lunes, 19 de marzo de 2018

Todavía nos queda la niñez

Por: Ramón Antonio Veras.


I.- Lo que revela nuestra realidad

1.- En el curso de una conversación sostenida con un amigo, me manifestó que al leer mis escritos en la prensa había observado que hago énfasis en la niñez dominicana y la necesidad de orientarla correctamente en el hogar y en los centros escolares. Le respondí a mi interlocutor que su advertencia sobre mis artículos en torno a la inquietud por los niños es correcta y la reiteración responde a que creo que en esa línea hay que continuar trillando.

2.- Partiendo de la idea que me he formado, extraída de la realidad que vivimos, real y efectivamente me inquieta la forma de comportarse en el orden ético y moral de la generalidad de los miembros que componen la comunidad dominicana y cómo los peores vicios se afianzan cada vez más llegando a conformar la forma de pensar y actuar de segmentos sociales que hasta no hace mucho tiempo tenían un proceder distinto al que ahora exhiben.

3.- La diversificación, propagación y extensión de inconductas antes no observadas en nuestro ambiente muestran su afianzamiento y revelan que con el transcurrir de los años han sido perfectamente asimiladas y negativamente muy bien aprovechadas por sus receptores. En lugar de rechazar las acciones antisociales lo que se observa es que son asumidas y bien digeridas por aquellos que de ellas se han alimentado.

4.- Lo que estamos comprobando es que hay una indiferencia total a las prácticas divorciadas de la decencia; tolerancia que asombra hacia lo que significa indecencia, y alianza impúdica con lo que representa degradación. Ante la no repugnancia a lo que simboliza degeneración, hay que admitir que nos estamos moviendo en un medio propicio, tolerado y de simpatía al fenómeno de la corrupción en todas sus manifestaciones. Muy pocos grupos sociales organizados y con poder de decisión demuestran rechazo a las lacras que arropan el cuerpo social de nuestro país. .

5.- Lo que pinta la realidad de nuestro país en lo ético y moral es que ciertamente aquí hay personas y grupos sociales contrarios a todo lo que significa vicio y degeneración social. Pero esto no quiere decir, en modo alguno, que como sociedad la degradación sea extraña a la esencia misma del sistema que le sirve de caldo de cultivo y la sigue, anda con ella mezclada, enredada hasta el tuétano.


 II.- La esperanza está en la niñez. Función de los padres; sus fallas

6.- Si un ordenamiento económico y social está entregado a los vicios, y no se vislumbra en lo inmediato un cambio que elimine lo que significa crapuloso, concupiscencia, relajamiento, depravación y degradación, entonces lo que nos queda es estar esperanzados, confiados en lo que está al margen de la podredumbre, lo no contaminado y salvable. En el caso específico de nuestro país lo único fiable es la niñez, siempre y cuando sea guiada por caminos de honradez, honestidad, integridad y solidez en principios éticos y morales.

7.- Debemos de ser realistas, poner nuestro reloj de razonar en hora, acorde con el signo de los tiempos, y así nos daremos cuenta de que el país está obligado como comunidad civilizada a aprovechar lo que nos queda y se pueda formar saludable porque está libre de los vicios que corroen la sociedad dominicana de hoy, entre los que sobresalen deshonestidad, falsía, hipocresía, traición y ambición desmedida por alcanzar la mercancía dinero sin ningún esfuerzo.

8.- Si todavía contamos con niñas y niños que están en condiciones de ser correctamente formados, y estamos conscientes de que la enseñanza ocupa el lugar central de todo sistema de organización de la vida, debemos esforzarnos para contar en el futuro con seres humanos de buen proceder porque su formación está gestada partiendo del aprovechamiento de su disposición de aprender las buenas costumbres y todos aquellos valores que rodean a la persona y la hacen adecuada para el buen vivir en comunidad.

9.- El más profundo y alto sentido de los principios que rigen la moral del ser humano son aquellos que se adquieren en la niñez, y son los mismos que van a determinar sus potencialidades para compartir y querer a los demás por el sólo hecho de formar parte de la comunidad humana. El dominicano y la dominicana del mañana deben actuar con la diferencia que separa a la persona física de los animales, es decir, por la conducta y los instrumentos utilizados en la actividad laboral.

10.- El perfeccionamiento del proceder de una persona solamente es posible lograrlo obteniendo buenas actuaciones desde la niñez; si logramos la decente formación en los primeros años del niño, de seguro que en la adultez no incurrirá en faltas que vengan a dañar el ambiente donde viven. Un joven de correcta orientación tiene un porvenir cierto, siempre  y cuando sea sometido a una educación que haga de él un sujeto autorizado, acreditado por el sello que le sirve de distinción a su carácter que es la identificación de la conducta cultivada para llegar a ser modelo de ciudadano de bien.

11.- No hay que hacer mucho esfuerzo para comprender que el carácter con el cual se ha levantado la juventud nuestra de los últimos años es sumamente débil, carece de vigor y su titular prueba haber tenido una orientación que cede ante cualquier influencia extraña. La flaqueza de que está constituida la conciencia de los jóvenes actuales revela que tuvieron padres flojos, complacientes, tolerantes; que carecían al dar sus consejos de la fuerza suficiente para influir en la mente de sus descendientes. Sus métodos educativos resultaron no ajustados a la realidad, no acertaron en el objetivo que debe perseguir todo progenitor de entregarle a la sociedad un ser humano que ajuste sus actuaciones a las normas de buen vivir. La sociedad pequeña, la familia, si hace una obra mala, cuando entra a la sociedad grande de mala se convierte en pésima.

12.- La grandeza de los padres ante los hijos no está en el exceso de demostración de afectos con caricias, sino en enseñarles en el hogar para que luego, al ser adultos, sirvan de ejemplo cívico y ciudadano. La demasiada condescendencia que se les manifiesta a los niños no prueba la buena educación que se les está dando. El papá y la mamá dan demostración de don educativo por la enseñanza que bien reciben sus vástagos. El jovencito que sale del hogar dañado, entra al medio social a pervertir por culpa de sus guías hogareños.

13.- No toda persona reúne las condiciones para darle buena formación a sus descendientes, pues no basta con cumplir con deberes de vivienda, alimentación, ropa, pago de los servicios educativos y de salud. Los padres deben ser objetivos y desapasionados; proceder como verdaderos preceptistas, además de buenos consejeros. A los niños hay que darles a conocer el criterio, la opinión certera que se tiene con respecto a una materia o asunto; hay que hacerles exposiciones comprensibles para que no guarden indecisión o vacilación de lo que han aprendido para que luego, en el accionar de sus vidas, no se comporten con inseguridad.

14.- Ser correcto con los niños y con las niñas para que en el porvenir procedan conforme a las reglas de buen vivir, no quiere decir que les dispensemos un trato grosero y descortés. Lo que deben procurar los padres es alcanzar que sus hijos y sus hijas les vean como sus mejores amigos, guías y protectores, además de sus educadores. La ternura para con los hijos debe ir acompañada de la buena educación, para que a la expresión de cariño se una la explicación con suavidad y sincero mimo.

III.- Los padres deben reflexionar

15.- Sin duda alguna, lo que está revelando la sociedad dominicana es que los padres tienen que someterse a un profundo examen en lo que se refiere a la formación de sus hijos, y la revisión que precisan no tiene espera, porque los controles requeridos por sus hijos son de tal urgencia que más tarde sería muy triste. Los ascendientes deben someterse a una sincera autocrítica y saber que están obligados a revolver su forma de educar, darle vuelta atrás a los métodos que han utilizado para entregarles a la sociedad un material humano bien hecho, realizado adecuadamente y confeccionado a la medida.

16.- Si en verdad aspiramos a tener un mejor país, debemos comenzar a cuidar a la niñez que es la que debemos formar con una orientación exquisita. Si logramos que nuestros niños y niñas se desarrollen con una conducta depurada, de seguro que vamos a dejar a la posteridad una nación integrada por ciudadanas y ciudadanos de comportamiento excelente.

17.- Está dentro de los deberes de los progenitores formar el pensamiento de sus descendientes porque la niñez es posible guiarla correctamente siempre y cuando los padres se ocupen de mantener la dirección de la educación llevándoles a la conciencia el deber de ser disciplinados, cumplidores y correctos; comportándose con responsabilidad y actuar con prudencia y seriedad.

18.- El buen papá no es aquel que satisface los deseos de sus hijos, sino el que cumple con la función de guía, instructor, preparador y organizador de la buena conducta que les acompañará para siempre. El padre que bien enseña en el hogar hace de perfecto docente y entrega a la sociedad un ser humano digno de ser modelo de ciudadano.

19.- Todo aquel que decide asumir la calidad de padre debe saber que tal condición entraña responsabilidad no solo materiales, sino también en el orden espiritual. Además de comer y vestir, a los hijos hay que aportarles ideas, conocimientos y los principios que en el curso de su existencia les van a servir de guía en sus actuaciones. Aceptar ser papá quiere decir hacerse cargo del comportamiento responsable del futuro munícipe y ciudadano.

 20.- La idea de que “los hijos no son del padre ni de la madre; son la unión de ambos personificada y es afán de perfección modelada en carne y alma”, se sintetiza en que el proceder de los descendientes es la realización de los ascendientes. El producto bien acabado prueba dedicación y escrupulosidad en su estructuración.

21.- En nuestro país cada padre de familia debe reflexionar en el sentido de si está desempeñando a cabalidad su función de orientar a sus descendientes para que en el futuro sean mujeres y hombres buenos. Cualquier momento es oportuno para deliberar con respecto a saber si se está actuando bien o mal, y los hechos están diciendo que aquí los directores de los hogares han fallado, no han obtenido buenos resultados, han demostrado desatino porque sus obras han salido mal formadas.


Santiago de los Caballeros,

19 de marzo de 2018.

A los masones de Santiago, muchas gracias

Por: Ramón Antonio Veras.

Una explicación introductoria

El martes 27 de febrero próximo pasado, 2018, en un acto efectuado en el local de la Benemérita y Respetable Logia El Nuevo Mundo, me fue entregado un pergamino de reconocimiento, y con tal motivo dije algunas palabras de las cuales cito las siguientes:

I.- Agradezco esta distinción

 a.- Hasta el ser humano más cachazudo y dominado enteramente por la parsimonia reacciona brioso y decidido al ser objeto de un homenaje. El parsimonioso se agita al saber que ha sido tomado en cuenta porque resulta difícil mantenerse despreocupado ante algo que trae alegría.

b.- Sentirse alegre tiene mayor significación cuando lo que impulsa al encanto ocurre en un medio social como el nuestro en el cual la comunidad se mantiene insatisfecha por toda una serie de fenómenos desagradables que llevan desánimo al más amigo de los alborotos. En el ambiente nuestro es bien recibido todo aquello que nos trae sano regocijo.

c.- Sería un hipócrita si fingiera decir que no me sentí bien al momento de recibir la noticia de que un organismo de la ciudad donde vivo decidió hacerme objeto de una distinción. Porque en mi vida me he comportado franco, debo decir con toda sinceridad que, ciertamente, me puse contento al saber que la Benemérita y Respetable Logia El Nuevo Mundo # 5, con motivo de cumplir el Centésimo Quincuagésimo Noveno (159) Aniversario de su fundación, me había  distinguido por mis aportes significativos a la provincia de Santiago.

d.- Es mi deseo que los directivos y miembros de esta institución acepten las gracias que les doy por la distinción que me han hecho, la cual creo prescindible, ya que las motivaciones tomadas en cuenta para otorgármela las considero irrelevantes, porque mi sencillo aporte forma parte de los compromisos que tengo con mi país y los demás pueblos del mundo.

e.- El homenaje lo acepto con absoluta humildad, despojado de todo orgullo y libre de cualquier vanidad. Lo acato con el convencimiento de que al recibirlo comprometo más el deber que tengo como munícipe de Santiago de los Caballeros.

f.- El placer que me generan los reconocimientos me hacen sentir bien y nada más. La mayor satisfacción que me producen es que puedan servir para que otros dominicanos y dominicanas se hagan acreedores de iguales distinciones por su comportamiento y las contribuciones que puedan hacer para que podamos llegar a tener el país por el cual luchamos, merecemos y necesitamos.


II.- Lo que hace al ser humano digno de elogios

1.- Debo confesar que las veces que he sido objeto de alguna distinción, más que en el halago pienso que lo más importante es que sirva como motivo para que los dominicanos y las dominicanas del futuro lo tomen como pretexto para aspirar a ser dignos de igual consideración.

2.- Es mi creencia que el ser humano no debe incidir en la vida pública pensando en llegar a ser famoso, ganar notoriedad ni aspirar a que lo califiquen de reputado o renombrado. El ciudadano o la ciudadana que cumple por convicción con el dictado de su conciencia, jamás puede perseguir con su accionar ganar prestigio, popularidad o ser acreditado, porque actúa respondiendo a ser, pura y simplemente, un ente social fiel a sus ideas,  no para ganar incondicionales, ser laureado ni motivar entusiasmo hacia su persona.

3.- Es un deber ciudadano estar integrado a los diferentes espacios de la lucha por llevar conciencia cívica a sus conciudadanos, sin que con su prédica procure ganar adeptos, admiradores o fieles seguidores. No procede con coherencia aquel que expone sus creencias no para educar, sino procurando incondicionales mediante la exaltación; sembrando fanatismo con un mensaje cargado de fervor sin contenido social alguno.


III.- Fijar en la niñez el cumplimiento del deber sin esperar recompensa


4.- El niño que es orientado para que sea buen ciudadano se forma la idea de que debe aprender para bien asimilar los principios y normas que pondría luego en ejecución. Pulir la mente, estimular la excelente formación es contribuir a que el bisoño llegue a ser un ente cultivado por las buenas costumbres. Contribuir con el mejoramiento de la sociedad es civilizar para hacer posible la socialización de los buenos sentimientos.

5.- Es de suma importancia fijar en la mente de la niñez dominicana la disposición de actuar motivada por el sentido del deber y para que comprenda que obrar cumpliendo responde a ser consecuente consigo mismo, que lo que se hace atendiendo a un compromiso social no hay que esperar premio o galardón alguno. Si estamos conscientes de que la lucha por llevarle conciencia a la clase obrera para que comprenda su misión histórica, cómo organizarse y plantear sus demandas es una responsabilidad puesta a cargo de los hombres y mujeres de avanzada, y al realizar semejante tarea no hay que sentirse merecedor de retribución.

6.- No hace otra cosa que proceder correctamente, honrar su deber y compromiso social aquel profesional del derecho que hace uso de la toga y el birrete para defender a los perseguidos y presos por su posición  política, por lo que resulta un contrasentido esperar satisfacción o pago por algo que es un deber de conciencia; la puesta en práctica de lo que es y debe ser la realización de un mandato; una diligencia que está en la esencia misma de quien se considera cumplidor de los principios éticos y morales que está llamado a honrar el abogado íntegro, escrupuloso y abnegado.

7.- El ciudadano que se identifica con los que hacen suya la brega por el adecentamiento de la vida pública del país y el funcionamiento real y efectivo de las instituciones, no hace otra cosa que ser coherente con su creencia si abraza las causas de aquellos que se movilizan reclamando que se gobierne en base a la Constitución y que se le aplique la ley a todos y todas por igual. No debe esperar lisonjas, ponderaciones, alabanzas ni piropos quien es coherente con lo que sermonea.

8.- Una persona pone a prueba la vocación democrática por la actitud que exhibe frente a un gobierno odioso y despótico que aplica métodos salvajes contra sus opositores desconociendo las garantías constitucionales. Ante semejante situación, el ciudadano comprometido con las causas nobles no tiene otra alternativa que  enfrentarlo sin esperar que por su posición se le haga exaltación a su ajustado proceder, ya que la actitud adecuada es la que debe prohijar sin esperar apología de ninguna clase.

9.- Dentro de los deberes de los que abrazan las causas justas de los pueblos está ir a los barrios marginados del país, y en sus centros culturales impartir charlas y conferencias, así como llevar a cabo seminarios, a los fines de despertar la conciencia de sus miembros, sin que por sus acciones esperen recibir glorificaciones.

10.- Hacer uso de los medios de comunicación para orientar correctamente a la opinión pública mediante mensajes cívicos, no le da derecho al escritor u orientador a recibir congratulaciones, ya que es deber de toda persona que cultiva el intelecto con responsabilidad desarrollarlo con el objetivo de dar a conocer su pensamiento expresando aquellos valores que sirven para crear un ambiente en el cual la vida en común se haga acorde con normas de civilización.

11.- No tiene que esperar elogios aquel que escribe con sentido de compromiso social, porque está obligado a crear con su forma de escribir un estilo distinto al de aquellos que ponen su inteligencia al servicio de causas extrañas a la sana y oportuna orientación. La mente, la razón tiene valor por su uso en provecho de la comunidad, pues lo contrario sería ser inteligente sin contribuir con la facultad que se tiene para la entrega de conocimientos al medio social.

12.- La persona sensible demuestra su posición con relación a la solidaridad, expresándola en cualquier momento y sin distinguir que la manifieste en su lar nativo o en el extranjero. Para ser solidario e internacionalista hay que actuar despojado de todo criterio chauvinista o patrioterismo sectario. Llevar a la práctica, defender la causa de los demás no hace al practicante merecedor de títulos de dignidad, respetabilidad y prestigio, como tampoco merecedor de fama, gloria ni reputación. La posición de un individuo cualquiera en la sociedad donde vive no se la da su forma de pensar, sino la postura que asume ante los hechos; las actuaciones son las que en última instancia van a determinar el nivel, su estatura respecto a los demás.

IV.- Por las personas hablan sus hechos

13.- Nadie nace con la designación de lo que va a ser mañana como ente social; cada quien tiene la posibilidad de hacer su destino; el medio donde acciona le impulsará a tomar tal o cual determinación. Así como hay personas que se comportan como si no existieran en el planeta tierra, con lo que prueban ser inexistentes desde el punto de vista de la producción social, hay otras que son las hacedoras; las que llevan a cabo su pensamiento ejecutando, y ponen en marcha materializando sus proyectos, produciendo para el bien y la satisfacción de todas y todos.

14.- Lo que una persona hace o deja de hacer en el tránsito por la vida, la reseña detallada en lo que ha intervenido, nunca podrá ser la invención de un componedor interesado en hacer confusa la imagen de alguien con un historial de lucha social fundamentado en documentos en los cuales están asentados los antecedentes de los acontecimientos en los cuales ha intervenido.

15.- Lo que enseña el accionar sincero es que el que hace labor social con sentido cívico y de política honrada no debe actuar pensando en llegar a ser calificado como decoroso, íntegro, probo o pudoroso. Nadie puede definirse por lo que crea de sí mismo, ni por los reconocimientos de que sea objeto. Lo que le va a servir al ser humano para su definición son los hechos, las acciones; sus obras materiales y espirituales; su quehacer en el medio donde ha desarrollado sus actividades, sin importar la heroicidad, proezas e intrepidez bajo las cuales han sido llevadas a cabo. Las hacedoras y los hacedores no necesitan reconocimientos porque sus hechos están ahí, y no los eliminan  los perversos ni la unión de las  lenguas viperinas.

16.- En lo que a mí respecta, aunque me alegra recibir una distinción, seguiré haciendo mía la idea expuesta por José Martí: “yo no trabajo por mi fama, puesto que toda la del mundo cabe en un grano de maíz”. Este pensamiento martiano, luego fue fielmente interpretado por el comandante Fidel Castro, cuando dijo “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.


Santiago de los Caballeros,

12 de marzo de 2018

Lo que en nuestro medio trae un homenaje

Dedico este artículo a las víctimas  de la envidia.

Por: Ramón Antonio Veras.

Explicación previa

Luego de concluir un acto en el cual fui objeto de reconocimiento por la Alcaldía del Ayuntamiento de Santiago, uno de mis nietos, con la candidez que caracteriza a los niños, me dijo: “Abuelo, de seguro que estas muy contento por este homenaje y por la presencia de tus amistades”. Luego de escucharle le prometí escribir un artículo en el cual le explicaría lo que entraña ser objeto de una distinción en un país con la composición clasista como el nuestro.

I.- La dicha de conocer el medio social y el comportamiento de algunas clases sociales

1.- Todos aquellos que hemos llegado a la tercera edad viviendo en nuestro país sin dejarnos dominar por los vicios que dañan a las personas, podemos sentirnos afortunados; acompañados por un signo que nos ha guiado para ser verdaderos suertudos. Mantenerse libre de las taras que hacen al ser humano dañoso, es demostración de que la casualidad, en determinadas circunstancias, juega su papel para que la buena estrella se mantenga de la mano con la dicha.

2.- Precisamente dichoso, afortunado es quien moviéndose en forma pendulante en la clasificación de las clases sociales se siente estar liberado para saber convivir con grupos humanos influenciados por lacras que lesionan vivamente la mente hasta convertirla en una vasija para alojar rencores, recelos y los atavismos que mantienen afinidad con lo que es aversión.

3.- Realmente la dicha mía reside en haber aprendido de mi madre las instrucciones que me dio para que no dejara que en mi forma de pensar ejercieran el mando las ideas, las opiniones, los conceptos, las doctrinas que llevan al individuo a ser un resentido social; disgustado permanentemente; amargado por costumbre y dolido sin causa alguna. Mi progenitora me formó con conocimientos sólidos para que durante todo el curso de mi vida me mantuviera despojado de lo malévolo, licencioso, corrompido, insidioso, inservible, improductivo, y de todo lo que resulta falto de sentido o de razón.

4.- La ideología que guía mis actuaciones me manda a que me mantenga comportándome como me educó mamá para que en mí fuera preponderante actuar en base a principios, que la conducta hable por mí, y sin dejarme arrastrar por chismes, intrigas y cuantas invectivas salen de las gargantas de aquellos que disfrutan fastidiando, manchando, aunque sin lograrlo, el proceder digno y honrado.

5.- Porque tengo bien  firmes mis convicciones me mantengo al margen de todo aquello que me pueda afectar anímicamente y quitarme el deseo que siempre me acompaña para vivir animado y sentirme bien; determinado para todo aquello que sirve de aliento y hace posible que pueda empujar, enfervorizar a los demás reanimándoles para que no caigan en el abatimiento. Animar, infundir alegría está en quienes creemos que es bueno transmitir disposición; espolear para sacar de su estado de pena a los alicaídos, achicopalados y perturbados.

6.- El diario vivir me ha enseñado que aquellos que no tenemos cuentas pendientes con acciones delincuenciales ni nos hemos movido en las aguas sucias del fenómeno de la corrupción pública y privada, estamos en condiciones de mantenernos satisfechos, complacidos y altamente jubilosos. Aquel que bien actúa debe hacer caso omiso, no tomar en cuenta las murmuraciones provenientes de los que se sienten ofendidos con el éxito de los meritorios. Es propio de los sensatos no tomar en cuenta, hacer oídos sordos a los comentarios aviesos de los perversos.

7.- La sociedad dominicana bajo la cual me ha correspondido vivir, no es la adecuada para el alivio; espacio físico propicio para olvidar los contratiempos y mantenerse al margen de intrigas, chismes, críticas gratuitas y cuantas diabluras y maldades pueden salir de un cerebro obsceno, empedernido y letrino. El proceder condescendiente no abunda en la conducta de muchos de mis coterráneos. La intolerancia y el castigo con la lengua venenosa se señorean aquí como dueños de las relaciones humanas.

8.- Conservarse encantado en un medio donde el chisme-como dijo el profesor Juan Bosch- es una industria, constituye una demostración de madurez, buen juicio y hacer uso oportuno de la razón, a la vez que es prueba de conocer el comportamiento de amplias capas sociales inclinadas a la demolición de honras, estropear conductas, aniquilar virtudes, hundir la fama bien ganada y hacer saltar por los aires el buen nombre de aquellos hombres y mujeres que han tenido una conducta intachable. Estar debidamente enterado de la actitud de ciertos grupos sociales permite advertir su forma de reaccionar ante los demás.

II.- Aquel que marchita la alegría está aquí

9.- En nuestro medio no todos los seres humanos anidan los mismos sentimientos y, de igual manera, hay diferentes formas de las personas percibir las sensaciones físicas y morales. Cada quien aprecia dependiendo de su modo de pensar. Hay individuos condicionados para no aceptar el éxito de aquellos que son dignos de ser distinguidos por su accionar ante la sociedad.

10.- En el escenario donde vivimos no es fácil permanecer por mucho tiempo en estado de gozo, porque de un momento a otro se tiene conocimiento de un comentario desagradable hecho por alguien  que el que está contento jamás esperó que iba a expresarse lesionando el sentimiento grato que le motiva felicidad. Por lo general, la ocasión de júbilo la daña una persona estrechamente vinculada con el regocijado, porque el desleal no resiste ver divertido a aquel a quien finge sincera amistad; buscará todas las formas para que la víctima de la falsía cambie de radiante a entristecido.

11.- Aquí hay que estar preparado para resistir los ataques que puedan venir luego de un momento de alegría, porque el que se molesta con el gozo de los exitosos permanece listo para la embestida, sin importar que su método de ataque sea haciendo un balbuceo con comentarios afrentosos. El chismoso, intrigante, envidioso y resentido se las ingenia para atropellar el deleite de los triunfadores. Los fracasados se mantienen ahítos de odio contra los que son victoriosos por su talento, triunfadores y destacados por su perseverancia y por la suma de sus sobresalientes victorias.

12.- El espacio de tiempo más bonito que puede disfrutar un ser humano al ser valorado positivamente por sus conciudadanos, se convierte en pesadumbre si no está consciente de que se mueve en un círculo social adecuado para aquellos que, ante la imposibilidad de salir adelante honestamente, recurren a expresiones de aflicción con el fin de atormentar, desazonar y entristecer a quien merece sentirse con buen ánimo y el corazón levantado de felicidad.

13.- La emoción que siente una persona física por un hecho significativo que la pone en disposición para estar contenta, en un abrir y cerrar de ojos se transforma cuando el resentido se da cuenta de la sensación de agrado, pues entonces recurre a los medios más bajos para convertir la alegría en perturbación y el sosiego en desorientación. El insustancial, el sujeto sin nada en particular, el anodino, no resiste la grandeza de quien se hace especial por su correcto obrar aportando a la sociedad.

14.- Aquel que no hace otra cosa que amargarse con los triunfos ajenos, es un contumaz envidioso y obstinado que se mantiene al acecho de los méritos reconocidos a quien lo único que hace es aportar para que el país avance en el orden económico, político, social, ético e institucional. Abrirse paso estudiando y trabajando es para el malvado algo insignificante que solo merece ser banalizado, menospreciado, simplificado, infravalorado y de cualquier forma visto sin importancia alguna.

15.- Aquí hay todo un sector de mujeres y hombres que se quedaron como el rabo, atrás y para abajo, y son los mismos que la única distinción de que se han hecho merecedores es la de pájaro de mal agüero, porque han desarrollado la habilidad para entristecer, disgustar, melancolizar, ensombrecer y apenar a todo aquel que es meritorio por llevar alegría y esperanza a los demás; confianza y pronósticos halagüeños.

Reflexiones

16.- Haber vivido casi ochenta años me permite saber que reconocimientos, distinciones y elogios personales pueden servir, entre otras cosas, como cedazos para separar a los amigos auténticos de los falsos y a los puros de los postizos, además de que siempre es oportuno limpiar de impurezas el grupo de amigos y amigas; tamizar de vez en cuando hace posible que solo nos quedemos con quienes tienen y merecen la calidad de castizos.

17.- En este país, aquel se levanta por su propio esfuerzo debe cuidarse al ser objeto de merecimientos, porque sufrirá mucho si no está debidamente preparado para saber que el meritorio objeto de elogios tiene como adversarios a todos aquellos que en el seno de la sociedad carecen de virtudes. La glorificación de los seres humanos excelentes se convierte en amargura para los mediocres, vulgares y patanes.

18.- Los exitosos deben ver sus triunfos como la consecuencia directa de su esfuerzo, y no ufanarse por los logros alcanzados que, en resumidas cuentas, son pasajeros y carecen de trascendencia si no tienen un alcance social, porque solamente lo que se obtiene en provecho de la sociedad merece ser tomado en consideración. La grandeza del ser humano se mide por su proceder, su actitud ante la vida, por el comportamiento que asume en favor de las causas justas.

19.- Lo único que hace al ser humano digno de elogio o reconocimiento es lo que ejecuta en el medio donde vive en interés de la comunidad. Merecimiento le corresponde a quien aporta en el orden material y espiritual para que la sociedad injusta cambie, y  desaparezca así  la desigualdad de oportunidades, la discriminación y el odio, y pueda luego imperar la unidad, la comprensión sin distinción de etnia, clase social o credo ideológico. Lo demás es insignificancia, ridiculez y puras nimiedades.

20.- En el medio nuestro hay todo un segmento social que por su estructura clasista, forma de pensar y la ideología que guía sus actos está condicionado para el individualismo, y su excesivo amor hacia sí mismo le lleva a tomar en cuenta solamente lo que es de su conveniencia, reduciendo a la nada la obra de los demás. Ese mismo grupo humano, por su forma de pensar y actuar, no resiste el triunfo de aquellos que se elevan por estar despojados de ingratitud y falsía.

21.- Aprovecho este escrito para decirles a mis nietas y nietos que un homenaje hace posible hacer sentir bien al homenajeado, fortalecer  vínculos sinceros de familiaridad y amistad, así como también  para quitarle el velo que cubre el fingimiento de los que testimonian lo que no sienten, y con su mojigatería se evidencian como lo que en verdad son: practicantes de dobleces.



Santiago de los Caballeros,

5 de marzo de 2018.

Por el Santiago que merecemos y queremos

Por: Ramón Antonio Veras.

I.- Querer a la ciudad de Santiago de los Caballeros

1.- Ningún ser humano escoge el lugar de su nacimiento. Escapa a la voluntad de la criatura seleccionar en el globo terráqueo dónde va a llegar al mundo de los vivos. Lo que si puede hacer una persona es dentro de su patria preferir tal o cual territorio para residir en forma permanente o transitoria.

2.- Particularmente yo, resolví vivir en la República Dominicana, específicamente en la ciudad de Santiago de los Caballeros, y para tomar esta determinación no lo pensé dos veces; la ejecuté sin titubear, duda alguna o vacilación. Mi voluntad de hacer mi vida en el terreno cuna de mi nacimiento fue libérrima, sin caer en balanceo de ninguna clase.

3.- Todo lo de Santiago me gusta; me cautivan sus gentes por su trato llano, afable y directo; me fascina su clima y admiro la laboriosidad de sus habitantes. Me mantengo seducido por lo que es el espacio físico donde mi madre me parió. Mi Santiago querido forma parte de mi existencia; estoy capturado por ese pedazo de tierra que llevo prendido en mi corazón.

4.- Por la importancia que tiene para mí la ciudad de Santiago de los Caballeros, me motiva a permanecer atento a todo lo que ocurre en su seno. Me he formado la idea de que mi Santiago debe ser el lugar donde su población lleve una vida acogedora dentro de sus posibilidades.

5.- Tenerle cariño a Santiago es llevarlo pegado del alma para que sea un lugar en el cual cada quien se interese para que sea hospitalario; un sitio donde el visitante se dé cuenta de que ha llegado a una comunidad de mujeres y hombres con sentido de solidaridad, cordialidad y sociabilidad.

6.- El Santiago de los Caballeros que merecemos y aspiramos tener,  debe ser viable, sin dificultad para vivir material y espiritualmente; un ambiente donde la posibilidad de permanecer sea hacedora, realizable, y no un sitio de padecimiento prolongado, un calvario para estar siempre en dificultad.

7.- La postura con relación a la ciudad donde muchos habitamos, no debe depender de la persona que esté al frente de la alcaldía. La actitud de los que queremos a Santiago viable es la de estar siempre con la atención puesta en lo que conviene o no a la comunidad; vigilantes a los fines de que nuestra villa sea la que aspiramos y necesitamos.

8.- La forma de comportarnos con respecto al Santiago de los Caballeros que deseamos disfrutar, es la que nos va a calificar como santiagueras y santiagueros que queremos a nuestra ciudad, sin importar la persona que la administra en un momento determinado. Por lo que a mi atañe, puedo decir que lo que le conviene a Santiago de los Caballeros está por encima de pequeñeces y sectarismo; caprichos, resabios y diferencias personales; apetencias grupales y todas aquellas debilidades que solamente sirven para dividir a los seres humanos por asuntos intrascendentes.

9.- La ciudad de Santiago de los Caballeros, en los últimos años, desde el punto de vista de la administración municipal se ha movido entre más o menos buena, aceptable y pésima, La actual, partiendo de lo desastrosa que fue la anterior, se puede decir que se ha mantenido buena en lo que se refiere al ornato, limpieza  y ha dado pasos positivos en procura de organizar el desorden en el tránsito urbano de vehículos.

10.- Es posible que si el alcalde de Santiago mantuviera relaciones armoniosas con sectores de la comunidad que están en disposición de aportar sin procurar beneficios personales ni para hacer politiquería, habría hecho hasta la fecha una mejor gestión. Si es cierto que el administrador del cabildo tiene adversarios políticos que se interesan por llevarlo al fracaso en su gestión, no es menos cierto que hay munícipes en disposición de colaborar por el bien de Santiago y nada más.

II.- Dificultades en Santiago que deben preocuparnos a todas y a todos. Soluciones posibles

11.- Porque soy un hombre libre por entero y no procuro quitarle espacio político a nadie, me siento plenamente abierto; sin restricción para expresar mi sentir; decir lo que es mi parecer para que se solucionen algunos problemas que afectan a todas y a todos los que vivimos en Santiago, entre los que se destacan:

a.-) El desorden en el tránsito de vehículos. En un pasado reciente  se unificaron el desarrollo del maquinismo vehicular y el fenómeno de la corrupción, lo que ha traído como consecuencia que nuestro querido Santiago se ha convertido en algo luciferino; en un medio en el cual vivir constituye un castigo permanente, moverse por cualquier lugar es un enredo que mortifica porque el caos predomina.

b.-) Los negocios efectuados por la alcaldía anterior con las franjas que autorizan a los carros del transporte público a transitar por determinadas calles, y la comercialización con el cambio y extensión de rutas para favorecer empresas expendedoras de alimentos, trajo consigo el trastorno de lo que era el movimiento normal de vehículos de concho. La mercancía dinero se impuso sobre la tranquilidad espiritual y la seguridad personal de los habitantes de la ciudad de Santiago de los Caballeros. Procede que las nuevas autoridades municipales dejen sin efecto los cambios de rutas que se llevaron a cabo mediante negocios que han lesionado vivamente a nuestra comunidad.

c.-) El servicio de taxis. La labor de los taxistas en la ciudad de Santiago, en sentido general, es buena, y el material humano ejecuta su trabajo con honradez y eficiencia. El problema de la operación de los taxis es que tiene prácticamente ocupado todo el espacio público en los lugares donde se aglomeran muchas personas, sin importar que sea clínica, supermercado o restaurant.

d.-)  Tomando en consideración lo necesario que es el servicio de taxi, lo que procede es que la Alcaldía del Ayuntamiento de Santiago, acuerde con los dueños de los vehículos para que tengan una base, o un centro donde se mantengan estacionados a la espera de ser requeridos para realizar su trabajo. La realidad es que los carros de taxis no deben continuar convertidos en los amos de los espacios públicos. Una solución convenida se impone por el bien de los habitantes de Santiago de los Caballeros, de los taxistas y de los dueños de los vehículos.

e.-) Los negocios y el estacionamiento de vehículos. En varias urbanizaciones de Santiago, la instalación de un colegio o el funcionamiento de un restaurant, es un pandemónium, porque la intranquilidad existente termina de inmediato. Algunos de los que abren al público una actividad comercial creen que la vía pública es de su propiedad y una prolongación del espacio donde realizan sus actividades comerciales.

f.-) Se impone que el departamento que en la Alcaldía del Ayuntamiento de Santiago,  tiene competencia para autorizar la construcción de una edificación para negocios, exija que en los planos se especifique el área destinada para el estacionamiento de los vehículos de sus futuros clientes. Las calles y avenidas son de uso público y no para que los dueños de negocios las utilicen como parqueo de sus parroquianos. De igual manera, el organismo público con atribuciones para autorizar el funcionamiento de un negocio de cualquier naturaleza, debe solicitar indicar en los planos los lugares donde estacionaran sus vehículos los clientes.

g.-) Estacionamiento sobre las calzadas. Los desaprensivos que se han dispuesto convertir a la ciudad de Santiago de los Caballeros, en un lugar imposible de vivir en paz, ahora están haciendo uso de las calzadas para estacionar sus vehículos, situación que obliga al transeúnte a caminar por el centro de las calles, exponiéndose a ser atropellado por el proceder temerario de un conductor cualquiera. Procede que las autoridades ejerzan sus funciones ante aquellos que anarquizan el ambiente con sus actuaciones abusivas.

h.-) La instalación de negocios en las aceras. Además de constituir una acción abusiva e irresponsable, el funcionamiento en las aceras de negocios basados en la venta de frutas a las personas que conducen u ocupan vehículos, representa un trastorno en el tránsito por calles y avenidas en la ciudad de Santiago de los Caballeros, porque una vez el conductor se detiene se forma una obstrucción  que trae como consecuencia un desorden en el movimiento vehicular. Hay que tomar medidas a los fines de impedir la colocación de mesetas en las aceras para el expendio de frutas y otros alimentos. 

III.- Explorar soluciones
 
12.- Resulta atinado examinar todo aquello que venga en provecho de resolver o atenuar los inconvenientes que existen en nuestra ciudad por el aumento desordenado de las rutas,  los carros y guaguas del transporte público. Es necesario que el asunto del tránsito de vehículos en Santiago se le busque una solución, lo que iría en favor de todas y todos los que habitamos y queremos una ciudad acogedora, agradable.

13.- Conviene ponderar nuevamente el desempeño de los parquímetros en el centro histórico de la ciudad de Santiago de los Caballeros. Es posible que un nuevo acuerdo entre la Alcaldía del Ayuntamiento de Santiago y la compañía dueña de los parquímetros, haga posible paliar los inconvenientes presentes por el tránsito anárquico de vehículos, principalmente en el centro de la ciudad. En lugar de agravar la dificultad actual, los parquímetros pueden representar un amortiguamiento.

14.- Las santiagueras y los santiagueros que en verdad quieren a su ciudad y desean vivir en un ambiente de tranquilidad espiritual, están en el deber de armarse de sensatez; poner a funcionar el sentido común y el buen uso de la razón para hacer caso omiso a los que no hacen ni dejan hacer, y siempre apuestan al fracaso; están preparados para el descalabro, pero nunca piensan en los aciertos, en tener éxitos, alcanzar los objetivos perseguidos.

15.- Las dificultades que afectan a la ciudad de Santiago de los Caballeros, lesionan a todas y a todos los que en ella habitamos, y deben ser enfrentadas por los munícipes que aspiramos a disfrutar de un ambiente sano y libre de complicaciones generadas por aquellos que no se adaptan a la vida civilizada.

16.-El interés por tener un Santiago limpio y organizado no debe ser un empeño exclusivo de la alcaldía. El deseo de la colectividad santiaguera por una ciudad acogedora ha de estar más allá de las autoridades municipales. Es signo de ser un buen ciudadano y munícipe querer a su país y a la ciudad  donde habitamos para que las instituciones funcionen con el concurso de las autoridades locales, y las mujeres y los hombres que se interesan por una ciudad digna de ser habilitada por ser bonita.


Santiago de los Caballeros,

26 de febrero de 2018.