Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
Por formación familiar y convicción ideológica, no suelo anidar en mi
conciencia odio, aborrecimiento ni enconos. Solo sé dar afectos, cariño, porque
creo que afrentar daña al ser humano, lo reduce. Pero por el hecho de no ser
persona de agraviar, bajo ningún concepto permito ser maltratado, ni mucho
menos que mi familia sea ofendida, de ninguna manera ultrajada.
2.- Resulta
ofensivo para mi familia y la parte sana de la sociedad dominicana, el
trato gracioso que se le está dando a Adriano Román, quien está condenado por los tribunales
dominicanos a cumplir en prisión penas de veinte años, por las tentativas de
asesinatos contra su ex esposa Miguelina LLaverías y mi hijo Jordi Veras. Las
sentencias precisan que debe cumplir sus
condenas en el Centro Corrección y Rehabilitación Rafey Hombres, no en su casa,
en un hotel ni en clínica alguna.
3.-
En forma reiterada he dicho que la salud de Adriano Román, debe ser preservada
para que cumpla las sanciones penales de las que se ha hecho merecer por sus
acciones criminales. Pero la sanidad de Román, no puede ser tomada como un
medio para que lleve una vida
regocijante, de divertimiento, burlándose de
las decisiones judiciales y de sus víctimas.
4.-
El asunto de la prisión de Adriano Román, ha sido manejado en forma
sospechosa a espaldas de los
perjudicados, a escondidas de los martirizados, solapadamente contra los lesionados, aunque es
conocido su prontuario, su
tenebroso repertorio criminal que
incluye acciones delincuencias que han
ameritado condenas por torturas
contra Miguelina LLaverías, mientras era su esposa, y el
acto de sicariato contra ella después de
estar divorciados; el operativo
criminal contra su finado hermano Pablo Román; la actuación
de piromaniáco frente al
ciudadano Genaro Pérez, y la tentativa de asesinato contra Jordi.
5.-
La conocida criminalidad de Adriano Román, no debe ser cubierta con un manto de
impunidad, precisamente en un momento
que el perdón al crimen carcome la
sociedad dominicana. Un abrigo de papeletas no puede hacer el papel de frazada,
ni una bolsa de dinero como colcha para
la liberación encubierta de quien
ha ensangrentado a familias decentes y ruborizado a los que en nuestro país todavía sirven como
seres humanos.
6.-
Es bueno que la opinión pública sensata del país sepa que Adriano Román, bajo
el argumento de que está enfermo, tiene 140 días viviendo en un centro de salud
privado de la ciudad de Santiago de los Caballeros, aunque el Procurador de la
Corte de Apelación del Distrito Judicial de Santiago, declaró tener en su poder
un informe rendido por una junta médica
que evaluó la situación del recluso, y
solo espera la decisión del juez de ejecución de la pena para que determine si envía a Román a Rafey
mediante la decisión en una vista pública o administrativamente .
7.-
Durante el tiempo que Adriano Román ha permanecido resplandeciente en su
morada, muy recontento, bizbirondo, como
una pascua, le ha servido para celebrar
su matrimonio, viajar desde Santiago de los Caballeros a la ciudad capital y hasta proyectar citas
con jueces.
8.-
La vida placentera, deleitosa, que
Adriano Román ha llevado en
Rafey, la ha continuado en su nuevo alojamiento el cual utiliza como lugar de
veraneo, donde ha estado refugiado como huésped de un largo pernoctar.
9.- Lo mejor de la sociedad dominicana y mi
familia tenemos justos motivos para interpretar como una burla, un escarnio,
puro sarcasmo, la tolerancia, la complacencia que órganos públicos tienen hacia Adriano Román. Se observa una
sospechosa condescendencia hacia un
criminal consuetudinario, un verdadero peligro social.
10.-
Aprovecho el día de hoy, jueves 2 de
febrero 2017, precisamente cuando se cumplen 80 meses de la tentativa de
asesinato contra mi hijo Jordi, para
reclamar de las autoridades y órganos responsables de garantizar el
cumplimiento de las sanciones impuestas
a Adriano Román, por los crímenes contra Miguelina Llaverías y
Jordi Veras, expliquen al país todo lo que ha rodeado la permanencia de Adriano
Román, durante 140 días en una clínica de Santiago.
11.-
En el hipotético caso de no recibir una explicación oportuna y plausible, en mi
condición de padre de Jordi, víctima de una tentativa de asesinato en la modalidad de sicariato, obra
planificada y pagada por Adriano Román,
con todo pesar me veré en el ineludible deber de renovar el caso de mi hijo
ante organismos internacionales de los
cuales nuestro país es
signatario. No me voy a dejar vencer por el dinero y la impunidad.
Santiago
de los Caballeros,
2
de febrero de 2017.