jueves, 27 de octubre de 2022

Esa violencia de Haití, de dónde viene

I.- El buen trato genera cordiales relaciones

  1. La especie humana está constituida en cuerpo y alma para la afabilidad en el trato, y que la ternura y la absoluta bondad sean expresiones de fraternas comunicaciones.
  2. La aspereza es signo de dureza y aleja el sano entendimiento, que solamente se logra mediante la mutua comprensión entre quienes tienen la capacidad de discernir.
  3. No es lo mismo sentir la utilización de la fuerza, que ser objeto del trato dulce y civilizado. La intención rencorosa y cruel, se dejan ver allí donde hay lucha apasionada y la porfía enconada.
  4. Cuando el enfrentamiento de clases sociales se hace repugnante, las partes que se disputan el control del Estado recurren a métodos propios de salvajes.

II.- Recodando actos desagradables

  1. Con todo pesar recordamos ahora hechos que nos han servido para tener una idea de hasta dónde llegan las personas en su apasionamiento político y afán por reducir a la nada a sus adversarios. Veamos
  2. La tarde del día 9 de febrero de 1966, residíamos en la ciudad capital. Mientras nos encontrábamos en el segundo nivel de una casa ubicada en la acera norte de la calle Padre Billini a esquina 19 de Marzo, en el curso de una movilización popular, atónitos vimos a un joven quemar vivo a un agente de la Policía Nacional.
  3. En los primeros meses de 1970, en un interrogatorio practicado por agentes policiales, en Santiago, a Ramón Fernández (a) Vargas Vila o Momoncito, le desprendieron sus órganos genitales
  4. El 9 de octubre de 1971, cinco jóvenes pertenecientes al Club Héctor J. Díaz, fueron secuestrados por agentes de la Policía Nacional, y luego de ser asesinados, sus ojos, piernas, brazos, cabezas, pies y manos, esparcidos por distintos barrios de la ciudad capital, incluyendo en los terrenos del hoy Estadio Quisqueya Juan Marichal.
  5. El 7 de mayo del 1976, el encargado del Servicio Secreto de la Policía Nacional, en Santiago, a puros garrotazos le sacó un ojo al dirigente del movimiento Popular Dominicano, Efraín Martínez Rodríguez o Ramón del Rosario.
  6. Los citados hechos espeluznantes, que en su momento llenaron de horror a lo mejor y más sensible del pueblo dominicano, ocurrieron en diferentes etapas del proceso político que ha vivido nuestro país.
  7. Es de desear que nunca más, nos corresponda vivir en situaciones que por la brega social lamentamos haber padecido. Aquellos fueron episodios no queridos, pero que pueden suceder en cualquier país del mundo donde imperen sistemas sociales basados en la desigualdad.

III.- Las masas populares no propician la violencia; solamente responden a ella

  1. El espacio de tiempo que nuestro pueblo ha vivido en los últimos años, en el orden de la lucha de las diferentes clases sociales por alcanzar el poder, difiere de aquellas épocas cuando ocurrieron las desagradables acciones teñidas de sangre.
  2. La etapa de la guerra de abril de 1965, la fase de los 12 años del doctor Balaguer y el lapso de 1978 hasta ahora, marcan ciclos distintos de la batalla social llevada a cabo por el pueblo en su empeño por tomar el poder político.
  3. Ninguna persona está llamada a adivinar la duración del espacio de tiempo que va a mantenerse la vía pacífica en la brega por el poder.
  4. No es el pueblo, las masas trabajadoras, los humildes, quienes inventan el método para alcanzar el poder del Estado. El camino, la ruta a transitar, será determinado por la situación, por el momento que va a resultar de un conjunto de condiciones y circunstancias creadas de manera objetiva.
  5. Los oprimidos por el sistema, no escogen voluntariamente la forma de lucha que han de aplicar para vencer la resistencia de sus opresores. La violencia se la aplican a las masas, y ellas se limitan a responder de igual forma.

IV.- La violencia en Haití

  1. Observamos hoy a potencias coloniales y a sus aliados, asombradas por el fenómeno de la violencia en la sociedad haitiana, aparentando no saber el origen de la misma, y haciendo creer que, de un momento a otro, los haitianos se han convertido en insubordinados sin motivo.
  2. Para conocer la causa generadora de lo que ahora ocurre en Haití, hay que refrescarse la memoria y tomar en consideración hechos que han motivado la pobreza y la indignación de ese sufrido y maltratado pueblo.
  3. El engendro de las recientes acciones violentas en Haití, hay que iniciarlas con el asalto por tropas norteamericanas al Banco Nacional de Haití, el asesinato del líder popular Charlemagne Péralte y la ocupación por el imperio del territorio haitiano por más de 17 años.
  4. La agresividad de las masas populares haitianas, está vinculada con la dinastía creada por Washington, iniciada por François Duvalier y los Tonton Macoute, y continuada a sangre, fuego y miseria por Jean-Claude Duvalier y sus leopardos.
  5. El estado de terror en Haití, es una aberración imperial mediante la cual se decidió sacar del poder a Jean Beltrán Aristy y depositarlo en África, haciendo posible la sucesión de gobiernos al servicio de los intereses monopolistas.
  6. Para hablar de Haití y la violencia que allí aterra, hay que completar la idea haciendo referencia a Francia, Estados Unidos y Canadá, así como a las rígidas estructuras que impiden el desarrollo armónico, económico y social de los haitianos.

martes, 25 de octubre de 2022

Haití no necesita de esos salvadores

I.- Deseo de alcanzar pacíficamente el poder político. Necesidad de las movilizaciones populares

  1. Nunca, jamás, en ningún momento, los grupos que históricamente han controlado el poder del Estado, se lo han entregado voluntariamente al pueblo, como fuera lo ideal. Gustosamente, de manera espontánea, el gobierno no ha pasado de la dirección de la minoría a la administración de las grandes mayorías. Siempre ha estado de por medio lo obligado, lo forzoso.
  2. Lo deseable es que el cambio económico y social se produzca pacíficamente, con suma serenidad, sin que nadie se sienta molesto, que no haga acto de presencia la belicosidad y que todo resulte en hermosa armonía.
  3. Si las clases minoritarias soltaran alegremente el poder, la mayoría, el pueblo, se evitaría verse en la necesidad de pasar, de la paz del hambre, a la brega por la comida, por la subsistencia.
  4. Las masas populares rechazan los métodos violentos. Ellas aspiran a recibir pacíficamente el Estado, sin combate frontal; alejadas de las peleas agresivas clasistas que traen fatales consecuencias.
  5. A los pueblos les vemos cómo tranquilamente van a las urnas a depositar sus votos para legalizar la democracia representativa y sus instituciones y, por vía de consecuencia, a darle vida al sistema social que les oprime.
  6. Pero llega un momento que, mujeres y hombres, cansados de mal vivir en condición de marginados sociales, cambian la forma de pugnar por alcanzar el poder político, y dejan de depositar su voto en la urna, por la disputa activa, el enfrentamiento mediante las movilizaciones de masas en las calles.
  7. La fuerza del pueblo humilde y trabajador, reside en su accionar; en su permanente desplazamiento, reclamando su derecho a una existencia digna. Su mudanza de un lugar a otro; marchando, levantando sus consignas, hace que los de abajo hagan sentir su vigor y compatibilidad.
  8. Movilizar hace posible sumar; incorporar aliados; accionar para generar cambios, y así modificar el orden establecido, el cual es una traba para el desarrollo de nuevas fuerzas productivas para el progreso nacional.

II.- Cuando termina la paz social, comienza la tirantez

  1. La aparente paz social que impera en una sociedad basada en la desigualdad de oportunidades, de un momento a otro, como es de esperar, se convierte en un conflicto, se da un choque de clases que concluye en una crisis que les genera sobrecogimiento a los que hasta ese momento estaban muy tranquilos deleitándose, saboreando la dulzura del mando político sistémico.
  2. Una vez desaparece el mesurar, y los de abajo se intranquilizan de tal manera que se convierten en insubordinados contra el statu quo, entonces los olvidados de ayer, hoy son tomados en cuenta.
  3. En toda sociedad policlasista, resulta imposible que se eternice la tolerancia de los oprimidos, porque rebelarse contra la opresión será siempre la respuesta al estrujamiento, a la asfixia que ya se hizo insoportable.
  4. Precisamente, lo que ahora ocurre en Haití, es la expresión de la exasperación, la indignación del pueblo más pobre en América Latina y el Caribe. No estamos hablando de la sublevación de una clase media acomodada, sino de millones de pobres enardecidos, ya hastiados de tanta miseria acumulada.
  5. El estado de pobreza que padecen los haitianos, no es de ahora, viene de lejos, pero nunca se escuchó una voz diciendo que había que intervenir en Haití para eliminar la indigencia.
  6. La horripilante miseria que sufren hombres y mujeres en Haití, y la opulencia de que disfruta una minoría, no debe continuar como hasta ahora. El pueblo haitiano está llamado a ponerle fin a tanto sufrimiento y desprecio.
  7. Aquellos que han llevado encima sus penurias, sin que apareciera un redentor, no necesitan ahora un árbitro para hacer el papel de bombero social. Los organismos internacionales nunca se ocuparon de lo que se llama pueblo haitiano.

III.- Los haitianos no necesitan de mediadores de ocasión

  1. Haitianas y haitianos, tienen la suficiente capacidad para solucionar sus problemas, y no necesitan de los que hoy, cuando la lucha social se ha hecho áspera, quieren llegar a Haití, a apartar, a separar a los que están enfrentados porque ya no pueden permanecer juntos.
  2. Es posible que en Haití quieran hacer acto de presencia los mismos que en 1965, llegaron a la República Dominicana, bajo el alegato de apaciguar, pero lo que hicieron fue aislar a los que ya lucían triunfadores, hasta lograr arrinconarles y obligarles a negociar a fuego de morteros.
  3. Lo que se está diseñando para Haití, es aplacar a los que se levantaron, para así proteger a unos, y a otros ahuyentarles, hacerles huir mediante la metralla. De todas formas, lo que se quiere es volver a la situación anterior, sin importar que sea matando haitianos, espantándoles o asustándoles.
  4. Bajo cualquier circunstancia, se ve mal, deja un sabor amargo, la injerencia de uno o varios países en los asuntos internos de Haití, sin importar que sea por la fuerza, en forma individual o colectiva, abierta o disimulada.
  5. No se ve bien, es algo inaceptable que se quiera atemorizar, de una u otra manera, a un pueblo que busca crear un nuevo orden social, o cambiar el modelo económico vigente que solo ha generado opresión material y espiritual.
  6. La estructura económica atrasada y dependiente que predomina en Haití, representa una traba para el progreso y desarrollo humano y, por tanto, su sustitución es imperiosa
  7. Lo que se impone es que haitianos y haitianas, resuelvan de la forma que consideren de lugar la situación interna de su país, sin la intervención de ninguna potencia u organismo internacional.

viernes, 21 de octubre de 2022

Que cese la hostilidad hacia los haitianos

I.- Debemos olvidarnos de odiosear

  1. La superestructura social sobre la cual descansa la base económica predominante en la República Dominicana, genera ideas, conceptos e instituciones que han convertido a la generalidad de los nuestros en personas que no sienten las cosas que a otros causan pena y dolor.
  2. Motiva compasión, llama a la piedad y genera mucha lástima, la insensibilidad que demuestra una gran mayoría de nuestros connacionales.
  3. Aquel que no se conduele por el dolor ajeno, es digno de ser tratado como un lastimoso cualquiera, que llegó al mundo para mover a la compasión y prueba estar hecho para generar conmiseración
  4. La actitud, la postura que asume una mujer o un hombre, ante lo que de una u otra manera afecta a los demás, define al ser humano como sensible o indiferente. Compartir la desgracia de los otros, es demostración de condolerse, estar presto para ir en auxilio de quien necesita colaboración.

II.- Se impone crear un ambiente de amor y no de hostilidad. El caso de los haitianos

  1. Lo que se está viendo en el seno de nuestro pueblo, no es la acción solidaria, sino de hostilidad hacia los nacionales haitianos.
  2. Una sociedad debe haber llegado a una alta degradación ética y moral, para despojarse de humanismo y abrazar la animadversión por prejuicios, resentimientos y otros vicios que dañan a la especie humana.
  3. Apartándose del trato usual o normal para referirse a las personas físicas, aquí, al hacer mención de los haitianos, se recurre al insulto de palabras y de cualquier forma denostar para hacer sentir aborrecible al nacional del vecino país.
  4. En lugar de acoger con el respeto que merece ese que está entre nosotros por necesidad económica, y aporta a la economía nacional, le causamos daño anímico, mortificándole como indeseable, despreciable, intruso y otras expresiones para incordiar.
  5. Ninguna persona debe ser zaherida, sin tomar en cuenta su nacionalidad, edad, etnia, pensamiento político, religioso o preferencia sexual. Aquel que con burla o malicia hiere a otro, se reduce a la nada
  6. A nuestros descendientes en los hogares, y a los alumnos en las escuelas, padres y maestros, están en el deber de educar a la niñez dominicana, en el sentido del recibimiento y acogida afectuosos, poniendo como ejemplo a aquellos que llegan aquí a aportar, no a dañar.
  7. Debemos demostrar que sabemos ser espléndidos con el extranjero que viene al país a compartir con decencia, a traer conocimientos, o a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario, insertándose en el mercado laboral de la agricultura, o en la parte pesada de la industria de la construcción.
  8. Estamos en el deber de cambiar de actitud hacia los nacionales haitianos, que están entre nosotros como consecuencia del fenómeno migratorio, que está por encima de la voluntad de los haitianos como inmigrantes, y de nosotros en condición de país receptor.
  9. No es cuestión de que el haitiano sea feo o bonito, prieto o blanco. La realidad es que, mientras en Haití y en nuestro país esté vigente un sistema social que impide el desarrollo armónico de ambos pueblos, los haitianos van a venir a vender su fuerza de trabajo al patrono dominicano que la apetece, porque se ajusta a su conveniencia económica.

III.- Compartiendo con los haitianos

  1. Para conocer a una persona hay que tratarla; frecuentar en la comunicación; intimar en actividades laborales, sociales, culturales, en fin, relacionarse de diferentes formas y escenarios.
  2. No somos expertos en la forma de ser de los seres humanos, y si opinamos sobre los haitianos, es porque con ellos hemos estado tratándonos de igual a igual, de ahí a hi, en su lar nativo, en el nuestro y en otros continentes.
  3. Conocemos la vida de los braceros haitianos, porque con ellos convivimos en los bateyes dominicanos y en las fincas sembradas de caña, del Consejo Estatal del Azúcar.
  4. Con haitianos hemos compartido en su país, en centros culturales e instituciones de Europa, Asia y África, así como también en coyunturas en las cuales han sido víctimas de persecuciones políticas, o mientras han estado disfrutando en Haití del poder político.
  5. No definimos a los haitianos como santos, ni tampoco como demonios. Pura y simplemente, los vemos como mujeres y hombres, que les ha correspondido vivir en su país en etapas y procesos sociales en los cuales han puesto de manifiesto su deseo, no alcanzado, de libertad plena, independencia y progreso social.

Ideas finales

  1. Es de desear que llegue el día, que esperamos sea más temprano que tarde, cuando los dos pueblos, el de la República Dominicana y el de Haití, tengan la posibilidad de construir un orden económico y social que satisfaga plenamente sus aspiraciones materiales y espirituales.
  2. Todo dominicano o dominicana, que se considere ser verdaderamente libre, no debe dejarse condicionar su pensamiento para anidar en su mente prejuicios contra los nacionales haitianos. Subordinarse a las prédicas de los mezquinos, es reducirse como ser humano.
  3. Darle abrigo a quienes precisan de amparo; proteger al desvalido y albergar al que desesperado necesita ser apoyado, identifica a las comunidades integradas por mujeres y hombres sensibles.
  4. Las fuerzas motrices llamadas a construir una nueva sociedad dominicana, deben demostrar que tienen la suficiente actitud para ser las auténticas continuadoras, las verdaderas herederas de la esperanza que nos han dejado aquellos que dieron sus vidas por una República Dominicana de compatriotas formados en su amor a la libertad y a la solidaridad.

lunes, 17 de octubre de 2022

El clarinazo que manda Haití

I.- El gusto de vivir bien

  1. Es normal en el ser humano querer vivir animado y permanecer contento; sentirse divertido; regocijándose ante los demás; demostrar en todo momento que se siente a gusto como persona, porque su existencia es para congratularse.
  2. Lo ideal es formar parte de una comunidad de mujeres y hombres, en la cual cada integrante exprese gozo por ser parte de una colectividad rebosada de alegría.
  3. Debemos mantenernos interesados en que nunca haga acto de presencia lo que motiva estar en situación de apenados, atribulados, ni de abatidos. Lo bueno es conservarnos libres de los pesares que marchitan la alegría.
  4. El agradable deseo del vivir está acompañado del bienestar, no de infelicidad, desgracia, desdicha, desventura y todo lo que está unido al infortunio.
  5. Lo contrario de estar a gusto, es mantenerse atribulado, cargado de mortificaciones, amarguras y aflicciones. Es, algo así, como hacer un cambio de la gloria por el infierno.
  6. La manera del ser humano sentir, guarda relación directa con el ordenamiento económico y social bajo el cual le ha correspondido vivir. Lamentarse o alegrarse se convierte en algo sistémico.
  7. La impresión que en nosotros causan las cosas; estar triste o contento, depende de los sentimientos condicionados por el medio social que nos trae pesadumbre o júbilo.

II.- La desigualdad trae pesares

  1. La persona física que nace y se desarrolla en una sociedad organizada bajo un sistema social que pone por delante el desarrollo armónico de la gente, está llamada a formarse como ente sociable.
  2. Por el contrario, llegar al mundo de los vivos en un espacio físico del globo terráqueo, donde impera un modelo económico que frena el progreso de las fuerzas productivas, lo que crea son personas hurañas, adustas, sumamente ariscas.
  3. La desigualdad de oportunidades motiva desagrado en aquellos sectores que se sienten imposibilitados de satisfacer sus necesidades indispensables para una existencia digna. La irritación, la disconformidad por la vida de pesares, lleva a las víctimas de la opresión a permanecer malhumoradas, agriadas y nunca alegres.
  4. La escasez que sufren los pobres, poco a poco fija en ellos indignación, la cual expresan de diferentes formas. Las muchas penurias crean arrebatos, y sacan de sí a los insatisfechos.
  5. Un ambiente en el cual la mayoría del pueblo se mantiene insatisfecha, está presente la contrariedad acompañada de disgustos, que traerán decepción en los que son alcanzados por precariedades que les motivan situaciones de completa inestabilidad de subsistencia.
  6. En toda sociedad que tiene por base un sistema injusto, en un santiamén aparece el momento crítico que pone en aprietos a aquellos que se benefician del orden social actual. La llegada de la crisis crea escenarios difíciles de manejar para quienes son los menos, y se convierte en festín para los que son los más, los explotados que ponen en apuro a sus adversarios.

III.- El caso de Haití como espejo

  1. Aquellos que en cada país han llevado una vida de placeres, es bueno que se detengan a pensar que lo que hoy ocurre en Haití, no es como consecuencia de una maldición divina, por la piel negra de sus nacionales, porque hablan creol y practican el vudú, sino porque el sistema mantiene oprimido a la mayoría del pueblo haitiano.
  2. En América Latina y el Caribe, los pueblos se van a levantar de igual forma áspera como en Haití, o mediante otros métodos de lucha. Cada uno buscará la forma de cómo quitarse de encima el yugo que le oprime.
  3. No hay que asustarse ni permanecer en estado de pánico por brusca que se lleva a cabo la lucha política y social en Haití. Lo que procede es democratizar la vida pública, y hacer menos pesada la existencia de los hombres y mujeres del pueblo.
  4. No es cuestión de causar susto a las clases minoritarias que gozan de los beneficios que genera el poder del Estado. Es llamar la atención de que nada garantiza que la paz social y política se va a mantener como hasta ahora.
  5. Nadie sabe hasta cuándo los marginados de la sociedad van a mantenerse tranquilos, aceptando que su vida dependa de la virtud cristiana, de la caridad, de la piedad de quien por misericordia dé una funda de comida.
  6. El caso de Haití, esa crisis que ha puesto en aprietos a los defensores del sistema injusto que mantiene a los haitianos como el país más pobre de Latinoamérica y el Caribe, debe servir como un clarinazo, para que nuestros pueblos cambien de rumbo, saliendo del modelo económico que pone a vivir bien a un grupo, y a los pueblos en la pobreza.
  7. Esa situación de intranquilidad agresiva, agitación y pleno desasosiego que ahora afecta a Haití, es posible que ocurra en otros países con iguales estructuras que frenan el desarrollo social.
  8. No es posible adivinar hasta cuándo, la mayoría de la población en estado de pobreza va a continuar resignada a vivir de la caridad pública. Si hasta la belleza cansa, la pobreza hastía.
  9. Que nadie se engañe. Las masas populares llega un momento que se cansan de tanta miseria; se aburren de permanecer en estado de indigencia; se muestran fastidiadas al no ver una luz que les alumbre un hermoso porvenir.

viernes, 14 de octubre de 2022

Para levantar un mejor país

I.- El accionar político con seriedad

  1. La política ejercida con seriedad a los fines de hacer efectivas ideas renovadoras, requiere dignidad, respetabilidad, mesura, rectitud, y nada de informalidad e insensatez; hay que darle la importancia que ella tiene, tomarla en cuenta por su trascendencia.
  2. En el accionar político hay que actuar con serenidad, sin precipitación alguna; moverse sosegado para no dar pasos a ciegas; demostrar tranquilidad espiritual, proceder con ecuanimidad y desapasionado. Al tomar decisiones políticas hay que estar libre de nerviosismo, liberado de toda agitación y alteración de ánimo.
  3. La persona que decide abrazar la política como un sacerdocio, debe estar preparada para ser correcta en sus actuaciones, cumplidora en los compromisos que asume; escrupulosa, de integridad probada y firmemente juiciosa. La función política no es para desaprensivos, irresponsables y vagabundos.
  4. La importancia que entraña la política ejercida con mesura impone que todo lo que se haga a su alrededor sea el resultado de un convencimiento aceptado como una verdad, algo serio y delicado.
  5. La broma no cuadra en los asuntos que tienen que ver con política responsable, sin importar que sea pesada, medio en broma o entre bromas.
  6. Para incidir en política persiguiendo objetivos de contenido social y de liberación, el actor ha de ser un individuo de carácter y reunir condición de dirigente; demostrar energía, gran empuje para influir por su entereza y ejemplo.
  7. Estar en política para satisfacer una inquietud, es cosa de caprichosos que, al final, demuestran que se equivocaron, pues los veleidosos están en la imposibilidad de cumplir una misión que solo puede ser obra de perseverantes, constantes y tenaces.
  8. En estos momentos resulta difícil en el mosaico político dominicano encontrar mujeres y hombres motivados, impulsados a realizar actividades que tengan por finalidad cambiar el actual desastroso estado de cosas.
  9. Lo que se mueve en el quehacer politiquero está diseñado para lo particular, no para lo general; hay mucho de impasible, y muy poco de sensible.

II.- Necesitamos políticos con visión nueva

  1. Los dominicanos y las dominicanas que mantienen a nuestro pueblo viviendo en la más profunda opresión social, desprecio e inequidad, están aquí, lo mismo que se encuentran entre nosotros, los llamados a revertir la presente situación.
  2. Solo falta que los comprometidos con la mayoría oprimida cumplan con su deber como luchadores sociales consecuentes con su forma de pensar y actuar.
  3. No es verdad que en el medio social dominicano la mayoría de los integrantes de la sociedad están conformes con la forma como estamos viviendo en lo material y espiritual.
  4. Por muy holgado que esté económicamente un sector de la sociedad, anímicamente no se siente bien ante tanta corrupción, criminalidad e impunidad, inseguridad personal y de bienes, degradación arriba y abajo, en fin, la alegría y el entusiasmo no cuadran en un ambiente de tristeza.
  5. La determinación de luchar para que nuestro país salga del atolladero que lo han metido los partidos tradicionales, se hace necesario impulsar acciones y movilizaciones unitarias, libres de sectarismo y vanguardismo absurdo.
  6. En la mente de los principales dirigentes de los partidos que controlan el electorado dominicano, no hay temas de interés; su objetivo es ocupar un cargo desde el cual, a costa del presupuesto nacional, puedan darle solución a sus preocupaciones en el orden material y espiritual.
  7. Lo que a diario vemos en el cuadro político dominicano es a una gran mayoría de políticos para los cuales son extrañas lacras sociales como hambre, miseria, desempleo, pobreza, penurias, corrupción y criminalidad.
  8. En todo medio social se generan fenómenos nocivos que en una u otra forma repugnan a amplios grupos sociales, sin importar su ubicación clasista. De ahí que es posible coordinar acciones en torno a problemas comunes y específicos; la unidad de acción hace posible que marchen en la misma línea y por el mismo camino actores con diferentes ideas políticas e ideológicas.

III.- Ideas finales

  1. Empujar en dirección hacia la limpieza social, posibilita que en el mismo trayecto se coloquen los dominicanos y las dominicanas a los cuales repugna la porquería, el basurero en que nos estamos moviendo.
  2. El impulso, la energía unificada de los que son los más hará retroceder a la minoría que gusta medrar en ambientes contaminados, infectados por la tolerancia de las vagabunderías.
  3. Por muy difícil que se presenta la situación en el orden económico, ético y moral, el pueblo tiene las suficientes reservas y potencialidades para cambiar la realidad actual y levantar un mejor país. La decepción, el desencanto jamás debe apoderarse de los que vivimos entusiasmados pensando en un futuro luminoso para todos los dominicanos y las dominicanas.

miércoles, 12 de octubre de 2022

Que los haitianos decidan

I.- La sociedad haitiana en crisis permanente

  1. En toda sociedad humana, integrada por clases sociales diferentes, se dan procesos como consecuencias de hechos sucesivos resultantes de enfrentamientos que unas veces son notorios, y en otras ocasiones imperceptibles.
  2. La lucha de lo que se llama pueblo, frente a la minoría, se lleva a cabo de diferentes formas: abierta y encubierta, pacífica y violenta, legal e ilegal, con suavidad y aspereza.
  3. La brega en un medio social compuesto por grupos humanos distintos en el sentido clasista, culmina en una crisis, que no es más que la ruptura de la unidad de los contrarios.
  4. Una crisis llega a estremecer el ordenamiento económico y social, cuando es de naturaleza estructural, y termina con la transformación de las añejas estructuras que frenan el progreso social.
  5. Esa disputa expresada por medio de la contienda política y social, luego se traduce en un pugilato decisivo del proceso que pone en aprietos a los sectores minoritarios que hasta ese momento se comportaban tranquilos manejando la situación del país. 
  6. El viraje brusco de un proceso, en una sociedad dominada por la desigualdad, pone los nervios de punta a los de arriba y alegra a los de abajo. La conmoción social espanta a los pocos, y es signo de alegría de los oprimidos.
  7. En los momentos decisivos de la lucha social de los pueblos, lo que procede es dejar que se desarrolle el proceso, que siga su evolución, sin ninguna clase de interrupción. Atajar la lucha de las masas, les quita impulso y estímulo para su triunfo. 
  8. Está comprobado que cuantas veces el poder de la minoría está a punto de ser convertido en añicos por el pueblo, viene en apoyo su aliado extranjero, para evitar así su total colapso. En abril de 1965, ante el evidente triunfo de las fuerzas constitucionalistas en nuestro país, hizo acto de presencia el imperio por medio de la intervención el 28 de abril.

II.- Cero intervenciones en Haití

  1. No tenemos datos precisos con relación a las fuerzas políticas y sociales enfrentadas en Haití, pero creemos que la crisis haitiana debe ser resuelta por los haitianos, sin intervención extranjera. Que Haití decida su propio destino.
  2. Nos inclinamos reverentes ante la independencia, autodeterminación y soberanía de los pueblos, sin importar que sean grandes o pequeños; cada uno debe resolver sus asuntos internos sin intromisión. Los haitianos están en la obligación de ponerse de acuerdo, o continuar en su lucha hasta determinar quién resulta triunfador.
  3. La palabra intervención salida de la garganta de un nacional dominicano con vocación democrática, desagrada, cae algo fastidiosa, genera irritación. 
  4. Lo que procede es que en Haití, el proceso siga su curso, hasta ver en qué termina la crisis, y al final, comprobar cuáles fuerzas económicas, políticas y sociales resultan vencedoras.
  5. En Haití, nadie, absolutamente nadie, debe atribuirse el derecho de mediador, indebidamente interpretar la voluntad de las clases sociales en pugna, como tampoco hacer el papel de árbitros o bomberos sociales.
  6. Es considerar al pueblo haitiano como poca cosa, solicitar a fuerzas militares extranjeras para que lleguen a Haití, a poner orden, como si el pueblo de Haití, no supiera solucionar sus diferendos por la vía que crea de lugar. No subestimemos a un país de mujeres y hombres con una historia hermosa de lucha por la libertad, contra el racismo, el colonialismo y la esclavitud. 
  7. Las dominicanas y los dominicanos sabemos que hay precedentes en América Latina y el Caribe, de que cuantas veces el aparato del Estado de la minoría nacional es agrietado por las fuerzas populares, llega su salvador extranjero a hacer de protector, para así truncar el proceso que tiene como objetivo llevar a cabo cambios realmente transformadores.
  8. Precisamente en nuestro país, hay un proceso democrático mutilado, cercenado el 25 de septiembre de 1963, y otro que volvió a ser amputado el 28 de abril de 1965.
  9. Aquel que crea que en Haití se soltaron los demonios, está totalmente equivocado. A nuestro entender, lo que está ocurriendo en el vecino país es la expresión de una crisis, llevada a un enfrentamiento con especial contenido económico, político y social.

III.- Ideas finales

  1. No se ve bien que cuando en un medio cualquiera se expresa una batalla social, sin importar de la naturaleza que sea, aparezcan los árbitros de ocasión, los encargados por el sistema en decadencia a hacer el papel de extinguidores.
  2. Entrometerse en los asuntos de otros países, no es ni ha sido bien visto. Allí donde usted no ha sido llamado, hace el papel de injerencista.
  3. Es feo estar de político al servicio del imperio, metiendo las narices en problemas de otros sin ser llamado a mediar. La función de metido no le luce a quien aspira a merecer la condición de estadista de altura. Eso hay que dejárselo a los politiqueros de escaso valor en el concierto de naciones. 
  4. El pueblo haitiano, aunque sea visto por el imperio y las élites latinoamericanas y caribeñas, como una caterva de negros, pobres, hediondos y mal educados, merece todo el respeto y la consideración de las mujeres y los hombres libres y dignos del mundo.
  5. Lo ideal es, y debe ser el deseo de las personas con sentir democrático, que el proceso que se desarrolla en Haití concluya con el triunfo de las fuerzas motrices que representan el porvenir, y llegue así un nuevo amanecer para las haitianas y los haitianos.

martes, 11 de octubre de 2022

Santiagueros contra el golpe a Bosch, 59 años después

Introducción 


Cada generación de mujeres y hombres, está llamada a tener conocimiento de hechos históricos ocurridos en el pasado, para que se forme una idea cabal de cómo se procedió en una etapa determinada, aunque se haga abstracción de las personas que participaron en los mismos.

I.- Ante el Golpe de Estado

  1. Al momento de la acción golpista contra Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, nos encontrábamos en la ciudad capital, donde realizábamos estudios universitarios. 
  2. Posteriormente, el día sábado 27 de septiembre del mismo año 1963, nos trasladamos a Santiago, en razón de que la universidad había sido cerrada.
  3. Una vez llegamos a Santiago, nos integramos a ejecutar tareas políticas en compañía de Gerardo Marmolejos, Juan Persia, Amiro Cordero y otros compañeros del Partido Socialista Popular.
  4. En razón de que habíamos sido de los fundadores y directivos de la Asociación de Estudiantes Secundarios de Santiago –ANES-, hicimos contactos con los compañeros de esta organización para que hiciéramos actividades de protestas públicas contra los que habían llevado a cabo el Golpe de Estado. 
  5. Para coordinar las acciones a realizar en Santiago contra los golpistas, los estudiantes secundarios organizados en la ANES, hicimos una reunión en la residencia de los esposos Contreras Pérez, que era donde residían los padres de las hermanas Contreras Pérez, una de las cuales, Hilda Contreras Pérez, formaba parte del movimiento estudiantil en Santiago y era directiva de la ANES. Acordamos realizar un mitin el día viernes 11 de octubre de ese año, en el Parque Colón de Santiago, a las 10:30 de la mañana. 
  6. Por medio de llamadas telefónicas y de viva voz, invitamos al pueblo de Santiago, a que hiciera acto de presencia en el parque Colón, en la fecha y la hora ya indicadas, para repudiar el golpe a la legalidad e institucionalidad.
  7. Previamente, le habíamos remitido una comunicación al gobernador de Santiago, Doctor Virgilio Mainardi Reyna, participándole la realización del mitin, la hora y el lugar.

II.- Reunidos en el Parque Colón. Acción represiva 

  1. Desde las primeras horas de la mañana del viernes 11 de octubre, comenzamos a llegar santiagueros y santiagueras al Parque Colón. Ya habíamos acordado quien iba a hacer de maestro de ceremonia y a pronunciar los discursos.
  2. En el momento que consideramos que había una buena cantidad de personas presentes en el acto, tomamos la palabra e invitamos a los asistentes a cantar el himno nacional. Acto seguido, luego de haber hecho una breve introducción, dijimos: Ahora hará uso de la palabra el estudiante Pedro José Segura.
  3. A los pocos segundos de Segura comenzar su exposición, decenas de agentes policiales cercaron el Parque Colón y luego penetraron al mismo, lanzando tiros al aire y bombas lacrimógenas contra los presentes.
  4. En vista de que todas las puertas de salida del parque fueron tomadas por la policía, nos fue imposible abandonarlo, lo que aprovecharon los agentes para con furia reprimirnos en forma brutal. Actuaron como si nosotros hubiésemos estado en el Parque Colón organizando el contragolpe como respuesta al puchismo militar. 
  5. Dos policías nos agarraron, lanzaron nuestro cuerpo al suelo y de inmediato comenzaron a propinarnos una paliza que nos hizo brotar sangre de la cabeza. Lo mismo pasó contra otros compañeros que se vieron impedidos de romper el cerco policial que se nos había tendido en todos los alrededores del Parque Colón.
  6. De los golpeados, el que más lesiones sufrió fue el joven Héctor Miguel Genao Peralta, quien por los golpes contundentes que recibió en la cabeza se le lesionó el cerebro y en el futuro no pudo nunca más caminar normal apoyándose en su pierna derecha.
  7. Los agentes policiales, después de la golpiza que nos propinaron, nos trasladaron aún en malas condiciones físicas, a la Cárcel Pública de la Fortaleza San Luis de Santiago, donde fuimos recibidos por miembros del ejército que, según íbamos bajando del camión, los que podíamos hacerlo por sí mismo, nos propinaban patadas, trompadas y nos pegaban con las culatas de sus fusiles.
  8. La noche del primer día de prisión, el viernes 11 de octubre de 1963, fue para la mayoría de nosotros terrible porque estábamos adoloridos, la celda resultó pequeña para el grupo y nos fue difícil acostarnos en el piso porque estaba casi en su totalidad cubierto de sangre, principalmente la que emanaba por los oídos el joven Genao Peralta. 
  9. Luego de que la policía impidió el acto del viernes 11 de octubre del año 1963, diferentes sectores de Santiago y el país protestaron por la brutal represión lanzada contra los organizadores y asistentes a la frustrada manifestación política.
  10. El doctor Virgilio Mainardi Reyna, quien desempeñaba el cargo de Gobernador de Santiago, al momento del Golpe de Estado contra Bosch, desde el mismo instante de la acción golpista se pronunció contra el derrocamiento del Presidente Bosch, y también desaprobó que se disolviera el mitin. 

III.- Rechazo público a la represión 

  1. La acción policial recibió la crítica de la comunidad de Santiago. Diferentes sectores profesionales y empresariales de esta ciudad se reunieron y acordaron remitirle al Secretario de Estado de Justicia, calidad que ahora corresponde al Procurador General de la República, un telegrama repudiando la acción policial del día viernes 11 de octubre de 1963.
          El aludido telegrama dice así:
Secretario de Justicia

Santo Domingo

Protestamos brutal e inhumana agresión Policía Nacional contra indefensos estudiantes. Gilberto Aracena, Víctor López, Osvaldo Ravelo, Rafael Castillo, José López, Rafael Gómez, Fausto Liriano, César de la Cruz, Rafael Almonte, Rafael Díaz, Sergio Balbuena, Julio Espinal, Raúl Muñoz, Juan Parra.
Fuentes:
- La Información, 11 de octubre de 1963
- El Caribe, 12 de octubre de 1963


viernes, 7 de octubre de 2022

Los inmigrantes haitianos: llegada, labores, aportes y conducta

I.- La llegada de los inmigrantes haitianos aquí

  1. Con las motivaciones más diversas, diferentes sectores de la sociedad dominicana se manifiestan contra la presencia de inmigrantes haitianos en el país. La repulsa es notoria, llegando a tomar ribetes de animadversión.
  2. A la opinión pública sensata nacional no se le dice claramente qué impulsa a ese ser humano extranjero a abandonar el lugar de su nacimiento, para llegar a estar entre nosotros y ser visto hasta con tirria.
  3. La estadía de nacionales haitianos en territorio dominicano, no es por un querer de los inmigrantes del vecino país, sino la consecuencia del desarrollo desigual entre República Dominicana y Haití.
  4. Los haitianos están aquí, con una visa legalmente obtenida; de manera clandestina, porque penetraron por debajo de los alambres; por medio de una operación de tráfico humano pagada en la frontera; cruzando a pie el río Masacre, o mediante un contrato en virtud del cual el gobierno dominicano compró, en su oportunidad, al de Haití una determinada cantidad de braceros para trabajar como bestias en los ingenios azucareros del Estado, en el corto y tiro de la caña.
  5. Los migrantes haitianos, no están escondidos. Ellos permanecen a la vista de todas y de todos, en la vía pública, moviéndose libremente por campos y ciudades, calles y avenidas.

II.- Labores realizadas por los inmigrantes haitianos

  1. Si los haitianos no encontraran espacio laboral entre nosotros, no se arriesgaran a venir. Pero ellos quieren ganarse un salario, y aquí hay grupos de poder económico que les necesitan para que, con su contribución laboral, les generen riqueza.
  2. Los trabajadores haitianos desempeñan labores productivas determinantes en la agricultura, en la parte pesada de la industria de la construcción, y en otras áreas de la economía nacional, incluyendo la del turismo élite, ese que genera amplias sumas de dólares y euros.
  3. Al plantear la salida de los inmigrantes haitianos por considerarles indeseables, necesariamente hay que consultar a los grupos económicos vinculados con el sector agrícola, construcción y turismo. Su opinión sería de gran significación, tomando en cuenta la incidencia de la mano de obra haitiana en esos sectores.
  4. La realidad demuestra que es posible formalizar la permanencia de haitianos trabajando en nuestro país, pero al parecer, para los empleadores es más rentable comprar fuerza de trabajo de forma irregular e incontrolable.
  5. A la hora de hablar de los haitianos que por necesidad económica han llegado aquí a vender su fuerza de trabajo, hay que referirse, además, a su contribución al Producto Interno Bruto y al Presupuesto Nacional dominicano.
  6. Al hablar con franqueza de la inmigración haitiana insertada como fuerza de trabajo indispensable en dominicana, hay que tocar muchos puntos sensitivos, que van desde la compra de haitianos de gobierno a gobierno y mediante contrato escrito formal, hasta quiénes hacen posible la llegada normal, habitual y semanal de cientos de mujeres haitianas embarazadas a parir a nuestros hospitales.
  7. Es todo un entramado de complicidades que existe alrededor de la inmigración haitiana, y no hay que ser un sabihondo, cientista, adivino ni brujo, para saber que la trama migratoria aquí, como en otros países del mundo, mueve amplias sumas de la mercancía dinero.

III.- Conducta de inmigrantes

  1. El material humano que integra la inmigración presente en cualquier sociedad humana, arrastra diferentes ubicaciones de clase que trae de su país de origen, al igual que desemejanza en la educación y conducta por lo que, en el territorio receptor, se comportará de forma distinta.
  2. No actúan de igual forma los nacionales dominicanos que emigran al territorio norteamericano o europeo, porque entre ellos hay contraste de conducta y lo mismo ocurre con los africanos que llegan a España y los haitianos concurrentes en República Dominicana.
  3. Conducirse bien o mal, es el resultado de la preparación buena o mala de un ente social; y esta situación ocurre en todo ambiente, con o sin inmigrantes. El obrar decente o indecente de un inmigrante lo vamos a ver en cualquier país, llámese haitianos, españoles, chinos, venezolanos, alemanes, franceses o italianos.
  4. De nuestros compatriotas inmigrantes en Estados Unidos, los hay de diferentes conductas, por lo que algunos ocupan altos cargos públicos en Norteamérica, mientras que otros, por hechos abominables, cumplen prisión en la cárcel de Búfalo.
  5. En nuestro país hay muchos hogares de familia de bien, administradas por inmigrantes haitianos que han mantenido una conducta ejemplar, a diferencia de quien o quienes cometieron el reciente y execrable triple crimen en Estero Hondo, Puerto Plata.

Ideas finales

  1. Para conocer algo de las interioridades de la inmigración haitiana, hemos compartido con ella en los infiernos bateyes dominicanos, y conviviendo de ahí ahí, en nuestro hogar, lo que nos permitió escribir dos obras.
  2. En el primer libro que escribimos con el título Inmigración, Haitianos y Esclavitud, abordamos la vida amarga del haitiano inmigrante en los centrales azucareros del Consejo Estatal del Azúcar, y el segundo Inmigración Caribeña y un Capítulo Haitiano, en el que consta un proyecto de código de trabajo que elaboramos para todo lo que tiene que ver con la venta de su fuerza de trabajo por el inmigrante de América Latina y el Caribe.
  3. Se le haría una gran contribución a la sana inteligencia del pueblo dominicano, si a nivel oficial y académico, se organiza un encuentro nacional para analizar el fenómeno migratorio haitiano, pero sin dejar nada oculto. Recordamos ahora que en julio del año 2003, el alto mando de las Fuerzas Armadas dominicanas, organizó un seminario con el tema: La frontera: prioridad de la agenda nacional del siglo XXI.
  4. En la citada actividad, los organizadores nos escogieron para participar en un panel con el tema: “La situación de legalidad e ilegalidad de los haitianos y sus descendientes. Necesidad de esclarecer la interpretación de leyes y acuerdos”.
  5. La ponencia nuestra en el aludido seminario está desarrollada en el capítulo XI, del libro: Mi parecer sobre la sociedad dominicana de hoy, con un prólogo del licenciado Olivo A. Rodríguez Huertas.

miércoles, 5 de octubre de 2022

La ética y la decencia nos traerán la alegría

I.- Luchar por materializar ideas

  1. Cada habitante de un país aspira a que el ambiente donde vive sea lo más adecuado a sus aspiraciones materiales y espirituales. Desvivirse por lo acogedor es algo normal en la especie humana.
  2. No basta con soñar estar en un espacio de plena placidez; es necesario crearlo. Los sanos objetivos se logran accionando, obrando hasta ver que sean los legítimos ideales.
  3. La voluntad dirigida a alcanzar lo que con ardor queremos, se ve satisfecha cuando esté a nuestra disposición y alcance lo que ha sido una justa pasión. La diligencia encaminada a un fin se consigue accionando con perseverancia.
  4. La práctica de la vida ha demostrado que muchos dominicanos y dominicanas, aspiran a convivir en un medio social placentero, muy acogedor, pero no han demostrado interés de que semejante situación sea su mundo real.
  5. Las realidades se llevan a cabo cuando ponemos en marcha las ideas, en procura de concretizar lo que real y efectivamente deseamos poner a nuestro alcance.
  6. Solamente cuando las personas ponen por delante aquello que es de bien para la sociedad en general, se justifican los desvelos por ver cumplidas las hermosas ilusiones.
  7. Es algo normal que la mayoría de la población de un país cualquiera, desee que los integrantes de la comunidad sean personas dotadas de bondad, para que sus actos estén ajustado a lo irreprochable, y no a lo malevo.
  8. La determinación de hacer lo correcto, es el resultado de una conducta educada para accionar acorde a las reglas del buen vivir en una sociedad civilizada. Lo contrario sería comportarse de manera censurable.
  9. La buena educación y buenos modales, no se logran por el simple deseo de contar con un conglomerado humano hecho para portarse con urbanidad. Es necesario crear las condiciones propicias para tener, como ciudadanas y ciudadanos, a entes sociales que piensen atendiendo a actuar con decencia.
  10. Adaptar a una mujer o a un hombre, para que en el ambiente donde desarrolla sus actividades acepte mantenerse como indica la ética, significa hacer que ejecute sus acciones de acuerdo a las buenas costumbres, a la moral.
  11. Lo que ha enseñado la sociedad dominicana es que el orden social bajo el cual está organizada, no se ha interesado por formar seres humanos para que actúen apegados a la decencia y a la moderación. Se ha impuesto el accionar sin integridad.

II.- Crear las condiciones para contar con un ser humano de bien

  1. Lo que está demostrando la realidad, en lo que se refiere a la persona que cree en la probidad, es que en nuestro país se está viviendo en un período en el cual de nada vale la rectitud.
  2. Poco importa la mujer o el hombre de bien, si al lado del incorrecto está la mercancía dinero, que es la que hace enloquecer, vuelve loco a la gran mayoría de nuestros connacionales.
  3. No hay que hacer mucho esfuerzo mental para comprobar que en el medio social dominicano, da lo mismo ajustar la vida a la honradez, que a la corrupción, porque allí donde todo se vende y tiene un precio, el corrupto, como el honesto y el leal, se ven como igual cosa, y se miden con la misma vara.
  4. El pensamiento de los nuestros, debe cambiar para bien para que aquel que actúa correctamente, disfrute, pueda pavonearse, hacer gala de su honestidad, alabarse de ser íntegro, preciarse de auténtico, al igual que sí es un truhan, avergonzarse, arrepentirse de haber nacido y vivir apenado por canalla. 
  5. Desear contar con comunitarios de bien, es que sean buenos, decentes, honrados y solidarios; sensibles, de buena pasta; admirables, hechos para comportarse en armonía; tomar parte con sinceridad y coincidir en lo bueno para todas y todos.
  6. Debemos de detenernos a pensar, para comprobar que el sistema social predominante ha fallado en formar a un ser humano beneficioso a la sociabilidad, ejemplar en la buena conducta, y no sea un obstáculo para el progreso y el desarrollo.

Ideas finales

  1. Un nuevo sistema educativo para la niñez dominicana, no debe dejarse de atender ni retrasar. Es algo ineludible, urgente. No debemos continuar formando compatriotas que solamente piensen en el dinero y placeres sin esfuerzo alguno.
  2. Para olvidar a ese individuo que daña a la sociedad dominicana, por ser farsante, corrupto, ambicioso, hosco, y de mala estampa, hay que obrar para tener entre nosotros al leal, de trato humano y presto para servir a los demás.
  3. Será todo alegría el día que nuestro pueblo pueda decir en voz alta, que está integrado por seres humanos formados para convivir en plena paz espiritual, por tener una conducta ajustada a la moral, la ética y plena decencia.

lunes, 3 de octubre de 2022

Ciclones desnudan sistema y salen sus lacras

I.- Ante un ciclón, aquí no importa quién sea el presidente

  1. No importa que esté gobernando Joaquín Balaguer, Guzmán Fernández, Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina o Luis Abinader. Da igual que sea uno que otro; el resultado ha sido el mismo.
  2. Las veces que en nuestro país hace acto de presencia un huracán, ocurre la misma situación adversa para la mayoría de la población, que son los pobres.
  3. No es cuestión de mala suerte, porque no es posible que coincida desdicha para los que son los más, el pueblo, mientras la minoría sea bendecida por la dicha. No es asunto de fortuna o desventura.
  4. Nadie puede ser tan estúpido para creer que las vicisitudes de que son víctimas las masas populares, como consecuencia de los ciclones, son por la incapacidad de los gobernantes de turno, en ocasión de los vientos fuertes.
  5. Las causas generadoras de las contrariedades que obstaculizan la vida normal de los marginados sociales, luego de un torbellino, hay que buscarlas al margen de quién desempeña la función de presidente de la república.
  6. Entonces, al llegar a este punto, aceptando que aumentan sufrimiento y desesperación de quienes viven en estado de pobreza al presentarse un huracán, nada tiene que ver la persona del ejecutivo, su capacidad, ni la buena o mala suerte.
  7. Sin el mayor esfuerzo mental es fácil llegar a la conclusión de que el desaliento y la desmoralización que les llega a los que padecen pobreza, después de un ciclón, es de naturaleza sistémica.

II.- Con un ciclón, llega el trastorno al país y se ve cómo estamos

  1. En la República Dominicana, cada representante del poder ejecutivo, se siente trastornado, una vez toca al territorio nacional un huracán, porque salen a flote todas las lacras del sistema.
  2. Esa pobreza extrema que está latente; que persigue la indigencia unida a los depauperados; las necesidades que aterran; las penurias permanentes, en fin, se dejan ver de manera viva los menesterosos que habitan en los barracones.
  3. Las tempestades hacen posible que nos demos cuenta de la realidad que vivimos, donde una minoría lo tiene todo, y la gran mayoría nada, y lo escaso que posee el pobre se lo lleva la brisa que trae el vendaval.
  4. Tristeza e indignación motiva ver a nuestros connacionales sufriendo, porque se sienten impotentes ante la furia de los vientos que hacen volar el zinc que cubría el techo de su casita.
  5. La falta de poder de la anciana que lucha para impedir que las aguas del río desbordado, hagan desaparecer la colchoneta que le servía como cama, y sus mínimos enseres.
  6. Esa familia que carece de lo indispensable para el diario vivir, el ciclón recién pasado le hizo la existencia más dramática, por los momentos aciagos que ha sufrido, por el fenómeno natural que la hizo más vulnerable.
  7. La desgracia causada por el huracán, ha afectado material, anímica y moralmente a esa gran masa de mujeres y hombres de nuestro pueblo, que siguen siendo los lesionados de siempre, como si fueran los escogidos por la adversidad para hacer el papel de ejemplos de los peores estragos que aquí ocurren.
  8. Lo que la realidad ha enseñado a los pobres, es que les quieren hacer permanecer condenados a vivir de pena, muy mal, en estado de fatalidad, mientras una minoría siempre está feliz, muy cómoda y a todo dar.
  9. Ningún país está llamado a estar moviéndose entre el fracaso para los que son más, y el éxito para los que son menos. Lo justo es que estemos parejos, semejantes en cuanto a las posibilidades para llevar una existencia digna.

III.- Debemos detenernos a pensar

  1. El pueblo dominicano debe hacer un alto en su devenir histórico para cambiar y no continuar como hasta ahora, que su alegría depende de que no ocurra un fenómeno de la naturaleza, y si llega a estar menos apenado porque alguien, para aparentar ser bueno de ocasión, le lanza un pedazo de pan o le regala un colchón.
  2. Las dominicanas y los dominicanos que tienen dignidad, deben analizar detenidamente y razonar en el sentido de que, por mantener un modelo económico que solo beneficia a una minoría, la gran mayoría de la población no está obligada a permanecer en la pobreza, dependiendo de limosnas.
  3. Cada vez que nuestro país es afectado por un ciclón, sale esa masa de connacionales mendigantes, y el gobernante de turno se mueve al galope en procura de calmar a la multitud de pordiosear que ansiosos por un pedazo de pan inclina su cerviz con deprecación.
  4. Un orden social infuncional e injusto, lo que crea son personas listas para limosnear; implorar la caridad pública; ir de puerta en puerta suplicando, hincando las rodillas, extendiendo las manos para pedir una moneda o un pedazo de plátano.

Ideas finales

  1. Nuestro pueblo no debe continuar como hasta ahora, generando pena, motivando compasión, causando piedad, llamando a la condolencia y hecho una cosa que da lástima. Esta situación nos daña como país de honor y dignidad.
  2. Estamos viviendo bajo un modelo económico excluyente de felicidad; que es un estorbo para el desarrollo integral; un inconveniente para un porvenir de esperanza; una rémora para la mayoría de nuestro pueblo y una traba para que el país salga adelante como conglomerado humano que aspira a un futuro de plena satisfacción material y espiritual.

sábado, 1 de octubre de 2022

Ponernos claros: sumar fuerzas y después hablamos

I.- Pluralidad de actores para liberar al país

  1. Históricamente, está comprobado que ningún proceso de cambios estructurales, ocurre químicamente puro, es decir, sin la intervención de clases diferentes.
  2. La pureza no se da en la lucha por la liberación nacional. Es imposible excluir; lo que manda la brega liberadora es sumar fuerzas motrices que hagan de dinamo, de generadoras para transformar.
  3. Para alcanzar los fines perseguidos, de sacar a los oprimidos de su situación de opresión, la política inteligente indica atraer, mediante el convencimiento, a todos aquellos sectores económicos y políticos dispuestos a levantarse contra las injusticias.
  4. En el curso de las distintas fases que transcurre el desarrollo de la marcha en procura del triunfo, se van definiendo las aspiraciones de los actores que sinceramente aspiran a cambios sociales, y las de aquellos que solo están interesados en beneficios personales.
  5. Cada quien, dependiendo de sus intereses y convicciones, decide hasta qué etapa llega en la contienda política y social. Unos comienzan y llegan hasta el final; algunos a la mitad, y otros se arrepienten y no despegan. Entre el que inicia y termina está el que queda excluido.
  6. Lo importante es no descartar a nadie. En la batalla para sacar al país del atraso y la dependencia caben, sin restricción de ninguna clase, todas las dominicanas y dominicanos dispuestos a contribuir para comenzar a sentar las bases para construir una sociedad basada en el progreso social.
  7. En lo adelante explicaremos la razón por la cual hemos hecho la introducción de los 6 párrafos anteriores. He aquí la motivación de los puntos ya citados.
  8. Hace unos días, un amigo nos dijo que estaba observando incoherencia ideológica en los escritos que habíamos hecho refiriéndome a la burguesía nacional y a la labor del Episcopado Dominicano, durante su accionar en el país por espacio de 60 años. `
  9. A nuestro paisano le prometimos que escribiríamos explicando el sentido y alcance del criterio que tenemos de la burguesía a la que nos referimos, y al trabajo llevado a cabo por los obispos alrededor de las comunidades dominicanas, donde hacen labor pastoral en el seno de nuestro pueblo. Veamos
  10. En el curso de la presentación que hicimos el día 9 de septiembre 2022, del libro de nuestra autoría “ Mi parecer sobre la sociedad dominicana de hoy”, dijimos: Quiero dar constancia de que este libro ha sido patrocinado por gentileza de CECOMSA, y la disposición de sus ejecutivos, los cuales deben ser imitados por todos aquellos capitalistas del país, que han hecho su patrimonio económico mediante prácticas normales del capitalismo, pensando como burgueses nacionales y no simplemente como ricos.

II.- Con respecto a la burguesía nacional

  1. Tenemos la creencia de que en nuestro país hay una gran cantidad de personas físicas que son ricas en dinero, pero no tienen costumbres burguesas, ni mucho menos actúan como formando parte de la burguesía nacional. Se contentan con gozar sus recursos económicos y nada más.
  2. La mujer o el hombre que acciona como de la burguesía nacional, es un ser humano laborioso, emprendedor, crea empresas y, lo más importante, defiende su centro de operaciones, su mercado nacional frente a los intereses monopolistas extranjeros.
  3. El burgués con sentir nacional, está llamado a transitar un amplio espacio en la lucha del pueblo, por romper las cadenas que nos atan al imperio, y traban el desarrollo independiente de nuestro país.
  4. Ojalá llegue pronto el día, cuando aquí esté al frente de los destinos nacionales un gobierno de amplia coalición democrática, en el cual estén integradas las fuerzas políticas y sociales que luchan por la independencia, la soberanía y el desarrollo del país, con la presencia de la burguesía nacional.
  5. No hay duda de que vamos a salir adelante cuando podamos contar con un gobierno en el cual participen los trabajadores del campo y la ciudad; pequeños y medianos miembros de la burguesía; la burguesía nacional; intelectuales, profesionales, en fin, todas las clases y capas sociales interesadas en sacar al pueblo de la pobreza, el dominio extranjero y la opresión material y espiritual.

III.- Trabajo unido con los religiosos

  1. Cualquier movimiento de contenido popular y democrático que se lleve a cabo en la República Dominicana, necesariamente debe contar con los grupos religiosos, y en especial con la Iglesia Católica, y en ella particularmente con los curas y seglares. Poco importa el lugar que ocupen en el seno de su organización religiosa.
  2. Es cuestión de que la cúpula y la base de la Iglesia Católica, se integren al proceso democrático. Si hacen honor al cristianismo de los pobres, de seguro que estarán ahí, codo a codo con los que en nuestro país son los más, el pueblo que come a veces.
  3. En cualquier espacio donde los miembros de la Iglesia Católica, estén dispuestos a empujar para hacerle la vida menos pesada a nuestro pueblo, hay que ser su aliado, hacerle compañía hasta el final, sin ninguna clase de regateo. No hay razón para esquivar la solidaridad por las mejores causas.
  4. Hay que partir de la idea de que en el mundo terrenal hay tareas que se pueden hacer en común con los practicantes religiosos, los obispos y los padres de las parroquias. Primero, juntos en la tierra, y luego, en el cielo, cada quien irá a donde merece estar, en la gloria o en el infierno.
  5. La situación de miseria que padece la gran mayoría del pueblo dominicano, no es para estarse marginando de la lucha social, ni haciendo el papel de cedazo ideológico. El drama humano dominicano motiva unidad para labores prácticas, por encima del apego ideológico.

Ideas finales

  1. La cuestión es sencilla. En el órgano para empujar por la lucha de los pobres, caben todas y todos, sin que a nadie se le pregunte su convicción religiosa. Esto es algo privado de cada quien.
  2. Todo sector de la burguesía nacional, que desee luchar al lado de su pueblo, tiene un espacio.