Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
En cualquier decisión relacionada con la política, sin distinguir en el plano
nacional o internacional, debe imponerse la prudencia, porque alrededor de ella
siempre se mueven intereses. Ser equilibrado en las decisiones no quiere decir
temor, sino demostración de sensatez al momento de actuar. La ponderación de
los hechos y circunstancias evita la precipitación que es mala consejera.
2.-
Tomar partida irreflexiva sobre la situación venezolana puede dar la impresión
de que el dirigente político ha actuado dominado por fanatismo; que es un
seguidor de línea política trazada previamente; un incondicional por
conveniencia o miedo; que responde a interés mezquinos; un acólito entregado a
la prepotencia imperial o, en el peor de los casos, ser una persona ridícula
carente de energía o voluntad.
3.-
No hay que ser un sabihondo para saber que desde que Hugo Chávez, inició en
Venezuela el proceso democrático, sus decisiones chocarían necesariamente con
los intereses de la minoría nacional y de los monopolios internacionales,
principalmente los de Estados Unidos. En la patria de Simón Bolívar lo que
existe hoy es, pura y simplemente, lucha, brega por quién controla el poder del
Estado, sus instituciones y los recursos naturales que poseen los venezolanos.
4.-
Durante cerca de 200 años, gobiernos odiosos y despóticos, aliados a los peores
intereses nacionales y extranjeros se sucedieron en Venezuela y aplicaron
contra los venezolanos métodos salvajes e hicieron de la corrupción una línea
de conducta, y los norteamericanos nunca se ocuparon del sufrimiento de los
venezolanos. Esto prueba que lo que mueve ahora al imperio son los recursos
naturales de Venezuela y particularmente el petróleo. No es cuestión de
derechos humanos, libertades públicas, legitimidad ni institucionalidad. Se
mueve la minoría interna y las multinacionales porque se consideran afectadas
por la Revolución Bolivariana.
5.-
No resulta fácil a los pueblos liberarse del yugo colonial, el cual comenzó con
la extracción de metales preciosos y especies, hasta ahora cuando las colonias
han pasado de ser, además de fuentes de materias primas, zonas de exportación
de capitales; y Venezuela tiene la particularidad de que es un paraíso terrenal
que guarda en su subsuelo desde petróleo, pasando por gas y siguiendo con oro y
diamantes. El colonialismo es un fenómeno de subordinación y causa de todos los
males de los pueblos que lo han sufrido y lo sufren, y Venezuela no es la
excepción.
6.-
En otro orden, la presencia de Juan Guaidó, para algunas personas resulta una
sorpresa, pero para los que en una u otra forma le damos seguimiento al proceso
que se desarrolla en Venezuela, sabíamos que de un momento a otro el imperio,
haciendo labor de prestidigitador sacaría como de un sombrero a un encantador,
que resultó ser Juan Guaidó.
7.-
Ya en fecha 19 de mayo del 2018, escribí en el periódico El Caribe lo
siguiente: “Ante el proceso democrático que lleva a cabo el pueblo venezolano,
inspirado en el Comandante Hugo Chávez, y la presencia del gobierno legítimo de
Nicolás Maduro, el imperio en el laboratorio de líderes de pacotilla ha
fabricado a Leopoldo López, y a otros que responden a la política
norteamericana. Hay que señalar que con López, no termina el montón de
“líderes” que están en la reserva para ser sacados conforme convenga a la
desestabilización”.
8.-
Cuando dije que “con López no termina el montón de “líderes” que están en la
reserva para ser sacados conforme convenga a la desestabilización”, fue porque
sabía que el imperio no descansaría en sus maquinaciones para sacar del poder a
la Revolución Bolivariana. Hay que ser muy estúpido o querer tomarles el pelo a
los demás, creer que Juan Guaidó apareció llegado del cielo enviado como un ser
lleno de divinidad, y no un cuadro escogido por el momento para, haciendo el
papel de avanzada, quitarle el poder a las masas populares venezolanas.
9.-
El enfrentamiento que hay en Venezuela en la presente coyuntura no comenzó
ahora; simplemente se ha agudizado. Las fuerzas en pugnas siempre han estado
ahí; nunca han abandonado el escenario. Los adversarios en todo momento se han
mantenido presentes y en contradicción. Lo que ocurre en la ocasión es que el
imperio ha cambiado de métodos; comportándose más descarado y agresivo, y
considera que está en condiciones de derrotar a la Revolución Bolivariana. La
lucha de contrarios genera crisis, en la que se advierte un viraje brusco de la
situación, y la agudización de las contradicciones sociales puede llevar a un
choque frontal antagónico del cual es
posible que salgan vencedoras las grandes mayorías nacionales, siempre y cuando
estén correctamente dirigidas.
10.-
Con relación a la actual crisis que hay en Venezuela, cada quien que interviene
en la discusión tiene su punto de vista, condicionado por identificación
ideológica con la Revolución Bolivariana, coincidencia con los intereses de la
minoría nacional venezolana y el imperio norteamericano, o desconocimiento de
la realidad política. Es casi imposible estar sin tomar partido porque, por lo
general, cada persona tiene su postura ideológica, la cual expresa a veces de
la manera más sutil. Sin importar cómo se exponga un criterio, sale a relucir
la simpatía o la desafección.
11.-
El momento político y social venezolano no permite la indiferencia de parte de
los hombres y mujeres que se sienten comprometidos con los cambios que favorecen a los que en cada país son los
más, es decir, al pueblo. La
agresión de que es objeto Venezuela
manda a que se manifieste con ella la más alta expresión de la especie humana,
la solidaridad, sin caer en averiguaciones bizantinas que a nada conducen. No
es cuestión de si en el curso del proceso democrático se han ejecutado aciertos
o desaciertos. Las circunstancias imponen estar al lado de quien es víctima de
la agresión.
Santiago
de los Caballeros,
1 de
febrero de 2019.