Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
La sociedad humana da signos de agrietamiento una vez en ella se manifiestan
fenómenos nocivos ante los cuales los miembros de la comunidad necesitan
mecanismos materiales y espirituales
para defenderse de los ataques provenientes de
antisociales que se convierten en incorregibles.
2.-
El nivel de desbarajuste que se encuentra el ambiente dominicano desde hace
muchos años, ha hecho posible que
sujetos como Adriano Román, de conducta fallida, contumaz asesino, recalcitrante criminal, y
reincidente contratante de
sicarios, organizara y financiara la
tentativa de asesinato contra mi hijo.
3.-
La realidad está demostrando que individuos obstinados en la
criminalidad, como Adriano Román, no pueden recibir en los centros carcelarios
el trato que se les da a los delincuentes primarios y de ocasión. Ante ellos no
puede disminuirse la sanción, menguar la vigilancia, y mucho menos acortarse el tiempo de
permanencia en los centros de posible corrección, aunque los impertinentes y envalentonados en lo criminoso no tienen
componte.
4.-
La habitualidad en el crimen se comprueba por la práctica corriente en su
ejecución, lo que hace al autor de esa actividad un consuetudinario criminal.
Precisamente, Adriano Román, está acostumbrado a las operaciones criminales; en él es usual, común, muy frecuente disponer
de la vida de personas de bien.
5.-
El rosario criminal, la serie de operaciones delincuenciales, el conjunto de
atentados, la cadena de tramas de Adriano Román, contra la vida de Miguelina Llaverías en dos
ocasiones; la ejecución criminal contra su hermano Pablo Román; el operativo homicida en la variedad de
piromaniático contra Genaro-Yoryi-Pérez, y la tentativa de asesinato contra mi
hijo Jordi, revelan que la sociedad dominicana tiene en su seno, en la persona de Adriano Román, a todo un
criminal, a un peligroso criminógeno, a un
homicida tenebroso, a un malhechor que escoge a sus víctimas en forma
infame, como todo un malévolo.
6.-
La tentativa de asesinato contra Jordi, de cuya acción criminal se cumplen hoy
75 meses, es obra de la mentalidad
malhechora de Adriano Román, y ejecutada
por una asociación de sicarios, verdaderos profesionales del crimen, que el 2 de junio de 2010, quisieron eliminar
físicamente a mi hijo.
7.-
Adriano Román, y los que se unieron para materializar el asesinato contra Jordi, no conformes con la sentencia
de primer grado y de apelación, ahora han recurrido en casación ante la Suprema Corte de Justicia. Pero continuaré
ahí, como siempre, dándole el frente al crimen y a criminales como Adriano
Román y sus pandilla de sicarios.
8.-
Frente a los que quisieron matar a mi hijo Jordi, no tengo alternativa, opción
ni alteración en mi decisión de seguir adelante, confiado en que la justicia ha
de prevalecer ante la delincuencia. Por muy agrietada que esté la sociedad
dominicana, no puedo claudicar ante el
sicariato, sucumbir ante los matones; ni mucho menos ceder, transigir para que
el espacio que deben ocupar las mujeres y los hombres de bien sea tomado por
los que, como Adriano Román, tienen dinero para pagar las tarifas de los
matones a sueldos.
Santiago
de los Caballeros,
2
de septiembre de 2016.