sábado, 27 de agosto de 2022

Motivación para leer sobre la ética

I.- Escribir sobre la ética 

  1. Escribir sobre la ética, no sería más que una actitud fuera de toda lógica, en un país como el dominicano, donde la mayoría de su población se siente regocijada por disponer de las redes sociales, para dar rienda suelta a sus sentimientos más perversos.
  2. Nada le interesa saber sobre el correcto proceder, a una sociedad humana que aloja en su seno a amplios grupos que con alegría se desahogan difamando y expresando odio.
  3. No es más que perder el tiempo, ocuparse de difundir ideas para el buen vivir en comunidad, en un ambiente social donde desde el poder del Estado no hay interés alguno en que ciudadanas y ciudadanos se formen guiados por principios éticos y morales.
  4. A pesar de lo antes expuesto, las ideas hay que exponerlas con la creencia de que en algún momento serán recogidas para que, entonces, surja una nueva forma civilizada para convivir con decencia.
  5. Si no para el presente, por lo menos para el porvenir, debemos sembrar en la conciencia de los maestros de ahora que pueden educar a niñas y a niños, a los fines de que mañana, el país esté compuesto por seres humanos vinculados entre sí porque practican obrar correctamente.

II.- Libros para leer sobre la ética 

  1. Aunque para muchos dominicanos y dominicanas, leer se ha hecho algo incómodo o difícil, nada quita convidar, con mucho cariño y sana intención inducir a padres y maestros, que con el fin de instruir sobre la ética a sus descendientes y alumnos, procuren descifrar, para luego explicar, el contenido de libros que pueden contribuir a educar.
  2. Sería de mucha ayuda para los formadores de conciudadanos del mañana, tener a su alcance textos en los cuales puedan conocer amplios y prácticos conceptos con relación a la ética, y cómo ella permite formar en el adecuado proceder.

a.-) Libro: Psicología Evolutiva y Pedagógica

  1. Padres y madres, así como maestros y maestras, adquieren conocimientos si tienen la oportunidad de leer el pequeño libro Psicología Evolutiva y Pedagógica, de la autoría del profesor AV. Petrovski.
  2. En el citado libro, el lector o la lectora puede comenzar a saber cómo funcionan los procesos psíquicos y las cualidades psicológicas de la personalidad, su conducta y el desarrollo de la misma.
  3. Es de suma importancia en la enseñanza de la ética y sus principios, comenzar a dársela a conocer a ese ente social que queremos educar en su período de niñez y adolescencia.
  4. Corresponde a los encargados de la enseñanza ética de los niños, hacerles comprender que la transformación de los conocimientos y conceptos morales convertidos en convicción, exigen se los inscriban en el sistema de motivos de la conducta y de los hábitos morales.
  5. Al leer el libro Psicología evolutiva y pedagógica, padres y maestros estarían en condiciones de adiestrar a niñas y niños, de que la educación de los sentimientos y convicciones morales, están vinculadas a la asimilación y vivencia por los escolares en el proceso de la actividad educativa.
  6. No debemos olvidar que la conducta se define como moral, cuando está socialmente determinada y condicionada, y es regulada por normas morales y por determinados principios de las relaciones humanas.
  7. De gran ayuda es para quienes, como padres y maestros, manejan la formación de niños y niñas, en todo lo que tiene que ver con enseñanza y educación en sus primeros años de existencia.
  8. Sería muy bonito que luego de leer el libro Psicología evolutiva y pedagógica, los encargados de bien enseñar, hicieran comprender a la niñez que las relaciones sociales de las personas, son el conjunto de sus expresiones éticas en el trato humano.

b.-) La obra: Más ética, más desarrollo

  1. La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en el mes de noviembre de 2007, puso en circulación la edición número 13, de la obra Más ética, más desarrollo, de la autoría de Bernardo Kliksberg.
  2. El prólogo de la publicación del texto Más ética, más desarrollo, fue escrito por Roberto Reina Tejada, quien para esa época, noviembre 2007, ocupaba la rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y en una parte de su presentación destaca que el autor dice: “Este libro es un dedo que el autor pone en la llaga de la corrupción, rémora del desarrollo y causa principal de la pobreza y de la extrema pobreza en la sociedad de nuestro tiempo”. 
  3. El libro "Más ética, más desarrollo", debe ser leído por mujeres y hombres de nuestro país, que inciden en la política, la economía y el sector educativo, porque leerlo les sería de gran ayuda.
  4. En el libro "Más ética, más desarrollo", es posible leer: "Es imprescindible en una América Latina, agobiada por grados agudos de pobreza y desigualdad, recuperar la estrecha relación que debería haber entre valores éticos y comportamientos económicos. Ello significa poner en el centro de la agenda pública temas como la coherencia de las políticas económicas con los valores éticos, responsabilidad social de la empresa privada, la eticidad en la función pública, el fortalecimiento de las organizaciones voluntarias, y el desarrollo de la solidaridad en general. Todos los sectores sociales deberían colaborar para que la ética volviera, tanto para erradicar la corrupción, como para motivar actitudes positivas". 

c.-) Obras del doctor José A. Silie Gatón 

  1. Con el fin de no causar impedimentos molestosos a los que no les gusta leer libros de autores extranjeros, nos permitimos sugerirles tener a su vista las obras del doctor José A. Silie Gatón, en particular las que tratan sobre la Ética en Política y la Educación del Carácter.
  2. Con una lectura detenida a los libros del profesor Silie Gatón, es posible alcanzar civilizada conducta, ejercitar la forma de conducirnos, manejarnos con decencia y portarnos con sentido ético.
  3. Captar el contenido de las obras que tratan con relación a la ética, nos guía a poder descifrar mensajes que aportan para el buen accionar en el lugar donde hacemos vida social de manera ocasional o permanente.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Inmigrantes haitianos, negros y pobres en un dilema

Introducción

  1. Por formación familiar, personal e ideológica me repugna ver a un ser humano humillado, degradado, o de cualquier forma vejado. Reacciono mal si observo que una persona es ultrajada física o moralmente. Una prueba de esto es que no acepté hablar con el que organizó el asesinato de mi hijo Jordi, cuando me lo presentaron esposado; reclamé y logré que solo cuando le quitaran las esposas hablaría con él.
  2. He escrito la introducción anterior para explicar la indignación que me genera el trato que en mi país reciben los haitianos inmigrantes, negros y pobres.
  3. Me voy a permitir exponer algunas ideas que cuadran perfectamente con la situación de los inmigrantes haitianos, negros y pobres que llegan a nuestro país en como olvidados de la especie humana.

I.- El fenómeno migratorio. El caso de los haitianos aquí

  1. Los seres humanos se sienten sumamente bien allí donde han nacido, formado y desarrollado; solamente razones muy poderosas les impulsan a trasladarse para vivir en otros lugares.
  2. Pero en todo el curso de la historia de la humanidad se ha dado el fenómeno migratorio, y las razones han sido diferentes; van desde las motivaciones religiosas, pasando por las políticas hasta llegar a las económicas. Estas últimas son las que más se han desarrollado en los últimos tiempos por la búsqueda de mejores condiciones de vida: es por ello que el fenómeno migratorio se da con una orientación marcada: de los países menos desarrollados hacia los más desarrollados.
  3. La movilidad de dominicanos, ecuatorianos, guatemaltecos, salvadoreños, y de otros países de América Latina y el Caribe hacia los Estados Unidos de Norteamérica, tiene su razón de ser en el desarrollo desigual entre la generalidad de estos países con respecto a los Estados Unidos de Norteamérica.
  4. En particular, para darnos cuenta por qué millones de caribeños abandonan su propio territorio para incorporarse a la producción de otros países, se impone conocer el nivel de desarrollo del capitalismo en las fuerzas productivas y en la industria; la situación del mercado interno de cada país respecto a la metrópolis, principalmente norteamericana; el mercado de la fuerza de trabajo, el grado de desarrollo económico, social y político del país desde donde parte el inmigrante y el de recepción, y la clase dominante que sirve de sostén a los monopolios en los países dependientes.
  5. Esa es la misma razón que se puede dar para explicar lo que impulsa a los nacionales haitianos a venir a la República Dominicana a vender su fuerza de trabajo en condición de inmigrantes.
  6. La inmigración de los haitianos hacia la República Dominicana tiene un aspecto especial por la opción de: se lanzan al Océano Atlántico, o cruzan hacia la República Dominicana. Pero ocurre que el inmigrante haitiano, negro y pobre que llega a nuestro país cae en una encerrona que le coloca de inmediato en un dilema, en una situación sin alternativa, porque si es ilegal es rechazado como indocumentado, y si tiene sus papeles en regla es impugnado por negro; portador de enfermedades; desnaturaliza la cultura original española; no es higiénico; practica la brujería, despide de su cuerpo un mal olor; es depredador porque acaba con la foresta, le quita el espacio laboral a los nacionales y deprime el salario.

II.- Los prejuicios y el trato a los inmigrantes haitianos, negros y pobres

  1. En cualquier lugar del planeta tierra donde se mueve un prójimo, lo hace en procura de alcanzar su bienestar material o espiritual. Solo se pone en tensión para lograr una satisfacción, no para estar atribulado, o de cualquier forma afligido, castigado. Pero no todos los integrantes de la sociedad que hace de receptora de inmigrantes les dan la misma acogida; prejuicios de todas clases se manifiestan contra el que arriba a un país extranjero en procura de ocupar un espacio en el mercado laboral. En nuestro país el inmigrante haitiano, negro y pobre no es del agrado de grupos prejuiciados.
  2. El inmigrante haitiano, negro y pobre es visto aquí, por algunos, como un intruso; un necio que ha llegado en condición de entrometido a quitarle el empleo a un nativo; un forastero que penetra a deprimir los salarios; advenedizo que viene a suplantar la cultura nacional, en fin, el que hace acto de presencia para vender su fuerza de trabajo por un salario, es considerado como un necio que se ha introducido en un lugar sin derecho y sin ser requerido.
  3. Ese inmigrante haitiano, negro y pobre es considerado por algunos sectores retardatarios como un estigma, una mancha para el medio social dominicano; una afrenta para los demás miembros de la sociedad, una tacha que ha incursionado para convertirse en una infamia.
  4. Aquel haitiano, negro y pobre que vive en el país en condición de inmigrante, se le aplican los epítetos más afrentosos, apelativos degradantes; adjetivos insultantes; se le reservan términos peyorativos, hirientes, con el fin de hacerlo sentir despreciado como persona.
  5. Una vez un individuo hace acto de presencia en un sitio donde están presentes otras personas, puede comprender si su llegada ha caído bien o mal, agrada o repugna; puede divisar que asquea, que su ida hace bien, que si se marcha hace sentir muy bien a los demás. Los inmigrantes haitianos, negros y pobres en nuestro país así lo perciben.
  6. Pero los inmigrantes haitianos, negros y pobres, no son tontos. Aunque el ejercicio de la simulación de parte de algunos de nuestros nacionales hace posible que el recién llegado no asimile la impugnación en su contra, los gestos con la boca, los signos transmitidos con los ojos, los ademanes con otros órganos del cuerpo pueden hacer comprender al visitante el rechazo a su presencia.
  7. El alma no engaña, y el corazón no traiciona a su dueño; la conciencia le dice al ser humano que la expresión del rostro, el semblante de aquel con quien comparte, no lleva gusto en comenzar o seguir tratándolo, su estadía genera pesar. Los inmigrantes haitianos, negros y pobres así lo entienden, pero callan aunque sufren.
  8. La especie humana está formada para sentirse bien, y los inmigrantes haitianos, pobres y negros, no son la excepción. El bienestar les llena de bondad, mientras que la calamidad les quita el sentido de la dicha; la adversidad les perturba; quebranta su deseo de vivir en nuestro país, y solo lo hace por un estado de necesidad extrema.
  9. Moverse en un ambiente acogedor, alimenta el espíritu de las personas, las convierte en entes sociales halagados, satisfechos, encantados de formar parte de un medio que las seduce para mantenerse haciendo vida social con sus semejantes fascinantes, cautivadores. Pero este no es el caso de algunos dominicanos hacia los inmigrantes haitianos, negros y pobres.
  10. De tanto considerar a los haitianos, negros y pobres una nadería, como algo menospreciado, que solo merecen ser maltratados para que se larguen porque ennegrecen el ambiente y oscurecen el país; aquellos que dentro de su ofuscación chauvinista y alucinación de superioridad racial frenética, se ciegan ante el inmigrante haitiano, negro y pobre, a quien ven como excremento de la sociedad dominicana.

Tres reflexiones

  1. La hipocresía no puede imponerse a la autenticidad, ni la estratagema a la veracidad. Las maniobras politiqueras contra los inmigrantes haitianos, negros y pobres, no deben confundir a las dominicanas y dominicanos que vivimos abrazados a la realidad objetiva; que estamos liberados de la cháchara pueril, de la sutileza engañosa, la nimiedad y bobada confusionista. La falsa, el ardid como propaganda ha de caer ante las evidencias, la legitimidad.
  2. La franqueza debe tomar su imperio. Debemos ser sinceros y decirles al pueblo haitiano y al dominicano, que las masas populares haitianas y dominicanas son víctimas de las maquinaciones ideológicas impulsadas por los intereses monopolistas extranjeros y las minorías insaciables de ambos países que, históricamente, han estado interesadas en mantener a los dos pueblos oprimidos, divididos y confundidos bajo intrigas politiqueras.
  3. Lo mejor del pueblo haitiano y del dominicano, sus fuerzas motrices sensibles, progresistas y democráticas, deben acercarse mutuamente para analizar con sentido realista y sin sectarismo, lo que conviene o afecta a dos países que, como Haití y la República Dominicana, deben permanecer unidos en la fraternidad, la comprensión y la solidaridad, que es la más alta expresión de los seres humanos.

lunes, 22 de agosto de 2022

Abogadas, abogados y la ética

Introducción 

  1. En el mes de febrero, del año 2014, la Seccional del Colegio de Abogados, de nuestra ciudad natal, Santiago de los Caballeros, nos invitó a exponer en una conferencia el tema de la ética en el ejercicio de la profesión de abogado. 
  2. Para nosotros fue una satisfacción recibir semejante solicitud de parte del gremio de los profesionales del derecho de Santiago, porque, primero, nos permitió exponer ante nuestros colegas y, segundo, tocar el asunto de la ética, frente a quienes ejercen una profesión, la de la toga y el birrete, duramente censurada como ligada, supuestamente, a todas clases de inmoralidades.
  3. Para analizar una actividad humana cualquiera, física o intelectual, hay que tomar en cuenta la base económica predominante del país y la superestructura que se levanta sobre la misma, porque no se puede separar el medio social del proceder del individuo y su ubicación clasista.

I.- Nuestra sociedad en una crisis profunda

  1. Antes de comenzar a desarrollar lo relacionado con la actividad de las abogadas y los abogados, procede ubicarnos en el medio donde hace su trabajo el profesional dominicano de la abogacía. 
  2. La sociedad dominicana está enferma, y su cura no está en medidas artificiales; hay que ir a la esencia del problema; el cambio no puede ser de fachada. La transformación ha de ser profunda, porque solamente así puede surgir un ser humano nuevo, con una conducta nueva y una ética diferente.
  3. La conducta de la dominicana y el dominicano de hoy, es la expresión de la sociedad dominicana enferma, la cual está pagando el costo social de una crisis de fondo.
  4. Si nos apartamos de las instituciones que integran el Estado dominicano, y lanzamos una mirada hacia la actividad comercial, al mundo de los negocios, al sector empresarial, también ahí observamos crisis. No se puede decir, en honor a la verdad, que el comerciante, el industrial y el banquero de hoy, es el mismo de ayer, porque la crisis ha arropado a toda la sociedad. No hay nada por excluir: ni a las instituciones del Estado, al sector privado, a los vinculados con el comercio, ni a los que están relacionados con las profesiones liberales.
  5. En el comportamiento de una persona se destaca la influencia de los padres, la escuela y los profesores; las instituciones del Estado, en fin, todo un conglomerado social que, aunque se define en forma aislada, representa una parte de un todo, de lo que es la forma de proceder de un hombre o una mujer en sociedad.

II.- El abogado, su ejercicio y la ética

  1. Conociendo el medio social nuestro, comprendemos el tortuoso camino que ha de recorrer un licenciado o doctor en derecho, hasta llegar al ejercicio, luego de transcurrido un largo tiempo para conocer la fuente de su actividad, la cual descansa en las costumbres, la doctrina y la jurisprudencia.
  2. A los graduados en la escuela o facultad de derecho, solo el tiempo los califica como abogados, letrados, jurisconsultos, juristas, jueces, árbitros o fiscales. Pero no importa lo que han sido o son; lo que sí hay que tomar en cuenta es si han mantenido en su ejercicio profesional, aún en los momentos más difíciles de sus vidas, los principios sobre los cuales descansa su actividad, y han hecho suyo el adagio: "Quien comienza en juventud a bien obrar, señal es de no errar en senectud".
  3. El hombre o la mujer del derecho, rebaja su obra o la eleva con su actitud en la vida profesional, pública o privada. La forma asumida ante un hecho va a ser juzgada, no por una persona actuando en función de árbitro, sino por la sociedad, que es la que actúa como juez de las actividades humanas; principalmente en este medio donde convergen tantos fenómenos sociales, políticos y económicos.
  4. Los licenciados o doctores en derecho, en la universidad aprenden los principios generales del derecho, les enseñan lo que son las instituciones, las personas, las hipotecas, los privilegios en general; los principales contratos, los procedimientos, etc. Pero en el ejercicio de la profesión encuentran todo un laboratorio en el cual deberán analizar fríamente cómo actuar y proceder.
  5. La situación de pobreza de nuestro país, muchas veces asfixia a algunos abogados y abogadas. Pero aquellos que proceden de un hogar de sólidas costumbres, vencen todas las adversidades, entierran las malas tentaciones, y por encima de sus necesidades más perentorias ponen los principios de la moral, la honestidad, la ética y la responsabilidad, no solamente como abogados y abogadas, sino también como hombres y mujeres de bien.
  6. Lo fundamental es que cada profesional del derecho haga su aporte al país como hijo de este pueblo. ¿Cómo servirle al país como profesionales? Ejerciendo su profesión con altura, dentro de los principios de la ética y la honestidad, todo acompañado con espíritu de sacrificio y con mucha sensibilidad. 

III.- Una vivencia de un profesional ejemplo de ética

  1. En el curso de nuestra exposición a los colegas de Santiago, aprovechamos la ocasión para relatarles la experiencia que vivió hace unos años un colega de nuestra promoción, de la ciudad capital. Un cliente le solicitó una consulta sobre un asunto en curso ante un tribunal; él emitió su criterio, y el cliente le pagó sus honorarios.
  2. Luego, a los pocos días, el mismo cliente le solicitó una consulta en la que le requería trazarle una estrategia para lograr que se reenviara el conocimiento de una demanda en ejecución de sentencia. La respuesta de nuestro amigo y colega, no se hizo esperar, contestándole: “Por razones éticas, no puedo recomendar a ninguna persona estrategia alguna para posponer el conocimiento de un asunto, salvo cuando se presenta una irregularidad o vicio que impidan la celebración de una audiencia, o impongan una posposición de la misma, lo que no aprecio suceda en la especie. Siempre hay múltiples marrullas para impedir el conocimiento de un asunto, pero no está en el estilo de mi ejercicio profesional, recomendar ninguna de ellas, por eso me limito a reiterarle lo que válidamente le es dable hacer a esa empresa en ocasión de la referida demanda”.
  3. El amigo y colega perdió el cliente, y también el dinero que podía recibir por concepto de esa consulta, pero sabemos que él no se lamentó porque procedió conforme a su conciencia, dentro de la ética y la moral, como profesional del derecho.
  4. En nuestro medio, el abogado o abogada, sin importar su origen social, está en condiciones de ejercer su actividad profesional dentro de los marcos de la ética, y demostrar que se puede ser abogada o abogado con ética.

Ideas finales

  1. El agrietamiento de una sociedad humana, lleva a muchos profesionales del derecho a desesperarse y caer en la realización de operaciones que constituyen un bochorno y una agresión a la ética.
  2. Dentro del orden social vigente, pueden ser creados mecanismos, instrumentos, espacios de lucha democrática, que hagan comprender a la generación actual, que ella tiene el compromiso de hacer cambiar de rumbo al país; que esto no puede seguir como hasta ahora; que a ella le corresponde dar los pasos para, sobre la base de esta sociedad en decadencia, ya enferma, comenzar en firme hacia nuevos horizontes de honradez, decencia, honestidad, desprendimiento, solidaridad y sentido de compromiso cívico y ético.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Departamento de Ética Gubernamental. Una idea

I.- Un proyecto de ley contra la corrupción pública 

  1. La coherencia manda a las personas físicas a actuar igual en cualquier momento y sin tomar en cuenta las circunstancias, lo que implica comportarse en forma racional ante un fenómeno social que vivamente lesiona a la sociedad.
  2. Contra la corrupción hemos actuado persiguiendo que esa tara social desaparezca, al igual que el sistema que hace posible su existencia en el medio dominicano.
  3. Por allá, en julio de 1982, entendíamos que era procedente elaborar un proyecto de ley y su reglamento, con el objetivo de dotar al país de un instrumento legal para sancionar a los que se colocaban al margen de la ley practicando la corrupción pública.
  4. La idea que habíamos concebido, se la transmitimos al ingeniero Hamlet Hermann, y acordamos, en común, redactar dos proposiciones legislativas y ponerlas en manos de un legislador, para que este tomara la iniciativa de presentarlas ante el Congreso Nacional.
  5. Nuestra concepción para enfrentar el robo de los recursos del Estado, fue materializada con la intención de crear el Departamento de Ética Gubernamental, y para tal fin lo fundamentamos partiendo de la realidad nacional y de los principios de nuestro derecho.

II.- Fundamentos legales de un proyecto para resaltar la ética 

  1. La elaboración de la proposición legal, con la finalidad de instituir el Departamento de Ética Gubernamental, tenía fundamentos en hechos y en derecho. En los hechos, porque era y es una realidad que en el país la corrupción, a nivel oficial, es prácticamente una institución, y en derecho, porque la Constitución política vigente en ese momento, en su artículo 102, precisaba claramente la forma y los funcionarios a ser sancionados.
  2. El artículo ya señalado, el cual nos sirvió de base constitucional, especificaba que: “Será sancionado con las penas que determina la ley todo aquel que para su provecho personal sustraiga fondos públicos, o prevaleciéndose de sus posiciones dentro de los organismos del Estado, sus dependencias o instituciones autónomas, obtenga provechos económicos. Serán igualmente sancionadas, las personas que hayan proporcionado ventajas a sus asociados como familiares, allegados, amigos o relacionados’’. I
  3. Al momento de pensar en la creación del Departamento de Ética Gubernamental, conjuntamente con la Constitución, nos apoyamos en los artículos, 169 y 182, que establecen las sanciones a aplicar a los servidores públicos corruptos.
  4. La disposición constitucional y las sanciones establecidas en el Código Penal, hasta ese momento habían resultado poca cosa para los funcionarios corruptos, y el pueblo estaba limitado a leer en la prensa las denuncias de corrupción, sin ninguna persona servidora del Estado que practicara el latrocinio había sido llevada ante los tribunales.
  5. Con el naciente proyecto de ley que tenía por finalidad formar el Departamento de Ética Gubernamental, se dotaba al Estado de un instrumento ágil, vivo y funcional, cuya facultad estaría en relación directa con la persecución ejercida contra la cleptocracia, que se enriquece con los dineros del erario y las empresas estatales.
  6. En aquel momento teníamos la firma creencia de que con la existencia del Departamento de Ética Gubernamental, era casi imposible que un funcionario se burlara del pueblo durante, o después, del ejercicio de sus funciones. En su artículo 3ro el propósito de ley que pretendía darle vida al aludido departamento dice: “el Departamento de Ética Gubernamental gozará de plena libertad para investigar el patrimonio de los servidores públicos y sus familiares hasta el cuarto grado, antes, durante y después del ejercicio de sus funciones”. 
  7. Además de lo anterior, el Departamento tendría calidad para requerir de las instituciones públicas y privadas, comerciales o no, cualquier información relacionada con el patrimonio económico del servidor público bajo investigación, y sus familiares, hasta el grado ya indicado, sin reserva ni limitaciones.
  8. Al momento de sentarnos a elaborar el borrador de la ley, Hamlet Hermann y el suscrito, consideramos que era necesario establecer todas las posibilidades para cerrarle las vías para que el funcionario investigado por corrupción no pudiera alegremente retener los dineros robados al Estado y a sus empresas.
  9. En la iniciativa partíamos de la idea de que un funcionario que se haya enriquecido con los dineros del pueblo, no escaparía a la persecución en virtud del Departamento de Ética Gubernamental, por el hecho de haber renunciado a su cargo. Por tal razón fue que precisamos, con respecto al presunto autor de corrupción, que sería investigado su patrimonio aún después de cesar en sus funciones, y la investigación no se limitaría a sus bienes, sino que se extendería a sus familiares hasta el cuarto grado, además, el departamento, no tendría limitaciones para investigar, porque todas las puertas estarían abiertas al amparo de la ley.
  10. El proyecto precisaba bien claro que el Ministerio Público, quedaba facultado para requerir de todas las instituciones, públicas y privadas, comerciales o no, cualquier información con respecto al patrimonio económico del servidor público investigado, extendiéndose también hasta sus familiares.
  11. El objetivo de crear el Departamento de Ética Gubernamental, no vendría a ser una tabla de salvación contra los funcionarios corruptos. Por el contrario, permitía que el Estado recuperara los dineros que le habían sido sustraídos y estaban en poder, no solo del funcionario investigado, sino también que la cuerda de las pesquisas se extendía hasta investigar los patrimonios de sus familiares. 

Ideas finales 

  1. Al igual que Hamlet, actuamos conscientes de que nuestra proposición legal estaba expuesta a resultar un esfuerzo malogrado. No procedimos como ciudadanos ilusos al hacer la propuesta para que el país contara con los mecanismos para accionar legalmente contra los autores de sustraer fondos públicos.
  2. Nuestra sugerencia para que la sociedad dominicana tuviera una base legal en la cual apoyarse para accionar ante los actos de corrupción, no tuvo el éxito que perseguíamos. Todo quedó como una simple preocupación cívica y ciudadana.
  3. El proyecto de Departamento de Ética Gubernamental, que ahora hace más de 40 años hicimos conjuntamente con Hamlet Hermann, y pusimos en manos de un legislador, de haberse aprobado hubiera servido como herramienta legal para enfrentar la delincuencia de cuello blanco, la cual históricamente se ha enriquecido con los dineros robados al pueblo.
  4. La elaboración del proyecto de ley para la creación del Departamento de Ética Gubernamental, lo concebimos como formando parte de la brega por el adecentamiento de la vida pública del país. No procurábamos otra cosa que no fuera un logro dentro del proceso de higienización social y política, en el cual ha estado involucrado lo mejor de nuestro pueblo.
  5. No escapa a nuestro conocimiento que la lucha política y social, no se desarrolla rectilínea, sino ondulada. Entre victorias y derrotas, éxitos y fracasos. Lo que finalmente importa es el triunfo de las fuerzas motrices que empujan para que triunfe el porvenir y el progreso de la humanidad entera. 
  6. La realidad de la vida nos enseña que los pueblos, en su lucha liberadora, para salir victoriosos en una competición, no deben caer en la frustración ni en la desesperación. Por el contrario, siempre listos para poner de por medio la confianza de que va a prevalecer la justicia. II
__

I. El Nacional, 5 de julio de 1982, página 10.
II. La Información, 19 de julio de 1982, páginas regionales.

lunes, 15 de agosto de 2022

La ética en los hogares y en las escuelas

I.- Dificultad para hablar aquí de la ética

  1. En la República Dominicana, un país ubicado en una de las regiones del mundo terrenal donde más acentuada está la desigualdad de oportunidades, parecería un contrasentido referirse a la ética como ciencia de la moral.
  2. Hablar del bien y del mal, y de la necesidad de que cada persona física actúe apegada a un código moral es, en nuestro medio, sustraerse a la realidad para caer en el utopismo.
  3. No desconocemos que es difícil exponer sobre la ética en un ambiente como el dominicano, dominado por la mercancía dinero, donde es notoria la baja esperanza de vida, la alta mortalidad infantil, elevada la desnutrición en la niñez y la opulencia horroriza ante tanta pobreza.
  4. Allí donde predomina el lucro sobre el ser humano, la moral se mide por los beneficios que se obtienen de los productos sometidos a la oferta y a la demanda, y cada quien tiene por ética lo que le es beneficioso.
  5. Por encima del criterio mercantilista que está en la mente de los que aquí hoy controlan el poder económico, político y social, y determinan la conciencia social, debemos sobreponernos con las opiniones que creemos deben estar fijas en el cerebro de las futuras generaciones y de la actual todavía no desalmada.

II.- El caso de los peloteros dominicanos sancionados y la ética

  1. Para lograr hacer mejores a las personas en su forma de ser ante las demás, se hace necesario prepararlas a los fines de que entiendan que comportarse bien es llevar en su mente el deber de accionar sin dañar a otro.
  2. Sin tomar en cuenta la descomposición y las inmoralidades que a diario comprobamos, hay que demostrar, predicar, hacer saber que no debemos continuar accionando fuera de la decencia, que portarse con honestidad es lo correcto, lo que nos hace ver como ciudadanos meritorios.
  3. Por todos los medios, en toda ocasión y lugar, se impone que llevemos como tema que no es verdad que por naturaleza, las dominicanas y los dominicanos, somos inclinados a la degeneración y que, por tal razón, nos dedicamos a la corrupción, y al empeoramiento en todas sus manifestaciones.
  4. Ante cualquier acción indecorosa, hay que hacer hincapié de que su actor procedió en semejante forma, porque en su hogar no le enseñaron lo que es actuar apegado a la ética, que la persona educada en los principios de la decencia no incurre en lo deshonesto.
  5. El medio social dominicano es propicio para a cada momento traer a colación la ética, porque son habituales las acciones feas en las cuales se pone de manifiesto el proceder obsceno, desvergonzado y descarado. En ese espacio es donde hay que predicar el buen proceder y el actual decoroso.
  6. Son muchas las familias dominicanas que han caído en el descrédito, porque los padres no se ocuparon de educar a sus vástagos para la convivencia basada en la ética. La buena fama familiar descansa en la preparación impartida a los descendientes, para obrar como merecedores de prestigio, y no en el deshonor.
  7. En el hogar, mamá y papá, tienen el control educativo de su prole, en la decencia y moderación de la conducta moral y social. Es cuestión de que papi y mami, se ocupen de hacer saber a sus parvulitos que honradez, integridad y dignidad, son inherentes a su personalidad y que, en consecuencia, nunca deben apartarse de esa forma de vivir en sociedad.
  8. El mayor número de jugadores de béisbol en grandes ligas, sancionados por dopaje, son dominicanos, y la explicación de esa fea mancha es que los progenitores de esos deportistas fallaron en no explicarles que ese pasatiempo hay que ejecutarlo con ética, con honestidad, para no caer en la mala reputación que hoy acompaña a los peloteros de nuestro país.
  9. El núcleo familiar donde no se exalta la ética como guía de vida, los padres no deben esperar prestigio en sus hijas e hijos, dignidad y meritorio renombre, porque allí donde no se siembran buenos principios, no florece la gloria, si no la deshonra.

III.- La ética manejada como un tabú

  1. Un país como el dominicano, en el cual la ética es tabú, algo prohibido, cada quien se maneja a su mejor conveniencia, e interpreta la moral a lo que su voluntad le manda a hacer o no hacer.
  2. La dominicana y el dominicano, son árbitros de sus propias decisiones. Se sienten en absoluta libertad para darles riendas sueltas a lo que su moral de cafres les diga que está bien o mal hecho. Estamos en el campo ideal para el que quiere portarse muy cruel o algo humano, sensible o como una bestia.
  3. El ser humano no está mentalmente estructurado para vivir en estado de tensión, aterrado porque en cualquier momento un desaprensivo le desprende la cabeza, o le despoja de sus bienes. No es lo mismo tener una existencia horrorizada, que permanecer imperturbable.
  4. Si en verdad aspiramos a dejarle a la posteridad una sociedad humana viable, de personas sociables, estamos en el deber ciudadano y cívico de comenzar, en el hogar y en las escuelas, a hablar de la necesidad de obrar apegado a la ética.
  5. Educar en la ética, no debe convertirse en una consigna politiquera. A ella hay que enseñarla con excelsitud, colocarla en el centro, muy elevada, para que sea practicada y exhibida con naturalidad por ciudadanos y ciudadanas ilustres.

Ideas finales

  1. Las operaciones corruptas, ejecutadas, comprobadas y sus autores condenados de manera irrevocable, deben ser presentadas como muestras de que se cometieron porque aquí no se toma en cuenta la ética en ninguna actividad humana.
  2. A la niñez dominicana hay que inculcarle que el desarrollo universal de la personalidad, tiene como base el trabajo creador y la pureza de su comportamiento que descansa en principios éticos y morales. Las relaciones que establecemos en el medio donde vivimos, y cómo las realizamos, hablan de cómo ponemos en práctica la creencia entre el bien y el mal.
  3. En el hogar y en la escuela, nunca será tarde para comenzar a llevar a la conciencia de los descendientes y los alumnos, que todo acto debe ser realizado pensando en la ética, porque solamente ella determina si se ha procedido de manera correcta, honesta, con integridad, de forma moral o deshonesta.

sábado, 13 de agosto de 2022

Levantar la ética

I.- El proceder de los nuestros hoy

  1. Para los seres humanos carece de sentido su pasó por la vida terrenal, si no hacen aportes y actúan correctamente en sus relaciones entre sí. Contribuir y portarse bien definen a la persona.
  2. Un examen desapasionado del proceder de las dominicanas y los dominicanos de hoy, nos permite comprobar que el objetivo principal de su existencia no es coadyuvar y hacer el bien, sino mantenerse con vida y satisfacer apetencias personales.
  3. El nacional dominicano se muestra propenso a obrar para su propio interés, pero sin tomar en cuenta a los demás. En él pesa mucho el particularismo, no la colaboración ni el altruismo.
  4. Las palabras que salen de las gargantas de la generalidad de los nuestros, son articuladas para expresar ideas que causan molestias, desazón y enojó. Nunca con el fin de hacer sentir satisfacción.
  5. Se impone generar un cambio en la estructura mental del dominicano y la dominicana, a los fines de que estén formados con una cultura sustentada en principios nutridos de la ética.

II.- Dificultad de educar sobre la ética

  1. La sociedad dominicana actual está dañada moralmente. Por tanto, no puede servir como referencia para una nueva forma de vivir en la decencia, porque está hundida como modelo para actuar bien.
  2. Formar correctamente a un ente social dominicano, hoy resulta sumamente difícil, por la falta de educadores que reúnan las condiciones de instruir a niñas y niños en la ética.
  3. Tal vez, a lo mejor estamos equivocados, pero con todo pesar podemos decir que, hoy por hoy, no vislumbramos en el país a ese equipo de profesoras y profesores para educar a la niñez en el conjunto de principios y normas de una nueva conducta.
  4. De todas maneras, porque creemos mucho en la potencialidad de nuestro pueblo, debemos confiar en que está aquí, entre nosotros, el material humano que va a hacer surgir en la conciencia social de dominicanas y dominicanos del futuro, la ética que hace tiempo desapareció del pensamiento de nuestros connacionales. 
  5. Ojalá esté en nuestro medio el número necesario de instructores que expliquen, con cariño, a sus discípulos la ética, como la ciencia que trata sobre la moral.

III.- Es un sano deseo educar para obrar con ética

  1. Procurar contar para el mañana con ciudadanos y ciudadanas de igual conducta, es pura ilusión, porque la manera de comportarse en sociedades heterogéneas, nunca puede ser igual.
  2. A lo que sí debemos aspirar es a que mujeres y hombres del futuro, ajusten sus actos a normas y principios de comportamiento decente, a proceder con honradez, a actuar con limpieza y la práctica de su vida responda a la coherencia.
  3. Portarse bien, manejarse con decencia y llevar una vida sin lesionar a los demás, es prueba de conducirse apegado a enseñanzas bien aprendidas para desarrollarlas en la convivencia civilizada.
  4. En la ética predominan las buenas actuaciones, que forman la opinión de que actuamos basándonos en las buenas costumbres y firmes convicciones.
  5. La ética se manifiesta en las actuaciones, en la forma de ejecutar un trabajo, de cómo accionar ante la colectividad, en la lealtad, en sí, es el concepto de bien proceder. 
  6. No hay que romperse la cabeza para ejecutar apegado a la ética. Pura y simplemente, actuar correctamente como corresponde; portarse a pedir de boca; hacer lo que manda la sana conciencia siempre bien intencionada.
  7. La persona que honra la ética, se mueve guiada por la honradez; se maneja de forma responsable; procura ser cumplidora, honesta, apegada a lo justo y se inclina ante la rectitud.

Ideas finales

  1. Formar niños y niñas para que sean ejemplo de la ética, es instruirles en el honor y el buen crédito; la respetabilidad y actuar para merecer la buena reputación y gran estima.
  2. Preocuparse para que el país cuente en el porvenir con coterráneos convencidos de ajustar sus actuaciones a principios éticos y morales, es hacer que accionen con suma hidalguía; ser consecuentes con la solidaridad; firmes practicantes del patriotismo; probar querer a su país y abrazar las causas justas por las cuales lucha la humanidad.
  3. Por el estado de descomposición, ante la degradación ética y moral que padece la sociedad dominicana, ahora es más conveniente que nunca comenzar a trillar el camino por donde ha de transitar la ética hasta llegar al sistema educativo nacional.
  4. Es pertinente la ocasión para que el tema de la ética ocupe un lugar preeminente en la conciencia nacional, tomando en consideración que, ahora, el fenómeno de la corrupción ha llenado en exceso de vergüenza a muchas familias de personas acusadas de supuestos actos reñidos con la moral y las buenas costumbres.
  5. En la medida que se eleva la conciencia de mujeres y hombres de bien, con relación a accionar acorde con la ética, logramos contar con un mejor ser humano para actuar con sencillez y sociabilidad.

jueves, 11 de agosto de 2022

La de aquí, una moral para la vida fácil

I.- La moral de la sociedad dominicana de hoy

  1. Partiendo de que cada sociedad humana tiene su moral, la que ha generado la dominicana se ha hecho inservible, tomando en cuenta la forma de comportarse la generalidad de sus integrantes.
  2. En el medio social dominicano, con la mayor naturalidad son aceptadas las acciones caracterizadas en la deshonestidad, indecencia, obscenidad, impudicia y otras expresiones de inmoralidades. Moralidad e inmoralidad van de la mano.
  3. Para la mayoría de los nuestros, da lo mismo compartir con el indecoroso, obsceno, indecente y pecaminoso, que con el honrado. Hay alianza estrecha entre el desaprensivo y el moral.
  4. Actuar desvergonzado, procaz, grosero y degradante, es igual que apegado a las buenas costumbres. Ese que anda por esas calles de Dios, moviéndose hecho una porquería, goza de igual consideración que el ciudadano de justos modales.
  5. Porque da lo mismo ser honesto que deshonesto, hay total despreocupación, absoluta dejadez, para reclamar pulcritud en las actuaciones. La desidia es notoria; incumplir es igual que diligente contra lo que está mal hecho.
  6. Cada vez más se acepta tolerar lo ilícito, incorrecto y repugnante. Se voltea la cara para no ver lo injustificado en lo ético y moral. Estamos en una época en la que se santifican la procacidad y lo inmerecido.

II.- En procura de la semejanza entre el honesto y el deshonesto

  1. Ante el común y corriente accionar fuera de las normas de moralidad, los degenerados se interesan por hacer creer que son iguales o equivalentes a los que actúan apegados a las normas de buen vivir.
  2. Es normal en nuestro país, comprobar cómo el peor de los inmorales, busca semejanza con aquel ciudadano modelo de conducta pública y privada. Se ha hecho habitual en los vagabundos, homologarse con los buenos.
  3. Es un deseo vehemente de los truhanes, luchar con ardor para ocupar el mismo lugar de la buena opinión de que goza el comunitario formal, laborioso y honrado.
  4. El desvergonzado hace lo indecible para parecerse al hombre o a la mujer que goza de respeto y consideración por ser discreta y honesta.
  5. Por el aprecio de que se hace merecedora la persona decente y de moderación en su conducta y moral social, el impúdico trata de igualarla.
  6. Ese conciudadano modelo de ser humano, quiere ser imitado, sin lograrlo, por aquellos que han llevado una vida de granuja, de puros canallas.
  7. Corresponde a los padres en la casa, y a los maestros en las escuelas, enseñar a los niños y a las niñas, que deben aprender a diferenciar, por su forma de actuar, a ese individuo moralmente despreciable, del ente social noble, honrado y limpio en sus actuaciones.
  8. A lo mejor del material humano dominicano, hay que hacerle saber que los inmorales, que constituyen una afrenta social, son los que se las ingenian para, mediante semejanza y diferencias, tratar de igualarse con los honestos.

III.- La descalificación para desacreditar

  1. En el desbarajuste de sociedad donde estamos conviviendo dominicanos y dominicanas; honestos y deshonestos; sanos y podridos, en fin, en esta mezcla de voluntades y conductas limpias y sucias, hay que estar preparado para lo más conveniente y lo peor.
  2. Porque la generalidad de nuestros coterráneos vive al margen de las normas éticas y morales, hay interés en hacer uso de la comparación para llegar a la semejanza entre el honesto y el deshonesto o, finalmente, a la descalificación.
  3. En el ambiente dominicano, porque lo inmoral es la norma, es un objetivo del indecoroso igualarse con el decente, y si no logra la equiparación, entonces recurre a la descalificación mediante el descrédito.
  4. En el seno de la sociedad dominicana, la mujer o el hombre que ajusta sus actuaciones al correcto proceder, se convierte en un obstáculo, un estorbo para los antisociales, los inhibidos de moralidad.
  5. En un medio dominado por personas apegadas a las acciones deshonestas, aquel que levanta el proceder correcto, es objeto de los peores epítetos, con la finalidad de inhabilitarlo desde el punto de vista ético y moral.
  6. En círculos sociales creyentes y practicantes de la corrupción y otros vicios sociales, tienen la vista fija, lista para lanzar dardos cargados de veneno contra quien ajusta su proceder a la honradez y limpieza de vida.
  7. Hacer daño, herir, fastidiar, lastimar, todo se vale para denigrar a quien por formación hogareña e ideológica le repugnan las inmoralidades que corroen la vida familiar, ciudadana, cívica e institucional.
  8. La situación se ve clarita en nuestro país: se practican o apoyan las acciones fuera de toda ética y moral, o se es víctima del desprecio y descrédito por parte de los degenerados.

martes, 9 de agosto de 2022

Un trato que espanta debe ser cambiado

I.- El trato poco amable de ahora

  1. El agitado tren de vida que está llevando el pueblo dominicano, le impide darse cuenta del pensamiento de la generalidad de la gente, en lo que se refiere a la poca o ausencia de afectos.
  2. La afectuosidad que caracterizó a los nuestros, se ha perdido, y su lugar ocupado por la frialdad. Emotividad y calidez, lucen haber sido sustituidas por desprecio e indiferencia.
  3. Lo amistoso, esa parte bonita de la convivencia civilizada, ya no sobresale en las relaciones que antes se daban en nuestro medio. Lo despreciativo se hace notorio.
  4. En los rostros de los comunitarios con los cuales compartimos, se advierte un semblante poco amable, nada acogedor y cara nada de amigos. La insociabilidad está muy presente y en compañía de la aspereza.
  5. El ambiente nacional dominicano, se ha hecho adecuado para ese individuo que se siente a gusto enseñando en cada uno de sus actos la animadversión hacia los demás. Al parecer, la antipatía es más fácil de mostrar que el agrado.
  6. No debemos continuar como hasta ahora en el trato. Cada quien luce preparado para el choque, la desavenencia y la desarmonía. Todo parece indicar que aquí la sana amistad desapareció y llegó la discrepancia.
  7. Cualquier persona sensata y con sano juicio se haría la pregunta qué ha ocurrido para el cambio que se ha operado en los sanos sentimientos de las dominicanas y los dominicanos de ayer, ante los dañinos de hoy.
  8. Por cualquier lugar del país por donde nos movemos, la situación es fea, respecto al trato, a la interacción personal, a la camaradería de antes y el distanciamiento de ahora en el afecto.
  9. Es posible formularse la pregunta dónde está el calor humano que caracterizó a dominicanos y dominicanas; qué ha pasado con ese sentir expresivo y simpático, que ahora todo es muy circunspecto.
  10. La mujer o el hombre comunicativo, que conocimos en el dominicano del pasado, en el presente es sumamente metido para adentro, muy hermético. No suelta palabras con confianza, se presenta cauto, con mucha precaución.
  11. Lo que estamos viendo es el proceder de personas que, antes de todo, razonan en el pensar mal, poner en duda y tela de juicio. La malicia está de por medio en el curso de una conversación que se establece por decisión de una persona sobre la base a creer sanamente en lo hablado.
  12. La franqueza que ayer primó, ya desapareció. Ahora, cada quien expone con cuidado, armado de escepticismo y cubiertas sus palabras con reticencia. El recelo, la aprehensión está en los interlocutores, aunque simulan certeza.
  13. El lenguaje llano y colmado de sinceridad, ya no está de por medio. Lo que está dominando es hacer comedia; fingir para engañar; comportarse ficticio; hacerse el confiado artificioso para recrear la mente del tonto confianzudo.
  14. Estamos en un período de la vida nacional dominicana, que al más avispado le arreglan la cama, para que duerma el sueño de los cerebros de mosquitos y despierte algo más que un lelo.

II.- Cambiar de rumbo y de cómo tratar a los demás

  1. De parte de mujeres y hombres de bien, es algo más que un compromiso, una obligación moral; un deber ético, cívico, ciudadano y humanista, que nuestro país cambie de rumbo, a los fines de construir un nuevo orden social en el cual ha de surgir otro ser humano.
  2. Las dominicanas y los dominicanos que creemos que un mundo futuro es mejor y posible, debemos accionar para contar con una mejor persona en este espacio que ocupamos del planeta tierra.
  3. Porque la actual sociedad dominicana se dañó por completo, lo que nos queda es hacer lo posible para salvar la niñez, y evitar que ella se contamine con las infecciones que emanan del actual sistema podrido por entero.
  4. Lo ideal fuera dejarle a la posteridad, ciudadanas y ciudadanos formados para el buen vivir en comunidad, sociables, libres de las taras que lesionan a la presente generación preñada de vicios sociales.
  5. Una dominicana o un dominicano, con una instrucción que descanse en el amor, la solidaridad y la sociabilidad, de seguro que mañana integra un país de mujeres y hombres unidos para el trabajo colectivo creador.

Ideas finales 

  1. Civismo, cortesía, delicadeza y urbanidad, se han de anidar en cerebros de ciudadanos y ciudadanas, que bien asimilen la educación que recibieron para convivir en armonía.
  2. La manera de nuestros coterráneos proceder ahora, es para dejarla de tener presente, olvidarla para siempre. Apartarla de nuestra mente, y solamente tenerla como la forma amarga de portarse una generación de mujeres y hombres dañados por un sistema social injusto.
  3. Debemos aspirar a construir una sociedad que se pueda soportar, en la cual sus integrantes practiquen la tolerancia como forma de convivencia aguantable, para así no recordar el actual ambiente que es anímicamente insoportable en el trato.

domingo, 7 de agosto de 2022

Actitud de los pobres ante el poder

I.- Resultados de vivencias

  1. Con toda satisfacción podemos decir que tenemos la dicha de haber vivido durante más de ocho (8) décadas; de manera ininterrumpida en el país y la ciudad donde llegamos al mundo de los vivos, y en la cual nos hemos desarrollado; residiendo en distintos barrios y zonas residenciales; compartiendo con las masas populares y codeándonos con sectores de la burguesía y de la oligarquía; accionando en la política desde la pubertad, y con más de cincuenta y cinco (55) años en intenso ejercicio de la profesión de abogado.
  2. La sociedad dominicana, bajo la cual hemos permanecido durante toda nuestra existencia, descansa bajo un sistema social que se fundamenta en la desigualdad de oportunidades, lo que hace posible que una minoría de personas físicas y jurídicas tengan en el país el control económico, político y social.
  3. En una organización política, o como simple ciudadano, en lo político y social, hemos incidido impugnando el statu quo.
  4. Adversarios nos atacan porque en diferentes escenarios y con distintos métodos enfrentamos el sistema.
  5. Aquellos que nos combaten lo hacen sin ninguna clase de nobleza. Se escudan en la cobardía, demostrando así su falta de valor personal y ausencia de argumentos válidos en sus razonamientos.
  6. Los conceptos anteriores los exponemos como prueba de que tenemos conocimientos directos de las ideas que desarrollamos a continuación.

II.- Nace pobre y tiene éxitos, pero se opone al sistema opresor

  1. En el ambiente dominicano, hacer causa común con los marginados de la sociedad, implica estar sometido a las acciones perversas de quienes se aprovechan directa o indirectamente del actual degradado orden económico y político. 
  2. Los calificativos más infamantes son dirigidos por los beneficiados del poder social, contra todo aquel que de manera coherente rechaza con razonamientos valederos las desigualdades sistémicas.
  3. En un entorno como el dominicano de hoy, tener un origen de marginado, y por convicciones convertirse en activista político y social, significa estar expuesto a ser vilipendiado de la peor manera.
  4. La mujer o el hombre proveniente de los estratos más bajos de la sociedad, si aporta para cambiar el orden injusto, contribuye a hacer más difícil su situación de brega contra las injusticias.
  5. El ciudadano o la ciudadana que nace en la pobreza, y logra superarse en los estudios y tener éxito en su actividad laboral, si se adapta al sistema, es un agraciado, bien visto y recibido a bombos y platillos por los grupos poderosos.
  6. La jovencita o el jovencito, hijo del limpiabotas o triciclero, que se destaca como intelectual y se liga con los movimientos populares para que cambie la situación actual, puede decir que se jodió, porque va a tener en su contra el poder del Estado, a los ideólogos del sistema y el imperio.

III.- El ser humano humilde que triunfa, no debe dejarse cautivar por los opresores 

  1. La realidad de la vida y la práctica social exigen del ciudadano o la ciudadana que ha nacido en la pobreza y con su esfuerzo logra superarse, no debe dejarse atrapar material o espiritualmente por el sistema.
  2. La condición humilde de una persona, debe llevarla a hacer causa con los que en la sociedad carecen de lo indispensable para vivir dignamente, y no transigir por halagos ni represión.
  3. Los hijos de los pobres diablos, los descendientes de los desamparados, si se superan y logran escalar socialmente, de seguro que tratarán de ser cautivados, atraídos y de cualquier forma sonsacados por los grupos adinerados para que hagan de renegados de su clase.
  4. El coqueteo, el agradar vanidosamente, nunca, jamás debe inducir a un hijo o hija del pueblo, que trasciende por su talento y buen comportamiento, a entregarse a los poderes nacionales y extranjeros.
  5. Por complicada que se le presente la situación a una persona que nació y se desarrolló en la miseria, si tiene dignidad, no debe prestarse a la burla de quienes mantienen oprimido al pueblo. 
  6. La República Dominicana es una especie de laboratorio social y político, adecuado para examinar y poner a prueba a los que se doblan ante el primer peso o dólar que tienen a su vista o alcance.
  7. El ente social que tiene su origen en la pobretería, es el más llamado a ser firme en sus ideas y forma de pensar, y nada le debe cautivar para que se ponga al servicio de la minoría nativa y el extranjero abusador.
  8. Esa ciudadana o ciudadano humilde, si en su vida tiene éxito en el desarrollo de su arte o ciencia, alcanza prestancia y une su accionar político y social con la lucha de los pobres y contra el dominio imperial, de manera implacable será combatido por los resentidos, mediocres y canallas de todos los pelajes. 
  9. La cultura que predomina en nuestro país, con relación al comportamiento de los pobres que sobresalen, es la de absoluta sumisión ante el statu quo, jamás la de revelarse o cuestionarlo.
  10. En sociedades humanas donde predomina la desigualdad de oportunidades, tal cual es la dominicana de hoy, la mujer o el hombre que viene de un hogar pobre, si se opone al sistema, está expuesto a ser hostilizado, sin importar que esté vivo o muerto.

jueves, 4 de agosto de 2022

La situación en el quehacer del pueblo dominicano

I.- Situaciones presentes aquí

  1. En cualquier lugar del planeta tierra, habitado por personas físicas, se presentan situaciones las cuales están determinadas por un conjunto de condiciones y circunstancias creadas de manera objetiva.
  2. En el caso específico de la República Dominicana, la situación general está caracterizada por la desigualdad de oportunidades, la dependencia del país a los intereses extranjeros y el modelo económico que beneficia a capitales nativos y foráneos.
  3. La forma como el orden establecido favorece a grupos minoritarios, tiene como consecuencia la real situación de pobreza de la gran mayoría de nuestro pueblo. Un pequeño grupo goza de bienestar a costa de las penurias de la generalidad de la población.
  4. Para la ejecución de una acción tendiente a la modificación del estado vigente, es necesario partir de la objetividad, del mundo circundante y de nuestra vida real, tangible.
  5. En el medio dominicano son factores o elementos comprobados, la dependencia y el modelo económico atrasado; la pobreza y el desempleo; insalubridad, corrupción e inseguridad personal y de bienes. 
  6. Las lacras sistémicas ya señaladas, ponen de manifiesto una objetividad, es decir, algo que puede ser analizado con toda imparcialidad.
  7. Solamente conociendo la nota distintiva, los rasgos característicos de la coyuntura actual dominicana, es posible llegar a una certera conclusión que nos sirva de orientación para el éxito.
  8. Tomando en cuenta lo que es una situación, podemos hablar de la situación económica, la situación social y la situación política nacional, o la que se presenta en una coyuntura específica.

II.- Situaciones y la coyuntura actual en el país

  1. En lo que respecta a la situación que vive el país, podemos decir que está a la vista, a simple vista, pura y simplemente, a la vista de todos y de todas.
  2. Entonces, porque la situación económica y social se ve sin el mayor esfuerzo, basta con tener interés en verla para comprobar que, en lo económico y social, hay que bregar para cambiar la azarosa realidad del presente, por una que sea segura en el futuro.
  3. Ante la actualidad de pesares que padece la mayoría de la población dominicana, basta con estar dotado de sensibilidad para no hacer causa común con esta situación que mortifica y aturde de manera permanente a los que aquí son los más, el pueblo humilde y trabajador.
  4. Debe unirse el sano juicio; la detenida y adecuada reflexión; lucidez ligada con humanismo; sentido común y buenos sentimientos, para, sin apasionamiento y partiendo de la dramática situación de miseria, tomar en cuenta a los marginados sociales.
  5. La situación de pobreza que azota a una gran mayoría del pueblo dominicano, es para actuar con seriedad política y social, dándole la importancia que amerita.
  6. Por muy indiferente que sea un individuo, las condiciones infrahumanas que acompañan a los pobres de un país subdesarrollado como el nuestro, no son para comportarse indolente.
  7. Ser sensible quiere decir apiadarse, tener compasión, conmoverse ante la tanta miseria que se comprueba sufre una gran cantidad de nuestros coterráneos.

III.- Una minoría saciada y la mayoría hambrienta

  1. No basta con comportarse apenado, apesadumbrado frente a los que a diario viven de pedir un plato de comida. Lo que importa es accionar, demostrando así real indignación.
  2. La situación de pobreza que duramente golpea a esa gran masa de seres humanos que aquí viven en barrancos, es imposible ocultar, porque lo revela su hambre y su avidez de comer, pero sin alcanzar alimentos.
  3. Debemos de ser realistas ante lo que está a la vista: un pueblo muerto de hambre, mientras una minoría permanece harta, saciada de comer y beber. 
  4. Mientras un grupito se mantiene más que satisfecho, los marginados de la sociedad dominicana permanecen hambrientos, con el deseo de encontrar un trozo de yuca, para así calmar su necesidad de comer.
  5. Aunque parezca increíble, la palabra comer se ha convertido en una aspiración imposible de satisfacer, porque es inalcanzable tener a su disposición hasta un pedazo de plátano. Consumir, picar algo para llevar de la boca al estómago, no es nada fácil.

lunes, 1 de agosto de 2022

Escoja usted, entre continuar o cambiar

I.- Cómo ver la realidad dominicana

  1. El hecho de ver la vida fácil o conveniente, no quiere decir que sea cómoda para la mayoría de la población. Lo holgado y molesto coexisten en el ambiente nacional dominicano, porque estamos conviviendo en una sociedad que descansa en la desigualdad de oportunidades.
  2. Dependiendo de la concepción ideológica de cada persona, el medio circundante es percibido, placentero o sumamente incómodo. Cada clase social asimila la materialidad partiendo de cómo está condicionado su pensamiento.
  3. A cualquier ser humano, la realidad de los hechos le enseña más y mejor que mil explicaciones, porque lo que la persona ve, no hay que caer en divagaciones ni en rodeos para que lo crea.
  4. Al dominicano no testarudo, le resulta muy sencillo reconocer lo que es la sociedad en la cual hoy estamos conviviendo. La vida nos enseña en todo momento y lugar lo que está a la vista de todas y de todos.
  5. Estar en la República Dominicana, y moverse de un sitio a otro, es comprobar que estamos en un entorno que genera lástima a cualquier ser humano con un mínimo de sensibilidad y se conduele ante la aflicción de los demás.

II.- Esto, y no otro, es lo que tenemos

  1. En nuestro país, no hay que ir muy lejos para estar rodeado de personas que carecen de lo indispensable para vivir dignamente. La pobreza es el sello distintivo de una gran mayoría de la población dominicana.
  2. En cualquier lugar público del territorio nacional dominicano, está presente una caterva de mujeres y hombres, con las manos extendidas haciendo de menesterosos, reflejando en sus rostros la indigencia, la pobretería que les acompaña.
  3. La miseria extrema está a la vista de todo habitante del territorio nacional. Los infelices muestran su infortunio, aunque el oficialismo trata de cubrir con dádivas las notorias necesidades que se alojan en los cuerpos famélicos de los desdichados.
  4. Para algunos de los que hacen causa con la minoría nacional, carece de importancia, les da un bledo, es cosa de poca significación la falta de comida en el seno de nuestro pueblo, la no garantía de alimentos.
  5. Poco importa que el sistema educativo del país funcione de una manera tal que no produce el efecto y los resultados esperados. Al parecer, basta que unos cuantos reciban una formación integral y de calidad. Lo que cuenta es la buena preparación de un grupo, aunque los hijos del pueblo se desarrollen como ciudadanos rústicos.
  6. Los servicios de salud, solo están al alcance y disposición de sectores minoritarios, porque el derecho a estar sano es un privilegio, no una prerrogativa humana y constitucional.
  7. Los medicamentos necesarios para enfrentar a las enfermedades, no están al alcance de los enfermos pobres, sino de una minoría muy insignificante. El derecho a la vida está sometido a la ley de la oferta y demanda, con la mercancía dinero de por medio.
  8. Aquel ser humano dominicano, pobre, afectado de un quebranto catastrófico, no tiene alternativa. A su familia solo le queda preparar la ropa con la cual va a envolver el cadáver, porque las medicinas de alto costo están exceptuadas para los afectados sin recursos económicos.
  9. El lugar donde el sistema manda a vivir a los marginados de la sociedad dominicana, es bastante amplio: en las madrigueras, ubicadas en barrancas para que hagan vida común con los ratones. Los pobres de aquí, porque carecen de viviendas, ocupan espacios en ratoneras.
  10. Porque no encuentran centros para trabajar dignamente y buscarse el sustento suyo y de su familia, mujeres y hombres de abajo, día por día salen a buscársela como sea. Es una incertidumbre el empleo, aunque la Constitución lo considera como un derecho fundamental.
  11. En nuestro país, toda persona nacional o extranjera, carece de seguridad de vida y de bienes. Cada quien se mueve a su cuenta y riesgo, porque el crimen y el robo funcionan impunemente.

III.- Además de miseria, seres humanos viciados

  1. La sociedad dominicana, dañada por su estado de degradación ética y moral, ha viciado a la gran mayoría de la colectividad, que manifiesta sus taras cada vez más acentuadas y se hacen notorias y muy dañinas.
  2. Resulta penoso tener que estar conviviendo con personas que han hecho del odio una especie de norma de vida, como algo cultural. Odiosear está en la mente enferma de la generalidad de los nuestros. 
  3. Además de odiar, hablar mentira está a flor de labios de esos individuos con los cuales, lamentablemente, tenemos que estar tratando, conscientes de que sus lenguas son puro veneno.
  4. Ideas finales
  5. Esa sociedad que hemos descrito es la misma de la cual formamos parte, y estamos en la obligación de sustituir por otra que sea adecuada para cohabitar seres humanos liberados de toda clase de penurias materiales y espirituales.
  6. Los habitantes de la República Dominicana, somos testigos de un ambiente social que causa repugnancia a mujeres y hombres de bien, pero gran atracción a los que están beneficiándose de lo repulsivo que nos motiva indignación y asco.
  7. El medio social que hemos reseñado, es el mismo donde estamos coexistiendo, y convoca a las dominicanas y a los dominicanos con sensibilidad, a decidir en el sentido de si merecemos continuar como hasta ahora, o cambiar para mejor.