El proceder responsable a punto de desaparecer
I.- Por los años que he vivido, trato de conocer el proceder de mi gente
- Sobrevivir por muchos años permite al ser humano conocer algo del proceder de las personas de la comunidad donde ha permanecido durante cierto período de tiempo.
- No soy, ni pretendo ser, un dedicado a investigar las ciencias sociales, ni en particular las diferentes formas de actuar de las personas físicas en el medio social donde realizan sus actividades cotidianas.
- Creo no estar equivocado, si escribo diciendo que he adquirido más conocimientos con la práctica de la vida, que por medio de los estudios en las escuelas y en la universidad.
- Relacionarme con mujeres y hombres de diferentes países del mundo, y haber vivido de manera ininterrumpida compartiendo con distintas clases y capas del mosaico social dominicano, me han llevado a tener una idea, más o menos clara, de cómo actúa la generalidad de mis connacionales.
- De manera objetiva he llegado a darme cuenta de que la opinión que en mi mente he abrigado de la persona consciente de sus deberes, la responsable, ya no está presente en el mayor número de mis coterráneos.
II.- La palabra responsable y mi mamá
- La palabra responsable no la leí por primera vez en un libro, sino que la escuché salida de la boca de mi madre, siendo todavía un niño.
- Estando muy pequeñito, mamá logró que el Seguro Social, le asignara dos botellas de leche, pero había que estar de lunes a viernes, a las tres y media de la madrugada, en el lugar donde se procuraba el apreciado alimento.
- Mi madre, muy eufórica, me dijo: “Negro, ya tú sabes, eres responsable de que esa leche esté aquí todos los días; es tu deber levantarte antes de las tres y media de la madrugada”.
- Al escuchar la palabra responsable expresada por mamá, sentí que ella había puesto a mi cargo la responsabilidad de que, desde el lunes hasta el viernes, en mi casa estuvieran las dos botellas de leche.
- Una vez mi progenitora me impuso la obligación de que las dos botellas de leche estuvieran a su alcance, sentí que me había dado una orden que debía cumplir, un compromiso, si no legal, por lo menos moral.
- El hecho de mamá mandarme a realizar la tarea de buscar las dos botellas de leche antes de las tres y media de la madrugada, fue comprometerme, responsabilizarme de cumplir lo que ella me había requerido y debía hacer para honrar mi responsabilidad.
III.- El responsable, aquí está en extinción
- Porque me formé con la idea de que es un deber cumplir aquello a que está uno obligado a hacer, me he dado cuenta de que ser responsable ya no forma parte de la cultura de los nuestros.
- El concepto de responsable ha dejado de estar en la conciencia de los dominicanos y las dominicanas de esta época. Ahora predomina la informalidad sobre la seriedad y la ligereza en lugar de la solidez en las actuaciones.
- En el ambiente nacional dominicano, las personas irresponsables se comportan como si fueran de las más serias, como que no son capaz de engañar ni burlar a nadie.
- En nuestro país, la casi desaparición del responsable ha hecho posible que ese individuo inconsciente sea aceptado como el buen ciudadano que reúne las condiciones para confiarle una misión delicada.
- Esa mujer o ese hombre que a diario vemos accionando con descaro, es el mismo que obra sin reflexionar el daño que hace con sus actuaciones deshonestas, como si aquí ya la ligereza estuviera imponiéndose a la sensatez.
Ideas finales
- Ese ser humano inconstante, de formación liviana, es el que ha surgido en la nueva deteriorada sociedad dominicana; es el que se comporta libre de responsabilidad social, cívica y ciudadana, porque la reciedumbre desapareció aquí para que la falta de entereza tomara su imperio.
- En vista de la posible extinción de la persona que abrazaba con honor obrar con responsabilidad, entonces aquí llegó ese que se comporta voluble, reniega de la lealtad, y es fiel a la frescura, a la negligencia y a la irresponsabilidad.
- Ese tipejo que anda por ahí actuando deshonrible, es el atrabanco que trajo el presente orden social, una vez desaparecieron las mujeres y los hombres hechos para ser pudorosos, totalmente comedidos, apegados a la vergüenza y educados para cumplir con sus obligaciones como entes sociales de bien.
- Porque ser responsable es un estorbo para quien se identifica con la sinvergüencería, en el ambiente dominicano abundan los caraduras que muy a gusto se mueven en la degradada politiquería, haciendo de esta una actividad propia del truhán.
- Si queremos volver a conquistar al nacional dominicano responsable, debemos preocuparnos por instaurar un modo de vida en el cual se formen mujeres y hombres cumplidores y enteramente probos.
- En esta misma apestosa e injusta sociedad, debemos comenzar a formar a la niñez que en el mañana va a poner en la sepultura al actual sistema social y a todas sus lacras, incluyendo al hombre y a la mujer de proceder irresponsable.