Por:
Ramón Antonio Veras.
1.-
Con el transcurrir de los años procuro estar razonando en el presente, en lo
nuevo, novedoso y naciente. Me olvido del pasado, de lo viejo y lo antiguo que a veces solo
sirve para desorientarnos y colocarnos en el plano mal encaminado,
desconcertado y en lo escabroso.
2.-
En el caso de mi hijo Jordi, víctima de una operación criminal en la modalidad de sicariato, ejecutada el 2 de
junio de 2010, como padre, cada año
nuevo en el calendario Gregoriano se convierte para mí en un asunto fresco,
actual porque lo mantengo en la conciencia como algo flamante que me toca a
cada momento las fibras más sensibles de mi corazón.
3.-
El tiempo transcurrido desde el día que
los sicarios pagados por Adriano Román, ejecutaron su compromiso de matar a
Jordi el 2 de junio de 2010, no me ha pasado
así por así. Lo he mantenido siempre presente sin detenerse en el
pensamiento para que, con el paso de los
años, no prescriba en mi conciencia y me sirva de aliciente para
que, como alimento de padre, impulsarme
a no ceder sin importar las
circunstancias.
4.-
La constancia, el deseo de seguir adelante, sacar hasta de donde no hay,
motiva mi tenacidad para
que la justicia predomine, se conserve viva y no se pierda en el olvido.
Preservar, sacar hasta debajo de la
tierra, me lleva a no abandonar,
flaquear, no renunciar a que el expediente de Jordi se maneje con la
correcta transparencia.
5.-
La espera, en el caso de mi hijo, se ha convertido para mí en un punto de suma
importancia, porque con ella he tenido que manejarme en las distintas etapas de
la investigación judicial y policial, así como
en el curso del proceso ante la jurisdicción de juicio. Aguardar sin desesperarme y estando a la expectativa
del resultado en cada ocasión.
6.- Dar tiempo al tiempo, armarme de paciencia,
aliarme con la calma para esperar. Atender a que la esperanza me sirva de
tranquilidad espiritual, y así no caer en la
desesperación, la desesperanza y el desánimo. Sé que debo mantenerme
rebosado de aliento, incentivado para no desvanecerme en ningún momento.
7.-
En estos momentos tengo la atención puesta en la decisión que ha de tomar
nuestro más alto tribunal con relación al recurso de casación interpuesto por
la generalidad de los que quisieron matar a
Jordi. La resolución, la sentencia que se emita tiene para mi relación
con el tiempo, en lo que he esperado
desde que ocurrió el hecho. De entonces a acá he vivido momentos aciagos.
8.-
Las diferentes instancias recorridas por el expediente relacionado con el asunto de mi hijo, no han limitado mi deseo de reclamar justicia.
Por el contrario, en la medida que transcurren
los meses y los años se fortalece mi voluntad, se robustece la
convicción que tengo de que serán
sancionados como merecen y establecen nuestras leyes penales, todos los
responsables de la tentativa de asesinato contra Jordi.
9.-
En diferentes oportunidades he dicho, y
lo reitero, que en ningún momento he puesto en duda la responsabilidad,
honestidad y sentido de justicia que han demostrado los magistrados que en las
distintas instancias del servicio judicial, han tenido a su cargo el expediente
del caso relacionado con mi hijo, y
ahora mantengo la misma posición de confianza.
10.-
Ante la decisión que tome la Suprema
Corte de Justicia, ahora apoderada de los recursos interpuestos por la mayoría
de los imputados, me inclinaré
reverente, porque soy respetuoso de las decisiones judiciales emitidas
por jueces probos, probados en la rectitud y con historial de integridad y
decencia.
Pensilvania,
2 de enero de 2017.