lunes, 6 de febrero de 2017

A los 80 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi



Por: Ramón Antonio Veras.
1.- Por formación familiar y convicción ideológica, no suelo anidar en mi conciencia odio, aborrecimiento ni enconos. Solo sé dar afectos, cariño, porque creo que afrentar daña al ser humano, lo reduce. Pero por el hecho de no ser persona de agraviar, bajo ningún concepto permito ser maltratado, ni mucho menos que mi familia sea ofendida, de ninguna manera ultrajada.

2.-  Resulta  ofensivo para mi familia y la parte sana de la sociedad dominicana, el trato gracioso que se le está dando a Adriano Román,  quien está condenado por los tribunales dominicanos a cumplir  en prisión  penas de veinte años, por las tentativas de asesinatos contra su ex esposa Miguelina LLaverías y mi hijo Jordi Veras. Las sentencias precisan que  debe cumplir sus condenas en el Centro Corrección y Rehabilitación Rafey Hombres, no en su casa, en un hotel ni  en clínica alguna.

3.- En forma reiterada he dicho que la salud de Adriano Román, debe ser preservada para que cumpla las sanciones penales de las que se ha hecho merecer por sus acciones criminales. Pero la sanidad de Román, no puede ser tomada como un medio para que  lleve una vida regocijante, de divertimiento, burlándose de  las decisiones judiciales y de sus víctimas.

4.- El asunto  de la prisión de  Adriano Román, ha sido manejado en forma sospechosa a espaldas  de los perjudicados, a escondidas de los martirizados, solapadamente  contra los lesionados, aunque es conocido   su prontuario,  su  tenebroso repertorio  criminal que incluye acciones delincuencias   que han ameritado condenas  por  torturas  contra Miguelina LLaverías, mientras era su esposa,  y  el acto  de sicariato contra ella después de estar divorciados; el operativo  criminal  contra su  finado hermano Pablo Román;  la actuación  de piromaniáco  frente al ciudadano Genaro Pérez, y la tentativa de asesinato contra Jordi.

5.- La conocida criminalidad de Adriano Román, no debe ser cubierta con un manto de impunidad, precisamente  en un momento que el perdón al crimen  carcome la sociedad dominicana. Un abrigo de papeletas no puede hacer el papel de frazada, ni  una bolsa de dinero como  colcha para  la liberación encubierta  de quien ha ensangrentado a familias decentes y ruborizado  a los que en nuestro país todavía sirven como seres humanos.

6.- Es bueno que la opinión pública sensata del país sepa que Adriano Román, bajo el argumento de que está enfermo, tiene 140 días viviendo en un centro de salud privado de la ciudad de Santiago de los Caballeros, aunque el Procurador de la Corte de Apelación del Distrito Judicial de Santiago, declaró tener en su poder un informe rendido por  una junta médica que evaluó la situación del recluso,   y solo espera la decisión del juez de ejecución de la pena  para que determine si envía a Román a Rafey mediante la decisión en una vista pública o administrativamente .

7.- Durante el tiempo que Adriano Román ha permanecido resplandeciente en su morada,  muy recontento, bizbirondo, como una pascua,  le ha servido para celebrar su matrimonio, viajar desde Santiago de los Caballeros  a la ciudad capital y hasta proyectar citas con jueces.

8.- La vida placentera, deleitosa, que  Adriano Román  ha llevado en Rafey, la ha continuado en su nuevo alojamiento el cual utiliza como lugar de veraneo, donde ha estado refugiado como huésped de un  largo pernoctar.   

9.-  Lo mejor de la sociedad dominicana y mi familia tenemos justos motivos para interpretar como una burla, un escarnio, puro sarcasmo, la tolerancia, la complacencia que órganos públicos   tienen hacia Adriano Román. Se observa una sospechosa condescendencia hacia  un criminal consuetudinario, un verdadero peligro social.

10.- Aprovecho el día de hoy,  jueves 2 de febrero 2017, precisamente cuando se cumplen 80 meses de la tentativa de asesinato contra mi hijo Jordi,  para reclamar de las autoridades y órganos responsables de garantizar el cumplimiento de las sanciones impuestas   a  Adriano Román,  por los crímenes contra Miguelina Llaverías y Jordi Veras, expliquen al país todo lo que ha rodeado la permanencia de Adriano Román, durante 140 días en una clínica de Santiago.

11.- En el hipotético caso de no recibir una explicación oportuna y plausible, en mi condición de padre de Jordi, víctima de una tentativa de asesinato  en la modalidad de sicariato, obra planificada y pagada por  Adriano Román, con todo pesar me veré en el ineludible deber de renovar el caso de mi hijo ante organismos internacionales de los  cuales    nuestro país es signatario. No me voy a dejar vencer por el dinero  y la impunidad.


Santiago de los Caballeros,

2 de febrero de 2017.

Los abusos en JetBlue


Por: Ramón Antonio Veras.

1.- El irrespetuoso  está presente en todas partes y demuestra su insolencia  sin tomar en cuenta que lesiona los derechos de aquellos ante quienes accionan   demostrando así un comportamiento desvergonzado.

2.- Pero cuando el atrevido está al servicio de una persona  física o moral, por la actitud del grosero responde su patrono o empleador que tolera actos toscos al descomedido.

3.-  He dicho todo  lo anterior porque el día martes, diez (10) de enero en curso, 2017, al momento de abordar el  avión de JetBlue, que me trasladaría desde Newark  a  Santiago, en el  vuelo 893, un empleado  de la línea aérea, en forma iracunda me ordenó entregarle mi pequeña maleta de mano para colocarla en el lugar del avión donde va el equipaje de bodega.

4.- Le expliqué  al exasperado empleado de JetBlue, que la maleta de mano  con que viajaba contenía objetos que podían romperse o maltratarse   a no ser que los  llevara  en mi compartimiento dentro del avión.

5.-     El  descomedido servidor de JetBlue, a la explicación que le di,   me respondió como todo un fresco,  conminándome a que entregara la maletita de mano,  o tendría que viajar en otro vuelo. Ante semejante disyuntiva, le entregué  mi maletita al arrogante trabajador de JetBlue.

6.- Una vez penetré al avión  y procedí abrir el compartimiento que  me correspondía conforme el número de mi asiento, observé  que el mismo  estaba ocupado por maletas de mano de pasajeros que habían  abordado antes que yo, y se encontraban sentados en sus respectivos  puestos.

7.- Al llegar a Santiago y abrir mi maleta de mano, todos los objetos  que venían dentro de la misma estaban unos destruidos y otros mallugados,  tal como lo había previsto.

8.- Lo que me ocurrió a mi le ha sucedido a otros pasajeros, que también han sido objeto de los mismos tratos ignominiosos por personal de JetBlue.

9.- El engreimiento de muchos de los servidores de JetBlue, llega al  colmo, de no entregar en el curso del vuelo los formularios de inmigración y aduanas,  y si los mismos son requeridos por los pasajeros, estos reciben respuestas ofensivas, como ocurrió en el vuelo 893,   de JetBlue, ya indicado.

10.- En los  vuelos de JetBlue, corresponde  a  sus  auxiliares, tener la dirección  y control  de la colocación del equipaje  por cada pasajero en una parte del compartimiento ubicado encima de la cabeza donde está sentado.

11.- Algunos empleados engreídos,  y con la tolerancia de JetBlue,  llegan a creerse  estar  por encima de los derechos, el respeto y la consideración  que merecen los pasajeros, los cuales no tienen que pagar las negativas  consecuencias de la falta de controles.  En el interior del  avión a cada ocupante de un asiento le corresponde  una parte del compartimiento.

12.- La dignidad, la honra  y consideración de una persona no puede estar  a merced del capricho de ningún  extralimitado ejecutor de tropelías. Por tanto, todo pasajero que sea víctima  de una actitud desaprensiva  de un  empleado de JetBlue,  o de cualquier línea aérea, debe hacerlo del conocimiento público para que  las prácticas odiosas  desaparezcan y no se conviertan en acciones toleradas que desdicen mucho de lo que es una comunidad humana, como lo es la dominicana,  que respeta y se hace respetar.



Santiago de los Caballeros,

13 de enero  de 2017.