Por: Ramón Antonio
Veras.
1.-
Quisieron asesinar a mi hijo Jordi, física y moralmente, pero no lo
lograron; de la acción de los sicarios que apretaron el gatillo salvó la
vida por ventura y las ciencias médicas; los agresores morales corrieron
la misma suerte que los imputados porque ellos deben ser vistos enlazados
por la sentencia condenatoria.
2.-
Procuraron impedir la investigación y contaminarla con el fin de que nos enfrentáramos con la fiscalía y la Policía Nacional;
no lo consiguieron porque no nos desesperamos, nos mantuvimos serenos,
depositando confianza y colaborando con los encargados de las pesquisas.
Ensayaron eternizar el proceso pero no se les dio, porque aunque con
muchas dificultades, les vencimos y, finalmente, el caso
concluyó en primera instancia.
3.-
Anhelaron presentar como responsables del hecho criminal a personas
inocentes, pero fracasaron en su intento porque la trama la denunciamos
como una maniobra burda para encubrir a los verdaderos culpables.
4.-
Aspiraron a cubrir la realidad con la apariencia, haciendo publicaciones
elaboradas en oficinas de abogados promiscuos, con el fin de presentar la
persona de Adriano Román, como extraña al operativo criminal, pero fallaron en
su intento porque a la postre se evidenció su culpabilidad mediante
grabaciones y otras pruebas.
5.-
Ambicionaron sustraer del expediente las piezas que constituyen las
pruebas verdaderas para sustituirlas por falsas, pero no alcanzaron
sus objetivos porque les descubrimos a
tiempo sus pretensiones fraudulentas.
6.-
Afanaron en la jurisdicción de instrucción queriendo invalidar la mayor
cantidad y mejores medios de pruebas de que disponía la fiscalía, pero fueron
rechazadas sus pretensiones porque las evidencias habían sido obtenidas
rodeadas de la mayor legalidad procesal.
7.-
Buscaron por cansancio vencer el deseo de la justicia, de la sociedad y
de nuestra familia, pero fue fallido su intento porque nuestro ahínco se puso por encima de sus
maquinaciones para obtener impunidad.
8.-
La perseverancia para que se hiciera una seria investigación; la tenacidad
reclamando justicia limpia; la constancia para que las pruebas fueran lo
suficientemente sólidas para que se dictara una sentencia convincente, se logró
resistiéndolo todo, sin demostrar el más mínimo cansancio ni entrega alguna.
9.-
Por medio del dinero se mantuvieron mediante chicanas, reenviando las distintas
audiencias pero, finalmente, la sistemática denuncia pública
poniendo en evidencia la complicidad de la defensoría pública, pulverizó las
maniobras y el proceso avanzó hasta concluir con la sentencia condenatoria en
primer grado.
10.-
La decisión del tribunal sancionando a los imputados en el caso de mi hijo
Jordi, constituye un mensaje de esperanza para lo mejor de la sociedad
dominicana, más en la presente coyuntura de criminalidad que ahora estamos
viviendo. Hoy, 2 de julio de 2014, al cumplirse 49 meses de la tentativa de
asesinato contra Jordi, el tribunal va a proceder a leer íntegramente la
sentencia que condenó al que pagó y a los que organizaron y
ejecutaron el operativo criminal.
11.-
Ahora, ante la condena en su contra, los que quisieron asesinar a
Jordi, están jugando dos cartas: Una, asesorados por sus cómplices
legales buscarán desacreditar y revocar la sentencia y, segundo,
continuarán en su afán de matarme a mí y también a Jordi.
12.-
Los asesinos y sus compinches legales fracasarán en sus recursos,
porque la sentencia, al ser dictada con apego a las pruebas ajustadas a la ley
y al derecho, resistirá todas las impugnaciones, y sus planes criminales no
lograran materializarlos porque estamos advertidos y preparados para
responderles en el escenario que escojan.
2
de julio 2014.