciendo una cosa y ejecutando otra, como perfectos equilibristas.
  8. Somos testigos de ese nuevo ciudadano dominicano, formado con la moral social que descansa en actuaciones zigzagueantes, en el culebreo, y nada de ser recto, o accionar basándose en normas y principios del decente vivir.

III.- Con el ser humano que debemos contar

  1. El cuadro de mal gusto que exhibe hoy el entorno en el cual nos ha correspondido vivir, no debe mantenerse para siempre, por lo que otro distinto y acogedor ha de venir de manera inexorable. No se mantienen estáticos los sistemas sociales, ni las sociedades humanas.
  2. El porvenir debe tener reservado para el pueblo dominicano, un ser humano sólido en lo ético y moral, capaz de soportar todas las tentaciones e inmoralidades, porque estará hecho de un material especial.
  3. El país necesita tener en su seno a personas que no estén educadas para la súplica, reclamar con deprecación e inclinar la cerviz para consentirlo todo. Precisamos de un ente social que no se adapte a las circunstancias y que esté siempre presto a sublevarse frente al despotismo.
  4. Plegarse, entregarse en cuerpo y alma al poder político o al dinero, nunca más debe de formar parte de la cultura de los nuestros. Se ha de imponer el ser humano que no se someta a los designios de los poderosos. 
  5. Se impone luchar para que ciudadanas y ciudadanos, se desarrollen con el convencimiento de que nunca, en ningún momento descender, en nada disminuir, sino mantener el espíritu de elevarse como ser humano.
  6. Que cada uno de nuestros connacionales se mantenga apegado al respeto que lo hace merecedor por su conducta privada y pública, caracterizada en proceder comedido, respetuoso y pudoroso.
  7. El país es merecedor de que la mayoría de sus nacionales, tengan la formación de ser contrarios a la adulación, a la zalamería, a la coba y a otras tantas lisonjas que se utilizan para alabar e incensar por conveniencia.
  8. A la niñez dominicana hay que comenzar a educarla en la línea de que es vergonzoso, para caer bien, regalar palabras bonitas a oídos no merecedores de ellas; dar brocha para conseguir prebendas y hablar para hacerse el gracioso político. Necesitamos instruir a niñas y niños, para que no sean cobistas.

lunes, 20 de junio de 2022

Si los pobres colombianos pudieron, los de aquí también

I.- Una sociedad humana ideal

  1. Lo ideal sería construir en nuestro país un orden económico y social, en el cual dominicanas y dominicanos, estén impregnados de una concepción basada en el amor a los demás, respeto a su dignidad, preocupación por su bienestar y el desarrollo de sus más elevadas cualidades morales.
  2. Debemos aspirar a alcanzar un ambiente en el cual mujeres y hombres, tengan su conciencia social basada en ideas políticas, filosóficas, éticas y morales, dirigidas a edificar un país sobre bases sólidas y construido con el trabajo para bien de todas y todos. 
  3. En la sociedad dominicana, las personas físicas se comportan partiendo de su particular interés, olvidando que el ser humano es la suma de sus relaciones sociales, que le llevan al colectivismo, y no al individualismo.
  4. Ante la dificultad de compartir con grupos humanos que pongan por delante los intereses sociales y no los particulares, debemos continuar predicando la necesidad de actuar para provecho de los que aquí forman la mayoría de la población.

II.- La nuestra, una sociedad embrollada

  1. Lo que a diario estamos presenciando en la República Dominicana, es una comunidad cargada de contratiempos, sumamente embrollada, y en la cual no se ve solución inmediata para llegar a ponerle fin a todo lo que entorpece el desarrollo nacional.
  2. Lo que en verdad se llama pueblo dominicano, necesita y merece salir de las complicaciones, pero tiene de por medio una minoría de nacionales y cómplices extranjeros, que imposibilitan cualquier salida beneficiosa para la población en general. 
  3. La crisis que afecta a los que son los más, luce como un callejón sin salida, porque la solución no se ve de ahí a ahí, al doblar de la esquina. 
  4. No hay duda de que todo conflicto social entraña dificultad, porque están de por medio aspiraciones individuales de toda índole, lo que hace ardua, muy trabajosa la salida.
  5. Lo que hace más sombrío el panorama para los pobres de nuestro país, es que no se observa en el ambiente político nacional a activistas con ánimo, incentivados para generar cambios.
  6. No basta con la existencia de sectores, clases y capas sociales, conscientes de que no debemos continuar como hasta ahora, sino que se hace necesario, además, que impulsen, animen, agilicen, aviven y motoricen la brega social.

III.- No es cuestión de lamentos, es accionar

  1. No es cuestión de lamentarse por el estado de pobreza que padece nuestro pueblo, conviene hacer que los oprimidos dejen de aceptar tranquilamente su sufrimiento y encuentren a su lado aliados consecuentes.
  2. Si queremos ver a las masas populares alegres, bienhumoradas y resplandecientes; y no como ahora, afligidas, entonces hay que animarlas, darles calor, que sientan que no están solas, abandonadas a su suerte. 
  3. Aunar esfuerzos para avanzar por el camino que lleve a las grandes mayorías a vivir dignamente; hay que coaligarse para hacer realidad la justeza de las ideas que anidamos en nuestra conciencia y deseamos verlas hechas realidades.
  4. Ser aliado de aquellos que necesitan salir de la opresión, es en la práctica pactar para que lleguen, impulsar el progreso por su bien, no como ahora que están marginados del avance material y espiritual.
  5. Mujeres y hombres de valía, al lado de los pobres de la sociedad, les sirven de aliciente, de motivación y les hace confiar en que su triunfo está cerca, que no es una quimera su liberación. 
  6. En la lucha social, es una labor positiva alentar a los oprimidos, hacer que exhiban sus bríos ante sus adversarios; impulsarles al empuje por su causa; que demuestren energías y se mantengan llenos de aliento.
  7. La falta de fuerza física y moral, nunca deben acompañar a las mujeres y a los hombres, que por convicciones democráticas, cívicas y sentir ciudadano, se sienten obligados, comprometidos con las causas justas de su pueblo.

Ideas finales

  1. No cuadra en el proceder de una dominicana o un dominicano con sensibilidad, comportarse indiferente ante las dificultades que vivamente lesionan a la mayoría de la población dominicana.
  2. Cualquiera que se oponga a las injusticias, sea creyente o ateo, cabe en la lucha de los pobres por una vida digna y decorosa aquí en la tierra. Es un seguidor coherente del cristianismo verdadero, aquel que quiere a Dios a quien no ve, y a los pobres del país a quien a diario ve. 
  3. Es una irresponsabilidad que recae sobre la conciencia, el alma y el corazón de cada uno de nuestros connacionales, que evaden, procuran escurrir el bulto, creen quitarse el muerto de encima, para huir y no ver la penosa realidad de su pueblo. 
  4. En nuestro país, la situación está clarita; fácil de comprobar y comprender. Se expresa con suma sencillez. Nada de claroscuro. El que quiera ver, que vea. Cada quien es dueño de su decisión, actuar o abstenerse. 
  5. Para la mujer y el hombre preocupados por los más necesitados, siempre es oportuno razonar en el sentido de que, de ahora en adelante, con la lucha social; a partir de ahora, con los marginados de la sociedad; en lo sucesivo, con los que comen a veces. En fin, no descansar hasta que aquí impere la justicia social. Si los pobres colombianos pudieron llegar, los de aquí también.

viernes, 17 de junio de 2022

De nosotros depende gobierno de minoría o de pueblo

I.- El control aquí de la clase dominante 

  1. Cualquier persona con sanidad mental, y plena facultad de entendimiento para distinguir lo que más conviene a nuestro país, comprende que para lo que identificamos como pueblo, el panorama político, económico y social, no es nada halagüeño.
  2. En el medio social dominicano, están presentes grupos humanos que se diferencian entre sí por su posición económica. De ese conjunto hay una minoría que controla los medios de producción, el Estado, sus órganos institucionales, e impone su ideología por medio de la cual condiciona a la mayoría en la forma de pensar. 
  3. Ese pequeño sector de la sociedad dominicana, es la clase dominante, que decide la vida económica y política del país. Su peso específico no se determina por el número, sino por los intereses.
  4. En medio de esa minoría y la mayoría de la población, hay una clase media integrada por comerciantes, profesionales, intelectuales, los cuales tienen una posición intermedia entre el pueblo llano y la clase dominante.

II.- El dinero generando poder político

  1. El cuadro social de aquí permite ver que la minoría solamente está interesada en acumular la más amplia suma de la mercancía dinero.
  2. Su gran cantidad de dinero, hace poderosos a los que en el país son menos. Por su riqueza, los potentados se presentan y proceden con autoridad frente a la mayoría que luce débil.
  3. Lo que está a la vista es un país cautivo por un pequeño sector muy pudiente, que se mueve en la opulencia, y poco o nada le importa que cada minuto surjan miles de compatriotas que carecen de lo indispensable para vivir dignamente.
  4. El hecho de que una pequeñita porción de la población, tenga a su alcance y disposición todos los controles, le da posibilidad de estar por encima de sus adversarios. Su influencia le genera mando y la facultad para gobernar.
  5. No nos engañemos. Esto es lo que hay en nuestro país: pobres por todas partes, millones de desamparados, indigentes, en fin, menesterosos que se multiplican. Sencillamente, al lado de los afortunados, están los que identifican a la pobretería dominicana.

III.- La minoría no le cede el poder al pueblo, graciosamente

  1. En la democracia representativa, estar en el gobierno central, ejerciendo el poder total del Estado, es vivir a pedir de boca; de perlas; en la gloria; a las mil maravillas; como pez en el agua; sentirse de primero. Por tal razón, es que el poder ejecutivo es el primero de todo, el todopoderoso.
  2. Hay que decir claramente que el pequeño grupo dueño del Estado, y que le permite una vida paradisíaca, no lo abandonará por cansancio ni por estupidez.
  3. En ningún tiempo de la historia política, una clase social, en el disfrute del poder del Estado, se lo ha entregado voluntariamente a sus adversarios. La puesta en manos siempre ha sido obligatorio.
  4. Cuantas veces el pueblo quiere hacerse del gobierno que detenta la minoría nacional, debe quitárselo aplicando los métodos de lucha posibles para alcanzar el poder.
  5. Adueñarse del aparato estatal, no es un juego, una diversión cualquiera. Es una tarea que requiere acciones de masas conscientes y dirigidas de manera certera, no alocada.
  6. Mantener el dominio del Estado, directamente o por medio de politiqueros a su servicio, ha sido la forma de cómo un puñado de gente se ha beneficiado a costa de la generalidad de los dominicanos y las dominicanas.

Ideas finales

  1. En el país nuestro, la clase media, en sus distintos estratos, ni por asomo lleva la vida placentera de la cual disfruta la minoría nativa, pero no da muestra por ahora de estar en condiciones de disputarle el poder a la minoría y a su aliado, el imperio. 
  2. Por el otro lado, el pueblo, la gente que come a veces, y lleva encima como nadie el peso de la crisis y la miseria, no cuenta con una organización capaz de llevarlo al poder. Entonces qué hacer, ante semejante situación.
  3. Lo que el deber impone a las mujeres y hombres más lúcidos de nuestro país, es bregar al lado de los pobres para vencer, jamás caer en transigir, nada de acomodarse a la situación y tampoco amoldarse al orden social actual.
  4. Para separar al pequeño grupo del dominio estatal se impone, necesariamente, la presencia en el campo política de contrarios al statu quo que, convertidos en fuerzas motrices, se lancen a la lucha por el poder, sin vacilaciones, resueltos y seguros del triunfo.
  5. Si queremos materializar nuestro deseo de sacar a nuestro pueblo del pasado y ubicarlo en el presente, debemos de accionar para sacar del poder del Estado a la minoría nacional y a su aliado extranjero. No nos queda otra alternativa.

jueves, 16 de junio de 2022

Por encima de todo, confiemos en el porvenir

I.- Un orden económico sin equidad

  1. Se está convirtiendo en algo normal, las expresiones de lamentos que salen de las gargantas de amplios sectores y clases que forman parte de la sociedad dominicana.
  2. El ser humano tiende a manifestar queja cuando siente que algo le motiva aflicción. Compartir la desgracia ajena, sentir compasión, genera estado de tristeza.
  3. Las iniquidades, las tantas cosas feas que a diario ocurren en nuestro país, reducen a la nada el mucho ánimo o valor que posee una persona. Cualquiera pierde la ilusión frente a lo que acongoja. 
  4. Ninguna comunidad humana está llamada a permanecer padeciendo a perpetuidad, una situación que lastima a la mayoría de sus miembros. El ultraje ofende y se hace insoportable, por lo que no debe ser tolerado.
  5. No hay que ser un apasionado, ni ser cascarrabias, para oponerse a todo aquello que en nuestro país mantiene a la mayoría de la población indignada, por el sabor amargo que dejan los tantos males resultantes del actual modelo económico.
  6. Sin estar dotado de gran inteligencia, el dominicano o la dominicana, con los conocimientos más elementales de la realidad que estamos viviendo, llega a comprender que la forma como aquí está organizada la vida económica y social, no tiene nada de equidad.

II.- Legitimidad de eliminar lo injusto

  1. Es legítimo de parte de la mayoría del pueblo dominicano, quitarse de encima, eliminar el modelo actual, porque le es perjudicial en lo material y espiritual, y le impide su desarrollo humano integral.
  2. Se hace una necesidad la desaparición de todo aquello que afecta, y de cualquier manera fastidia o vulnera el derecho del ser humano en su progreso económico, social y cultural.
  3. Para cada habitante del territorio nacional dominicano, no ligado a los grupos de poder económico y social, es un compromiso que no puede dejar de ejecutar, luchar contra el sistema porque entristece y es infuncional. 
  4. Resulta un contrasentido mantener y propiciar la existencia, dejar que siga, como hasta ahora, el mismo ordenamiento que nos reduce como país civilizado y nos mantiene avergonzados.
  5. Hay que tomarlo como un mandato, accionar a los fines de hacer cesar aquello que nos hace ver como mujeres y hombres que aceptan con docilidad la opresión y la limitación a la independencia y soberanía nacional.
  6. Tener aguante, dejar pasar, decir amén a las injusticias e inclinar la cerviz para transigir, no debe ser el proceder de quien no está formado para dar aquiescencia a lo que denigra. 
  7. Ningún ente social que vive bajo un modelo económico que daña a la especie humana, está llamado a permanecer apaciguado, ni mucho menos proceder como dando licencia para la prolongación de lo que significa statu quo o atraso.
  8. En el quehacer político dominicano, al conservarse tanto tiempo un modelo económico que es una afrenta, al parecer, sus adversarios no han tomado en serio el descalabro social, ético y moral, o se han dejado tomar el pelo por los grupos dominantes.

III.- No hay que ser revolucionario, simplemente realista 

  1. No hay que ser revolucionario ni intolerante, para actuar contra lo que genera injusticia, y es portador de lacras. Lo inaguantable jamás debe ser pasado por alto; hay que accionar en su contra.
  2. En una persona sensible, resulta imposible de aceptar, el hecho de no darle importancia y tomar a broma, la crisis latente que causa un modelo más que infecundo, totalmente inservible.
  3. En lugar de lo que es inoperante para el pueblo, hay que construir algo nuevo, a los fines de renovar la sociedad y así llegue el progreso para que la mayoría se eleve sobre sus penurias.
  4. Corresponde a las fuerzas motrices sanas del país hacer resurgir un orden social fresco, flamante, diferente al actual, que ha traído pobreza y cuantos males sociales dañan.
  5. El pueblo dominicano, está hastiado e indignado, por tener que vivir bajo una forma de organización social, que lesiona vivamente al ser humano.
  6. Corresponde a las mujeres y hombres de bien, hacer posible la creación de las premisas materiales y espirituales que permiten el desenvolvimiento de la personalidad en todos sus aspectos. 

Ideas finales

  1. El pueblo dominicano alcanzará su pleno bienestar, cuando la sociedad esté organizada, teniendo como base de sustentación un ordenamiento económico y social que procure el desarrollo humano integral.
  2. Por muy difícil que sea hoy la vida material y espiritual de las grandes mayorías nacionales, más temprano que tarde saldrán adelante, con el accionar común y tesonero de sus más consecuentes luchadores democráticos, que confían en que el porvenir nos pertenece.

miércoles, 15 de junio de 2022

Los padres del país, han fallado o no

I.- La niñez en nuestro porvenir

  1. Si un ordenamiento económico y social está entregado a los vicios, y no se vislumbra en lo inmediato un cambio que elimine lo que significa crapuloso, concupiscencia, relajamiento, depravación y degradación, entonces lo que nos queda es estar esperanzados, confiados en lo que está al margen de la podredumbre. 
  2. En el caso específico de nuestro país, lo único fiable es la niñez, siempre y cuando sea guiada por caminos de honradez, honestidad, integridad y solidez en principios éticos y morales. 
  3. Si todavía contamos con niñas y niños que están en condiciones de ser correctamente formados, y estamos conscientes de que la enseñanza ocupa el lugar central de todo sistema de organización de la vida, debemos esforzarnos para contar en el futuro con seres humanos de buen proceder, porque su formación está gestada partiendo del aprovechamiento de su disposición de aprender las buenas costumbres y todos aquellos valores que rodean a la persona y la hacen adecuada para el buen vivir en comunidad. 
  4. El perfeccionamiento del proceder de una persona, solamente es posible lograrlo obteniendo buenas actuaciones desde la niñez. Si logramos la decente formación en los primeros años del niño, de seguro que en la adultez no incurrirá en faltas que vengan a dañar el ambiente donde vive. 
  5. Un joven de correcta orientación tiene un porvenir cierto, siempre y cuando sea sometido a una educación que haga de él un sujeto autorizado, acreditado por el sello que le sirve de distinción a su carácter, que es la identificación de la conducta cultivada para llegar a ser modelo de ciudadano de bien.
  6. No hay que hacer mucho esfuerzo para comprender que el carácter con el cual se ha levantado la juventud nuestra de los últimos años, es sumamente débil, carece de vigor y su titular prueba haber tenido una orientación que cede ante cualquier influencia extraña.
  7. La flaqueza de que está constituida la conciencia de los jóvenes actuales, revela que tuvieron padres flojos, complacientes, tolerantes; que carecían al dar sus consejos de la fuerza suficiente para influir en la mente de sus descendientes. 
  8. Sus métodos educativos resultaron no ajustados a la realidad, no acertaron en el objetivo que debe perseguir todo progenitor de entregarle a la sociedad un ser humano que ajuste sus actuaciones a las normas de buen vivir. La sociedad pequeña, la familia, si hace una obra malhecha, cuando entra a la sociedad grande, de mala se convierte en pésima.
  9. La grandeza de los padres ante los hijos, no está en el exceso de demostración de afectos con caricias, sino en enseñarles en el hogar para que luego, al ser adultos, sirvan de ejemplo cívico y ciudadano. La demasiada condescendencia que se les manifiesta a los niños, no prueba la buena educación que se les está dando. 
  10. El papá y la mamá dan demostración de don educativo, por la enseñanza que bien reciben sus vástagos. El jovencito, que sale del hogar dañado, entra al medio social a pervertir por culpa de sus guías hogareños. 
  11. Ser correcto con los niños y con las niñas para que en el porvenir procedan conforme a las reglas de buen vivir, no quiere decir que les dispensemos un trato grosero y descortés. 
  12. Lo que deben procurar los padres es alcanzar que sus hijos y sus hijas, les vean como sus mejores amigos, guías y protectores, además de sus educadores. La ternura para con los hijos debe ir acompañada de la buena educación, para que a la expresión de cariño se una la explicación con suavidad y sincero mimo.

II.- Los padres deben pensar detenidamente

  1. Sin duda alguna, lo que está revelando la sociedad dominicana es que los padres tienen que someterse a un profundo examen en lo que se refiere a la formación de sus hijos, y la revisión que precisa no tiene espera, porque los controles requeridos por sus hijos son de tal urgencia que más tarde sería muy triste. 
  2. Los ascendientes deben someterse a una sincera autocrítica y saber que están obligados a revolver su forma de educar, darle vuelta atrás a los métodos que han utilizado para entregarles a la sociedad un material humano bien hecho, realizado adecuadamente y confeccionado a la medida. 
  3. El buen papá no es aquel que satisface los deseos de sus hijos, sino el que cumple con la función de guía, instructor, preparador y organizador de la buena conducta que les acompañará para siempre.
  4. El padre que bien enseña en el hogar hace de perfecto docente y entrega a la sociedad un ser humano digno de ser modelo de ciudadano. Aceptar ser papá quiere decir hacerse cargo del comportamiento responsable del futuro munícipe y ciudadano.
  5. Todo aquel que decide asumir la calidad de padre debe saber que tal condición entraña responsabilidad no solo materiales, sino también en el orden espiritual.
  6. Además de comer y vestir, a los hijos hay que aportarles ideas, conocimientos y los principios que en el curso de su existencia les van a servir de guía en sus actuaciones.

Ideas finales 

  1. En nuestro país cada padre de familia debe reflexionar en el sentido de si está desempeñando a cabalidad su función de orientar a sus descendientes para que en el futuro sean mujeres y hombres buenos. 
  2. Cualquier momento es oportuno para deliberar con respecto a saber si se está actuando bien o mal, y los hechos están diciendo que aquí, los directores de los hogares han fallado, no han obtenido buenos resultados, han demostrado desatino porque sus obras han salido mal formadas.

martes, 14 de junio de 2022

Debemos cambiar para bien

I.- Hemos cambiado en nuestra forma de ser

  1. Los dominicanos y las dominicanas, al igual que toda la especie humana, son de trato dulce y afable. Su deseo es permanecer en calma, y no estar desapacibles e irritados. Aspiran a estar reposados, jamás inquietos.
  2. El deseo de los nuestros es convivir bajo permanente compenetración. En tolerancia mutua para una coexistencia llevadera y en todo momento tolerable.
  3. Cada uno de los que aquí nacimos y nos desarrollamos, estamos inclinados a cooperar; arrimar el hombro como muestra de apoyo; tener participación y contribuir para así sentirnos que somos cooperantes.
  4. La mujer y el hombre nativos, en esencia, son sumamente generosos, creen en la práctica altruista, y procuran demostrar nobleza, sin esperar nada a cambio. El egoísmo, la tacañería les es extraña.
  5. Bajo cualquier circunstancia, en cada uno de los dominicanos, está la persona atenta, lista para ser gentil. No está en nosotros el individuo descortés que con su proceder hace sentir mal.
  6. Entonces, si habitualmente nos comportamos como seres humanos puros, muy auténticos, qué ha incidido para modificar, alterar de como habíamos sido anteriormente.
  7. No hay que hacer el mayor esfuerzo para comprobar que el ente social dominicano de hoy, ni por asomo, se parece al del pasado. Hemos variado en actitudes, y no para bien.
  8. De cualquier forma, no importa cómo se analice, la mujer y el hombre dominicano de ahora, no son los mismos que el material humano de ayer. La modificación de conducta es notoria.
  9. Pero no basta con lamentarse de que en nuestros compatriotas, se ha operado una transformación negativa.
  10. Lo que nos impone la realidad de la vida en común, es que no debemos limitarnos a los lamentos, quejas y pesares. La condición de militantes por un mejor país y futuro, nos obliga a cambiar el ambiente de súplicas y quejidos, por el de estar contentos, llenos de risa.

II.- No debemos continuar fomentando amargura 

  1. No debemos continuar fomentando el estado anímico de aflicción, amargura y pesares, sino el sentirnos alegres, de gozo y pleno júbilo. Cambiar la tristeza por la felicidad.
  2. El ambiente nacional no debe verse como marcado por maldad, y por todas aquellas manchas que llevan a las comunidades humanas a ser como formadas por la mala disposición hacia los demás.
  3. La falta de educación y buenos modales, no deben continuar siendo las normas de conducirse las personas con las cuales a diario compartimos. El malacostumbrado no tiene calidad para ser guía del buen vivir.
  4. No cuadra en el proceder de la mayoría de los miembros de la sociedad, consentir como algo normal la ejecución de acciones que desdicen de lo que es una nación que, supuestamente, es de mujeres y hombres que actúan ajustados a la moral y cívica.
  5. Nuestro pueblo está hastiado; luce aburrido; hasta lo último exasperado; más que cansado de estar viviendo en un entorno que no le permite soportar su pesada existencia.
  6. La comunidad dominicana se siente incómoda, muy aburrida, enojada, porque no ve nada que le traiga agrado, momento ameno y vivir con comodidad.
  7. El espacio físico que aquí ocupa cada uno de los nuestros, le hace sentir mal, porque cree estar inseguro, con la vida en un hilo; en condición precaria de existencia; como en el aire, más o menos como colgado de un pelo. Supone que el peligro le acecha.
  8. A ninguna persona de buenos sentimientos, la vamos a convencer de que podemos continuar viviendo bajo la barbarie, porque en cualquier calle o esquina hay una muestra de bestialidad. El ambiente en las principales ciudades del país es de salvajada.
  9. No debemos seguir aparentando ser un campo de guerra urbano, con la presencia de policías, militares, helicópteros y tanquetas. Semejante situación nos hace ver, no como una comunidad humana, sino como una selva.

Ideas finales

  1. Cada día se hace más necesaria la presencia en el ambiente nacional dominicano, de esa persona de valía, que merece el respeto de sus conciudadanos por ser poseedora de cualidades morales que la enaltecen.
  2. La estructura socioeconómica vigente en nuestro país, coloca a la mayoría del pueblo en la degradación de la condición humana, por lo que se impone luchar para alcanzar una existencia digna.
  3. Todo análisis serio y desapasionado, nos lleva al convencimiento de que lo que ha motivado el cambio del carácter propio y distintivo de las dominicanas y los dominicanos, es sentirse socialmente excluidos, marginados del desarrollo humano, mientras una minoría disfruta a su gusto de todas clases de privilegios.

domingo, 12 de junio de 2022

El Presidente Abinader y su discurso en la IX Cumbre

I.- El Presidente Abinader y su ideología en la IX Cumbre 

  1. En una sociedad heterogénea, desde el punto de vista clasista, constituye la ideología de una persona, el conjunto de formas de la conciencia social, ideas, filosóficas, morales y políticas. 
  2. El pensamiento político, la facultad de pensar del presidente Luis Abinader, está sometida por la doctrina del sistema social predominante en el país. 
  3. Lo que un ser humano hace o deja de hacer, responde a un mandato, que resulta del conocimiento interior, espontáneo y reflexivo de los actos que ejecuta.
  4. Toda persona con sano juicio, habla o escribe respondiendo a lo que previamente ha preparado con minuciosidad en su intelecto, para darlo a conocer a su interlocutor, o a la opinión pública. 
  5. Los principios del statu quo, son los que llevan al presidente Abinader, a proceder de una u otra manera, a ideal o elaborar planes.

II.- La mención de tres causales, para no implicar el sistema 

  1. El presidente Luis Abinader, en su discurso ante la IX Cumbre de las Américas, dijo que tres temas urgentes amenazan el crecimiento y bienestar de nuestro país: la invasión de Rusia a Ucrania, la dramática situación por la que atraviesa Haití y el auge de la delincuencia. 
  2. Al momento del presidente Abinader, hacer su exposición en la IX Cumbre de las Américas, demostró estar enteramente dominado por la ideología a la que responde políticamente, demostrando así ser leal al sistema que defiende.
  3. El Presidente, para no hablar del modelo económico causante de nuestros males ancestrales, se refirió a tres temas actuales, presentes, no pretéritos. 
  4. El primer mandatario dominicano, haciendo de defensor del ordenamiento económico vigente en nuestro país, quiso desviar la atención y buscando en causas colaterales, lo que es motivado por el modelo infuncional que padecemos. 
  5. Lo que ha causado la infelicidad del pueblo dominicano, no es la situación actual de Rusia y Ucrania, la crisis en Haití, la delincuencia común ni los golpes al narcotráfico, sino el modelo excluyente, desigual e injusto, que daña, lesiona y margina a las grandes mayorías nacionales. 
  6. Lo que le ha quitado y le quita el bienestar, la sana alegría y la tranquilidad espiritual a los pobres de nuestro país, es la forma como ha estado organizada la sociedad en la cual un puñado de gente lo tiene todo, y el pueblo humilde y trabajador carece de lo indispensable para vivir dignamente.
  7. La placidez y completa satisfacción de las masas populares dominicana, estuvieran fácil y cercana, si su sosiego dependiera de las tres causales argumentadas por el presidente Abinader, y no por el añejo modelo que hemos padecido.
  8. Los temas de la guerra Rusia-Ucrania, la crisis haitiana, la delincuencia común y el narcotráfico, son asuntos extraños a la vieja miseria, antigua pobreza y permanente opresión social del pueblo dominicano. 
  9. Hablar de la miseria, el desempleo y la marginalidad de la mayoría de la población dominicana, no es referirse a tres fenómenos que pasan pronto o de un momento a otro, sino a males sociales permanentes. No es lo mismo lacras transitorios que eternas.

III.- No señalar el modelo económico, crea confusión 

  1. Motiva confusión en la conciencia popular, hacerle creer al pueblo que una vez termine la guerra Ucrania-Rusia, se supere la crisis haitiana y se aplaque aquí la delincuencia común, va a concluir el padecer, el sufrimiento, y los daños que arrastra el modelo vigente que es tan añejo entre nosotros, como la mendicidad que ha traído.
  2. El representante del Poder Ejecutivo dominicano, en lugar de tapar las viejas causas de nuestros males económicos y sociales, recurriendo a cuestiones marginales y coyunturales, debió de ir al fondo, al meollo, a la sustancia, a lo medular, es decir, al sistema que mantiene asfixiado a lo mejor de nuestro pueblo. 
  3. El Presidente dominicano, habló en un ambiente en el cual muy bien pudo decirle al mundo, sin que se pudiera interpretar de distintos modos, y sin que se prestara a interpretación acomodaticia, que nuestro país debe su desgracia al atraso y a la dependencia imperial.
  4. No es lo mismo hablar de los males sociales, como causados por factores que atañen de un modo parcial, accidental, que claramente señalar lo principal, lo que es básico, en este caso el sistema social.
  5. El presidente Abinader, para explicar en la IX Cumbre de las Américas, los males sistémicos, económicos y sociales, que nos han mantenido aniquilados como país, recurrió a argumentos complementarios, en vez de desarrollar la esencia, lo central en las dificultades que arrastramos por estar dominados por un modelo que forma parte de un sistema contrario al desarrollo humano. 
  6. La realidad le está diciendo al presidente Abinader, que de continuar gobernando con el vigente inútil modelo económico, al igual que todos sus predecesores, terminará su gestión gubernativa en un rotundo fracaso.

sábado, 11 de junio de 2022

Al bien orientar a la niñez, triunfamos

I.- La cultura de una sociedad dañada, que no debe ser imitada por la niñez

  1. No responde a una obsesión, ni a manía alguna, continuamente abordar por medios de comunicación escritos, asuntos relacionados con la niñez y la necesidad de bien formarla ahora.
  2. De una manera clara, lo decimos y reiteramos: de la sociedad dominicana actual, en lo ético y moral, no hay nada que se pueda salvar, a no ser la niñez, la cual todavía puede ser protegida.
  3. Poca cosa buena se puede sanar de un cuerpo social dañado por la cultura de la corrupción, el individualismo, el chisme, la intriga, la deslealtad, el odio, la mentira, la trampa y otros vicios propios de una comunidad humana degradada en su base y superestructura.
  4. No hay que hacer mucho esfuerzo mental para comprender que estamos moviéndonos en un ambiente donde, de la manera más natural, nuestro interlocutor hace uso de la mentira.
  5. Entre nosotros, las personas físicas están para decir mentiras sin necesidad, y aparentar seriedad, faltando a la verdad. Es una costumbre hacer creer, decir una cosa por otra.
  6. El cuentista, hermano gemelo del engañador, y fiel compinche del farsante, en el ambiente nacional se han convertido, al igual que el engañabobos, en individuos a imitar por su habilidad como infundiosos.
  7. De la misma forma que se ha desarrollado el mentiroso, se ha hecho preeminente ese que disfruta repartiendo odio por todas partes. 
  8. El don de los rencores es ese caballero que permanece a flor de labios con el encono, la rabia y la repulsión.
  9. Se hace irresistible, compartir con quien en el fondo de su alma guarda animosidad contra la persona de sanos sentimientos.
  10. La sociedad dominicana tenía que llegar a la descomposición en que se encuentra para no distinguir entre el liante, el enredador, el maquinador y el ser humano que genera bondad. Se ha impuesto el intrigante ante el hombre franco y auténtico. 
  11. Es de suponer cómo anda nuestro país, para que el chisme, la habladuría y los dimes y diretes sean objeto de entretenimiento en círculos sociales de alto nivel educativo. 
  12. Aquí, hablar mal de otro en forma alegre, es aceptado como una gracia, gran agudeza e ingeniosidad. La chismería y la habladuría son términos de salón y de los amantes y cultivadores de chismorrería.
  13. Ese que se nutre de los negocios sucios; procura estar de marrullero; el tramposo que, tomando como principio jugar con ventaja, llegó para quedarse por medio de artimañas y malas artes, hasta convertirse en un gran truhán. 

II.- Las normas que deben guiar a los connacionales en el porvenir

  1. Cualquier medio social, integrado por personas que piensan y actúan como rémoras, necesariamente debe ser sustituido por otro, que ponga como actor principal al ser humano de nobles pensamientos.
  2. De ninguna manera; ni por asomo; ni en sueño; en momento alguno; jamás debemos permitir que la niñez dominicana de hoy, abrace los vicios que han dañado a la sociedad dominicana de ahora.
  3. Por cualquier filo o borde que se analice, la sociedad dominicana está fracasada, definitivamente inútil, malograda por completo en lo ético y moral. Resulta fallida.
  4. El medio social dominicano, porque está en lo absoluto fracasado, a causa de su sistema social injusto y las tachas que genera, no sirve para presentárselo como modelo a nuestra niñez del futuro.
  5. A la infancia de esta época hay que educarla, instruirla, predicándole que nunca, de ninguna manera debe tomar en cuenta, ni por asomo retener, las ideas nocivas que han hecho posible la crónica enfermedad del orden social actual.
  6. Porque la presente sociedad ha sido ineficaz, infecunda para desarrollar moralmente a la generalidad de sus integrantes, se hace necesario comenzar a formar con la niñez de esta época, a los que en el futuro serán nuestros nuevos compatriotas.

Ideas finales 

  1. Las madres y los padres dominicanos, que en el presente se preocupen por educar a sus descendientes en el correcto proceder ético y moral, serán recordados por la posteridad como preceptores de conciudadanos auténticos en civilidad y honestidad. 
  2. Al hacer que en la mente de las niñas y los niños de este período, fructifiquen ideas nuevas, estamos haciendo labor de conciencia ciudadana y cívica, a los fines de llegar a tener en el mañana, el país que merecemos y por el cual hemos luchado. 
  3. El más significativo aporte que podemos transmitir a las futuras generaciones, es dejarles mujeres y hombres con elevados conocimientos de buenas costumbres que sirvan de guía para la convivencia civilizada.

jueves, 9 de junio de 2022

Los hijos de la Revolución Cubana

Introducción 

  1. En todo el curso de las décadas del 70, 80 y 90, del siglo pasado, formamos parte del Consejo Mundial de la Paz, del Tribunal Antiimperialista de Nuestra América, así como de otras organizaciones nacionales e internacionales que luchaban por la paz, la independencia y soberanía de los pueblos.
  2. La situación anterior nos llevó a movernos por diferentes países del mundo, tomando como primer punto de tránsito a Cuba, lo que hizo posible compartir ampliamente con diferentes sectores, desde La Habana hasta la lejana Moa.
  3. Hace ya varios años que no visitamos a Cuba, pero nos mantenemos informados de cómo vive ese pueblo. He aquí algunos de los aportes que, ayer como hoy, sabemos reciben de la Revolución, cubanas y cubanos, desde antes de su nacimiento.

I.- La Revolución garantiza la vida a cubanas y cubanos desde antes del nacimiento 

  1. El esposo y la esposa, trabajan como obreros, en una fábrica. La señora sale embarazada, va al médico, que de inmediato comienza a tratarla, y le prescribe vitaminas que son suministradas, al igual que la consulta, gratuitamente.
  2. La madre da a luz un niño, el cual, a los pocos meses comienza a ser atendido por un pediatra, sin ningún costo. El parvulito, ya en edad de ir a la escuela, es anotado en un centro escolar, sin que sus progenitores tengan que retribuir ninguna cantidad de dinero.
  3. El jovencito, concluye sus estudios hasta el bachillerato, sin que sus padres se vieran en la obligación de costear libros, uniformes, útiles escolares, merienda ni chequeos médicos.
  4. Ese mismo hijo de la pareja de obreros, decide continuar sus estudios en la universidad, en la facultad de su vocación, medicina, permaneciendo cinco años estudiando y, al final, sus ascendientes no tuvieron que solventar cantidad alguna de dinero.

II.- Garantía del Estado para todo el pueblo

  1. Como se puede advertir por este relato, la criatura, desde que estaba en el vientre de su mamá, hasta que se hizo médico, permaneció sin pagar un centavo con la garantía de salud y educación de calidad.
  2. La sociedad cubana en la cual nació el niño, hoy médico, cuenta ahora con un ciudadano que se desarrolló física e intelectualmente, porque su país está organizado bajo un sistema que garantiza, sin distinción alguna, el desarrollo integral del ser humano.
  3. En cada país, la persona física debe contar con su vida material y espiritual asegurada, para tener la certeza de una existencia digna y feliz. El bienestar solo es posible donde el trabajo de todas y de todos, tiene como objetivo el progreso social de la comunidad entera.
  4. Allí, donde existe un gobierno organizado con el fin de administrar para todas y todos los habitantes del territorio nacional, poco importa el hogar o núcleo familiar donde nace un bebé. La existencia real de la igualdad solamente es posible cuando el Estado y el Gobierno, están al servicio de todos los miembros de la sociedad.
  5. Poner los recursos del erario, para garantizar efectivamente los derechos económicos y sociales del pueblo trabajador, hace posible la conformidad, y así no surgen los privilegios, desigualdad e injusticias.

III.- La igualdad de posibilidades y garantía de vida 

  1. Resulta casi imposible que allí, donde la niña o el niño proviene de un hogar de obreros, alcance un título universitario, porque es una verdad irrefutable que no hay equidad, donde un puñado de gente acapara toda riqueza, mientras la mayoría no dispone de lo indispensable para vivir.
  2. Donde predominan los privilegios, la niña o el niño nacido en un hogar humilde, no tiene garantía de dignidad total en el ejercicio de sus derechos y libertades, para el desarrollo integral de su personalidad.
  3. La persona nacida bajo un orden social injusto carece de posibilidad para desarrollar plenamente sus capacidades físicas e intelectuales y llegar a ser feliz.
  4. Carece de sentido vivir, si no formamos parte de un país donde los que hacen vida en común se sienten alegres, porque cuentan con las garantías para una existencia con el pleno disfrute de sus derechos y libertades.
  5. En aquellos países como el nuestro, donde imperan desigualdades de oportunidades, se hace necesario un cambio verdadero, comenzando por crear las premisas materiales y espirituales, que hacen posible un nuevo orden social.
  6. En un medio donde solo un puñado de gente lo tiene todo, mientras la mayoría carece de lo indispensable para subsistir, de seguro que predomina la desventura y no la alegría.

Ideas finales

  1. El funcionamiento humanista de un sistema social, hay que medirlo por la garantía que le da a los integrantes de la sociedad, para que se desarrollen plenamente en lo físico y espiritual.
  2. La Revolución Cubana existe para la felicidad de la persona humana, la alegría del individuo, por el esfuerzo común de obreros, campesinos, soldados y todo el pueblo trabajador.
  3. Los hijos de la Revolución Cubana, son todas las mujeres y los hombres que se han formado con el trabajo de todas y de todos. De sus vástagos, las grandes mayorías han sido y son leales, aunque han aparecido los traidores e ingratos.
  4. Es de desear, y ojalá sea más temprano que tarde, que llegue el día cuando la mayoría de la niñez de nuestro país tenga, como la de Cuba, asegurado el desarrollo integral, por formar parte de una sociedad que hace posible la prosperidad basada en el trabajo manual o intelectual de los miembros de la comunidad.

martes, 7 de junio de 2022

El delito nacido y desarrollado aquí. Nada que inventar

I.- Escondiendo la causa del delito

  1. Los asuntos que tienen que ver con los seres humanos, es necesario abordarlos con seriedad, responsabilidad y abierta sensatez. Nunca caer en la precipitación.
  2. Disgregar cuestiones que deben ser analizadas en conjunto, contribuye a crear confusión en el seno de la sociedad. La falta de orden y claridad llevan a la turbación. 
  3. Cada sector o clase social interpreta la criminalidad, conforme su criterio ideológico, o atendiendo los intereses que son de su exclusiva conveniencia.
  4. Algunas personas, lo único que hacen es escabullirse, actuar de manera sinuosa, diciendo que siempre han existido y existirán delincuentes, con la finalidad de no decir que el delito estará ahí hasta que impere un orden social que hace posibles vicios sociales. 
  5. Es muy fácil hacerse el escurridizo, alegando la no adaptación de los pobres a vivir decente, para así justificar su eliminación física a manos de agentes policiales. Es más cómodo hacerse el loco en este ambiente ensangrentado, que dar la cara. 
  6. Para los sinuosos que escriben para la prensa nacional dominicana, la delincuencia de los pobres es algo que dificulta explicación porque, según ellos, es un problema intrincado.

II.- No escurrir el bulto y decir la verdad

  1. Aquellos que están comprometidos con el sistema, saben a qué se debe, y la causa que hace posible la criminalidad en el accionar de los marginados sociales. No es más que escurrir el bulto, dar como motivo del delito común cuestiones que están al margen del orden social vigente en el país, desde el cual hay que partir para analizar los problemas sociales.
  2. Echan el cuerpo afuera, aquellos que hablan de los que nacen delincuentes, para deslizarse y no hablar del sistema que cada segundo trae candidatos a delincuentes por pipá.
  3. Ante la imposibilidad de justificar el absurdo de que solo los pobres son delincuentes, se argumenta que el brote delincuencial de ahora, es fruto del narcotráfico, como si no formaran parte del sistema pobreza, delincuencia y narcotráfico.
  4. Debemos de dejarnos de argumentos insustanciales, para no decir claramente de dónde proviene la delincuencia común, que está horrorizando a hipócritas y a auténticos.
  5. Esos jóvenes que caen en la delincuencia, bien podrían haber sido médicos o ingenieros, pero son marginados sociales y, por tanto, caen en el delito.
  6. Los llamados delincuentes, también deben ser identificados como excluidos sociales, del progreso y del desarrollo humano. El modelo económico dominicano decidió no admitirlos y sacarlos de la lista del progreso.
  7. En lugar de convertirlos en hombres y mujeres de bien, el sistema decidió que sean despojos sociales, les echó a la delincuencia para que terminen acribillados a balazos en la flor de su juventud, o en una de las cárceles del país, que son centros de perfección de delincuente comunes.
  8. Hay que decirlo claramente. La sociedad dominicana tiene delincuentes de cuello blanco y sucio. Pero ocurre que los marginados son más que los privilegiados sistémicos.

Ideas finales

  1. Si queremos poner en claro, sacar precisas conclusiones, accionar con conocimiento de causa, despejar cualquier duda, estar debidamente enterados, descubrir certeras informaciones, desentrañar la esencia del delito, quién es ejecutor delincuencial, entonces debemos de dejar de estar de hipócritas, recortados y con recovecos.
  2. La delincuencia y el delincuente están ahí, aquí, entre nosotros, como expresiones de taras sociales, y lo único que hay que hacer es sincerarse, poner las cartas boca arriba; quitarnos la máscara, abrir el corazón, y sin pelos en la lengua aceptar que criminalidad, marginalidad y exclusión social, son lacras sistémicas que fomentan antisociales.
  3. Para aquellos aprovechados del sistema, resulta duro, muy incómodo, aceptar que deben su bienestar a un modelo económico que, por estar sustentado en la desigualdad, marginación social y desprecio al desarrollo humano, deben de admitir que su vida placentera tiene como contrapartida delitos de sangre, malhechores y los más variados criminosos.
  4. El orden social dominicano, es donde tienen su origen los pobres, los marginados sociales, algunos de los cuales se convierten en antisociales agresivos, que arrancan carteras y matan, y otros que se meten a politiqueros y roban al erario.
  5. El delincuente que atraca con pistola en manos, no difiere del delincuente que sustrae fondos públicos. Ambos son hijos originarios, engendrados por el mismo sistema.
  6. En nuestro país, mientras tanto no se resuelva el problema de dónde nace el delito, la delincuencia estará presente, y cada día, con mayor profundidad, no importa el número de policías y cuerpos armados en las calles.

lunes, 6 de junio de 2022

Los velorios y las lágrimas, no deben continuar

I.- La sociedad dominicana aterrorizada

  1. A las mujeres y a los hombres de nuestro país, la realidad de los hechos, les está diciendo, que no deben permanecer indiferentes ante lo que a diario está sucediendo.
  2. Ninguna sociedad civilizada está llamada a aceptar la criminalidad común, ni la institucionalizada. Es inaceptable aguantar resignado aquello que nos repugna. 
  3. Lo que está ocurriendo con las muertes violentas, horroriza. En lugar de motivar para matar, se impone hacer la sociedad menos cruel y severa. Lo despiadado no debe seguir imponiéndose a lo compasivo.
  4. Por cualquier lugar que nos movemos, está el velatorio de la víctima de un delincuente, o escuchamos los gritos de la familia ante el ataúd de un antisocial eliminado por la Policía Nacional. 
  5. La ciudad capital y algunos parajes, lucen como espacios donde se entierran a las personas muertas. Para decirlo con mayor claridad, parecen cementerios, tenemos camposantos por cualquier sitio.
  6. Por momentos, observamos que ciudadanas y ciudadanos sensibles, dan demostración de sentirse hastiados por las acciones delincuenciales, que les lleva, erróneamente, a aceptar la ejecución contra los delincuentes comunes.

II.- Crisis económica, social y delincuencial 

  1. Pero no hay justificación para deshumanizarse, ante los fenómenos nocivos. La desesperación no debe guiarnos a reaccionar despersonalizados. En todo momento debe imponerse el sentir humanista.
  2. No debemos desconocer que formamos parte de un ordenamiento económico y social, en el cual no todos ocupamos el mismo lugar en la composición de las clases sociales, lo mismo que hay desemejanza en las oportunidades que ofrece el sistema. La naturaleza heterogénea tiene que ver con las injusticias que hacen posible la delincuencia. 
  3. Nuestro país está hoy convertido en un fogón, y por momentos parece como un fuego que levanta llama, pero no es solo por la delincuencia común que, en verdad, aterra.
  4. Al lado de los actos que ejecutan los que han hecho del delito una actividad habitual, está la crisis económica que, quiérase o no, impulsa a la delincuencia. 
  5. La gente buena no puede dejarse arrastrar por la situación que la está llevando a hacer perder el juicio; a quitarle el sentido práctico de ver la sociedad dominicana en crisis económica, social, ética y moral.
  6. Lo que procede es accionar con inteligencia, pleno discernimiento y sano juicio. La ocasión es para no dejarse llevar por la maldad, sino por el buen corazón, la práctica social y ser, bajo cualquier circunstancia, muy humano.
  7. La delincuencia desenfrenada, que ha colocado a los organismos del Estado en tensión, impone a los hombres y mujeres que confían en el pueblo, a que mantengan su actitud considerada, propicia y sensible, y jamás llegar a coincidir con aquellos que creen en la crueldad, en lo inhumano.

III.- Debemos examinar a la sociedad y las causas de la delincuencia 

  1. El momento por el cual atraviesa hoy la sociedad dominicana, se presta para recordar cómo ha vivido la mayoría de los pobres, en condiciones de humillación, doblegados, deshonrados, ultrajados y de cualquier manera, mirándoles por encima del hombro.
  2. Es adecuada la ocasión para recordar que la delincuencia de cualquier país, es la acumulación del apocamiento clasista, por mantener a mujeres y hombres del pueblo con el espinazo doblado, por un salario de hambre y hacerles morder el polvo por ser empobrecidos. 
  3. Cada quien debe, con detenimiento, razonar en el sentido de si son estos jóvenes delincuentes, hijos de los oprimidos por el sistema; los que nacieron y se desarrollaron viendo a sus padres consternados, desmoralizados, con el ánimo venirse abajo y siempre entristecidos. 
  4. Los antisociales acumulan resentimientos que sacan a flote en cualquier oportunidad. En el alma de un habitual del delito, hay que examinar la razón de su amargura, su resquemor con la persona de trabajo, la desazón que exhibe frente al exitoso, el reconcomio ante los victoriosos, en fin, por qué de su pique es permanente. 
  5. Hay que estudiar el proceder de ese que ama el delito, a qué se debe su accionar de repulsión hacia los demás, su aversión a sus congéneres, por qué actúa movido por el odio, aunque no conozca a su víctima. 
  6. Antes de salir a buscar a los delincuentes para matarlos, averiguar la motivación de su conducta, a qué se debe su proceder antisocial, cuál es el fondo para actuar como lo hace, a qué responde su inclinación al delito. 

Ideas finales

  1. No podemos seguir viviendo como hasta ahora. El ambiente nacional huele a pólvora; se sienten los muertos; madres y padres adoloridos porque un profesional del delito le quitó la vida a su vástago, o la mamá que llora desconsolada porque el fruto de sus entrañas fue víctima de la metralleta policial.
  2. La solución no está en salir al galope a buscar a los delincuentes en cualquier lugar donde se esconden, luego de ejecutar sus fechorías. Ese joven que ha delinquido forma parte de la sociedad donde vivimos que no está organizada con equidad.
  3. Mujeres y hombres que han dedicado los mejores años de su existencia a luchar por un orden social en el cual el ser humano sea el actor principal, deben levantar su voz ante la situación escabrosa que estamos viviendo.

domingo, 5 de junio de 2022

Lo que el sistema tiene reservado para nuestra infancia

I.- Lo que trae la ignorancia 

  1. De los diferentes medios que hacen uso los enemigos de los pueblos para mantenerlos oprimidos, uno de ellos es hacerles creer como verdad una cosa que no lo es, y al inducirlos a la equivocación, logran mantenerlos desacertados. 
  2. El hecho de la mayoría de las mujeres y los hombres del país, permanecer engañados, les lleva a creer en las falsedades que transmiten sus adversarios mediante argumentación sutil y mentirosa.
  3. La ausencia de instrucción o de conocimiento, la ignorancia, es la mayor aliada con que cuenta la minoría gobernante de cualquier país, para que la generalidad de la población acepte con docilidad la situación de opresión de que es víctima.
  4. La infinidad de personas desocupadas; los que hacen de chiriperos; los trabajadores del campo y la ciudad, en fin, la caterva de ciudadanos y ciudadanas que no tienen seguridad de vida material y espiritual, en su conjunto constituyen la mayoría del pueblo dominicano.
  5. Ese montón de seres humanos, acepta con resignación su estado de pobreza, sin que se les explique la causa, el fundamento u origen de su infelicidad.

II.- Llegar al mundo terrenal siendo hijos de padres pobres

  1. En nuestro país, lo que está ocurriendo es algo sumamente desgarrador, rompe los corazones sensibles y motiva despedazarse el alma.
  2. La sociedad dominicana enseña un cuadro degradado en lo económico y social, que se manifiesta en una pobreza que horripila, y está totalmente hundida en lo ético y moral, lo que se revela en notoria degeneración.
  3. Aquí, aquel que llega al mundo de los vivos, la libertad o facultad para existir está ubicada en una estratagema para obligarlo a hacer lo que voluntariamente no desea. Es una especie de encerrona.
  4. Aunque a los aprovechados del sistema y a sus ideólogos no les gusta oírlo, hay que reiterar que los hijos e hijas de progenitores pobres, nacen marcados para ser continuadores oprimidos como los padres.
  5. No es más que un acto criminal, quitarle la esperanza a la mayoría de los parvulitos de una nación supuestamente civilizada como lo es la dominicana de hoy. Estar desmoralizado es, algo así, como vivir a medias. En situación semejante está la generalidad de los descendientes de los marginados sociales.
  6. En el ambiente social dominicano, para las niñas y los niños provenientes de familias pobres, lo que les está por venir no es nada halagüeño. Su futuro les pinta tristeza.
  7. Lo que el sistema tiene reservado para la infancia del país, es el de obrero, chiripero, tecato, pipero, activo en el microtráfico, narcotraficante, sicario, prostituta, politiquero o incierto pelotero.
  8. Es de muy poca extensión el espacio que tienen los hijos de los pobres para desarrollarse como seres humanos, en un medio que les condena a permanecer al margen del desarrollo humano.
  9. La sociedad dominicana, aterrada por la delincuencia común que la mantiene horrorizada, no debe desconocer que esos jovencitos que andan por ahí, arrancando carteras a las damas, son los mismos muchachitos que el statu quo les quita la posibilidad de ser médicos, ingenieros o catedráticos universitarios.
  10. Impulsar la actividad delincuencial es lo más normal en un ordenamiento económico y social, que hace posible la mendicidad, la cual es caldo de cultivo de las lacras sociales presentes hoy en nuestro medio. 

Ideas finales

  1. Se impone que pensemos como ciudadanos y ciudadanas, bregando para que nuestro pueblo alcance el desarrollo humano integral que el sistema niega a los pobres del país, y seguir marchando hacia delante, pensando en el futuro luminoso que es de los que luchan y dan la batalla porque confían en el porvenir.
  2. Aunque lo que muestra el entorno nacional es deprimente en lo económico, ético y moral, debemos confiar en que se va a poner en tensión lo mejor del material humano dominicano, para comenzar a construir el país que merecemos y por el cual hemos luchado.
  3. El objetivo nuestro debe ser, pasar adelante, progresar en lo material y espiritual, para la felicidad de todo el pueblo dominicano.
  4. Sin pensarlo dos veces, es un deber de cada dominicano o dominicana sensible, contribuir con lo que le es posible, para que niños y niñas puedan desarrollarse sin limitación alguna, ya que sería proporcionales un porvenir con crecimiento material y espiritual.
  5. Eleva al ser humano, preocuparse para que sus congéneres se sientan en buen estado de ánimo, por considerarse que en el futuro pueden ser servidores de su país, por los conocimientos adquiridos desde la niñez.
  6. La idea que cada uno de nosotros tiene de lo útil que piensa hacer para que los chiquillos alcancen una educación de calidad, conviene ejecutarla ahora, para el disfrute de la generación de hoy y la que está por venir. 
  7. La ciudadana y el ciudadano, que sus connacionales siempre van a traer con gratitud a su memoria, son aquellos que, de una u otra manera, cooperan para la formación educativa de los que el actual modelo económico condena a vivir al margen del progreso social.

viernes, 3 de junio de 2022

Enfrentar la delincuencia común, con medidas sociales

I.- Al escribir es posible confundir a la opinión pública

  1. Cualquier persona cuerda, que lea determinados escritos publicados en la prensa nacional dominicana, es posible que se forme la falsa idea de que el pueblo dominicano vive en un ambiente idílico.
  2. La gran mayoría de los que aquí exponen sus ideas en los medios de comunicación, pintan la sociedad en la cual vivimos, como que tiene fallas, pero que pueden ser superadas, sanadas, aplicando medidas que hagan la función de medicinas.
  3. Lo que se quiere hacer creer a los que leen las distintas opiniones vertidas en las publicaciones informativas es que, supuestamente, estamos en un medio de placeres.
  4. La verdad es que, con el fin de no explicarle claramente al pueblo de dónde proviene su infelicidad, lo que hacen los ideólogos del sistema es exponer en sus análisis periodísticos, no lo que es, sino lo que solo existe en su pensamiento o fantasía.
  5. La materialidad es que dominicanos y dominicanas, estamos viviendo en un espacio físico que es una especie de laboratorio social, apropiado para explicar lo que es una sociedad en crisis económica, social, moral e institucional.
  6. Algunos olvidan que la honestidad se manifiesta, no solamente rechazando el robo privado y al erario, sino también siendo honrado, leal, al decir de viva voz o por escrito, lo que es la verdad. 

II.- Entre nosotros, opinando sobre delincuencia común

  1. Algunos intelectuales del país, analizaron en forma magistral el desenlace del proceso judicial llevado a cabo en Estados Unidos, entre Johnny Depp y Amber Heard.
  2. Esos mismos pensadores, que demuestran gran talento al tratar un asunto sin trascendencia para el pueblo dominicano, se comportan tontos, muy torpes, al escribir sobre un tema de importancia para sus connacionales.
  3. Motiva indignación y lástima, comprobar que personas con dominio de las ciencias sociales, elaboren textos justificando que la Policía Nacional, eliminó a cuatro jóvenes nacidos y desarrollados en barrios marginados.
  4. Lamentablemente, esos que hacen escritos para los periódicos, saben que los infractores provenientes de hogares pobres, antes de ser víctimas de la metralla policial, sus progenitores les trajeron al mundo como candidatos a delincuentes comunes.
  5. No es nada sano escribir para poner a mujeres y hombres del pueblo a santificar ejecuciones extrajudiciales, contra personas que han sido impulsadas a delinquir por el mismo ordenamiento económico que ahora paga a policías para que las maten.
  6. Lo correcto es explicarle al pueblo dominicano, que esos jóvenes que andan por esas calles de Dios, arrancando carteras y asesinando sin piedad, son el fruto de un orden social injusto, que les ha cerrado las puertas por donde podrían entrar a formarse como mujeres y hombres de bien.
  7. El cuerpo social dominicano enfermo, de continuar su deterioro por el camino que va, cada día continuará engendrando antisociales paridos por esta sociedad enferma.
  8. Desigualdad de oportunidades, desempleo, pobreza, miseria, hambre y marginación social, necesariamente traen al mundo de los vivos, a jóvenes delincuentes de todos los calibres. Un jovencito, sin posibilidad de desarrollarse física y espiritualmente, es una esperanza normal para el campo delincuencial. No tiene otra salida.

Ideas finales

  1. A veces, la elección en una familia de niñas y niños de hogares donde comen a veces, es ser prostitutas o atracadores, porque no son muchas las alternativas que tienen los hijos y las hijas de padres empobrecidos.
  2. La disyuntiva con la que llega al mundo la criatura marginada social, es terminar en una cárcel o muerta. El sistema la deja sin posibilidad para escoger. El delito y el delincuente, tienen sus raíces en la misma sociedad donde nace la violación a la norma y el instrumento sancionador. 
  3. En ocasión de emitir un juicio sobre la muerte de un joven delincuente, hay que tomar en consideración el medio donde ha delinquido y la clase social a la que pertenece. Solo así podemos exponer nuestro parecer partiendo de una objetividad.
  4. Toda sociedad civilizada, como se supone que es la dominicana, debe contar con mecanismos institucionales y procesales para juzgar a los antisociales, sancionarlos y reeducarlos, no matarlos.
  5. La igualdad como seres humanos, en libertades y derechos formales, y la igualdad jurídica, no es la misma igualdad que falta en nuestro país, que es la igualdad de oportunidades para todas y todos desarrollar sus potencialidades físicas e intelectuales.
  6. La delincuencia común, hija del sistema, no se elimina con bomberos, policías, militares ni leyes represivas, porque los fenómenos sociales solo desaparecen eliminando las causas que hacen posible su presencia.

jueves, 2 de junio de 2022

La delincuencia común y su fuente original

I.- Aspiración del ser humano a vivir tranquilo 

  1. De parte de una persona decente, es normal aspirar a vivir en un espacio ajustado al proceder correcto, porque para estar espiritualmente tranquilo es necesario disfrutar de un lugar que sea acogedor y motive agrado.
  2. Los dominicanos y las dominicanas les hacen un momento placentero a cualquier ser humano porque, por idiosincrasia, tienen temperamento deleitoso, muy ameno y de la manera más natural.
  3. El actuar simpático y el trato amable atraen, acercan mutuamente, lo mismo que la actitud desagradable y fastidiosa, aíslan, crean repulsa.
  4. Pero ocurre que el entorno nuestro se ha puesto muy difícil porque, por encima del carácter distintivo y propio de los nuestros, están las malas condiciones de vida material y espiritual de la generalidad de los que aquí habitan.

II.- No importa la valentía, el terror domina

  1. Lo que se está viendo en el diario vivir dominicano, es que la descomposición de la sociedad, el agrietamiento que observamos, causa miedo muy grande, pánico, hasta al más revestido de valor.
  2. No es cuestión de permanecer cargado de horror, ni lleno de espanto. La realidad es que por cualquier lugar que nos movemos está presente lo que lleva a poner los pelos de punta y a temblar la carne.
  3. Poco importa lo valiente e intrépido que usted sea. En un abrir y cerrar de ojos, en un santiamén, se encuentra que está en sobrecogimiento, horrorizado.
  4. En cualquier sitio. Puede ser en el hogar, centro de trabajo, en la vía pública, centro de diversión o en la iglesia, ahí está el malhechor. El delincuente está a la espera de su víctima, para atracarla, asesinarla o ambas acciones criminales a la vez. 
  5. El maleante no tiene piedad. No hace caso a que el infortunado sea hombre o mujer, o que el agredido sea empresario o pulpero. El antisocial de cuello sucio no hace separación.
  6. El estado de incertidumbre se ha apoderado del hombre o la mujer de bien, del niño y del adulto. El inseguro es cualquier ser viviente que esté al alcance y a la vista del desalmado, pero armado para asesinar y robar.
  7. La duda de regresar con vida al hogar, es improbable. No hay nada en firme. Cada quien está expuesto a ser objeto de un asalto en la casa o negocio, lo mismo que ser asesinado en su vehículo o durmiendo en su cama.

III.- La delincuencia nueva, hija de la actual sociedad 

  1. Pero no nos engañemos. Debemos de ser realistas y reconocer que la sociedad dominicana, no siempre ha estado preñada de esa delincuencia común que tiene en pánico a todo el país.
  2. Que cada quien se coloque en el terreno de la sensatez, y ajustado al juicio imparcial y sereno, para que pueda razonar y tener una explicación de ese nuevo delincuente, hijo legítimo del actual orden económico y social.
  3. Basta con saber que ese antisocial de ahora, es de factura nueva, resultante de ese modelo económico que trajo su delincuente y su cultura.
  4. Al momento de conocer el acto ejecutado por el jovencito atracador, también hay que pensar que él tiene su “música” preferida, predilecta forma de vestir, jerga para comunicarse entre sus iguales, marcas en su cuerpo, corte especial de pelo y cómo sostiene sus pantalones apretados a los glúteos.
  5. Esa nueva delincuencia, es la expresión de un orden social que tiene novedad en los negocios, en las artes y en todo aquello que gira alrededor de la base económica que también vino a sustituir el anterior modo de vida y la criminalidad renovada en agresividad e impiedad.

IV.- Para eliminar la delincuencia, sacudirnos de su fuente

  1. Está comprobado que cada sistema social genera lacras que le son inherentes, y en el caso de la criminalidad presente en nuestro país, no es una excepción.
  2. Los asesinatos, homicidios y otros delitos, seguirán formando parte de la cotidianidad dominicana, porque son taras, tachas sistémicas, lo mismo que la corrupción, la prostitución y la drogadicción.
  3. Sin importar quien esté al frente de la Policía Nacional, la delincuencia de cuello sucio y la de cuello blanco, estarán ahí, porque ambas forman parte del ordenamiento económico y social, y lo seguirán como la sombra sigue al cuerpo.
  4. Hambre, miseria, narcotráfico, corrupción, ladronismo, delincuencia, etc., son fenómenos sociales nocivos que, de manera indisoluble, están unidos a todo sistema fundamentado en la desigualdad de oportunidades.
  5. Aquel que no quiera ver en su país a las tachas sociales, como delincuencia, corrupción pública y privada, pobreza y otras lacras, que luche contra su fuente original.
  6. Mientras tanto, que nadie se engañe y aquel que no quiere vivir en este fango social, que tiene como una de sus expresiones sistémicas a la criminalidad, que accione, bregue contra su causa generadora.