La vicepresidenta Raquel Peña, la violencia de género y la frecuente
I.- La República Dominicana y una sociedad no sana
- La licenciada Raquel Peña, vicepresidenta de la República Dominicana, con motivo del día Internacional de la Mujer, al referirse a la violencia de género, declaró a los medios de comunicación que “no puede existir una sociedad sana, si alguno de sus miembros siente miedo por su vida”.
- Lo dicho por la vicepresidenta, es posible analizarlo más ampliamente partiendo de nuestro país de manera concreta.
- El ejemplo de una sociedad humana no sana, es la dominicana, que desde hace muchos años demuestra que padece de quebrantos crónicos sin posible curación a la vista.
- La alteración de la salud del medio social dominicano, es de unos achaques tan evidentes que no hay que hacer el mayor esfuerzo para comprobarlos.
- Los miembros que componen la sociedad dominicana, no solamente sufren por la enfermedad del fenómeno de la violencia, sino por otras taras propias del modelo económico vigente en el país.
- La violencia como fenómeno social, ubicada la misma aquí, hay que verla como una enfermedad más de las tantas que vivamente lesionan a la gran mayoría de nuestro pueblo.
II.- La violencia y desigualdad
- Ciertamente, la violencia hace sentir miedo por la vida, pero resulta que la que está presente en nuestro país, fruto de la desigualdad, atemoriza a la comunidad entera.
- La violencia de género, a la cual hizo referencia la vicepresidenta Raquel Peña, forma parte de otros componentes propios de sociedades injustas semejantes a la dominicana.
- Las rígidas estructuras que lesionan a nuestro pueblo son las causantes de la violencia que impera en la sociedad, y quien no lo crea así tiene en su cabeza una montaña de equivocaciones.
- Sumar desigualdad, hambre, analfabetismo, insalubridad y falta de techo, es reunir los elementos indispensables para la existencia de una sociedad preñada y lista para parir violencia.
- Una comunidad humana en la cual la mayoría de mujeres y hombres del pueblo, se acuestan y se levantan sin tener garantía de satisfacer sus necesidades para vivir, de seguro que están dominados por la indignación y prestos para la violencia.
- Las personas que conviven en una sociedad, de diferentes maneras expresan sus sensaciones físicas y morales del disgusto que sienten por la carencia de medios necesarios para el sustento. El sentir de angustia se manifiesta por medio de gestos, acciones pacíficas o de fuerza.
- Los marginados de la sociedad obran con ímpetu por el asfixie de que son víctimas. En un pobre, la actitud enérgica, brusca y furiosa, es su respuesta a la violencia sistémica que le quita la dulzura y el encanto con que llegó al mundo terrenal el día de su nacimiento.
III.- El fenómeno de la violencia aterra y desafía
- La violencia en sus diferentes formas, es un fenómeno propio de países en los cuales las estructuras y mecanismos de expresión social y política ya no sirven a los fines democráticos y de convivencia civilizada.
- El fenómeno de la violencia, está accionando de manera tan notoria y desafiante que el Estado dominicano se ha considerado amenazado, lo que lo ha motivado a tomar medidas extremas de prevención y represión, incluyendo la creación de instrumentos en los cuales están entrelazados civiles, policías y militares, en procura de recuperar el espacio de seguridad perdido.
- La violencia expresada en criminalidad ensangrentada, alarma, aterra e inquieta; lleva temor, miedo y sobresalto a lo mejor de la sociedad, a los hombres y mujeres de bien. Semejante situación obliga a las fuerzas motrices a ponerse en tensión para no sucumbir ante ella.
- La violencia no es un fenómeno de hoy. Lo que sí alarma ahora es el desarrollo de la espiral de violencia, y la nueva modalidad criminal ligada con el consumo y tráfico de estupefacientes, consecuencia de secuestros, atracos, descuartizamiento y torturas reflejadas en víctimas ligadas al bajo mundo del crimen con estampa internacional.
- Por tener la violencia diferentes elementos, se deben aunar esfuerzos dirigidos a enfrentarla colectivamente con posibilidades de éxitos, pues de lo contrario el país va a continuar viviendo en el estado de inquietud en que se encuentra hoy, que si es verdad que no estamos en un ambiente de alarma, inquieta y genera real preocupación.
- Enfrentar la violencia de género y en general, no puede ser obra exclusiva de las autoridades. Se precisa también el concurso de hombres y mujeres del pueblo con sentido de responsabilidad cívica. Las organizaciones barriales en conjunto deben convertirse en instrumentos vigilantes y de denuncias contra las actividades ilícitas, sin olvidar que el caldo de cultivo de la violencia y otros fenómenos nocivos son de naturaleza sistémica.
Idea final
- Hay que valorar como positiva la declaración hecha por la vicepresidenta Raquel Peña, al hacer referencia a la violencia de género, un fenómeno de mucha incidencia en el medio social dominicano, el cual pone de manifiesto el deterioro en que se encuentra la sociedad dominicana.